Durante cinco años la ví de lunes a sábado, apenas tres escritorios nos separaban en el aula de clases de la facultad de economía, pero siempre a su lado el novio. Ella era alta, de un cuerpo soñado, y fué previlegiada con unas hermosas piernas. Nos saludámos todo ese tiempo de un hola a secas, el novio superceloso, nos fulminaba con la mirada. Yo sabía que le gustaba mucho a ella, ella se lo dijo a la que era pareja mía: Tu novio es guapísimo, eres afortunanda. Ella le contestó enojadita, y vieras tiene una verga enorme, solo me la acerca y me corro.
Antes de graduarnos se casó con el novio, la ví un par de veces mas por la calle y nos perdimos de vista. Una tarde pasé a arreglar una llanta de mi vehículo, y casualmente ella estaba allí, un hola que tal, y luego la pregunta: como está Antonieta?, (Antonieta era la pareja que tenía en aquel entonces), Le contesté que tenía más de 2 años de no verla, le pregunté por su esposo, y me contestó que tenían casi un año de divorciados, era un enfermo de celos, y me comentó que tenía un nene de tres años, nos intercambiamos unas tarjetas de presentación y nos despedimos. El volverla a ver sentí una cosita dentro, me fuí pensando en lo hermosa que estaba, supersensual, y aún sentía el aroma de su colonia suave. Tres días después recibí una llamada teléfonica, en el otro lado me dijeron por favor espere le van a hablar, luego: hola, te habla Amanda, disculpa que te moleste, sólo quería preguntarte si irás al baile del colegio de Profesionales, le contesté que hacía tiempo que no asistía a esa fiesta y que me gustaría ir siempre y cuando ella me acompañara como pareja, a lo que me dijo que gustosa y que por eso me llamaba. Quince días después pasé por ella y llegamos a la fiesta entrando del brazo, los que fueron compañeros nuestros sonrieron maliciosamente, ya bailando me dice, mira la expresión de los compañeros, sigamos el juego, y colocando sus brazos al rededor de mi cuello, se pega a mí, sentí su deliciosa boca casi rozando la mía y no pude contenerme la besé, me respondió el beso, y fué la comidilla de la fiesta. Pasada la media noche salimos del salón, mientras terminaban da salir los autos que bloqueaban el mío, seguimos dándonos de besos ardientes, luego le digo a donde vamos, a donde tú quieras me contestó. Nos bajamos del auto y entramos al hotel, en ese hotel en el tercer nivel había sido la fiesta. Tras cerrar la puerta empezaron de nuevo los besos, seguimos en la ducha, ella acariciaba mi pene, y fué cuando supe lo que Antonieta le había dicho años atrás, sobre el tamaño de mi pene. Su cuerpo humedo por el agua, fue acariciado de pies a cabeza, su piel suave blanca, sus pechos hermosos, redondos grandes, sus pezones se agrandaron en mi boca, eran grandes, su vientre duro y plano, besé esas hermosísimas piernas que tantos suspiros me habían arrancado, y su deliciosa vulva depilada, rosadita, chupé como desesperado su clítoris, nos colocamos en un 69, y sentí su tibia boca chupando mi glande, y sentí como recorría con su lengua a lo largo mi tronco, me pedía que la penetrara, pero yo seguía mamando su vagina, se sentó sobre mi, dandome sus pechos, y con una mano se colocó mi verga rígida en la entrada de su vagina, que deliciosos sentir como resbalaba en su vagina húmeda y caliente, cabalgó como loca, hasta hacerse venir en pujidos y gemidos, hasta salir el AY, papito que delicia, métela toda, que rico, amor dale más rápido, hasta que la llené de leche. se tendió a mi lado, de ver ese cuerpo deliciosos, la verga no se me aguadó seguía firme, la volví a montar y seguimos con el mete y saca, la puse en cuatro, y sentía que la topaba en cada embestido, sus nalgas estaban completamente húmedas, se abrió mas de piernas para sentirla mejor, veía su anito, de color cafecito claro, empezé a acariciarlo conlas llemas de mis dedos, ella sentía las cosquillas, mientras bombeaba su vagina metí un dedo, luego otro y otro, el anito ya estaba dilatado, saque la verga de la vagina y se lo acerqué al ano, empujé y entro la cabeza, ella se quitó, y me dijo que por allí no, volví a colocarla en cuatro, e hice caso omiso a su negativa, volví a meter la cabeza, esta vez no me dijo nada, empujé y se fué a la mitad, ella bajo su cabeza a la almohada para morderla y me fuí completo, ella bramó de dolor, pero se quedó quieta, suavecito, empezé a culiarla, al cabo de un rato empezó a moverse a mi ritmo, ya entraba y salía todo con facilidad, jugaba con su clítoris, y casi al mismo tiempo nos corrimos, saqué mi pene ya flacido, y manchadito de sangre, me dió la virginadd de su culito, tres años hermosos follamos, hasta que se fué del país por trabajo.