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Entonces tenía 21 años, yo era un tío normal, estatura media y estaba fuerte. Tenía una
novia de 20 años, morenita, pelo largo y con coleta, guapa y que desnuda me
ponía enseguida a mil.
Un día me dijo que el sábado se iba todo el día a unas clases de inglés, “jornadas de convivencia inglesas” le llamaban. El viernes por la tarde me llegó un correo electrónico misterioso, desconocía la dirección y me ponía:
-Deseo Re-(Conocerte)
Al principio me dejó sorprendido, pero contesté:
-Pues Re-conoceme
-OK, pues te espero mañana a las 10 en esta dirección ¿vale?
Yo conocía la dirección, era la casa de los abuelos de mi novia, ya fallecieron, yo había estado con ella allí, para ver alguna película y ....
-De acuerdo, allí estaré
-Sólo te pido que cuando llegues te pongas un antifaz que te dejaré en la mesa, y no tienes que hablar. Si no es así no nos veremos.
-De acuerdo como tu digas.
Yo sospeché, sería una sorpresa de mi novia, me dijo aquello de las clases de
inglés, pero no la vi muy convencida.
Llegó el sábado y a aquella dirección me dirigí, la puerta de la casa estaba
entreabierta, pasé al salón y allí estaba el antifaz y una nota a ordenador:
-Ponte el antifaz y no mires, si no todo se acabará. Quítate las zapatillas y espera de pie.
Hice todo aquello, estaba intrigado.
Al poco noté como alguien se acercaba, oía su respiración, llevó sus manos a mi pecho y empezó a desabrocharme la camisa, luego el pantalón, bajándome la bragueta
despacio y luego dejando que me cayera hasta los tobillos. Yo me dejaba hacer,
pensaba en mi novia en lo que se montaba para sorprenderme. Estaba tan solo con
los calzoncillos y noté que empezaba a acariciar mi cuerpo, pero no notaba sus
manos directamente, parecía llevar unos guantes de látex, iba recorriendo mi
pecho y fue bajando hasta mis calzoncillos, los cogió y empezó a deslizarlos
hasta los pies y me los quitó.
Allí estaba yo, de pie, desnudo, sin poder ver nada y alguien acariciándome con guantes.
Aquella situación me excitaba, y mi polla se puso medio dura, de pronto noté como una mano sostenía mi polla y empezó a meneármela despacio, poco a poco, de repente noté una lengua húmeda recorriéndome la punta, empecé a tener una erección, se me llenaban todos los conductos de sangre, empezando a empalmarme, seguía notando la mano pajeándome y la lengua jugar con mi glande, seguidamente unos labios deslizaban mi polla hacia el interior de aquella boca, solo se metía y me chupaba el glande. Me
puse calentísimo, mi polla estaba completamente dura, erecta. Empezó a meterse
poco a poco un trozo más de mi polla, me la iba chupando hasta que noté como
por su labio inferior su lengua llegó hasta mis huevos, se la había metido toda y seguía chupando, como recorría mi polla con su lengua, con sus labios. Mi novia había estado viendo pelis porno para hacérmela tan bien, y en ese momento pensé “joder no habrá estado practicando con otro para aprender, no no puede ser, ella no haría eso,
practicaría conmigo”. Mi novia sabía que lo que más me gusta son las mamadas y
esta empezaba a ser extraordinaria. Me la hacía con delicadeza, con dulzura. Me
llenaba la punta de saliva, se deslizaba con maestría. Que mamada, que placer.
Paró, aquello me dejo con muchas ganas de correrme, y pareció levantarse, me cogió la punta de la polla y empezó a estirar, yo me quedé quieto, volvió a estirar, como ninguno de los dos decíamos nada, entendí que quería que caminara, así que empecé a hacerlo, ella me guiaba, yo me apoyaba en las paredes. Me llevó a una habitación, allí me tumbó
en la cama y continuó haciéndome aquella maravillosa mamada, la saboreaba, la
chupaba, la lamía, succionaba mis huevos, los lamía, me llenó la polla de
saliva. Mantenía una mano con su guante en mi polla y con la otra me acariciaba
los testículos. Aquello para mí era placer máximo, aunque habría preferido
sentir sus manos y no unos guantes. Siguió un rato, yo no decía nada, ella
tampoco, sólo se oía como se tragaba mi polla, el sonido de la saliva sobre mi
polla y sus labios, era maravilloso, me encantaría poder mirar como me la chupa. No veía nada, solo sentía, sentía como aquella boca me estaba comiendo la polla como si fuese la última que se iba a meter. Que gusto.
Paró de chupar, oía como se quitaba los guantes, y enseguida pasó todo muy rápido, se puso encima de mi una pierna a cada lado, sentía algo húmedo apoyado sobre mi polla, noté como unos pechos que debían ser enormes se apoyaban sobre mi torso
y empezó a besarme. Aquella no era mi novia, aquellas tetas no eran de ella, y pesaba
más, sus piernas las notaba más gruesas, sus pechos eran 3 veces más pesados y
su boca, bueno sabía a mi polla, pero eran unos labios más gruesos.
Empezó a quitarme el antifaz, al verla me quedé paralizado, ella me puso el dedo índice sobre los labios y me dijo:
-Ssssssssssssssh, no hables, no digas nada ahora, Disfruta. Sólo disfruta, quiero que hagamos el amor.
Yo no podía hablar, estaba anonadado, paralizado, hasta lo noté en la polla, que perdió parte de la erección, a pesar de tener a aquella mujer desnuda encima de mí.
Aquella mujer era la madre de mi novia.
Increíble, me dejó sin saber como reaccionar. Ella notó que había perdido algo
de erección, así que metió una mano entre los dos cuerpos y empezó a
acariciarme la polla, luego se puso con el coño, bien mojado y pegado a mi
polla, no se lo veía pero lo llevaba depilado, lo notaba muy suave, empezó a
moverse, frotándose con mi polla, bien mojada, aquello me hizo reaccionar y a
mi polla también. Seguía moviéndose y mientras me besaba en la boca, metiéndome
su lengua, noté como mi polla resbalaba y empezó a penetrar en su coño con
suavidad, ella se iba moviendo para metérsela cada vez un poco más. Aquello me
gustaba, por supuesto y mucho, pero era la madre de mi novia, no lo esperaba.
Que hacer, me preguntaba, y no tenía respuesta.
Ella se levantó un poco, sin sacarse la polla y ahí pude ver sus enormes pechos, eran los más grandes que había visto hasta entonces, con una aureola grande, oscura y unos pezones erectos apuntando hacia el frente. Se quedó quieta.
-No me digas que no te gusta
-Si, claro que me gusta, pero...
-Pero que, nada de peros, llevo tiempo
pensando en que hacemos el amor y en cuanto he tenido la oportunidad, la he
aprovechado
-Pero...
-No pienses en nada, ni en mi hija, sólo
piensa en disfrutar, en follarme, relájate y si eso luego hablamos, pero luego.
Ahora te quiero al 100%, no quiero que te distraigas. Quiero disfrutar, quiero
que me hagas el amor.
A aquello no pude negarme, era la madre de mi novia, pero era una mujer, estaba desnuda ante mí, con mi polla metida en su coño. Era atractiva. Ya vestida era atractiva, de 45 años, morena con media melena, ojos claros y buenas medidas, pechos grandes y buen culo. Y ahora que la veía desnuda era realmente atractiva. Estaba imponente. Que pechos, no podía apartar la mirada, ella me cogió las manos y las llevó a sus tetas, empecé a acariciárselas, ella empezó a moverse de nuevo, arriba y abajo, metiéndose y
sacándose la polla. Yo dirigía la mirada para intentar ver su coño y como se la
metía, pero no veía nada, sus carnes, sus muslos no me dejaban ver.
-¿Te gustan mis tetas?, ahora son para ti, para que disfrutes.
-Mucho, me gustan mucho, son tan grandes.
-Como tu polla, me ha sorprendido gratamente, ver que la tienes de buen tamaño y gruesa, y no me esperaba que la tuvieras depilada, es bonita y mucho más suave, me gusta. Tendrás a mi hija contenta cuando folleis. Como a mí ahora.
Si ella lo decía sería verdad, nunca lo había pensado, me mediría unos 18 cm, y es gruesa, cilíndrica. Siempre halaga que te hablen bien de tu polla, te anima, y más en aquella situación.
Mire hacia su coño, para intentar verlo, puse mis manos sobre sus piernas. Pude ver algo, lo poco que se veía era exquisito, depilado, excepto un pequeño triángulo de vello moreno apuntando hacia su clítoris.
No pensaba en mi novia, ni en su padre, sólo en el sexo y en lo que estaba disfrutando con aquella mujer, aquella mujer madura que me estaba follando y que me había preparado aquella sorpresa sólo para tener relaciones sexuales. Aquella mujer madura me había elegido a mí para hacer el amor.
Se sacó la polla, se fue agachando y se la metió en la boca, empezó chuparla, absorbiendo todos los jugos de su propio coño, de mi polla, la lamía y degustaba. Ahora no sólo sentía, además podía ver como sus labios carnosos se introducían mi glande en su boca y luego todo el tronco de mi polla, eso me hacía llegar al éxtasis. Que morbo ver que aquella mujer madura, mucho mayor que yo me la chupaba.
Se tumbó a mi lado, boca arriba y me dijo:
-Ven, fóllame tu ahora
Me vino bien aquel descanso, estaba a punto de correrme y quería poder aguantar mucho más rato. Me levanté, vi como sus pechos caían a los lados de su cuerpo por el peso, ella no dejaba de mirarme, yo recorría su cuerpo hasta su sexo. Que bonito aquel coño. Me puse encima de ella, empezamos a besarnos, luego fui bajando hacia su cuello, a sus pechos, los lamí, besaba sus pezones, los succionaba, los sostenía con las
manos, que grandes, los magreaba, iba de un pezón a otro, se le ponían duros.
Fui bajando por su barriga hasta llegar a su coño, me separé para poder verlo
bien, admirarlo, ella me vio las intenciones y se abrió más de piernas, para
mostrármelo mejor.
-Es para ti, cariño, este coño es para ti.
Era el más grande que había visto,
largo, unos labios morenos que sobresalían, el clítoris rosado bien abultado,
su pequeño triángulo de vello apuntando hacia él, que le daba mucho morbo.
Estaba mojadísimo y yo quería aquellos jugos. Acerque mi cara y empecé a pasar
mi lengua por el clítoris, ella me puso la mano sobre la cabeza, acariciándome
el pelo y apretándome sobre su coño. Fui recorriendo con mi lengua sus labios,
chupándolos, lamiéndolos, empecé a recoger con la lengua sus flujos, luego con
mi boca, los succionaba, tragándome aquella deliciosa esencia de mujer, metía
mi lengua todo lo que podía, ella jadeaba, se arqueaba, me apretaba la cabeza,
yo tenía la boca, las mejillas, la barbilla, la cara empapada de jugos de aquel
coño. No podía para de chupar, lamer y absorber aquellos jugos. Eso me puso
calentísimo, estuve un buen rato deleitándome, ella también se puso muy
caliente, empezó a tirarme del pelo, para que subiese:
-Ven cariño, súbete, móntame, fóllame,
méteme tu polla, métemela toda, la quiero
hasta los huevos.
Yo no podía hablar, empecé a subir
besándole el cuerpo, llegué a su boca, me apretó la cabeza con una mano y
empezó a morrearme, a pasar la lengua por mi cara, lamiendo sus jugos
-Ahora ya se como sabe mi coño ¿Esta
bueno eh? ¿Te gusta?
-Me encanta, me vuelve loco. Te lo
chuparía y comería durante horas
-Pues tendrá que ser otro día, ahora
quiero que me folles, que me la metas toda.
Mi polla fue directa, entró sin
obstáculo hasta el fondo, de aquel coño lubricadísimo, mis huevos tocaban ya su
culo, y empecé a moverme con fuerza. Metía y sacaba mi polla y estaba
completamente embadurnada con aquellos jugos. Notaba mis huevos golpeando su
culo en cada embestida. Ella me acariciaba, me apretaba con las manos en la
espalda, clavándome las uñas. Gemía, gemía de placer.
-Sigue y no pares, sigue. Fóllame hasta
que estés a punto, quiero que te corras en mi boca, quiero tu leche. Quiero
tragármela.
Yo seguía sin hablar, estaba
concentrado, me excitaba cuando ella hacía esos comentarios.
-Si, Siii, métemela en el coño y
acabaré chupándotela para que descargues en mi boca. Así, así. Me la voy a
tragar entera, hasta que estalles.
Mientras se metía un dedo en la boca,
chupándolo como si se tratase de mi polla. Yo excitadísimo seguía metiendo y
sacándosela. Que manera de follar, era tan placentero sentir como mi polla
penetraba aquel coño, ver lo excitada que estaba.
La embestía con fuerza, ella gemía, yo
respiraba como podía. Notaba mi polla totalmente empalmada entrando en aquella
vagina lubricada y ver la cara de la madre de mi novia con esa expresión de
placer, ver que le estaba haciendo gozar, me excitaba muchísimo.
Me puse de rodillas, ella levantó sus
piernas y las puso sobre mis hombros, mi polla fua de nuevo a penetrar su coño,
y volví a follarla, veía como sus tetas se movían al ritmo de las embestidas,
de la follada, sus enormes pechos iban adelante y atrás. Volví de nuevo a
ponerme encima de ella, a besarla, a notar sus tetas sobre mi pecho, ella me
apretaba las espalda con las manos, me acariciaba.
Estaba a punto de correrme, se lo iba
diciendo:
-No aguanto más, me corro...
-Dame un poco más, un poco más, fóllame
más...
Tuve que parar. Respirar tranquilo un
poco y así descansar para poder continuar algo más, para seguir haciéndole el
amor no a mi novia, sino a su madre, que locura.
Seguimos follando y ya no pude más:
-Ahora si que no aguanto.
-Espera, dámela, que me la meta en la
boca y descargas.
Se la saque del coño, me tumbé boca
arriba, ella se fue hacia abajo, se arrodilló entre mis piernas, bajó la
cabeza, me cogió la polla con la mano derecha y se la metió en la boca, estaba
mojadísima de su coño y ahora con su saliva, se deslizaba dulcemente entre sus
labios. Movía su mano al ritmo de la mamada. No aguanté 1 minuto y me corrí.
Empezó a salirme el semen con fuerza hacía su boca, estallando con potencia,
ella no se apartó, descargué en el interior, ella no dejaba de chupar y se le
escurría el semen entre los labios, bajando por mi polla hasta su mano. Seguía
pajeándome, chupándomela, succionando y
tragando. Mi polla continuaba descargando el semen en su boca. Yo miraba como
lo hacía, con la boca abierta me quedé, respirando profundamente. Ella parecía
no querer sacarse la polla de la boca, seguía chupando y yo perdía la erección.
Empezó a lamerla, absorviendo el semen que quedaba sobre mi polla, luego me
miró con cara lasciva y se llevó la mano impregnada de leche a su boca,
lamiéndola y tragándosela toda. Volvió a mi polla y le dio un beso.
Se acostó a mi lado, respirando con
fatiga, había disfrutado y yo creo que aún más.
-Bueno ¿te ha gustado?, si quieres
ahora hablamos.
-Hablamos ¿de qué?
-De lo que quieras, de lo que hemos
hecho, de mi hija, de...
-No se
-No te preocupes, mi hija no tiene
porque enterarse. Sólo hemos hecho el amor, sólo sexo. No vamos a enamorarnos.
-Ya, pero díselo a tu hija, dile eso,
que sólo hemos tenido sexo, igual así no piensa que le engañamos.
-No se tiene que enterar y mi marido
tampoco.
-Esperemos que no se enteren
-Si ni tu ni yo lo decimos nunca se
enterarán. Y bueno deja ese tema, y dime ¿te ha gustado?
-Que si me ha gustado, nunca he
disfrutado tanto con el sexo.
-Si hombre y ¿con mi hija?. No me digas
que te he hecho disfrutar más que ella.
-Mucho más. Pero bueno tampoco te voy a
contar lo que hago con tu hija.
-Y ¿porque no?, algo si me podrías
contar, pero si no quieres ahora otro días quedamos y...
-Si quedamos otro día bien, pero que
¿quieres que te cuente?
-Lo que te hace, como te lo hace. Si su
coño es como el mio. Si se lo depila, aunque si tu te depilas me imagino que
ella también.
-Si eso sí, está más suave y sabroso
depilado.
-Aja, así que se lo chupas a mi hija
como me lo has hecho a mi. Y ella ¿te la chupa? Y ¿como lo hace?
-Joder, si me la chupa, no tan bien como
tú y no lo digo por halagarte, le falta experiencia, pensaba que me la chupaba
muy bien pero después de que me lo hayas hecho tú, le falta mucho por aprender.
Y si se lo chupo, lo tiene más pequeño, más blanquecino..
-Bueno ya me contarás otro día con más
detalle lo que haceis. Ahora vamos a hablar de nosotros. ¿Qué te ha parecido?
-Muy bien..
-Ya está, sólo muy bien...
-No quiero decir que...
-Yo empezaré, va. Al principio no me
atraías, luego empecé a pensar en ti de forma sexual y me masturbé varias
veces... Intentaba imaginarme como la tendrías y como sería hacer el amor
contigo. Llevo tiempo excitándome así y pensando en que harías con mi hija, que
te haría ella, como, y que te haría yo. Desde luego que lo que nunca imaginé es
que la tendrías de ese tamaño y además depilada. Me ha sorprendido mucho y para
bien y como follas bien pues imagínate lo que he disfrutado. Y otra cosa,
chupar coños se te da muy bien, he disfrutado muchísimo con tu lengua.
Oirla hablar así de mi, de mi polla, de
cómo follaba, me alegró y me subió el ánimo, eso no lo esperaba.
-Pues a mi, cuando me llegó el mensaje
pensé que era de tu hija. Y con la mamada me sorprendió, pensaba que había
aprendido algo nuevo, era una pasada como me la has chupado. Luego cuando he
notado tus tetas sobre mi ya me he dado cuenta de que no era ella. Y cuando te
he visto me he quedado de piedra, sin saber reaccionar, creo que eras la última
persona en la que habría pensado. No sabía que hacer, pero cuando te he visto
desnuda, dispuesta para que folláramos, y que polvazo, increíble. Alguna vez me
había fijado en tus tetas, en tu escote, pero verlos sueltos, que tetazas, que
enormes. Y enorme tu coño, cuando te lo he visto me he quedado parado, y yo si
que nunca hubiese imaginado que te depilaras. Es que es tan grande, tan mojado,
tan apetitoso. Que raro hablar así de tu coño, de tu sexo, es que eres la madre
de mi novia.... y hemos follado.
-Sí pero no lo repitas más eso de la
madre, piensa sólo en mi como mujer, piensa en mi coño. Piensa en mi como en
una mujer para hacer el amor. Una mujer para disfrutar.
-Ya, ya pero es que se me hace raro. Y
ya lo creo que eres una mujer para disfrutar y de que manera.
-Además nos juntamos sólo para tener
sexo y ya está. Nada de parentescos, nada de complicaciones.
-Complicaciones ninguna y sexo todo.
Empezamos a vestirnos, ella se puso
primero un sujetador negro de encaje y
unas bragas a conjunto, al verla me excité y le pedí que me las diese,
me dijo:
-Que las quieres de trofeo.
-No, no, sólo de recuerdo.
Se las quitó, se las pasó por el coño,
empapándolas en sus jugos, mojándolas y me las puso en la cara:
-Así te acordarás más.
-Si con el olor de tu sexo, me pondré
loco.
Nos vestimos y nos fuimos. Yo no podía
para de pensar en lo que había pasado, en como había disfrutado y en aquella
situación tan rara, con la mano en el bolsillo, apretando sus mojadas bragas.
Mi polla iba recuperándose. Me tendría que hacer algunas pajas, pensando en
cada momento que había pasado y esperando el próximo encuentro.
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