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Desvirgando a Doris (2)

Hola amigos, retomó la segunda parte de mi relato anterior sobre la forma con logre seducir a Doris, la primera mujer virgen con la que he estado en mi vida. 

Después del incidente del automóvil, en los días siguientes me encontré pocas veces con Doris, ya que constantemente pedía permisos para ver a su hermano, y en estas ocasiones me dirigía un saludo formal y bastante lacónico. Cerca de 2 semanas después, cerca de la hora de salida y cuando no había nadie más en la oficina, repentinamente noté que se acercaba a mi escritorio. Me saludo con gesto serio y algo nerviosa me pregunto si podíamos hablar un rato. Era el momento que había esperado esas dos largas semanas e inmediatamente le propuse que sería mejor conversar fuera, mejor tomando un café para disminuir la tensión.

Ella acepto y salimos casi sin hablar hasta un café cercano. Ella vestía una falda algo corta, ceñida que remarcaba sus amplias caderas y dejaban vislumbrar partes de sus bien formados muslos y sus torneadas piernas. Mil pensamientos lujuriosos azotaban mi mente, pero me contuve hasta sentarnos en la mesa. Inmediatamente le pedí disculpas por lo sucedido, a lo que ella replico que también estaba apenada y  que si bien había dudado mucho cuando encontró el dinero en su cartera, no le había quedado mas remedio que utilizarlo por que su hermano había requerido unos tratamientos que de otra manera no hubiera podido costearlos, y que felizmente su condición iba mejorando.

Se apresuro en decir que no quería que nadie se enterase,  ni sus padres, y que haría lo imposible por devolvérmelo y que la esperara unos meses. En ese instante vi mi oportunidad esperada y aprovechando que ya se encontraba comprometida,  no aguante mas y tomándole una mano con la mía, pase la otra por debajo de la mesa rozando suavemente al comienzo y luego con movimientos circulares acaricie  sus muslos, a la vez que le dije que no era necesario ninguna devolución, que si era necesario le podía facilitar todo el dinero extra que necesitase, y que nadie menos aun sus padres se iban a enterar, ahora si ella no era amigable no podía asegurarle esto último; al mismo tiempo que mis caricias se tornaban mas audaces deslizando mi mano por debajo de la falda hacia la parte interna de sus muslos casi tocando y levantando el borde su truza y sintiendo sus finos vellos púbicos, así como el estremecimiento de su piel, lo que me excito sobremanera y ya sostenía una fuerte erección. Ya, en este momento no ofrecía resistencia y solo atinó a decir:

-         Por favor, Jorge, no me hagas esto que me hace sentir pésima, además tu sabes que soy virgen y…

No estaba dispuesto a soltar la presa, y le reprendí una vez más que no aceptaría una negativa a mis requerimientos, a lo que ella no contesto nada y dejando escurrir unas lágrimas por sus ojos dijo :

-         Esta bien, pero por favor que nadie se enteré, no lo soportaría…

Ya me podía sentir dueño de la situación y le dije que estaba bien, que no se pusiera tan triste que la deseaba mucho  y que lo ultimo que haría seria perjudicarla y que era mejor retirarnos a otro sitio para terminar esta situación de una vez. Ella asintió casi en silencio y me acompaño al automóvil.

Conduje el automóvil, hasta un hotel algo apartado del centro de la ciudad, transcurrió casi todo el camino en silencia y tome una habitación a la que se dejo conducir, pensativa pero resueltamente. Una vez ahí,  ella se sentó en un  cómodo sillón frente al TV y permaneció quieta. Sabia que estaba ante una chica impresionante, en una situación forzada por mi loco deseo de poseerla y no podía hacer las cosas apuradamente, estaba dispuesto a usar todos los recursos necesarios para hacer esta conquista lo mas placentera para ambos y no estropearlo mas; así que pedí 1 botella de Champagne al servicio de cuartos, para aflojar la tensión.

Me acerque a ella delicadamente en el sillón y acariciándole las manos le ofrecí  una copa que me recibió y tomo rápidamente, tome la mía y le ofrecí una segunda copa la cual tomo un poco mas lentamente a mi solicitud para que se relajase. Dejando las copas de lado, me aproxime mas aun y mis manos comenzaron a recorrer sus piernas y muslos por debajo de la ceñida falda, mientras ella se recostaba y estiraba en el sillón algo tensamente. Sus muslos y piernas eran suaves y firmes, su piel se escarapelaba un poco pero fue cediendo al efecto del champagne, tornándose mas receptiva, lo que aproveche para acercar mi rostro a su cuello oliendo su delicado pero excitante perfume, podía sentir su aliento y respiración que se tornaba entrecortado, y no espere mas y comencé a besar primero con besos cortos y luego con besos profundos su cuello, orejas, mejillas hasta acercarme a sus rojos y carnosos labios, semicerrados al comienzo pero que se abrieron a los ataques exploratorios de mi lengua. Ella se dejaba hacer, pero aun tenia los ojos cerrados y la cabeza a un lado como no queriendo enfrentarme.

A la par que vencía la resistencia de sus labios mis manos habían logrado deslizarse por debajo de su truza y acariciaba su velludo monte de venus, hurgando ocasionalmente su clítoris y sus labios vaginales que aun se encontraban secos provocando pequeños resaltos de su cuerpo en el sillón.

Después de juguetear un rato , deslicé mi mano siempre por debajo de su truza hacia sus grandes y firmes nalgas  restregándolas y asiéndolas firmemente. Mi excitación estaba al máximo y mi erección por igual me exigían mayor contacto de piel a piel por lo que la despoje de su truza a lo que ella colaboro casi complacientemente mientras me bajaba el pantalón y calzoncillo y entrecruzaba mis piernas con la de ella logrando que mi pene sintiese sus partes mas intimas. En este movimiento mis labios se fueron deslizando hacia sus pechos, mientras me deshacía de su polo y sujetador, quedando liberados ambos frutos tan deseados, los cuales así firmemente con mi boca uno por uno sintiendo su calor y lameteando y luego succionando sus pezones que respondieron erizándose. A este paso ya no la sentía tensa, si no más bien complaciente a mis acciones con movimientos espasmódicos lentos de su cuerpo a mis caricias y la respiración entrecortada.

Ya completamente desnuda la tome de la  mano y sin dejar de besarla la conduje a la cama , donde la recosté suavemente y mientras acariciaba sus senos circularmente, bajaba mi boca por su vientre , hacia su pubis y hacia su conchita, la cual lucia rosa nacarada rodeada de grandes vellos y se notaba algo húmeda, a lo que contribuí con movimientos diestros de mi lengua a lo largo de sus labios y semiintroduciendoles en su rajita, para luego masajear su clítoris sostenidamente entre caricias y succión alternadas por espacio de casi 10 minutos. Esto último venció totalmente su resistencia y podía notar como se convulsionaba su cuerpo mientras asía firmemente sus nalgas con mis manos y se humedecía totalmente. Sus gemidos eran ahora evidentes y respondía con caricias espontáneas a mi torso, cuello y me tomaba de los cabellos suave y firmemente al ritmo de sus movimientos espasmódicos de cintura. De repente sus movimientos se hicieron mas frenéticos  y tras una serie de sacudidas con su conchita sobre mi cara y un gemido sostenido se relajo totalmente dejando fluir sus jugos íntimos en gran cantidad, había logrado su orgasmo, lo que aproveche para arrodillarme entre sus piernas , separándolas y elevándolas sobre mis hombros para lograr el mejor ángulo de penetración.

Dirigí mi duro y erecto pene hacia su vagina y empuje firmemente, notando una leve defensa de su cuerpo a la arremetida, que sin embargo no detuve hasta vencer su resistencia a lo que ella emitió un apagado gritito de dolor y cuando sentí que todo mi pene estaba dentro de ella comencé a realizar suaves movimientos de entrada y salida alternado con movimiento circulares  que me permitían gozar al máximo de su virginal y aunque bien lubricada , siempre estrecha vagina.

Ella me siguió en estos movimientos acompasados, emitiendo gemidos cortos,  y alcanzando un nuevo orgasmo después de algunos minutos casi al mismo tiempo en que la sensación del clímax me alcanzaba y eyaculaba una gran cantidad de esperma caliente en su conchita. Luego de terminar, sin salir de ella me incline sobre ella para besarla profundamente a lo que me acepto y nos enlazamos en un largo juego de lenguas mientras alcanzaba la relajación completa.  Me retire delicadamente, y pude ver un pequeño hilillo de sangre entremezclado con semen que resbalaba por sus muslos, manchando la cama, así como embadurnaba mi pene, lo que me provoco una sensación adicional de placer y orgullo consumado. Me acosté al lado de ella y la abrace, quedándonos quietos hasta unas horas después, en la que la lleve a su casa.

Después de esta aventura, a pesar de sentir que ella también había gozado de nuestro encuentro, me sentí culpable por haber premeditado toda la situación, le pedí disculpas, la ayude económicamente unos meses mas pero me aleje de ella, por miedo a lastimarla mas, y luego que termino sus practicas , no volví a saber de ella nunca mas, pero fue tal vez la mejor experiencia sexual que he tenido en mi vida.

ElSanto.

Datos del Relato
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