En la mesa de un restaurante de comida rápida una mañana Yo y Yessenia que salió de un laboratorio cercano que se fue hacer unos exámenes médicos. Vestida con blusa cañaza roja con su saco y falda ajustada, ceñida y entallada azul oscura con sus medias café Brasil en que le compro el desayuno estamos frente a frente como siempre vigilando que entre y llegue alguien conocido de ella y especialmente de mi mejor amigo que es su queridísimo esposo hoy día.

Sin que me vea ni sepa ni se dé cuenta ni está enterada ni le he dicho aprovechándome por debajo de la mesa al extenderle, llevarle hasta ponerle firmemente mis manos en sus piernas que se las tengo acariciándoselas, sobándoselas, manoseándoselas, agarrándoselas, tocándoselas, asimismo calentándoselas, y por supuestos goloseándolas, gozándoselas, disfrutándoselas, emocionándosela, incluso entre nosotros enajenándosela, incitándosela, de ahí cautivándosela, seduciéndosela, provocándosela hasta dominándosela, obviamente coqueteándosela finalmente dominándosela como zaceándosela todo junto.

Tranquila que sigue vigilante le dice que atrevido eres conmigo aquí mismo en la mesa del restaurante donde estoy desayunándome luego de la tremenda ajuna que estoy desde la noche de ayer para hacerme estos exámenes médicos en el laboratorio cercano no quiero que llegues tarde a trabajar a la universidad.

Abriéndose inmediata y automáticamente las entrepiernas al metérmela mucho más adentro hasta sus meras ingles que la tengo sometida, acosada, obligada, atrapada, apresada, excitada, emocionada, endemoniada, enloquecida, entretenida y para rematar de tanto que le estoy masajeándomela a lo largo de las piernas me la saca y aparta al cerrar las piernas y correrse normalmente la falda del uniforme de administrativa en que me despide al pararme y salir de la mesa como del mismo restaurante de comida rápida en que iba justito a entrar al mediodía a trabajar a la universidad yo en el día de hoy que le compre el desayuno a la hambrienta de Yessenia y mucho más entre nosotros.