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Categoría: Confesiones

Doña Lucky

La conocí cuando yo había recién cunplido los trece años, ella tenía 42 años. Tenía dos hijas que eran mulatas ya que el padre de las hijas era de raza negra. (en la categoría confesiones hay un par de relatos donde hago mención de Lolita y su hermana Emma).

ella era de profesión odontóloga, y cuando su familia se fué por motivos de trabajo a EEUU, ella se quedó aún un par de samanas, arreglando su situación laboral ya que era socia de una clínica de especialidades médicas, por un lado y por otra razón la finiquitación de la venta de la casa y de una camioneta, y yo le acompañaba en sus menesteres. El día que se fué la llevé al aereopuerto, y aún recuerdo cuando me dijo que era una lástima que entre su hija Lolita y yo no hubiera pasado nada, (para mí fué un alivio que no supiera la verdad). Cuando ésta familia se marchó yo ya tenía entre 19 y 20 años. El día que estaba cumpliendo los 21 años, a finales de septiembre, recibí en la oficina de la empresa una llamada de la casa en la cual me informaba la señora del servicio doméstico que me había llamado una señora de nombre Lucky, y que llamaría nás tarde, le dije que le diera el número de la oficina, pues estaba interesado en saber algo de Lolita. Unas hora después me pasaron la llamada de doña Lucky, felicitandome por el cumpleaños y al mismo tiempo me comentaba que había sido contratada por una organización no gubernamental,(ONG) para proporcionar asistencia médica en áreas rurales de Guatemala, y que viajaría cuatro veces al año con estadía promedio de 20 días en cada viaje, y que vendría a Guatemala entre el 14 de noviembre al 15 de diciembre y que estaríamos en contacto, y que probablemente le acompañara Lolita o bién Emma. La empresa que fundó mi padre, y que a su fallecimiento mi Madre la siguió y ahora la dirijo yo, es de producción de aceite vegetal, y generalmente la cerramos por vacaciones a mediados de noviembre y reabrimos la primera semana de enero, quedando unicamente el departamento comercial para cubrir la demanda de pedidos. Una mañana serían las siete mas o menos llamó por teléfono Doña Lucky comentandome que estaba en el aereopuerto, fuí por ella y la llevé su hotel, estuvo tres días en la capital y luego se trasladaba a El Estor, un municipio del departamento de Izabal, salida al caribe guatemalteco, como estaba de vacaciones y como no conocia el lugar, que por referencias sabía de lugares hermosos, y por donde en ese entonces solo se llegaba por agua, a través del Lago de Izabal, me atreví a acompañarla. Cuando llegamos al lugar, había un calor desesperante, en el centro de salud del lugar nos alojaron, ya que por esa época no había hotel y sólo existía un campamento grande de trabajadores de la empresa minera que extría niquel en el lugar. El centro de salud tenía un salón mediano que servía de espera de pacientes, y dos clínicas equipadas con lo básico, en una el médico del centro de salud para enfermedad común y la otra le fué adjudicada a ella para el servicio odontológico. Había otra habitación de unos 3x4 metros, al otro lado de los consultorios, que fué construído como dormitorio pero que no era utilizado ya que el médico estaba casado con una señora del lugar, y nos fué dado a nosotros, colocaron dos camas y nos hicieron una división con dos biombos, de los que utilizaban en el consultorio para privacidad en los tratamientos, eran de tubos de metal con rodos y una tela plastica beige, que si había luz al otro lado y penumbre del otro se veían las siluetas perfectamente, y en un extremo la puerta y el baño completo, con regadera, taza y bidet. Una tarde eran las cinco más o menos y salimos a caminar, nos sentamos sobre unas lanchas amarradas a un pequeño embarcadero la brisa del lago era agradable y ella me comentó que esa tarde supo que una chiquilla de 12 años había sido violada por dos hombres ebrios de raza negra, y que por las lesiones la habían trasladado al hospital de Puerto Barrios, cabecera del departamento.
Me dijo que no se podía imaginar el dolor y sufrinmiento de esa chiquilla al ser violada si el 95% de los negros tienen penes descomunales y ella lo sabía por experiencia propia al estar casada con uno de ellos, luego de ruborizó ya que el comentario se le salió, y me dijo que la disculpara por el mismo. Pasaron tres días de lo ocurrido, siempre salíamos a caminar por las tardes a la orilla del lago, y nos dábamos un chapuzón ya que siempre había niños jugueteando en el agua. Ella ya tenía 50 años próxima a cumplir los 51, de 1.70 de estatura blanca ojos verdes, pechos grandes y se le notaban firmes, cintura delgada y caderas anchas y culo duro parado, sus largas piernas torneadas en sí era una mujer muy bien cuidada, de verla en traje de baño me producía un nerviosismo extraño, el cual no pasaba desapercibido por ella, y Ella también había momentos que la sorprendía viendome detenidamente. Empezó sin previo aviso a caer un aguacero que tardó al rededor de 20 minutos, no buscamnos ni donde protegernos pues al fín y al cabo estabamos en el agua, empezamos a caminar hacia el centro de salud, por los charcos formados ella no vió una ramita de espinas y se clavó una en la planta del pié, a un costado de una sandalia, se arranco la ramita y seguimos caminando, ella se metió al baño, y luego yo, al salir del baño ella estaba con una bata rosa y una toalla enrollada en la cabeza, yo salí con una pantaloneta y la toalla colgada a mi cuello con el torso desnudo, iba hacia la división en la cual dormía y ella me pidió que fuera a verle, tenía su pié extendido y me pidió que le revisara el pinchazo de la espina, tomé en is manos si pié, era muy delicado suave sin ninguna aspereza, cuando se lo tomé sentí que ella se puso nerviosa, le revisé y tenía la punta de la espina enterrada, ella me dió un estuchito de costura, en donde había carrizoas de hilo, botones y agujas, con la punta de una aguja saqué la espinita, y le rocié un poquito de wisky que yo tenía en una mochila. pero el momento de estar sacando la espina ella se recostó sobre la cama y su pié apoyado en mi muslo, en un momento dado al sentir el punsazo ella abrió sus piernas y pude ver su mata de vellos y su rajita roja, ella se dió cuenta y rápido cerró sus piernas. En el lugar donde estábamos racionaban la energía eléctrica, cortándola a las nueve y media de la noche y regresaba el servicio a las seís del día siguiente. Ya sin luz nos acostamos a dormir, el calor empezó a apretar, raro pero después del chubasco, había luna llena, la luz entraba por el ventanal de vidrio, yo no podía dejar de pensr enla hermosa vagina que había visto, tenía la pija super parada, me estaba volviendo loco esa mujer hermosa y esbelta durmiendo a escaso metro y medio de mi, El calor apretaba yo estaba inquieto y daba vueltas en la cama sin poder dormir, la habitación podía verse completamente por la luz de la luna, estaba durmiendo con pantaloneta y calzoncillo, del calor que sentía me quité la pantaloneta, y cayó al suelo, después sentí que el calzoncillo me apretaba y la verga parada ya le prenda me era incómoda, y terminé quitandolo y sin cubrirme empezé a dormirme, sentí cuando Doña Lucky se levantó, se encamino hacia la división de los biombos y se quedó parada observandome, me hice el dormido y ella llegó hacia el borde de mi cama, no dejaba de observar mi desnudéz, al cabo de unos dos o tres minutos, y pensando en mi sueño total, me cubrió con la sábana y se fué a acostar, momentos despues oí sus gemidos ahogados en la almohada, observé detenidmente su silueta, con una mano acariciaba sus pechos y la otra trabajaba sobre su vagina masturbandose, no me atreví llegar a ella. La siguiente tarde, a orillas del lago le pregunté si había tenido noticias de la chica que habían violado, me dijo que no, seguimos caminando fuí por un par de cervezas y sentados sobre el muellecito, me atreví a preguntarle sobre su dolor al perder la virginidad con su marido, sonrió y me dijo curioso, pero aclaró que no la había perdido con él. Esa noche ya sin luz, y acostados empezamos a platicar y me contó que ella nació y creció en Quetzaltenango, hasta los 19 años que fué a estudiar a la capital a la universidad,que su padre cultivaba trigo, y compraba la producción de la región y la exportaba al Reino Unido, y que uno de sus principales cilentes vino de vacaciones por espacio de un mes con su familia, éste señor tenía un hijo de la edad de ella, terminaron enamorandose y se había entregado al inglesito, con el cual tuvieron correspondencia, misma que con el tiempo se distanció hasta ya no saber nada más. Luego conoció a su esposo, salió embarazada de Emma y se casaron y de allí la historia que yo ya conocía. Agregó que su esposo tenía un pene descomunaln del cual disfrutaba mucho en cierta medida pero que sienpre terminaba sufriendo, porque había momentos que él en busca de sentir más placer la lastimaba ya que cuando la topaba, aún quedaba parte de su mienbro afuera, y había momentos que el quería entrar todo y era insoportable. Hubo un silencio y luego agregó: Sabes anoche me masturbé, me di cuenta que poco a poco te quedaste sin ropa, y cuando dormías tuve curiosidad de ver tu pene, es grande y lo tenías erecto talvez la diferencia con mi marido es lo que él deja afuera, una pulgada o pulgada y media, pero lo que me gustó es que es gordito, más gordito que el de mi marido. Ya tenía referencia de tu pene por mi hija Emma, en ese momento quise que la tierra me tragara, luego continuó, con ella hemos tenido mucha confianza a partir de su boda, el pene de su esposo es chico, y en una oportunidad me contó que tú le ayudaste a arreglar unas cosas en su casa, que le gustó ver tu doreso desnudo y que cuando te estabas bañando te espió y se enamoro de tu pene, y que te había seducido, que todo fué cosa de ella, pero que no volvió a ocurrir más. ( que mentirosa pensé). Luego me preguntó: Tú estabas excitado porque cando sacaste la espina viste mi vagina? le dije que sí, luego me dice, tienes calor, le dije que sí, y me dice porqué no nos duchanos juntos. Fuimos a la ducha era un extasis verla completamente desnuda, ella enjabonaba nis pectorales y mi pene, yo sus pechos y su vagina, llegamos a la cama y suavemente empezó a chupar y lamer mi glande, se metió una buena porción en la boca y enre chupadas mamadas y lamidas, le dije que me iba a correr, ella se preparó para recibir mi leche, hasta dejarme limpio, abrí sus piernas y enterré mi rostro en ella, sus liquidos de sabor especial, su clítoris erecto fué pasto de mi lengua y labios, se vino una vez y yo seguía succionandola, se arqueo, y se vino en otro orgasmo casi seguido del otro, mi verga estaba super dura, se la coloqué en la entrada y suavemente se fué deslizando en su concha húmeda y caliente, entraba y salía lentamente, hasta toparla, al llegar a su fondo sentí como que si una telita rozaba la punta de mi glande y me proporcionaba una sensación de cosquilla que hacía endurecer mas la verga, sentía hasta la textura de sus paredes vaginales cuando frotaban mis venas hinchadas en cada salida y entrada, no lo hacía rápido, lentamente entraba y salía no tenía ninguna prisa, sólo quería disfrutar cada roze de la punta hasta la base del tronco en cada estocada ella genía y sollozaba, sus grititos de placer eran cada vez más intensos, besaba sus labios, su cuello y sus pechos, sentí el sabor salado de sus lagrinmas de placer, cuantas veces se vino no sé, nos pusinos de lado, frente a frente, su pierna sobre mi cinrura, y le enterré la pija todita, empezé a darle nas fuerte y más rápido, el primer chorro de esperma fué hast el fondo, luego otro y otro, de donde salió tanta leche no sé, quedamos fundidos en un abrazo. Cuando desperté estaba empezando a amanecer, ella ya estaba chupando de nuevo la verga, yo le chupé la vagina exquisitamente y volvinos a coger. los restantes días, no volvimos a caminar por la playa, del cosultorio a la ducha y de la ducha a la cama, terminó su período de trabajo, tenía que regresar, siempre buscaba prestextos, para no irse, que pasado mañana, que mañana, que el lunes etc. pasaron diez días más, salío 23 de diciembre por la tarde. En el aereopuerto nos la ingeniamos para meternos a un servicio sanitario para el polvo de despedida, Luego me dice en abril vengo, van a ser meses eternos, pero vuelvo, has encontrado mi punto G, si te conté de la suficiente confianza con mi hija Emma, no podía creer lo que me decía que deseaba volver a estar contigo, ahora lo entiendo, todos los sábados por la noche esperaba su llamada telefónica, y hablando por teléfono ambos nos masturbabamos, y cada venida de ella al país eran cogidas inolvidables.
Datos del Relato
  • Categoría: Confesiones
  • Media: 6.77
  • Votos: 30
  • Envios: 1
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