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Descubrí que con unas copas después del trabajo...

Mi nombre es Maryjose Torres Morales y les voy a contar como fue que el día de hoy me violaron en el autobús…

Para comenzar les voy a contar un poco sobre mí, tengo 19 años y un hija de 5, mido 1.58, tengo piernas relativamente cortas y caderas bastante anchas, por lo que mis muslos y nalgas también son abundantes, así como mis senos, los cuales me gusta lucir mucho aunque la verdad me causan severos dolores de espalda en ocasiones, tengo los ojos grises y en este momento tengo el cabello corto, casi hasta el hombro y pintado de plata, casi blanco, trabajo en un salón de belleza en Metepec, y para llegar de mi casa a el me hago mas o menos una hora en dos camiones, lo que me pasó fue hace apenas dos días, fue excitante y a la vez aterrador, aunque ya que lo pienso ahora no me hubiera gustado que fuera de otra forma, esto fue lo que ocurrió…

 

Para ser un día martes hubo demasiada gente, normalmente los martes tenemos tiempo de sobra para relajarnos, pero no ese día, que las personas parecían estar desesperadas por un buen servicio, en el salón donde trabajo somos de una buena calidad en lo que hacemos, tanto es así que a veces las personas llegan para que arreglemos el desastre que les hicieron en otras estéticas o salones de belleza, ese día fue mucho más agotador ya que la chica de recepción y la ayudante descansaron, por ser un día bajo, así que mis jefes, los dueños del salón, tuvieron que llegar a auxiliarnos a la otra chica y a mí, no pudimos ni comer de todo el trabajo que había que hacer, desde las 10 de la mañana y hasta las 6:30 de la tarde la gente no dejó de llegar, hasta que finalmente a las 7:15 exactamente la última clienta nos dejó y pudimos cerrar las puertas, mi jefe es una persona amable y consiente, por lo que al terminar el trabajo nos invitó unos mojitos, que ya había pedido con anticipáción a un bar de unas cuadras más adelante, tomamos hasta casi las nueve de la noche, lo cual ya es bastante tarde para mí, ya que debo tomar dos autobuses para llegar hasta mi casa, así que toda cansada, sin haber comido y mucho más que relajada por los 4 mojitos de medio litro que me tomé, me levanté y puse rumbo hacia mi casa, tomé un autobús que me llevaba a una avenida grande, en donde transbordo para tomar el otro que me deja a escasos 200 metros de mi casa, ese día para acabarla de construir se me ocurrió salir solo con un sueter pequeño, ya que en la mañana no hacía tanto frío, me puse una blusa oscura pero transparente y un brasier blanco, que resaltaba mis pechos, los cuales como ya mensioné antes me gusta mucho presumir, me puse una mini falda tableada color blanco, unas medias blancas al muslo y unos botines negros de tacón

 

Desde que me subí al primer autobús sentí las miradas de todos los hombres clavarse en mis senos y algunos en mis piernas, pero en ese momento no me importó ya que me sentía super con lo relajada que iba gracias a los mojitos, me senté y clavé mi mirada en el celular esperando no dormirme y pasarme de mi bajada, me di cuenta como la señora que iba a mi lado hacía hasta lo imposible por tratar de evitar que los hombres que iban sentados del otro lado clavaran sus miradas en mis senos, así que intenté ayudarla y me los tapé con el sueter al abrochármelo, pero comenzó a darme muchísimo calor cuando lo hice, tanto es así que cuando legué a mi parada lo primero que hice al bajar del autobús fue quitarme el sueter y meterlo en mi bolsa, apenas tomé el dinero para el otro pasaje cuando me percaté que mi autobús estaba ahí parado, junto a mí, como esperando que subiera para irse, creí que tenía mucha suerte de que sucediera eso y lo abordé sin más, pagué mi pasaje y reparé en que tanto el chofer como su ayudante clavaron sus miradas inmediatamente en mi cuerpo, me tuvo sin cuidado por un periodo, hasta que me dí cuenta de que casi no había gente en el autobús, como siempre estaba una señora que se baja a pocas calles de donde yo abordo, y una pareja, que bajó una calle antes de la señora, así que me quedé ahí sola con el chofer y su ayudante, de lo mareada que iba tardé también en darme cuenta que los vidrios, de la mitad para atrás, estaban polarizados, apenas podía ver hacia afuera, y supuse que al contrario no se vería nada, intenté levantarme para ir a sentarme más adelante, pero me volví a marear y no pude levantarme, inmediatamente sentí como el ayudante del chofer se sentó a mi lado y comenzó a hablarme con un tono un poco preocupado

 

– Disculpa amiga, te sientes bien?

– Sí, solo estoy un poco mareada es todo – le dije intentando alejarme un poco de el –

– Si necesitas algo dime, de verdad, no quisiera que te desmayes o algo por el estilo – cuando me dijo eso puso una de sus manos sobre mi muslo, por debajo de mi falda, me recorrió un escalofrío, pero no hice nada por intentar quitar su mano de ahí –

– Sí, gracias de verdad.

 

 

Yo esperaba que regresara con el chofer, pero el chico se quedó sentado junto a mí, sin quitar su mano de mi muslo, me dedicaba una sonrisa de vez en cuando, y me percaté de que el chofer iba muy lento, demasiado, comencé sentir algo de miedo, pensé que podían llegar a hacerme algo, pero mi cuerpo no reaccionaba, quize sacar mi telefono y mandar un mensaje o llamar a alguien para lograr que ellos retrocedieran, pero estaba paralizada, no me podía mover y no sabía por qué, en eso el chico comenzó a acariciarme la pierna, su mano no bajaba mucho, pero subía casi al punto de tocar mi vagina, me estremecí un poco e intenté voltearlo a ver, pero de igual forma no pude, mi cabeza se quedó hacia abajo, como si estuviera dormida, yo creo que el chico pensó lo mismo porque comenzó a hablarme

 

– Amiga, que tienes?

– Solo el mareo – intenté responderle de inmediato y lo mejor que pudiera para que el pensara que estaba bien y que aún me podía defender –

– Esta bien, dime, donde vives?

– Aquí arriba, cerca de la universidad – le dije eso para que me dejara en paz, ya que a la universidad arribamos pronto, para que él pensara que ya me iba a bajar y me dejara en paz, igual podía bajarme ahí y tomar otro autobús o un taxi –

– Perfecto, que bien –

 

Al decirme eso se levantó y se fue con el chofer, pensé que había funcionado, pero no era así, a eso de 5 minutos me dí cuenta que el autobús se detuvo, quize asomarme para ver en donde estabamos, pero no logré ver nada, menos aún ya que el chofer apagó las luces, mi cuerpo pareció responder por un momento y tomé mi celular para llamar a alguien, pero el ayudante lo arrebató de mi mano y lo metió a mi bolsa, que ya también tenía, una vez más mi cuerpo se paralizó, pero por alguna razón también comencé a lubricar por mi vagina, era obvio lo que me iban a hacer, y eso me excitó más de lo que me asustó

 

– Tienes unas enormes y jugosotas tetas mamasita, como las que me gustan – eso me lo dijo el chofer al momento en que me subia los brazos, el chico me quitó la blusa y no pude hacer más que dejarme –

– A mí me gustan así, caderonas y culonas, que si no tengo demasiada verga para ellas – me dijo el chico y se sacó su miembro, lo puso frente a mi cara, era enorme, sin exagerar era el pene más grande que hubiera visto nunca –

– Vas a cooperar nena? O te tomamos por la fuerza? – me preguntó el chofer, y no pude más que asentir con la cabeza y soltar un flojo “sí” de mi boca –

– Pues quitate la falda y muestranos tu culote para ser más gentiles contigo

 

Junté toda la fuerza que pude y me levanté, me quité la falda y casi me dejé caer dandoles la espalda, levanté mi culo hacia ellos y lo abrí, aunque con la pantaleta puesta, ellos no pudieron más de la excitación y el chofer pasó delante de mí y me puso se pene en la boca, tampoco era despreciable, pero era menor que el del chico, el cual me quitó la panty y comenzó a comerme el culo como loco, se dió cuenta de que estaba lubricada y le contó al chofer, a lo que el me dijo lo puta que era, ya que me había excitado la idea de que dos completos extraños me violaran, y tenía razón, me excitaba bastante la idea, pero no podía dejárselos saber, el chico me chupó el ano a eso de 10 minutos, tiempo que pasé con el pene del chofer en mi boca, más a fuerza que de ganas, después el chico tomó su pene y lo puso en la entrada de mi ano, yo nunca había tenido sexo anal, y me asustó la idea de que su enorme pene entrara por mi estrecho hoyo, a pesar de decirme que si cooperaba serían gentiles conmigo, el chico me lo metió todo de un solo golpe, eso hizo despertar mi cuerpo por un momento, y me levanté en 4 mientras gritaba de dolor, y un poco de excitación, al tener ese enorme pedazo de carne dentro de mi ano, el chico comenzó a moverse inmediatamente y yo sentía como mi ano se estiraba un poco cada vez que él embatía con fuerza, en un momento escuché al chofer decirle que no se llevara toda la diversión, así que el chico me tomó por la cadera y con un empujón del chofer quedé acostada sobre el chico, aún con su enorme pene en mi ano, fue cuando sentí la otra verga comenzando a abrirse camino por mi vagina, entró todo el camino hasta que ya no hubo más por meter, y ambos comenzaron a moverse en mi interior, no solo era la primera vez que tenía sexo anal, sino que era la primera que sufría una doble penetración, el chico llegaba hasta el fondo de mí, mientras el chofer se movía con fuerza y me apretaba mis senos con todo lo que tenía, ese dolor que sentía en esas tres partes de mi cuerpo hizo que reaccionara y comenzara a disfrutarlo, intenté con todo no gemir, y aunque en un par de ocasiones dejé salir algún gemido, pareciera que mis violadores no se percataron,

 

después de lo que me pareció una eternidad pude sentir como ambos terminaron en mi interior y agradecí al cielo que fuera un día seguro, pensé que había terminado, pero solo fue el chofer el que lo hizo, el chico aún tenía fuerzas, así que me sacó la verga del ano, el cual sentía como tunel de carretera, y me penetró la vagina, el llegaba mucho más profundo que el chofer, podía sentirlo en mi pared del utero, igual el intentaba llegar más profundo, pero tampoco era tan grande, comenzó a moverse y juro que era lo más desgarrador y placentero que alguna vez sentí, para ese momento el mareo de las bebidas de antes había desaparecido, pude sentir con mis 5 sentidos todo el placer que me generaba el enorme pene de ese chico, que no creo que haya tenido siquiera 18 años, una vez más sentí que pasó una eternidad antes de que el terminara dentro de mi de nuevo, recé por que de una vez hubiera terminado, y así era, solo podía pensar en que no arrancara el autobús conmigo tirada ahí y me llevaran a otra parte, pero mi alivio llegó cuando el chofer me dijo “recuperate y descansa, las puertas se quedan abiertas, estams detrás de la universidad, esperamos volver a encontrarte reinita, estuviste fantástica” al menos eso me tranquilizó, inmediatamente me levanté, me puse la blusa y la falda, aunque no encontré mis pantys no me importó, bajé del autobús y busqué a alguien que me ayudara, pero en cuanto bajé el chofer arrancó y se fueron, caminé a la avenida y abordé un taxi para llegar a mi casa, llegué sin más preocupaciones, me acosté junto a mi hija y me dormí instantaneamente, no sin antes recordar lo bien que la había pasado en ese autobús.

Datos del Relato
  • Categoría: Dominación
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