Faltaba una semana, para tan esperado día, el día de mi boda, y mis amigas habían preparado ya mi despedida de soltera, que prometía ser divertida.
Se hicieron con un disfraz, para mí, para que todo el mundo se diera cuenta de quien era la afortunada novia, así que me pusieron un disfraz de conejita. La verdad es que estaba graciosa con aquellas orejas y aquel rabito, y porque no decirlo bastante sexy..
Me llevaron a un restaurante a cenar y allí me colmaron de regalos y bebida, entre los regalitos, no faltaron las tipicas "pollitas saltarinas" y un biberón que llenaron de bebida y por él que yo tenia que beber y chupar las dimensiones descomunales de aquella polla de plástico. Todo fueron risas y confesiones picantes entre nosotras, bebímos, reímos, y yo seguí chupando y bebiendo de ese biberón tan especial.
Despues de cenar, nos dirigimos a una discoteca, entramos, bailamos, reímos seguimos bebíendo, el alcohol, ya empezaba a tener sus primeros efectos en mí, tenía ganas de comerme el mundo y pasármelo en grande mi último día de juerga como soltera.
Estaba bailando y noté como unos ojos se clavarón en mí. Del rabo y de las orejas de conejita , que tanto empeño habían puesto mis amigas para que llevara, no quedaba rastro ya, un grupo de chicos que estaban cerca de nosotras jugeteaba con ellos, y pasaba de una cabeza a otra. Seguía notando que alguien me estaba mirando , seguí bailando y bailando... a unos metros de mí había un chico que me miraba, era guapo, alto y enseguida me sentí atraida por él. Su mirada era descarada, me estaba desnudando, con tan solo mirarme, y a mi me gustaba sentirme así, sentirme el objeto sexual de aquel desconocido que tan solo con su mirada era capaz de excitarme. Paré de bailar y me quedé mirándolo fijamente, él me invito que siguiera bailando para él con un gesto de la mano, seguí bailando y mirando a aquel desconocido que aún no se había acercado a mí, ni siquiera me había dirijido la palabra, ni rozado con su mano y había conseguido que mis bragas estubieran completamente mojadas, su sola presencía, su manera de mirarme, me producía placer, deseaba, que sus manos me tocaran que su boca lamiera todo mi cuerpo, su sexo... deseaba su sexo... Lo deseaba a él.
Empecé a caminar hacía la salida de la discoteca, segura de que él iría detras de mí, cuando estaba apunto de cruzar la puerta , para salir a la calle, noté su cuerpo muy cerca de mí sus manos se posaron en mis nalgas, y noté su aliento en mi cuello, estaba completamente mojada y excitada. Aprete mi cuerpo contra el suyo, y pudé notar su sexo duro en el nacimento de mi espalda, la piel se me erizó, deseaba que destrozara la noche en mi cuerpo, entregarme sin más...
Nos encontrábamos ya en la calle, andamos unos pasos y tiró de mi mano y me metío en un portal cercano a la discoteca. Empezamos a besarnos sin control, sus manos recorrían todo mi cuerpo, apretaba mis nalgas, mis pechos, se apretaba contra mí con fuerza y yo notaba su sexo en mi cuerpo, me levanto el top y el sujetador, lamió y mordisqueó mis pechos, y a mí se me escapaban pequeños gemidos. Mis manos buscaron apresudarmanete su sexo bajo el tejano, lo notaba duro y estaba deseosa de verlo, besarlo y tenerlo, cobijarlo en mi sexo húmedo y caliente. Fuí desabrochando su pantalón mientras él me tenía agarrada del pelo y tiraba de él hacía atrás mientras besaba y mordía mi cuello, mis hombros y mis pechos... Ya tenía su sexo en mis manos, y notaba el calor que emanaba de él sus formas, pero quería más, me arodillé, allí mismo en el portal y empecé a besarlo. Primero fui dando ligeros lametones de arriba abajo, jugando con mi lengua y poco a poco me lo fui metiendo en la boca, él notaba como el calor de mi boca inudaba poco a poco su sexo y ligeros gemidos salian de su boca, lo que a mí aún me excitaba más y seguí lamiendo y chupando su sexo comiéndomelo y disfrutándolo como el mas rico de los majares. Mi boca bajaba y subia por su sexo, mi lengua lo recorría de arriba abajo y me encantaba la sensacíon de tenerla para mí, él me pedía que siguiera, con la voz entre cortada, pero yo me incorporé. Le besé y lamí el cuello, me acerqué mucho a su boca y saqué la lengua invitando a que él hicera lo mismo y rozará su lengua con la mia... casi mi lengua rozaba sus labios y mi mano le acariciaba los cojones... Cuando con brusquedad, me dio la vuelta, me pusó contra la pared y se apretó mucho a mí, me apartó el pelo mordió con fuerza mi cuello y me dijo...
- Voy a follarte, pequeña zorra!
Sus palabras me excitaron tanto salío de mi sexo una chorro de mi elexir que mojó todavía mas mis bragas. Me apretaba fuerte contra la pared una de sus manos apresaba uno de mis pechos con fuerza, y la otra recorría mi sexo con mucho acierto, acariciaba mi clítoris, y metía sus dedos dentro ,el roce de sus dedos en mi coño hizo que me corriera y que gimiera y él me beso en el cuello, me sonrió y dijo...
_Eres una chica muy mala! Me levanto la falda, aparto mi tanga, con sus piernas obligó a que yo abriera más las mias, me apartó de la pared un poco , me inclinó hacía delante y paseó su expléndida polla por mi culo y mi coño...haciendo que yo todabía deseara más que estubiera dentro de mi.
_ Que opinaría tu futuro marido de esto? Me dijo mientras me la metia por detrás, cuando su polla entró en mí no pude contener los gemidos , me producía un placer increible, golpeaba con bastante agresividad, y yo nota como salía y entraba de mí, empecé a sentir vértigo de placer, me agarraba por la cintura empujándome con fuerza hacía él, sentía todo su sexo dentro de mí, sus idas y venidas, me estaba desgarrando el alma de placer. Me susuraba palabras entre cortadas por sus gemidos de placer, dios!!! creí que me iba a desmayar de placer, mi orgasmo fue intenso y gemia sin control, dándome igual que estubiera en un portal y que alguien nos pudiera ver y oir.
Yo quería llevarme algo más de ese desconocido que había echo capaz que me rompíera de placer, quería que se corriera en mi boca y y chuparle ese sexo que tanto me había echo disfrutar me metí su polla en la boca y chupé con entusiasmo de nuevo ,él gemia, y mi lengua y mi boca se apoderaban du su sexo... me encantaba su sabor, el acariciaba mi pelo y yo por sus gemidos sabía que pronto iba a culminar su placer.
Su semen inundo mi boca y tragué hasta la última gota, me encantó el sabor de su sexo, su semen y su piel. Me levanté y le besé, él me abrazo yo rodeé entonces mis brazos por su cuello, apoyé mi cabeza en su pecho, levantó mi cara con su mano para que le mirara a los ojos y me dijo:
_ No te olvidaré pequeña zorra- ¿oyes? no te olvidaré...