En Sudamérica el método mas efectivo para encontrar sexo gay o amistad son los contactos por Internet. Gracias a uno de estos contactos conocí a Alex. Nos escribimos un par de veces y arreglamos un encuentro a la salida de sus clases del secundario. Yo estaba nervioso, al igual que él. Sabíamos que nuestra historia iba a terminar en sexo, pero no nos conocíamos la cara, únicamente teníamos una descripción física de cada uno. Cuando esto sucedió el año pasado, Alex tenía 18 años y yo 26. Ambos vivimos en Montevideo, la capital de Uruguay.
Esa noche fui en el auto a buscarlo 15 minutos antes de lo previsto. Él llegó media hora después. Salimos sin rumbo fijo mientras recorríamos las calles de la ciudad en aquel mes de junio. Era la primera vez que yo hablaba con un chico gay y él también, así que aprovechamos para contarnos todo.

Su primera vez había sido con un vecino, a los 16 años en su propia casa, mientras sus padres estaban fuera. El encuentro parecía marcado, se vieron, conversaron y fueron directo al sexo. No era una relación amistosa, sino puramente sexual, cada vez que uno tenía ganas, llamaba al otro y buscaban un lugar para hacerlo. Y a esa edad se tiene ganas todos los días...llegaron a tener sexo en la cama, en la ducha, en la azotea y hasta en un terreno baldío cercano. Cada vez que se encontraban era para tener sexo, directamente sexo, sin conocer el placer del calentamiento previo que te da un beso, un par de brazos, y sentirse acariciado por otro hombre.

Mi primera vez fue con mi primo Iván, a los 15 años, comenzó como un juego en una tarde de aburrimiento. El juego era chupárnosla y coger, así de simple. Acordamos hacerlo primero uno y después el otro. El elegido para comenzar fui yo y descubrí en el despertar de la adolescencia el delicioso sabor de la dura pija de mi primo, unos meses mayor que yo. Y me tocó ser penetrado por él para sentir por primera vez esa extraña combinación de dolor con placer que se siente cuando dejas de ser virgen...

Iván me penetró con su enorme pija y acabó en pocos minutos, sin ceder a mis súplicas para que la sacara....y se negó a ser pasivo conmigo...esa fue la primera de varias veces en que tuvimos sexo sabiendo implícitamente que la regla era que Iván siempre iba a ser el que penetrara. Siempre quise probar del otro lado, pero nunca lo logré con él. El día en que me encontré con Alex, las cosas cambiarían.

Hicimos varios kilómetros para salir de Montevideo y dirigirnos a un parque oscuro, cerca de la costa. Dentro del auto le pedí el primer beso...y ahí empezó todo...nos besamos interminablemente, nos tocamos, nos calentamos hasta no poder más y pasamos al asiento de atrás....sentir la boca de Alex en mi pija fue un placer indescriptible....sabía como hacerlo. Cuando ya no puede mas lo fui penetrando lentamente hasta que su estrecha cola absorbió completamente mis 17 cm.....fue indescriptible...dentro de un auto, yo sentado en la parte trasera y Alex encima mío balanceándose incansablemente generó la acabada mas placentera de mi vida, ...., duró una eternidad, parecía que la leche no dejaba de salir de mí...mientras él no cesaba de dar gemidos de placer mientras yo le hacía escuchar los míos......Ahí descubrí que me sentía mucho mejor siendo activo y disfrutando del cuerpo y la cola de un chico de 18 años. Él tuvo la mejor relación sexual de su vida, me repitió una y otra vez...y es que no hay nada mejor que la experiencia de alguien de mi edad (había estado con chicas) que con un adolescente como él. Se disfruta de otra manera, aseguró.