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Categoría: Maduras

Domingo solo en casa de mis padres

Era domingo y estaba solo en casa de mis padres. Soy muy aficionado al cibersexo, porque a falta de pan… El caso es que me lancé al Messenger y zas: mensaje al canto. Era un mail. La tía daba a entender que era madurita y que era asidua a la "comunidad". Andaba yo caliente como el tubo de escape de una moto. Me dijo que tenía 36, chateamos un poco y le propuse pasar del virtual al real. Y la muy puta dijo que "quizá".



Me mandó su foto en bañador (en la playa) en el mail, lástima que no fue desnuda, ella era rubia, macizorra y con unas buenas tetas. Empecé a pelarmela y en ese instante sonó el móvil.



Lo cogí y era un número desconocido, no sabía de quien, y esto es lo más fuerte. ¡Era la maciza del Chat!



Tenia una voz muy calentona, me dijo que vivía sola y cuando balbucee que estaba sólo en casa de mis padres, propuso pasar a recogerme. Suspiré. Dije que si y temiendo que fuera una profesional y al final quisiera cobrarme, me duché rápido, y me vestí con algo cómodo.



Abrí la puerta y era ella, estaba mucho mejor en persona que en la foto, vestía muy provocativa, con una minifalda cortísima que hasta se le veían un poco los cachetes del culo, tenia unas tetas geniales, muy gordas. Pensé que no llevaba sujetador, porque tenía los pezones muy marcados.



La saludé y en ese momento hizo algo que me sorprendió bastante, llevó una de sus manos hasta mi paquete y lo agarró, se metió dentro de la casa cerró la puerta, me bajó los pantalones y empezó a pajearme y chupármela, yo me quedé asombrado pero no dije nada porque lo estaba deseando de hecho.



La agarré por el trasero, colé mis manos en su tanga y le metí un dedo en el culete, mientras con mi otra mano le acariciaba el coñito, que por cierto traía muy húmedo.



Ya no pude aguantar más así que le dije que fuéramos a mi cuarto para estar más cómodos, la tumbé en mi cama y me fui desnudando lentamente frente a ella, provocándola con mis movimientos.



La estaba poniendo muy caliente pues se empezó a tocar. Totalmente desnudo y empalmado a más no poder, me fui hacia ella y empecé a tocarle las tetas.



Mientras la besaba, le quité la camiseta y dejé sus tetazas al aire, me lancé como loco hacia ellas, acariciándolas con mis manos, apretándolas, lamiendo y mordiéndolas, tenía unos pezones enormes, yo los mordía suavemente, ya se la veía muy cachonda pues no paraba de dar pequeños gemidos.



La puse de pie mirando hacia la pared y la empecé a acariciar por la cintura suavemente y bajé su minifalda para dejarla solo en tanga, me acerqué más a ella y apreté mi polla durísima con sus nalgas y la abracé acariciándole las tetas y con la otra mano acariciando su coñito.



No paraba de gemir, y yo ya no podía más así que la puse sobre la cama a cuatro patas, agarré mi polla que estaba a punto de explotar y la metí en su coñito hambriento, a un ritmo normal pero aumentando cada vez un poco más y agarrado sus tetas, las apretaba y pellizcaba mientras le estaba rompiendo el coño, ella se había corrido, pero seguí dándole más fuerte.



Estaba muy excitada, lo sabía por los gemidos que daba, enseguida dejé de lamer su sexo, ella me miró algo irritada pero yo le sonreí, se llevó la mano al conejo para masturbarse, pero yo se la quité y le dije que esperara un momento.



Fui a la cocina, tomé un bote de nata y le propuse un juego, ella aceptó.



Estaba tumbada boca arriba en la cama, tomé el bote de nata y le eché un poco en el cuello, en los pezones y a su alrededor, un poco en su barriguita, en sus muslos y por ultimo en su coñito caliente, que otra vez volvía a estar muy jugoso después del lavado que le había dado.



Me puse frente a ella y la besé en los labios, luego tomé su nata que tenia en el cuello, y lentamente me fui hasta sus pezones para tomar su nata y mordisquearlos suavemente, luego pasé mi lengua alrededor de ellos tomándome la nata que quedaba y seguí bajando.



Sigo por sus piernas dando pequeños besos y pasando mi lengua para recoger esa nata tan rica, me dirigí hacia el punto clave, el único que aún tenia nata y pasé mi lengua por la raja.



Se había corrido, mientras le hacia el juego y la iba a hacer correrse otra vez, meto mi lengua dando círculos, la abrí bien de piernas y le metí un dedo en el culo.



Luego y consciente de que nunca lo había hecho, me unté de nata la verga y se la clavé en el culo. Despacito, a poquitos. Me corrí dentro y le hice una paja con la mano sin sacarla. Un gustazo. No dejaba de gemir y enseguida se corrió.



Cuando acabé, me tumbó boca arriba, agarró mi polla y me echó saliva en la punta del capullo, acto seguido se sentó sobre mi y empezó a cabalgarme dando pequeños brincos, sus tetas se movían de arriba abajo, las agarré y las chupé, me estaba muriendo de gusto, de repente empezó a brincar más rápido y se dejaba caer.



Al principio me hizo un poco de daño, sentía escalofríos por todo mi cuerpo y sentía mucho placer tanto que enseguida me volví a correr dentro de su coñito, ella al notar mi semen dentro le produjo un gran placer y enseguida se corrió también.



Se tumbó sobre mi, estuvimos un rato besándonos, luego nos metimos en la ducha, nos vestimos y me fui con ella en su coche a seguir follando como salvajes...


Datos del Relato
  • Categoría: Maduras
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