Me quede allí, dando vueltas en el cuarto, hasta la hora de irse, que religiosamente los acompñaba a la puerta. Yo pensaba que una treintañera como yo, calentona y con ganas de levantarse a alguien hubiera reaccionado de otra manera, lo hubiera mirado con complicidad al irse, le hubiera soltado una risita, le hubiera tocado el culo, que se yo. Pero yo no, los despedí como una estúpida mirando al piso, casi como pidiendo perdón. El me miraba, pero tampoco hacía nada. Entonces me dijo "hasta mañana" y me tendió la mano... dejó en la mia un papel bien doblado. Levanté la vista, lo miré, me guiñó el ojo y se fue.
Estaba nerviosa... podia ser posible??? Entonces me senté, desdoblé el papelito y lei "Tu cuerpo es hermoso, y me halaga que te hayas masturbado mirándome, yo también lo he hecho pensando en vos. Mañana vengo solo. Un beso" Lo releí 8 veces: lo que me estaba pasando era digno de película francesa que solia mirar meses atras. Lo que me daba bronca es que el tipo tenia cancha y yo era una boluda. Pero a la vez tenia planes, vendría solo, mi marido de viaje...
La noche la pasé durmiendo de a ratos, nerviosa, inquieta.
Al otro día me levante a las 6, me duché, tomé un café y aunque la ocasión ameritaba algo especial, con mi timidez no sabría como llevar puesto algo sexy para otra persona que no sea yo. Así que simplemente me animé a ponerme un camisolín (aunque me hubiese gustado algo super tranparente y sin ropa interior, eso fue bastante osado para mi) y esperé que sean las 7. Cuando sonó el timbre, algo se reovlucionó dentro mío, abrí la puerta y ahí estaba parado: sexy, misterioso... como me calentaba.
Lo hize pasar y nos dirigimos directamente al dormitorio, en silencio.
Allí, me senté en la cama y el me miraba desde la puerta. "No me vas a decir nada?" le pregunté. Se acerco lentamente mientras me decia "Creo que las palabras estan de mas, ayer te vi tocándote, mirándome y gozando... supongo que te gusto." "Si" me limité a contestar, pero por dentro pensaba "me gustas, me calentas, quiero que me hagas acabar".
"Vos también me gustás, asi que me parece que lo único que tenemos que hacer es lo que queremos hacer". Luego de decir eso se acercó y me empujó sobre la cama, se tiró sobre mi y mientras su mano trepaba por mi pierna, su lengua comenzó a recorrer mi cuello... subió lentamente hasta mi oido y me dijo "Ahora te vas a masturbar para mi". Entonces me quitó el camisolín, su lengua comenzo a bajar y me besó tierna pero fogosamente, abrazandome... nuestras lenguas enroscadas. Luego de ese beso, su boca siguió bajando hasta llegar a mi vagina, la que lamió de una sola vez muy lentamente, lo que hizo que estallara de ansiedad. Entonces algo se despertó en mi, me levanté de golpe y lo aparté. El se sentó en un sillon y me observaba. Yo me paré y comenzé a tocarme, me contorneaba, me movia como una gata, me acerqué a el y me subi a su falda, lo besé y le quite la camisa... le lamia el cuello, las orejas. Sentia su respiracion agitadisima y entrecortada... ademas pude sentir como comenzaba a endurecerse su pene debajo de sus pantalones. Entonces me quité de encima, le quité el calzado, el pantalon y la ropa interior. Tomé su miembro duro y palpitante entre mis manos y lo besé un par de veces. Luego, me paré y me tiré sobre la cama con las piernas abiertas para que me pudiera ver bien. Tome un almohadon y apoyé ahi mi cabeza para mirarlo... mis dedos frenéticos comenzaron a bailar, entraban y salian de mi vagina que pedia mas y mas. Me estaba masturbando para él con ganas y lo miraba con fascinación mientras con la otra mano me tocaba los pezones, el culo... el comenzó a masturbarse también, su pene estaba erguido y caliente, podia notarlo. Todo era fantástico, los dos tocándonos, calentándonos, me sentía, despues de mucho tiempo una mujer deseada.
Mi vagina estaba mas y mas humeda, y mis dedos seguian buscando el orgasmo tan deseado. El se acercó a mi y se arrodillo en el piso, entre gemidos me pidio que me arrodillase yo tambien. Entonces asi enfrentados seguimos con el ritual. El me besaba con lengua de fuego y me miraba con ojos de placer, me lamia la oreja y me decia "Quiero que gozes mas que ayer en la ventana". y eso me volvia loca. Ya no aguantaba mas, lo quería dentro mío, asi es que le pedí "cogeme, haceme acabar". Me tiré en el piso, abrí mis piernas y lo deje entrar. Su pene tieso se deslizó con muchisima facilidad ya que mi sexo estaba muy mojado. Y ahi, en el piso, luego de ponerla y sacarla unas veces mas y mientras mordisqueba mis labios, yo rasguñaba su espalda y gritaba como una desaforada, acabamos con un grito de pasión y extasis que hacia mucho que no sentia. Se quedo alli, tendido arriba mio, hasta que se levantó y dijo "esto no termina aca". Y comenzó nuevamente a masturbarme con sus dedos, que 2 veces mas grandes que los mios ofrecian un panorama placentero mas optimista aun. Como me tocaba, lo hacía de una manera increible. Me miraba y gozaba de solo mirarme. Su pene comenzó a endurecerse otra vez. "Me calentas" me repitio. "Me calentas y me calentaste desde el primer dia que te vi" dijo y seguia moviendo sus dedos mientras yo abria mas y mas mis piernas, levantaba mi cuerpo excitado y gemia. "Me pusiste loco cuando te vi en la ventana arrodillada y gozando, sabia que esto iba a pasar tarde o temprano" Y seguia hurgando en mi. Entonces de repente dejo de tocarme y le dije "por favor... no pares... dame mas... dame placer... haceme acabar". "Cuantas veces lo hiciste pensando en mi?" me pregunto mientras sus dedos se volvieron a introducir de a 3 en mi vagina caliente y haciendome sobresaltar. "mmmmm papito... muchas veces... segui haciendo eso... mmmm" Mi cuerpo se contorsionaba y sus dedos hurgaban en mi cada vez con mas fuerza. Los metía y los sacaba casi con violencia, pero estaba funcionando, me hacia gozar. Entonces, me dio vuelta y me hico poner en cuatro patas "esto te va a gustar" dijo, y comenzo a lamerme el culo y eso se sentia bien... su mano me abrazo la pierna y sus dedos siguieron el jueguito del plcer... y alli estaba yo... con su lengua en mi culito y sus dedos en mi vagina. Que bien lo hacia... su otra mano recorria mi cuerpo caliente, su legua seguia jugueteando y el extasis estaba cerca... muy cerca... Al fin tenía un hombre que sabía hacerme sentir mujer.
El orgasmo llegaba y yo retorcia mi cuerpo buscandolo. Era impresionante lo que hacía con sus dedos, y el complemento de su lengua lograban un efecto singular.
"Acabá en mis dedos... quiero que gozes... acaba" Me pedía. No me hice esperar. Los movimientos se habian vuelto intensos, frenéticos, salvajes. Entonces tuve otro orgasmo increíble acompañado de un grito de placer que llenó toda la casa "aaaaaaaaaaaaaaaaaahhhhhh".
Sus dedos estaban empapados de mi, yo estaba saciada de placer, un hombre al fin habia llegado a mi vida para recordarme lo que era gozar. "Lo podemos repetir cuando quieras". Me dijo al oido. "Por mi sigamos ahora por horas y horas" le contesté. Entonces volvió a besarme y a recorrer mi cuerpo con sus manos para repetir el placer, para regalarme orgasmos, para saciar mi sed de sexo, así hasta las 2 de la tarde.