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Y aquí seguimos la madre de mi novia y yo, manteniendo relaciones sexuales esporádicas, muy esporádicas, porque nos cuesta mucho quedar y no levantar sospechas. Aunque la verdad es que luego los encuentros son de sexo mucho más intenso y placentero y esto es, probablemente, por las ganas que tenemos de poder quedar y por lo que nos cuesta hacerlo.
Era ya verano, mi novia y sus padres se iban al chalet, yo iba de vez en cuando y aquella semana me quedé a dormir.
Era un día caluroso, después de comer estábamos en el jardín, yo me metí en la piscina, mi novia se quedó tomando el sol y su padre leyendo el periódico y durmiendo, su madre estaba por casa, de pronto salió y se vino a la piscina, entro por las escaleras dándome la espalda, llevaba un bikini bien pequeño, o era de su hija o era suyo pero de hacía muchos años, en su culo más bien parecía un tanga pues le cubría poco las nalgas, se metió en el agua y se giró, de sus pechos tan sólo cubría poco más que los pezones, y estos al notar el frescor del agua se endurecieron y se marcaban sobre la tela. A mi aquello me empezó a poner caliente.
Se metió del todo en el agua y empezó a bucear hacia mi, su marido y su hija no hacian caso, yo estaba quieto en un extremo de la piscina, ella se acercó a mi buceando y me puso la mano sobre el paquete, por encima del bañador. Me puse muy nervioso, nos podían ver en cualquier momento y no estaba tranquilo, luego salió a la superficie y me sonrió, volvió a alargar la mano y me la uso de nuevo sobre la polla, por un lado se me ponía dura y por otro la situación impedía que tuviese una erección
completa. Si hubiésemos estado solos otra cosa sería.
Para que no sospecharan, decía:
-Esta fresca, eh..
-Bueno, para mi no, esta bien, yo la noto hasta caliente.
-Eso es porque llevas un rato aquí.
Mientras me acariciaba la polla.
-Seguro que en un rato tu también la notas caliente.
-Si ya voy notando algo.
Yo entre que me tocaba la polla y aquella conversación me puse más nervioso y me aparté. Ella se alejó, se paró al otro extremo, miro a su hija y a su marido y viendo que no hacían caso ni estaban pendientes de nosotros, ella me hizo un gesto para que me acercara, yo ya estaba caliente, así que fui buceando hacia ella, al acercarme por bajo del agua, vi como se abría de piernas y con sus manos me llamaba hacia su sexo. Fui directo tropezando con ella, me mantuve bajo del agua, acerqué mi mano, ella se apartó el bikini y le ví aquel precioso coño, estaba completamente depilado, no se había dejado nada de vello, se lo acaricié, pasando mi mano sobre él. Luego subí a la superficie, quite mi mano de su sexo y me separé un poco. Ella me miró mordiéndose el labio inferior. Yo le hice un gesto de que aquello no podía ser.
Aquello me excitó muchísimo, pero también me puso muy nervioso, estaba seguro de que nos pillarían, había que dejar de hacerlo.
En ese momento mi novia se levantó y vino hacia la piscina, su madre y yo estábamos al otro extremo y cada uno en una esquina, mi novia bajó las escaleras igual que su madre, dándonos la espalda, ella si llevaba un tanga que le hacía un culito precioso, mientras bajaba miré a su madre, ella me miraba a mi con cara de enfado como diciéndome que estaba haciendo, mirándole el culo a mi novia, a su hija así.
Mi novia vino nadando hacia mi, me dio un beso y dijo que sólo entraba a refrescarse para seguir tomando el sol, enseguida salió. Su madre salió tras ella y dijo:
-Voy a preparar te con hielo, ¿quién quiere?
Sólo respondí yo
-Yo, yo quiero.
-Pues ahora sales y te vienes a la cocina, no lo voy a sacar aquí.
-Vale, ahora iré.
En esos momentos no podía salir, estaba medio empalmado y se me notaría.
Al poco salí y me fui a la cocina, ella estaba junto al fregadero, mirando por la ventana hacia la piscina:
-Ven acércate.
Yo fui hacia ella, a su lado, por la ventana se veía bien a su marido y a su hija. Enseguida se puso a mi lado derecho, metió su mano por dentro de mi bañador y me cogió la polla:
-Esta fresca y caliente a la vez.
-Es que me has puesto
-Es que tengo tantas ganas...
-Yo también pero aquí nos van a pillar, se nos notará.
-Bueno, relájate, desde aquí los vemos a los dos, si vienen disimulamos.
-Si pero no nos dará tiempo a vestirnos
-No te preocupes te hago una paja, que es lo único que podemos hacer ahora sin que acaban viéndonos.
Me bajó el bañador hasta debajo de mis huevos, con su mano derecha me acariciaba la polla, la izquierda la puso sobre mis nalgas y la parte alta de la raja que las separa. Empezó a meneármela, miraba de vez en cuando por la ventana para controlar a su marido y a su hija, yo también iba mirando, estaba algo nervioso por el lugar donde me estaba masturbando, pero pronto deje de mirar por la ventana, no podía apartar la vista de aquella mano que me estaba pajeando, me la puso dura y empezó a jugar con la piel, me pajeaba despacio, deleitándose en el movimiento, la cogía con fuerza, yo ya respiraba fuerte, excitado. Yo me había hechos muchas pajas, pero aquella era espectacular. Me la hacía tan bien, con delicadeza, empezó a aumentar el ritmo, cubriendo mi glande con la piel y descubriéndolo, su mano me estaba haciendo una paja con maestría, se movía deslizándose ligeramente a lo largo del tronco de mi polla en cada movimiento, y aquello era tan placentero, que gusto. Yo ya no pensaba donde estaba, ya sólo en como me masturbaba ella, esperaba que ella si estuviese pendiente de la ventana, sino acabaría mal aquello.
Seguía pajeándome, hasta que no pude más, me erguí, me quedé recto, aguantando la respiración, ella hizo los últimos movimientos y me corrí, descargué el primer semen sobre el mueble de cocina, luego ella puso su mano en forma de cuenco y fue recogiendo el resto , con la otra mano me empezó a ordeñar, sacándome todo el semen y dejando que cayera sobre su mano. Ya no me salía más, ella me miró y se
o llevó a la boca, lo absorvió, me lo enseño sobre la lengua y se lo tragó.
-Que rico, a mi también me toca disfrutar de algo.
-Joder, que paja.
-Siii, ¿te la he hecho bien? ¿Te ha gustado?, si tu te habrás hecho muchas.
-Bien no, superbien. Yo me hago muchas pero no tan placenteras.
-Ya, ya, pero eso es por que es otra mano la que te la hace, y claro eso...
-Y que mano, que experta.
-Bueno vamos a limpiar esto y nos sentamos a tomar el té, que aun nos pillarán.
-Vale, porque esto es una locura.
Le dí un morreo y me guardé la polla, ella acabó de limpiar el semen del mueble.
Nos sentamos y ella se puso seria:
-Como le mirabas el culo a mi hija, ¿nooo?
-Como quieres que se lo mire, con el tanga me pone que no veas.
-Te pone su culito, pues mira ves olvidándote de él
-¿Cómo?
-Que te vayas olvidando de su culo. Quiero que sólo me la metas a mi por el culo, en exclusiva. Ni a m hija ni a ninguna. Quiero que mi culo sea el único que penetres.
-Pero ¿cómo no se la voy a meter a tu hija? Si tiene un culito.....
-No decias que te dejaba pocas veces, pues no te costará mucho olvidarte de él y ella no te lo pedirá. Tu verás lo que haces, o sólo me follas a mi por el culo y te olvidas de los demás o si quieres olvídate del mio y de mi, claro. Tu eliges.
Aquello me dejó sin palabras, con lo que me gustaba metérsela a mi novia por el culo, pero claro, no tenía alternativa o hacía lo que me pedía o la perdía y a su culo también, y además ella me dejaba metérsela más veces que mi novia. Lo tenía claro y además no tenía elección.
-De acuerdo
-Si pues dilo, quiero oirte decir que te vas a olvidar del culo de mi hija y que solo me lo vas a follar a mi.
-Vale
-No, pero dilo. Y no me engañes porque lo noto, que un día vino mi hija de estar contigo y le noté que andaba algo raro y no quería sentarse, y aún le pregunté si le dolía
el culo, me dijo que no que era del gimnasio, pero ya se que ese día se la metiste, así que si me mientes te pillaré.
-Te lo prometo, por el culo sólo te la voy a meter a ti, en exclusiva. Sexo anal sólo contigo, mi polla sólo para tu culo. Me olvido del de tu hija.
-Pero que bueno eres, como me gusta. Y que contenta me pones. Te haría una mamada ahora o te hechaba un polvo si pudiera.
-Si ya, si además yo ahora no podría, me acabo de correr con el pajote que me has hecho.
-Si pudiera te hacía correrte ahora mismo otra vez con una mamada, seguro, no pararía hasta que descargaras de nuevo.
-Joder, como me calientas.
-Pues bebe un de te y enfríate, que.... Bueno yo también lo necesito que estoy empapada ahí abajo.
-Ufff....... lo que te haría.
-Ya me lo harás, ya..
Así pasamos la tarde, yo tan caliente que después de cenar le dije a mi novia de ir a dar un paseo y acabamos hechando un polvo rápido, porque me corrí enseguida. Al volver su madre nos miró y me sonrió pícaramente, ya sabía que habíamos hecho.
Al día siguiente por las tarde mi novia dijo que tenía que ir al gimnasio, su padre a ver a los amigos y que tardarían 3 o 4 horas. Yo dije que me quedaba, que estaba cansado y su madre que tenía cosas que hacer en la casa.
Se fueron sobre las 5, yo estaba sentado en el sofá viendo la tele, su madre enseguida apareció con un albornoz y se sentó a mi lado, no lo llevaba bien cerrado y en el escote se le apreciaban sus dos grandes tetas. Me acarició la cara y empezamos a besarnos. Yo me abrí paso con una mano hasta tocarle los tetones, luego ella se desabrochó y llevé mi mano a su coño, estaba muy caliente y empezaba a estar húmedo. Se sentó, se abrió de piernas y me dijo que me arrodillara, que se lo comiera. Me puse entre sus piernas y llevé mi boca a degustar aquel coño tan exquisito. Estaba totalmente depilado, ya no se había dejado su triangulito de vello, parecía el coño de una mujer más joven. Empecé a chuparlo, a lamerlo, a comerlo. Me encantaba, ella miraba como se lo hacía y empezaba a gemir.
-Pero que gusto, sigue, sigue, cómemelo, así, así...
Empezó a manar flujos, a lubricarse solo, yo lamía y saboreaba. Luego me dijo que parara. Se levantó y yo también, ya tenía la polla durísima. Se notaba sobre mi bañador, lo levantaba. Ella al verla me la acarició y me dijo que la siguiera.
Vi que entraba a la habitación de su hija, se quitó el albornoz y me dijo que me desnudara. Para mi el sitio no era el mejor, me daba cierto reparo, le dije:
-¿Aquí?, quieres que lo hagamos aquí.
-Claro, es un buen sitio. Seguro que ya has probado en esta cama.
-Pero es que me da no se qué.
-Pues tiene que ser aquí.
Desde luego que yo estaba desnudo y empalmado y con unas ganas de follar que me hervía la sangre, y ella también desnuda, pues estaba claro, si ella quería ahí, pues sería ahí.
Me hizo sentarme en la cama, ella puso un cojín en el suelo, se arrodilló entre mis piernas y fue con la boca abierta directamente a mi polla, que estaba totalmente erecta.
Pasaba sus labios por el glande, completamente hinchado, rosa y morado, descubierto de piel, brillante, no pasaba sus labios y su lengua más abajo, sólo se metía el glande, repasándolo con la lengua, llenándolo de saliva, le iba cayendo y se deslizaba por el tronco de mi polla, empapándola hasta los huevos. Poco a poco se fue metiendo un poco más, cada vez me la chupaba más, como una posesa del sexo, se la metía poquito a poco, hasta que sus labios tocaban la piel de mis huevos, la tenía toda, completa dentro de la boca, que impresionante, que boca, estaba completamente llena, hinchada, llena de polla, me miró, la retuvo un poco y se la fue sacando, dejando caer gran cantidad de saliva y volvió de nuevo a saborear mi glande y a hacer un movimiento de mete saca en su boca a la vez que jugaba con su lengua. Yo estaba totalmente excitado, calentísimo, que manera de mamármela, que placer, que gusto. Se la sacó, me la había dejado empapada con saliva, brillante y lubricada. Se levantó me besó y se fue a la mesita de noche de su hija, abrió un cajón y sacó unas braguitas de su hija, rojas con puntilla morada. Se las puso, le apretaban un poco, se fue a la cama y se puso a 4 patas, me dijo:
-Ahora quiero que me la metas por el culo.
-Con.. las bragas puestas
-Sí, las apartas un poco, pero quiero que me folles con estas braguitas puestas, así te acordarás de que sólo me l puedes meter a mi por el culo. Que seguro que estas bragas te recuerdan a mi hija. Así estaré más seguro de que sólo me lo harás a mi.
-No hace falta, ya te lo prometí.
-Da igual me la metes con las braguitas de mi hija puestas.
No tuve nada más que decir. Las bragas no le tapaban apenas el culo, las nalgas. Me puse detrás de ella, le aparté la tela a un lado, ella se movió y apareció ante mi su agujerito, rosadito en el centro, morenos alrededor. Me fui directo y le dí un morreo en el ano. Luego empecé a lamerlo, dejando en cada paso un poco de saliva para lubricarlo. Lo lamía, chupaba, besaba con tantas ganas, con tanto gusto que ella empezó a emitir ligeros gemidos. Le metía la lengua todo lo que podía y hasta mi nariz. Que ano, que culo más sabroso. Cuando lo vía bien mojado, me puse de rodillas tras ella, le cogí de las caderas y acerqué mi polla, ella suspiraba y aún no había empezado a metérsela. Fui acercando la punta, empecé a presionar y su ano empezó a ceder, a dejar entrar a mi polla. Ella cada vez que le metía la punta aguantaba la respiración hasta notar que el glande estaba dentro, parecía que le dolía o la impresión de que se le abría el culo. Yo sin dejar de presionar ya tenía metida la punta y me paré, le apartaba las nalgas y miraba como mi polla estaba metida en su culo, esa escena me excitaba muchísimo, me encantaba verlo, pero ella quería más:
-No te pares, que la quiero toda. Meteme toda tu polla, métemela toda, que sólo puede entrar en este culo.
-Ya, ya, es que me encanta darte por el culo y ver como te entra.
-Pues sigue metiéndola y mira bien.
Empecé a presionar de nuevo, mi polla estaba tan mojada, tan lubricada de saliva de la mamada que entraba despaci0o pero sin parar. La tela de las bragas me apretaba a un lado de la polla, me rozaba, me molestaba pero no se las iba a quitar así que no dije nada.
Llegué al final, se la había metido toda, mis huevos estaban rozando su coño. Empecé a moverme adelante y atrás, metiendo y sacándole la polla, la cogí fuerte de las caderas, ella se llevó una mano al coño, se lo acariciaba, se frotaba el clítoris con los dedos. Se estaba masturbando mientras yo se la metía por el culo, empezó a gemir, y cada vez más fuerte. Se notaba que le gustaba tener una polla en el culo. Le gustaba y mucho el sexo anal, ya empezaba yo a pensar que era lo que más le gustaba, más que por el coño y podía ser porque nunca lo había probado, por el coño lo había hecho muchas veces, pero por detrás no. Oyendo como gemía en cada embestida que le daba para penetrarla por el culo, se notaba que disfrutaba muchísimo. Eso a mi me calentaba y excitaba aún más.
Yo no podía parar de mirar como mi polla se deslizaba hacia adentro de su culo. Ella gemía y gemía cada vez más fuerte, yo aumenté el ritmo, ya no podía más, mi polla entraba rápida y fuerte, notaba que me llegaba, le apreté las caderas y le dí las últimas embestidas, me corrí, me corrí abundantemente, dentro de su culo, una corrida larga, con gran descarga de semen, ella no dijo nada, seguía masturbándose y al poco emitió dos gemidos gritando y empezó a suspirar fuerte, yo notaba como sus espasmos apretaban mi polla, su ano se contraía apretándomela. Había tenido un orgasmo. Yo se la seguí metiendo para acabar de descargas del todo, ella se giró, seguía suspirando, me miró, su cara era de absoluto placer. Se la saqué arrastrando parte del semen que le cayó hacia su empapado coño. Nos levantamos y nos besamos.
Ella se fue a por ambientador, el olor a sexo en la habitación era impresionante, echo por toda la habitación y por el resto de la casa para que su hija no sospechara de que sólo había echado en su cuarto.
Yo me puse el bañador, ella se quitó las bragas:
-Me voy a dar una ducha, tengo que enfriarme un poco que me dejas muy caliente. Ah, ten las braguitas de mi hija.
-¿A mi me las das?
-Sí, quiero que las próximas 5 veces que nos veamos las traigas, me las pondré cuando me la vayas a meter por el culo.
-¿Por qué?
-Porque sí, es una prueba que tienes que pasar. Tú guardalas y las traes, sino no habrá enculada.
-Como me las pille tu hija.
-Pues guardalas bien, que ahora son mías.
Ella se fue a su habitación, yo me quedé mirándola, como andaba y movía el culo, ese culo grande y hermoso que tanto me encantaba. Se giró y me lanzó un beso, yo le respondí con otro. Me fui a la piscina a bañarme, yo también necesitaba enfriarme.
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