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Desayuno con sorpresa

Javier se sentó a la mesa a desayunar.. ella ya estaba vestida y preparada para salir. Actuaba como si nada hubiera pasado el día antes. Quizá eran imaginaciones suyas, pero diría que se había vestido más sexy.  Llevaba unos tejanos que le marcaban el trasero, y una camiseta con algo de escote, y que dejaba asomar algun fragmento de puntilla negra. "Recogerás cuando acabes? vengo en media hora más o menos..."  dijo ella con esa voz que habia oído gemir. "Sí, no te preocupes"  y mientras ella recogía sus cosas para irse, Javier empezó a notar que su miembro se endurecía por momentos. Llevaba unos pantalones de pijama con bragueta abierta, cortos y finos, y decidió levantarse y poniéndose de pie delante de ella, buscó un pretexto :  "Marta, hoy cuando venga de la uni, igual llego algo más tarde, porque tengo que quedarme a hacer un trabajo con Roberto y no sé si nos quedaremos hoy"  Marta le contestó como distraida " Ah, vale, ningún problema",  tuvo que hacer un esfuerzo para que no se notase que se había fijado en los pantalones de su inquilino. Joder... el chico había trempado en sus narices, le entró un calor por la espalda que subió hasta su nuca. Incluso su entrepierna se estremeció. Salió por la puerta y Javier se quedó sólo en casa, con un calentón impresionante y la polla tiesa. Empezó a recoger la mesa. Notaba como el pantalón le rozaba, era agradable. Se acarició por encima de la ropa. Estaba claro, recogía y se hacía una paja.



De repente sonó la llave de la puerta. "Me he equivocado, ostras.. ahora que me mirado la agenda, era dentro de media hora que tenía que ir a por el vestido" . Entró a la cocina y vió que Javier recogía. Observó al joven. "Joder, tía.. qué despiste, si llevaras la cabeza a rosca, te la dejabas por ahí" Se rieron, y ella vió como la polla del chico rebotaba dentro del diminuto pantalón. Javier notó que ella se fijaba, y en un momento, haciendose el distraido,arriesgó e  hizo un pequeño giro, de modo que su polla se escapó por la bragueta del pijama. Marta dió un respingo y apartó la vista. Él continuó paseándose por delante de ella, recogiendo como nunca en su vida había recogido una cocina, con la polla tiesa, apuntando al techo, y dura como una pieda. Le brillaba la punta y, en algún momento, parecía que se movía sola. Marta notó cómo mojaba sus bragas. Siempre había tenido esa molesta tendencia a mojarse demasiado para su gusto, pero no podía evitarlo, allí estaba aquel chico, pavoneándose en su cocina con la polla fuera. Por un momento dudó si habría sido un accidente, pero entonces Javier se puso frente a ella y la miró a los ojos. Casi se derrite. Su respiración se aceleró y apenas pudo balbucear "Me tengo que ir a por el vestido" . Javier se acarició el rabo, despacio. " No me dejes así... que al final me voy a matar a pajas...anda.. " No estaba muy seguro de cómo iba a reaccionar ella, estaba nerviosa, entre incómoda y excitada. No entraba en sus planes acostarse con Javier y menos en ese preciso momento, tenía que irse en nada.



Javier empezó a masturbarse delante de ella, con un ritmo medio, no quería correr demasiado, y quería asegurarse de que Marta veía bien su miembro, siempre que la había comparado con la de otros salía bien parado, sin exagerar, pero bien parado en las comparaciones.  Apretaba  su  polla dura de arriba a abajo.  Marta no podía dejar de mirarle, no quería, pero es que no podía dejar de hacerlo, su respiración cada vez más rápida la delataba. Javier se envalentonó "Enséñame las tetas, anda.. "  Marta respiró hondo "Total.. si ya te las he visto... que más te da... me pongo a mil contigo... por fa.. "  Nunca nadie le había pedido así nada parecido.  Estaba excitada, su sexo palpitaba dentro de sus bragas húmedas. Tragó saliva y empezó a quitarse la camiseta, despacio. Llevaba un sujetador negro, que Javier reconoció como la puntilla que asomaba por el escote. Aquellos pedazo de melones le volvían loco. El sujetador dejaba entrever parte de los inmensos pechos de aquella hembra. Marta empezó a bajar los tirantes despacio, quedando la pieza de ropa sólo sujeta por las propias tetas  y de repente, empezó a acariciarse. Acariciaba sus mamas sin dejar de mirar a Javier a los ojos, y empezó a sonreir.  Repasaba la parte visible de sus tetas y de repente metió  una mano por dentro de la ropa para tocar su pezón izquierdo . Estaba duro, y sin pensárselo dos veces cogió su pecho por debajo, y se lo sacó del sujetador. A Pablo se le puso más dura la polla todavía "joder.. qué tetas.. "  Sin permitir que se viera el pezón, Marta hizo el mismo gesto con el otro pecho, quedando con sus manos tapando parte de los mismos mientras miraba cómo Javier se la pelaba sin ningún tipo de reparo. Poco a poco empezó a separar sus manos de sus senos y con mucho cuidado, los dejó desnudos, cayendo por su propio peso, que era mucho, y dejándolos sujetos sólo por los pezones. "uffffff... qué melones, joder.. " Javier había dejado de tocarse el rabo, porque sabía que si seguía se corría, y no quería eso. Bajó su mano hasta sus testículos y se centró en esa zona, acariciándolos y buscando con sus dedos las bolitas que apretaba en su justa medida.  Sin previo aviso , Marta, que le miraba fijamente, cogió su teta derecha y agachando ligeramente  la cabeza.. se la empezó a lamer. Javier volvió a agarrarse la polla y a pajearse de arriba a abajo sin miramientos. "Mira cómo tengo la polla... es para ti... vamos.. "



Marta soltó sus tetas de repente y rebotaron.  Y sin pensárselo dos veces, desabrochó el botón de sus tejanos  y se acercó a él. Sin tocarle siquiera, se quedó mirándole a los ojos, y empezó a agacharse lentamente, sin perder su mirada, despacio, hasta quedar con su cara a la altura de las caderas de Javier. Él dejó de tocarse, su polla iba a estallar.. iba a pasar lo que parecía que iba a pasar? y Marta, mirándole desde abajo, abrió ligeramente la boca, y dejó que él viera su lengua salir.... sin más, se acercó y apoyando la lengua en la base de su polla, inició una lamida fuerte, intensa y lenta, hasta llegar a la punta del rabo. Javier pensó que se iba a desmayar de la emoción, le estaba chupando la polla, no se lo podía creer. Marta llegó al glande y lo lamió con mimo, con la lengua, más suave que el resto del rabo.  Y se apartó ligeramente volviendo a mirar a los ojos al joven. Sin mediar palabra, volvió a sacar la lengua y a lamer el tronco de su polla nuevamente. Hasta el capullo. Mirándole a los ojos. Pero esta vez, al llegar a la punta, en lugar de lamerla, giró un poco la cabeza hacia ajabo y engullló el rabo duro como una piedra que tenía ante si. Javier puso sus manos en la cabeza de Marta, y empezó a mover sus caderas, follando la boca de su tetona casera. Era una buena tragona. Las chicas con las que había estado no hacían mamadas así, aún les faltaban unos quince años de experiencia, estaba claro.



Marta estaba tan excitada que sus bragas estaban empapadas, Javier marcaba el ritmo de la mamada, y ella dejó una de sus manos en la cadera del joven, y la otra la bajó hasta meterla dentro de su pantalón, y apartando las bragas, buscó su clítoris, y empezó a tocarse. Primero abrió un poquito sus labios, lo que le permitía el pantalón y la postura, y luego puso su dedo índice sobre su clítoris y empezó a masturbarlo. Con un ligero movimiento circular consiguió en poco tiempo notar como le salía un chorrito del coño. Se le escapó un pequeño grito ahogado por la polla de su joven inquilino. Y otro chorrito. Javier estaba follándosela por la boca cuando se dió cuenta de que ella estaba masturbándose,   "qué haces tetona? ... te estás dando en el coñito... ? " Marta asintió con la polla en la boca y con unos gemidos dulces y pequeños  y aceleró el ritmo de su masturbación, se daba fuerte, le gustaba el sexo duro. Sus tetas rebotaban al ritmo de los movimientos de ambos, Javier estaba a mil, empezó a follársela más fuerte, hasta provocarle un poquito de náusea, pero la muy zorra aguantaba bien, así que decidió llegar hasta el final. Marta seguía masturbándose, se iba a correr otra vez sin problema, y lo hizo dejando sus pantalones empapados.  Javier estaba tan excitado que empezó a susurrar " Me corro, te voy a follar la boca hasta correrme.. " y Marta aguantó un chorro de semen en el fondo de su garganta.  El segundo chorro ni lo notó, ni sabría decir luego cuánta lefa le había soltado dentro, porque estaba en plena nueva corrida. Con las piernas entreabiertas, con movimientos extremadamente fuertes y rápidos, estaba volviendo a empaparse entera. Las contracciones de su vagina eran brutales al notar la corrida de Javier en su boca, y de repente... la calma... cesaron los gritos ahogados, y ambos empezaron a recuperar la respiración.  Javier le acarició la cabeza. Marta se levantó mirándose los pantalones. "Vaya.. tendré que ir a cambiarme de ropa" dijo mientras ambos miraban el manchurrón que había dejado en los tejanos,  y sin mirarle siquiera, se dió la vuelta y se fue. Javier se quedó en medio de la cocina de pie, sin aliento, con la polla muerta después de la monumental mamada. Suspiró y se preguntó si follaría cómo la chupaba. Tendría que averiguarlo...


Datos del Relato
  • Categoría: Maduras
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