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A los días tuve comida familiar en casa de mi novia, no sabía como iba a ser ver a su madre de nuevo. Durante la comida miraba a su madre y ella a mi, que situación más rara. Luego al ir a preparar el café me ofrecí a ayudarle, y en la cocina, sin alzar mucho la voz me dijo:
-No me mires así, que se notará.
-¿Cómo te miro?
-Como si estuviese desnuda, que ya te veo la cara.
-Pues es como te imagino, en la cama, desnuda...
-Ya, ya pero controlate que se te notará
-Y tú, ¡como me miras?
-Igual, desnudo y con la polla bien erecta.
-Joder, como me pones..
-Pues ahora no te pongas, dejalo para cuando quedemos.
-Y cuando va a ser eso, no se como hacerlo, porque con tu hija...
-Ya me encargo y sal, que aún acabaremos haciendo alguna barbaridad
-Barbaridad, si que te haría alguna, si.
-Tira para afuera.
Fuimos a la mesa con los cafés y ella enseguida dijo:
-Bueno tengo que ir al chalet el jueves, hay que cambiarunas bombillas. ¿Quién me lleva?
Yo no dije nada, su marido que no podía y su hija:
-Otros día yo si podría pero el jueves no
Su madre:
-Yo sólo puedo el jueves.
Mi novia me miró y me dijo:
-¿Por qué no llevas tú a mi madre, el jueves puedes, no?
-Yo sí, el jueves por la tarde sí.
-Pues ya está mamá, él te lleva.
-Vale, ya me recogerás.
Lo acababa de arreglar para ir solos, sin sospechas, la verdad es que lo preparó y arregló bien.
El jueves la recogí y fuimos al chalet, iba vestida con una falda corta y blusa con un buen escote, no pude más que mirarlo en cuanto subió al coche.
-¿Qué miras, con tantas ganas?
-Tu verás, si estás...
-Lo que estoy es mojadísima ya..
-Pues a mi me la pones...
Llegamos y dijo:
-Bueno primero haremos algo de faena, sino se notará, así que coge la escalera y cambiaremoslas bombillas.
Así lo hice, me subí y cambié la primera bombilla, ella estaba abajo y desde la altura se le veía aún mejor el escote, asomando gran parte de sus pechos:
-Que vista tengo desde aquí arriba.
-Pues yo veo poca cosa.
Enseguida llevó sus manos a mi paquete, acariciándomela por encima del pantalón, me quitó el botón, me bajó la cremallera y me bajó los pantalones y los calzoncillos, siguió acariciándome. Sólo con eso mi polla tuvo una erección en segundos. Me giré un poco, ella me dijo que bajara unos peldaños, hasta que mi polla quedó a la altura de su boca, me puso un dedo en el glande, lo tenía mojado, con líquido preseminal, ella lo fue esparciendo:
-Estas mojadito.
-Estoy que no aguanto.
-Pues nada, hago yo una parte del trabajo.
Se acercó, me cogió la polla y se la metió en la boca, empezó a chupármela, yo aguantaba como podía en la escalera, ella me miraba y eso de ver como se introducía mi polla en la boca, como me la mamaba, me hizo llegar al clímax y me corrí, le llené la boca de semen, ella seguía chupando. Que mamada. Ahora viéndola con la boca llena de semen yo no perdía la erección. Se lo tragó y me limpió bien la polla.
-Que buena está.
-Que mamada más espectacular me has hecho.
-Así te quitas un poco la excitación, para poder follarme luego un buen rato, un rato largo.
-Sí, pues me acabo de correr pero ya tengo ganas.
-Pero primero acabamos lo de las bombillas y además así te recuperas.
Así lo hicimos. Acabamos el trabajo y nos fuimos a la habitación. Yo me desnudé enseguida y me puse tras ella, fui desabrochándole los botones de la blusa,
se la quité y a través de su hombro veía sus pechos apretados por un sujetador fino, morado, que se transparentaba, se le veía la aureola y los pezones. Le cogí los pechos con las manos, apretándolos, besándole el cuello, ella respiraba con suspiros. Le desabroche y quite el sujetador y le masajeaba los
pechos, que enormes, no me cabían en las manos, se le endurecieron los pezones. Luego baje a su falda, le bajé la cremallera y le cayó a los pies, sus bragas, también moradas y transparentes apretaban su culo, haciéndolo respingón, llevé mis manos, las metí por dentro de sus braguitas y apreté sus nalgas, jugaba con
ellas, las apretaba, las movía, las acariciaba, las magreaba. Fui descendiendo y arrastrando entre mis manos las bragas hasta los tobillos, se las quité, mi cara estaba ante su culo, su enorme culo, su precioso culo, le besé en las nalgas y me levanté. Ella se giró y me cogió la polla con las manos, me iba pajeando, acariciando, meneando, nos besábamos, llevé una mano a su coño y empecé a acariciarlo, metí dos dedos para mojármelos y empecé a acariciarle el clítoris, con suavidad, ella me besaba, se separaba, se apoyaba en mi hombro y gemía.
Yo tenía la polla bien erecta y ella no dejaba de acariciármela, de pajearme, de arrastrarme la piel adelante y atrás, descubriendo el glande. Estábamos muy muy calientes.
Nos tumbamos en la cama y continuamos calentándonos con caricias, masajes y besos. No podíamos más, al menos yo. Me puse encima de ella y se la metí hasta el fondo, estaba tan mojada que entró directa. Paré y empezamos a morrearnos, mi polla quieta, pero metida en su coño, entera dentro. Luego sin prisa empecé el movimiento de mete saca, aprovechando en cada embestida para lamer sus pezones, ella puso sus manos en mis nalgas, marcándome el ritmo. Yo estaba calentísimo y menos mal que me había hecho una mamada antes, sino ya me
habría corrido. Mi polla estaba empapada de sus jugos y resbalaba al entrar y salir. Tenía que descansar, así que se la saqué y me puse a su lado, chupándole una teta, ella me apretaba la cabeza.
Luego se levantó y se puso a cuatro patas, me dijo que la follara como los perros, me puse tras ellas y se la metí, mis manos apretaban su culo, le separé las nalgas, que preciosidad lo que veía, que culo, que ano, que excitante, y acerque mis dedos gordos, empecé a acariciarle y masajearle el ano, ella se quedó parada y le dije:
-Quiero tu culo.
-¿Cómo?¿Cómo que quieres mi culo?
-Si, quiero tu culo, quiero metértela por el culo.
-¿Por ahí?, eh....
-Sí, por ahí, por detrás.
-Pero...nunca lo he hecho por ahí, nunca me lo han hecho
-¿De verdad? ¿Nunca?, pues déjame que te lo haga, hazme ese regalo.
-Pero... tu si lo has hecho, ¿a mi hija se lo has hecho?
-Sí alguna vez.
-Alguna, así que ha sido más de una vez.
-Sí, cuando me deja.
-Y no siempre te deja porque duele, claro.
-No, no se porque, pero a mi me encanta meterla por ahí.
-Ay cariño, no se.
-Venga, por favor, déjame, con el culo que tienes disfrutarás, ya verás.
-Bueno te dejo que me lo hagas, pero como me vaya mal te acordarás.
-No, no irá mal, ya verás que gusto.
-Gusto para ti, para mi ya veremos, pero puedes probar.
Aquello me puso excitadíismo, le saque la polla del coño, le abrí las nalgas, bajé la cabeza y llevé mi boca a aquel ano, rosadito, llamándome para besarlo, chuparlo, lamerlo. Así que empecé a lamerlo, ella dio un respingón, se quedó como que eso si que no lo esperaba nunca:
-¿Me lo estás chupando?, ¿me estás lamiendo el culo, el agujero?
-Claro para prepararlo, y porque me gusta chuparlo.
-Que cosas haceis, ¿a mi hija también se los chupas?
-Claro que sí, me encanta hacerlo, verás como mi lengua ahí te gusta.
-Esto si que es lo último que me esperaba, el novio de mi hija chupándome y besándome el culo, pero de forma real.
-Esto es parte del sexo, todo es sexo y a mi me pone, y además con el culo que tienes, tan hermoso y bueno, me encanta.
Seguí chupándole el culo, ella ya se dejaba hacer, de vez en cuando alargaba mi lengua hasta su coño, que estaba bien mojado y volvía a su ano, a su culo, le metía la punta de la lengua, y creo que ella ya empezaba a disfrutar, disfrutaba de sus culo, de que yo se lo comiera. Estuve un buen rato, porque me gustaba hacérselo y sobre todo porque estaba tan excitado que necesitaba un descanso para no correrme nada más penetrarla.
Cuando lo tenía bien mojado me puse de rodillas detrás de ella, le abrí las nalgas y empecé a pasarle el glande por el ano, a frotárselo con la punta, verla así a cuatro patas y mi polla apunto de penetrar su culo me puso a mil. Me cogí la polla con una mano, la dirigí bien a la entrada de su culo, centrada en su ano y empecé a presionar, a notar como mi polla iba entrando, abriendo ese culo, ella se quejaba un poco, no mucho, estaba bien mojada, bien lubricada y el culo era grande, el ano, no estaba muy cerrado, así que pronto metí mi glande, ella al notarlo gritó un poco, no muy fuerte y se quedó con la boca abierta, se giró y me miró, yo puse cara de cachondo y no dijo nada. Notar como su culo apretaba mi polla era muy placentero, puse las manos en sus nalgas y fui empujando poco a poco, notaba como iba entrándole, bien apretada, bien sujeta, ella a cuatro patas, con la cabeza bien levantada, debía ser por el dolor, pero no decía nada, sólo emitía algún pequeño quejido
-Ahhh,ahhh, ahhhh
Yo le separaba bien las nalgas para ver como mi polla le entraba y salía, cuando vi que se la había metido toda paré, me recosté sobre su espalda, besándola
-Ya la tienes toda dentro
-Ya la noto, ya, me duele un poco...
-Hasta que se acostumbre un poco a estar abierto, ahora enseguida disfrutarás de la enculada.
-Enculada, buen nombre. Así es como me tienes enculada.
-Bien enculada porque tienes un culo precioso, que se ha tragado toda mi polla.
-Ya, ya...
Empecé a moverme adelante y atrás, follándola por el culo, notaba mis huevos golpear en su coño, húmedo, mojado. De vez en cuando alargaba la mano y se lo acariciaba, se mojaba mi mano y le acariciaba su abultado clítoris.
En poco tiempo empezó ella a disfrutar al notar una polla en su culo, de los quejidos fue poco a poco pasando a gemidos. Aquello me excitó, pensaba que si seguía quejándose me pediría que se la sacara, ahora al oir sus gemidos sabía que le esteba gustando. Les estaba gustando ser penetrada por detrás, le estaba gustando ser follada por el culo, le estaba gustando el sexo anal. Y la suerte para mi era que era mi polla la que estaba disfrutando de su culo y era la primera que le entraba. Me había regalado su culo, su primera vez de sexo anal. Yo esperaba que no fuese la última, me encantaba su culo y oyéndola gemir estando enculada, sabía que lo volveríamos a hacer.
Era increíble la suerte que tenía, hacia un tiempo le había desvirgado el culo a mi novia y ahora se lo estaba desvirgando a su madre. Que suerte disfrutar de los dos culos, de haberlos estrenado con mi polla. A mi novia me constó más que se acostumbrara a tener una polla metida por el culo, a su madre entró mejor, estaba el ano menos rígido, un culo maduro.
Mi polla entraba y salía ya deslizándose sobre su ano, estaba mojado, pero algo apretado. Era una sensación maravillosa, aquel enorme culo me apretaba bien la polla y me daba tantísimo placer.
Continué follándola bien por el culo, pero tanta excitación podía conmigo, después de un rato ya llegaba al final, le cogí de las caderas y empecé a metérsela con más fuerza, sus nalgas golpeaban en mis piernas, mis huevos en su coño y mi polla entraba y salía abriéndole el culo con fuerza. Noté como llegaba y sentí una corrida inmensa y eso que me había corrido con la mamada. Pero tanta excitación me hizo llenarle el culo de semen, ella gemía y se movía, se giró y me miraba, en su cara vi satisfacción, le había gustado, yo seguía metiéndosela pero sin fuerza ya, poco a poco para seguir descargando dentro, ella se mordía el labio inferior, que cara de gusto, de placer y era su primera vez por el culo, pero era tan precioso que era imposible que no hubiese
disfrutado.
Mi polla no quería perder la erección, notaba como su culo la apretaba y la mantenía medio dura. Al final se la saqué, un hilo de semen le salía por el ano, aún abierto, no podía dejar de mirarlo, se iba cerrando poco a poco, parecía que palpitaba. Ella se quedó en esa postura, a cuatro patas, yo me recosté a un lado y allí la miraba, ella se quedó quieta, allí estaba bien follada por el culo por la cara que ponía y sus enormes pechos colgando como las ubres de una vaca. Parecía que no podía moverse, al final se tumbó a mi lado, nos besamos:
-Me ha gustado. Me noto el culo raro, como abierto pero me lo toco y está cerrado. No me lo creo, pero de verdad que me ha gustado. Me parece mentira que por el culo se tenga placer, no me lo esperaba.
A mi aquellas palabras me llenaron de satisfacción:
-Ya te lo había dicho, es sexo.
-Si tu puedes decir lo que quieras, pero el culo es el mio, el culo que has abierto con tu polla, el que ha notado tu polla y la corrida dentro es el mio y no sabía como sería antes de probarlo. No sabía que iba a sentir.
-Si ya... pero a que es una pasada el sexo anal, eh..A mi me encanta
-Ya lo creo que es bueno. A mi me ha gustado, habrá que repetirlo.
-Por mi cuando quieras
-Habrá que preparar otro día como hoy, que sino tu hija.
-Pues ya lo prepararemos.
-Si ya pensamos en algo.
-Pensar, yo si que estoy pensando en algo
En ese momento se abrió bien de piernas y miró hacia su coño, yo le seguí la mirada hasta llegar a él:
-Bueno, yo te he dejado disfrutar de mi culo, ahora me podías hacer disfrutar tu a mi, de mi coño, con tu lengua ¿me lo comes?
-Te lo como, chupo, lamo, beso y todo lo que quieras te hago.
Bajé hasta su coño, me puse entre sus piernas y me acerqué, primero disfruté observándolo, era precioso, recién depilado, muy suave al tacto, un triangulito de vello bien cortado apuntando a su clítoris, estaba abultado, sobresalía como si fuese uno de sus pezones, blanquito y rosado brillante, enorme coño con labios hinchados,
carnosos, morenos en la parte de arriba y rosados hacia el interior, apareciendo su agujero, su vagina, llena de flujo sexual de hembra, que desprendía un aroma exquisito a sexo de mujer, estaba mojadísima y todo su sexo estaba brillante, acerque mi cara, primero besé aquellos labios como su fuese su boca, luego empecé a lamerlos, los estiraba con mi boca y se alargaba mucho aquella piel de su sexo, los chupaba, pasaba mi lengua por todo el coño, la metía en su interior recogiendo sus jugos, parte me los tragaba y parte los arrastraba a lo largo de su coño, me impregné bien de jugos y los llevé a su clítoris, empecé a chuparlo con suavidad, tan delicado, tan sensible, tan excitado, lo atrapé entre mis labios y empecé a mover la punta de mi lengua despacio, poco a poco, de un lado a otro, luego en círculos, aumentando lentamente el ritmo. Oía como ella gemía, se movía levantando la cadera, me puso una mano en la cabeza, acariciándome y marcándome el ritmo, me la apretaba contra su coño. Yo no paraba de chupar su clítoris y continuaba con el resto de su sexo, ella me apretaba cada vez más contra su vagina, yo me la comía entera, que gusto, lamía, relamía y chupaba sin descanso aquel maravilloso coño, ella cada vez se movía con más ímpetu, volví a su clítoris, quería que disfrutara al máximo, darle el máximo placer como ella me había dado a mi, chupé aquel crecido clítoris con ganas, estuve no se cuanto tiempo comiéndoselo, pasaron al menos 20 minutos, me dolía el cuello de la postura pero no pensaba parar, tenía que hacerle disfrutar, se lo merecía. Pasaba mi lengua por el clítoris, haciendo círculos como si fuese un pezón, cada vez con más ritmo, ella gemía y jadeaba cada vez más, al final gritaba con cada gemido, yo ya movía la punta de mi lengua en todas direcciones, ella se movía cada vez más, levantando el culo, como si estuviese follando, jadeaba y jadeaba, yo no paraba de chupar y de pronto lanzó un grito y los jadeos empezaron a pausarse, pasando a suspiros, noté que del interior de sucoño empezó a salir gran cantidad de flujo, más líquido, imparable, llevé mi lengua allí, primero para dejar su sensible clítoris y no hacerle daño y porque quería aquel jugo sexual, lamí y absorví el que pude, me lo tragué , estaba algo ácido, pero buenísimo, seguía manando flujo y le resbalaba por todo su sexo, hasta las nalgas, el ano y cayendo a las sábanas. Se había corrido y de que manera, y con mi lengua.
-Ha sido uno de los mejores orgasmos de mi vida. Que bien locomes.
Yo no podía decir nada, estaba emocionado de haberle dado tanto placer a aquella mujer, y con mi boca. Y mira que habría tenido orgasmos en su vida y yo había tenido la suerte de hacerle disfrutar con uno de los mejores.
-Si a mi hija se lo comes igual, seguro que no te dejará nunca. Y si lo hace no sabe lo que se pierde.
-Si estamos juntos no será sólo por el sexo.
-Ya, ya pero es muy importante.
-Bueno, la verdad es que comértelo a tí me excita mucho más. Tienes un coño enorme y delicioso. Y si lo dejo con tu hija, espero que nosotros sigamos viéndonos.
-Eso tenlo por seguro. Si lo dejas da igual, nuestra relación es aparte. Quiero tener sexo contigo muchas veces.
-Yo lo tendría todos los días.
-Pero eso no puede ser tenemos que ir preparando bien nuestros encuentros.
Allí nos quedamos, ella tumbada boca arriba, yo de lado a su lado, ella con una mano apretándome la punta del glande, acariciándome la polla, y yo con una mano en su húmedo, mojado, empapado coño, sin tocar el clítoris, pero acariciando sus labios, su sexo. Pensando en nuestro próximo encuentro y en las pajas que me tendría que hacer hasta entonces, y recordando lo vivido hoy.
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