Todo comenzó 2 días después de mi ruptura con mi pareja, hace ya un año. Conocí a través de Internet, en una página gay, a un chico que parecía muy majo, aún sin haberlo visto. Él era de Francia, pero había nacido en mi ciudad, por lo que hablaba un español perfecto. Tenía 25 al igual que yo y comentaba que venía todos los veranos y que alguna vez podríamos conocernos.
Yo soy un chico moreno, 1.78, 70 kg, definido, ojos miel... por lo que supuse, que no se horrorizaría al verme, que tal vez, si él era guapo, tendría alguna oportunidad.
Al principio, no le di mucha importancia, supuse que un amigo más. El problema fue cuando le vi en webcam... era perfecto. Pelo corto, castaño, sonrisa perfecta, romántico, cariñoso... lo tenía todo. Pero cuando me envió unas fotos del verano y pude ver su cuerpo, completamente definido, 1.77 cm, 68 kg... mi imaginación empezó a volar.
No había día que no fantasease con todo lo que podíamos hacer cuando viniera, vivía todo el día en una erección continúa, y aún quedaban 2 meses!!
Ese tiempo se me hizo eterno, aunque todos los días nos escribíamos y hablábamos a traves del chat. Porqué no decirlo, también estaba enamorado, aunque a él no podía decirle nada, siempre me había dicho que quería un amigo.
Llegó un caluroso día de Julio, aun recuerdo lo nervioso que estaba por conocerle y por saber si mis fantasías llegarían a hacerse realidad.
Hablamos por teléfono, y a las 11 de la mañana quedamos en una calle. El llegó antes que yo, y cuando me acercaba lo reconocí al instante, y era mucho mejor de lo que había visto!!!!
El llevaba una camiseta blanca pegadita, y unos pantalones cortos, pero ajustados... Se le marcaban todos los músculitos de su cuerpo...
Al principio estuvimos muy nerviosos, tomamos un café, hablamos, reimos... y en resumen, así pasó el primer día. Como estaba cansado, quedamos en vernos al día siguiente, y me dijo que si me importaría acompañarle a la playa, para que no fuera solo. Yo le dije que encantado, y mi imaginación voló de nuevo...
Al día siguiente en la playa, todo cambió. Llegamos a una zona no muy turista, evidentemente, la elegí yo. Se quitó la camiseta y en ese momento, mi pene se puso en erección contínua, ya que el bañador que llevaba, era muy ajustado también. Comenzamos tomando un baño de sol, y me ofrecí a echarle crema por la espalda. El no tuvo ningún problema... claro, el problema lo tenía yo entre mis piernas, aunque intenté disimularlo todo lo posible. Por su parte, no había reacción alguna de que quisiera algo conmigo, por lo que no sabía si él querría. A fin de cuentas, él solo quería un amigo.
Cuando nos metimos en el agua, estuvimos nadando, e incluso haciendo un poco el tonto. Cualquier excusa era buena para cogerle y tenerle entre mis brazos. Pero, para mi sorpresa y frustración, nos fuimos sin que ocurriera nada. Entonces él me invitó a comer en su casa, ya que sus padres habían salido a comer fuera.
Lógicamente, acepté sin pensarlo. Entramos en su casa aún un poco mojados. Él se ducho para quitarse el agua salada, y me dijo que si me quería duchar, me prestaría ropa. Solo de imaginar su cuerpo desnudo en la ducha, me hacía volverme loco. O actuaba o me arrepentiría para el resto de mi vida.
Yo creía que él ya estaba en la ducha, y estaba viendo unos cd´s que había traido de Francia. De repente, sentí que me cogían por la espalda. Era él, aún vestido, que me abrazó, sin dejarme posibilidad de mover los brazos y me susurró casi llorando...Te Quiero...
Eso me sorprendió muchísimo. Yo creía que apenas le interesaba, y él estaba ahí, diciendo esas dos palabras mágicas, pero continuó hablando...
A continuación, me dijo... Perdona, ya se que solamente íbamos a ser amigos, pero desde que te conocí, no he podido parar de pensar en ti, y.. y...
Le costaba continuar, yo estaba conmovido por esa sinceridad, por esa bondad, por el momento más romántico que había vivido en toda mi vida...
Me di la vuelta, y conforme intentaba hablar, le di un beso enorme en su boca, mientras le cogía de la cara. Le dije, Yo también te quiero....
Y empezamos a besarnos, aunque a él le seguían cayendo lágrimas de vez en cuando...
Nos fuimos a la cama entre beso y beso. Allí empecé a acariciarle el pelo, aún húmedo... comencé a desvestirle. primero la camiseta, acto seguido me la quité yo y empecé a besar su pecho. Tenía un pecho perfecto. Le besaba la boca, luego, suavemente le besaba el cuello y luego todo su pecho y su abdomen. Levanté la mirada y vi como sus ojos habían pasado de estar llenos de lágrimas, a estar llenos de placer... Me miró y sonrió.
Yo notaba como su pene golpeaba contra mi pecho, estaba durísimo, y ya le salía la punta fuera del bañador. En un arrebato, se lo quité. Empecé a besarle los pies, dejando su pene para más tarde.
Fui subiendo poco a poco, besando cada parte de su cuerpo, sin dejarme ni un solo trozo. Cuando llegué a su pene, comencé a besarlo, mientras notaba como palpitaba con cada beso.
Abrí mi boca un poco, y con mis labios húmedos, comencé a chuparle la punta. Creo que no me di cuenta de lo bien formado que estaba su pene, hasta que lo tuve delante, ya que mediría unos 18 cm y tenía un buen grosor. El gemía a cada pequeña chupada que le daba. No quería ir muy deprisa, no quería que acabase, así que intenté hacerlo lo más lento posible, para que disfrutara mucho. Mientras, yo ya me había quitado la poca ropa que me quedaba, y mi pene no paraba de rozarle, lo que hacía que cada vez fuera más deprisa.
Comencé a besarle de nuevo, y le dije que se diera la vuelta. Él estaba boca abajo, y comencé a besar su espalda y fui bajando poco a poco hasta llegar a su culo, que madre mía, menudo culo tenía...
Cuando estaba besándole el culo, comenzó a moverse de forma sinuosa, indicando que tenía vía libre para hacer lo que quisiera.
Fui besándole poco a poco, hasta llegar a su ano, y en ese momento saqué mi lengua húmeda, y se la pasé de arriba a abajo varias veces...
Yo veía que él disfrutaba, pero más aún, estaba muy contento por todo esto, como si al igual que yo, lo hubiera estado deseando durante mucho tiempo. Eso me alegró y me excitó aún más.
De pronto, se levantó, se dio la vuelta y me tumbó. Me besó y fue directo a mi pene. Comenzó a masajearlo y entonces se lo metió en la boca. Tenía una boca húmeda y caliente, sentí un placer inigualable. Nadie lo había hecho nunca como él, sabía en todo momento lo que hacía. Pasaba su lengua sobre mi pene y me acariciaba los huevos a un ritmo acompasado.
Entonces paró, me miró y se sentó encima de mi pene. Me cogió la cabeza, me la levantó un poco y comenzó a besarme, mientras que con la otra mano agarraba mi pene y se lo introducía.
Cuando se metió, los dos suspiramos al mismo tiempo. Él comenzó a moverse con mi pene dentro de él, a la vez que nos seguíamos besando. Me abrazó, puso su cabeza al lado de mi cuello y me dijo... Por favor, no pares.
Entonces le miré, le besé y lo tumbé en la cama, aún con el pene dentro. Le levanté las piernas para que entrara mejor, y él se agarraba de mi cuello, intentando llegar a mi boca para besarme.
Yo seguía metiéndosela lo más lento posible, aunque me costó mucho, porque lo deseaba de verdad, y lo único que el cuerpo me pedía era irme cuando antes. Continué así un rato considerable, viéndole la cara de placer que ponía, como gemía... Hasta que ya no pude más, intenté aguantar todo lo posible, pero mi pene necesitaba vaciarse en él, era necesidad. él me lo notó en la cara, estaba al borde del infarto de placer. Entonces, se agarró su pene y dijo... Venga, vamos, córrete dentro de mi...
El escuchar esas palabras, fue el detonante para una de las mayores corridas de mi vida. El se seguía masturbando y se fue también, gritando hasta que no le quedaron fuerzas para mediar palabra. Fue algo increible.
Después de aquello, nos estuvimos besando toda la tarde, y durante el verano, estuvimos todo el tiempo que él estuvo en mi ciudad, juntos.
Aún hoy no he podido olvidarlo, seguimos manteniendo conversaciones casi a diario, aunque dejamos claro que cada uno debería de seguir con su vida.
Aún no se que ocurrirá este verano, pero se que es lo que quiero que ocurra.
¿querrá él? Tal vez en otro relato se los cuente.
Un abrazo para todos los lectores, y disfruten de la vida.