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Categoría: Maduras

Doris necesitaba un poco de comprensión

Ya les conté de las dos ocasiones en que me follé a Marta, la esposa de mi tío y ahora les voy a contar cómo mi gusto por las mujeres maduras me llevó a tirarme a Doris, una empleada de mi mamá.



Este relato es autentico y sucedió hace aproximadamente 5 meses. Mi madre trabajaba en una empresa donde confeccionaban ropa, pero esta empresa se acabo y mi mama decidió formar su propio taller de confección en nuestra casa. Para formarlo decidió llamar a algunas de sus excompañeras que también habían quedado sin trabajo. Entre las trabajadoras que tenia mi mama, estaba Doris, una mujer de aproximadamente 44 años, que a pesar de tener 2 hijas se encontraba en muy buena forma, era trigueña tenía unos senos no muy grandes pero no eran pequeños, y tenía un culo que desde que lo ví me dejó muy sorprendido. A pesar de esto era muy recatada para vestirse, cuando la conocí yo apenas tenía 12 años, y veía muy lejana la idea de tener algo con ella.



Así pasaron unos cuantos años, y cierto día mientras platicaba con mi madre, ella le contaba de los problemas que tenía con su esposo, que él le era infiel y que la tenía cansada. En ese momento supe que era la oportunidad de cumplir mi fantasía con tan rica madura. Yo aprovechaba cualquier momento para hablar con ella pero no me atrevía a plantearle el tema.



Un día, mi made se fue a hacer una diligencia y se llevó a mi hermano, aunque antes me dijo que quedaba trabajando Doris y otras señoras. Esto fue hacia las 4 de la tarde y aproximadamente a las 4:30 ya habían salido todas las trabajadoras excepto Doris. Sin dudarlo un momento, fui a preguntarle por qué no se iba si le pasaba algo. Entonces, ella me dijo:



-Es que no quiero llegar a mi casa



Y yo conociendo sus problemas pero haciéndome el inocente le pregunté



-Pero qué es eso tan grave que puede pasar para que no quieras ir a la casa?



Ella nuevamente me respondió una tristeza evidente



-Lo que pasa es que……. Ah, para que te aburro, no te preocupes.



Sin pensarlo le respondí



-Cuéntame con confianza, igual yo tengo todo el tiempo del mundo.



Luego de dar vueltas sobre esto mismo, ella me contó por fin el problema que tenía con su esposo echándose a llorar, a lo que yo aproveché y la abracé. Al verla así, la llevé a la sala de la casa y le ofrecí algo de beber para que se calmara. Ella accedió, y me pidió un aguardiente, lo cual me dejó sorprendido porque ella no acostumbraba a beber alcohol.



Ese día como de costumbre en mi casa solo vestía un jean, estaba sin camiseta ni zapatos, a lo que dejaba ver gran parte de mi cuerpo, el cual tras 6 años de estar jugando fútbol estaba en muy buena forma. Doris tenía una blusa color crema, con una malla encima que me tenía excitadísimo, y un pantalón negro bien apretado en el que se le notaba ese tronco de culo que se gastaba.



Entonces, serví un trago para ella y yo no iba a servir el mío porque era martes y al otro día yo tenía un examen (que a esta altura ya me importaba poco), pero ella me dijo que por favor la acompañara bebiendo a lo cual yo no puse reparo. Luego de una charla sobre su vida, ella empezó a indagar sobre mi vida preguntándome si tenía novia y preguntas que me parecieron normales. Pasados dos tragos, ella me dijo que si le podía hacer un favor, a lo cual yo le respondí que sí, por supuesto. Ella me dijo que si le ayudaba con su problema y le dije nuevamente "Claro, tú me dirás en qué puedo ser útil". Así, ella me dijo que hace mucho tiempo y debido a los problemas con su esposo ella no había estado con ningún hombre y que estaba calientísima. Yo estaba sorprendido pero emocionado, era mi oportunidad. Yo accedí inmediatamente.



Ella, sabiendo y razonando sobre lo que había dicho, trató de retractarse, pero ya era tarde yo estaba muy excitado y no pensaba desaprovechar esta oportunidad, así que simplemente le tomé la cara y le di un beso en la boca, al cual ella primero reaccionó mal, pero luego me dio el beso más espectacular y apasionado que me hayan dado en la vida. Ella, mientras nos besábamos, no lo pensó dos veces y me mandó la mano a la verga, la cual para ese momento ya estaba durísima. Ella inmediatamente me dijo:



-Que verga más dura mmmmm. Quiero probarla ya.



Mientras tanto, yo también aprovechaba para cogerle su chocho sobre su pantalón, con lo que me di cuenta que era grandísimo. Ella ya solo gemía y con una mano ,e frotaba le verga y con la otra se sobaba las tetas. Yo le saqué la blusa y le empecé a tocar sus pezones los cuales ya estaban durísimos. Mientras yo le pellizcaba y le lamía sus pezones, ella abrió su pantalón y tomó mi mano para que se la metiera en el chocho. En ese instante confirmé lo grande que era ese chocho y era peludito, lo cual más morbo me generaba. Pasé mis manos sobre sus pelitos y seguí bajando mi mano, solo oyendo los gemidos de ella, cuando llegué a su rajita pasaba mi dedo delicadamente y ella rápidamente me lo colocó en su clítoris. ¡Uff, que caliente que estaba esta perra!, solo de acordarme me excito.



Cuando toqué su clítoris me dí cuenta que estaba totalmente mojado y empecé a besarla mientras le echaba dedo a ese chocho como si lo fuera a romper, ella no tardó mucho en venirse sobre mi dedito, el cual yo le ofrecí y sin discutir lo chupó y lo pasó por sus tetas. En este momento, yo ya estaba mas duro que nunca antes, y al parecer ella lo notó, mi pantalón ya se iba a reventar. Ella me miró y me dijo



-Tranquilo, ya te toca a tí.



Así, se bajó del sofá y me hizo parar para bajarme el pantalón mientras me daba besos en el pecho, luego el ver el bóxer ya mas claro entre el bóxer me dijo



-Que grande, por qué nunca me lo habías mostrado?



Dando un cariñoso golpe en mis nalgas, lo cual más me excitó. Ella siguió besándome el abdomen y bajó mi bóxer con la boca. Ya cuando tenía toda la verga afuera, ella empezó a darme una paja formidable, hasta que en un momento me dio un beso tan rico en la puntita que casi me vengo. Ella solo metía mi puntita entre sus dientes, luego siguió con la cabeza y así hasta que llegó a la mitad de la verga dando unas lamidas que cada vez me excitaban más. Ella me dijo



-Que rico pene el que tienes.



A cada palabra que decía yo me excitaba más. Ella siguió metiendo y sacando de su boca solo la mitad de mi pene, hasta que yo le cogí la cabeza con violencia y la apreté bien a mí hasta que hice que se tragara toda mi verga. Ella se atoró y tosió un poco, me miró mal pero me dijo



- Ni modos, si es la única forma para que te vengas…



Y siguió metiendo mi verga en su rica boca, no pasó mucho hasta que yo le eché mi lechita en su boca, ella la tomó en su lengua y jugaba con ella, untaba sus dedos de mi semen y se lo volvía a chupar, ella se llevó a la boca todo el semen que yo había echado, hasta unas gotita que habían quedado junto a su oreja. Ella luego de jugar con mi semen en su boca, lo tragó y me dijo que era el semen más delicioso que había probado.



Ella se fue al baño, y yo acostumbrado a follar con jovencitas, creí que ella ya se iba a ir pues cada uno ya había tenido su orgasmo. y que ya estaba satisfecha, aunque mientras ella estaba en el baño y yo recordaba lo sucedido quería dale verga hasta que me secara las huevas.



Yo estaba dispuesto a despedirla, eso sí tenía una erección como si no me hubiera venido. Ella volvió y vió mi verga aún parada, con lo que riéndose dijo



-Pero que energía, ojalá me hubiera casado con usted y no con el impotente de mi marido.



Ella volvió y me dio una mamada, pero esta vez yo no quería otra vez esto. La acosté en el sofá y le iba a hacer una turca, yo nunca había hecho una pero estaba tan excitado que quería hacerlo todo. Metí mi verga con saliva de ella entre sus tetas pero no resbalaba bien, así que tomé un poco de leche que fue lo primero que ví en la nevera y se lo tiré sobre las tetas, ella estaba feliz y tenía una cara de puta que nunca me la imaginé. Empecé a hacerle la turca y ella apretaba bien sus teticas, y cada tanto me decía que se la dejara chupar, a lo que yo accedía gustoso. Duré un buen rato sobre ella, y yo la veía cada vez mas excitada, así que decidí ir directamente a su chocho y meterle un dedito, pero cada vez se dilataba más así que metí el segundo, ella gemía. Luego de un rato le metí el tercer dedo y el cuarto, ¡Qué chocho mas grande tenía! Seguí dándole ya con los cuatro dedos y ella estaba excitadísima así que me decidí a meterle toda la mano, ella al principio se rehusó, pero estaba tan arrecha que no tardé mucho en conseguirlo, le tenía toda la mano adentro y le daba lengua en su vulvita, ella no paraba de gemir, y de pedirme que no parara hasta que se vino. Ella se veía agotada pero yo no estaba dispuesto a dejarla ir mientras yo seguía caliente, así que le metí mi verga en la boca un rato, hasta que ella me dijo



-No aguanto más esto, ya métemela por mi chochito, quiero probar esta delicia de verga dentro de mí.



Yo no tardé mucho en hacer lo que ella me pedía, empecé metiéndole solo la cabeza, adentro y afuera, ella solo suspiraba, hasta que yo me decidí y de un solo golpe le metí toda la verga de tal manera que cuando chocaron las dos pelvis se escuchó un sonido muy fuerte. Ella gritó, y me miró con cara de puta en celo, y me decía



-Casi me rompes…. mmmmmmm que caliente que estoy.



Le empecé a dar verga sin piedad y ella se vino una vez más. Luego, la tiré en el sofá y coloqué sus pies sobre mis hombros, ella todavía tenía puesta su tanga, aunque obviamente yo la había movido a un lado. La empecé a penetrar y ella gritaba y me decía que no parara, entonces yo la empecé a tratar como a una puta. Yo le decía



-Le gusta? Sí?, le voy a acabar ese chocho



Y ella me gritaba



.Si, por favor, rómpemelo, acábalo



En este punto yo ya estaba muy caliente y le dije



-Pero qué puta que eres Doris



-Sí, soy la más puta si quieres pero sígueme dando con tu verga



Le seguí diciendo lo puta que era y ella estaba feliz con eso, le dije que me iba a venir y ella me dijo que me le viniera adentro, que quería llevarse algo mío. Acabé, pero esta mujer, que a estas alturas ya era una puta profesional seguía pidiendo verga. Descansé un momento y seguí con mi deber, la puse en cuatro y le propuse metérselo por el ano, pero ella no se dejó, así que cogí 2 dedos y se los empecé a meter por el culo a ver si ella aceptaba, pero lo único que conseguí es que jalara su tanga, tanto que la rompió.



Ella se vino otras dos veces sobre mi pene, yo ya estaba exhausto y me quería venir así que ella me dio otra buena mamada y me exprimió toda mi lechita, la cual se volvió a tragar. Ella quería seguir, pero en ese momento mi mamá llamó a decirme que ya iba en camino, y a preguntarme como iba todo. Entonces, Doris se vistió, y me dijo que había tenido el mejor sexo de su vida, que esto lo debíamos repetir. Mientras la acompañaba a la puerta, le apretaba sus nalgas y cuando salió ví que su pantalón estaba húmedo al lado de su chocho, la llamé y le avisé, pero me dijo



_Qué esperas si el calzón lo tuve que romper.



Me pasó la mano por su chocho, me dio un beso en la mejilla y se fue. Después de esto tuvimos otros encuentros, incluido uno con Marta


Datos del Relato
  • Categoría: Maduras
  • Media: 1
  • Votos: 1
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  • Lecturas: 1873
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