Era un domingo como cual quiera, mi mejor amiga se había quedado a dormir a mi casa era una mujer estupenda, yo no sabía lo que me pasaba cada vez que estaba con ella sentía deseos de besarle y tocarla, pero no sabía cómo iba a reaccionar.

Ese día me desperté temprano, me bañe y me empezó a tocar en la ducha de solo pensar que la tenía en mi cama y que le podía hacer lo que yo quisiera, salí del baño y estaba ahí dormida en ropa interior se veía tan exquisita, quería hacerla mía, así que me atreví y empecé a tocarla, le tocaba ese rico trasero que ella tenía, la volteé y le empecé a besar su clítoris sabía tan rico, yo estaba tan húmeda, ella ya estaba despierta y no decía nada y eso me excitaba más y más, ella empujaba mi cabeza hacia su rica vagina o sea que le gustaba, así que me levante y empezamos hacerlo de tijerita, ella gemía de placer y yo solo la deseaba cada vez más, no quería que el momento acabara, me vine, pero no podía dejar de sentir su rica vagina sobre la mía, ella me volteo y me empezó hacer un oral, tenía una lengua tan espectacular, quería que esto durará para siempre, saqué un consolador de mi cajón, y me lo metió o estaba en mi momento más espectacular, ella me dama nalgadas eso me editaba más, y luego yo le metí el consolador a ella, hasta que se vino fue una sensación tan rica.

Me acosté a lado de ella tan casadas y sudadas, la bese como nunca y le pedí que esto se volviera a repetir, y eso espero que se vuelta a repetir, sentir su cuerpo con el mío.