Busqueda Avanzada
Buscar en:
Título
Autor
Relato
Ordenar por:
Mas reciente
Menos reciente
Título
Categoría:
Relato
Categoría: No Consentido

Deliciosa venganza

Soy un hombre de negocios. Obtengo mi dinero gracias a la lujuria de una chica perturbada. Su nombre es Marianne y tiene veintitrés años. Nació hija de una familia acomodada pero quedó en la pobreza después de la muerte inesperada de su padre, un reconocido abogado quien sólo pudo heredarle su apellido.

Marianne es deseada por todos sus amigos, yo era uno de ellos. Nos volvía locos con su cabello largo y ondulado, de color castaño rojizo. Esta joven estudiante de leyes es alta y delgada. Mide aproximadamente un metro con setenta y siete y tiene unas deliciosas, largas y eternas piernas; torneadas, bronceadas, femeninas. M, como le dicen sus amigas, tiene ojos grandes y sensuales, pómulos marcados y labios carnosos, rojos, hermosos. Su nariz es un poco alargada y tiene sobre el tabique la evidencia de una fractura que se causó a los trece años patinando en hielo.

Actualmente no puedo creer lo que fue capaz de cometer, nadie lo hubiera pensado. Marianne todavía tiene el aspecto de una joven estudiante que practica volleyball con una breve camiseta blanca y una cola de caballo. Sus elegantes medidas me vuelven loco pues tiene una figura atlética y espigada. La talla de sus sostén es 32-A, lo supe cuando obtuvo el trabajo de modelo para una marca de ropa. Su cintura mide 58 centímetros. De ello me di cuenta cuando accedió a dejarme tomar sus medidas sin que lo supiera mi novia. Nunca hubiera pensado en ser infiel a mi prometida si no hubiera conocido a Marianne; y es que hay algo en ella que nunca me dejó dormir. Su culo.

Marianne es dueña del trasero más suculento jamás imaginado. Nos hicimos ricos cuando se nos ocurrió gravarla tocándose las nalgas y cobrar por verlo en Internet, sin necesidad de revelar su rostro. Tiene el culo más levantado, firme y apretado que jamás se haya visto en la historia de la pornografía. Su cola esta grande y provocativa. Ya sea que use unos jeans o unos pantalones ligeros hace que los hombres se detengan en la calle a preguntarse cómo una chica de aspecto burgués como ella puede tener un culo tan hermoso y provocativo como el de mulata brasileña.

Cuando M usa falda todo es perdición, los muchachos en la universidad soñábamos con cojerla pero ella siempre fue fiel a un solo hombre; a su prometido. Ella estaba comprometida con el chico más rico de la universidad y probablemente del país, pues era hijo del hombre más importante en la industria del petroleo y heredero de una gran fortuna. La madre de Marianne hizo los arreglos con el millonario padre desde que ella tenía 17 años y no le permitiría ser novia de nadie más. Marianne siempre se comportó de acuerdo a la moral y los valores religiosos pero se sentía asfixiada. Hasta que un día hizo lo impensable.

Fue en una fiesta en casa de mi prometida cuando todo comenzó. Nadia, mi inocente novia, había bebido demasiado champagne y subió a dormir. El prometido de Marianne tenía un desayuno en la embajada por lo que dejó la fiesta temprano y con el tiempo quedamos en la casa despiertos solo Marianne y yo. Tomamos dos botellas de champagne en la terraza tranquilamente y yo inhalé cocaína como siempre, lo que despertó la curiosidad de Marianne, quien además había tomado dos o tres tragos de ajenjo. “Ya me enteré que traficas con droga y que tienes por amigos a un grupo de idiotas que juegan a ser los matones”, me dijo con voz madura, como reprochando. “…Bueno…” contesté, “…un hombre hace lo que sabe para obtener todo el dinero que quiere cuando no lo hereda, a diferencia de tu chico perfecto”. Ella dio otro trago a su copa, respiró hondo y me dijo “…la cuestión es que… me preguntaba si tu y tus amigos pudieran ayudarme…”.

La pregunta me intrigó y seguimos charlando, cada vez más tomados y más débiles a nuestros deseos. “…Joaquín me es infiel, siempre lo ha sido” me dijo decepcionada “… he aceptado que me engañe con mujerzuelas sólo porque de ello depende mi futuro y el de mi madre, quienes podremos vivir con él a cambio de soportar sus humillaciones y darle hijos que tengan mi buen nombre y el apellido de mi familia que ahora ya no tiene nada…”

Fue así como surgió nuestro infame plan. Esperamos al día de su boda y organicé todo a la perfección, sobornando a los guardaespaldas de su padre y contratando a cuantos imbéciles matones pude para plagiar a Marianne, a su nuevo esposo y a su familia he invitados. Encerramos y amordazamos a todos ellos en un salón contiguo a la fiesta y entonces comenzamos el espectáculo. Entre en el salón con mis pantalones cargo y mi uniforme paramilitar con pasamontañas. Me aseguré que Joaquín el heredero perfecto pudiera verlo todo e hice que sus familiares y amigos tampoco perdieran detalle. Y pude ver la expresión de deseo enfermo y depravado en los ojos de Marianne, quién estaba a punto de culminar su venganza después de tantos años de ser un ejemplo de decencia y fidelidad.

La joven novia tuvo que fingir resistencia. Tuvo que fingir que gritaba y pataleaba y se resistía, pero me pidió explícitamente que le pegara muy duro en la nalgas y la insultara frente a todos como una ramera. Mi premio a todo esto sería poder cojérmela por siempre y sobre todo romperle el culo en frente de todos fingiendo una deliciosa violación.

Y así lo hice. Tal y como acordamos la puse sobre una silla apoyando su cara en al asiento y sosteniendo su cadera en el respaldo, quedando ella de perrito y con las manos atadas en su espalda. Todos en la fiesta lloraban, gritaban, trataban de desatarse… pero nadie perdía de vista lo que iba a suceder. Fue entonces cuando levanté la cola del blanco y hermoso vestido de novia y descubrí la fina lencería que había comprado para su noche de bodas. Se reveló el hermoso liguero que llevaba en su pierna izquierda acompañado de una fina tanga de encaje y unas costosísimas medias blancas de seda. Las prendas eran elegantes y llamativas pero la verdadera gloria estaba en su duro y espectacular trasero, una cola tersa, suave, y levantada. La forma en que la tanga le ajustaba me provocó romperla con las manos y descubrir su precioso orificio anal completamente virgen, mismo que nunca había entregado ni siquiera su novio. Debajo de él, pude apreciar los relucientes labios de su vagina color rosado con un dulce aroma a perfume caro. Pero esta vez no se trataba de hacer el amor con una hermosa mujer. Se rataba de violar a la mujer más deliciosa del mundo frente a toda su familia. Ofenderla, humillarla, lastimarla y exponerla sería el favor que nos uniría para siempre.

Marianne me había pedido que la cogiera durísimo aunque pataleara para que pudiera romperle el culo y su sangre manchara por completo el vestido de novia. Y así fue. Y entonces fue cuando llegó el climax.

Justo cuando la penetraba con mi gruesa verga como un delincuente, ella comenzó a cambiar su cara de dolor y empezó a susurrar y depués comenzó a gritar ”…señor, señor, me duele, me duele!.” y después comenzó “…me duele, me duele, déme más por favor, déme más por favor!!” y entonces comenzó a venirse tanto que le escurría por las piernas, y lloraba ”…ahh, ahh, así, así, más duro, más duro, más, más, cójame, cójame, me duele, me duele!!…” para terminar gritando como una loca “me duele, me duele, me vengo, me vengo, ah, ah, ah!!…”. Yo me vine como un loco y le di las nalgadas más fuertes que pude mientras su vestido de novia estaba bañado en sangre y su velo de novia tenía su sudor y sus lágrimas, todo fue una perdición.

Unos meses después la familia del novio logró conseguir el divorcio sin que lo ocurrido trascendiera a los expedientes de los tribunales, los invitados y amigos acordaron no volver a comentar jamás lo sucedido y el estúpido de Joaquín fue a llorar sus penas con hombres y mujeres a otro país. Así fue como la admiración que Marianne me tuvo por siempre se vio traducida en una ganancia para los dos. Yo me casé con Nadia y Marianne utilizó su dinero para llevarse a su madre a vivir a la playa, quien nunca supo nada más que el novio había cancelado la boda. Actualmente me pude retirar del negocio de la coca y uso mi parte del dinero para llevar una vida como corredor de bolsa. Marianne y yo nos vemos de vez en cuando cada vez que tengo un viaje de negocios. Y es entonces cuando vuelvo a disfrutar de ese trasero, de ese cuerpo, de esa chica perturbada que cambió mi vida para siempre…
Datos del Relato
  • Autor: sexgame
  • Código: 19710
  • Fecha: 17-03-2008
  • Categoría: No Consentido
  • Media: 5.26
  • Votos: 54
  • Envios: 1
  • Lecturas: 4598
  • Valoración:
  •  
Comentarios


Al añadir datos, entiendes y Aceptas las Condiciones de uso del Web y la Política de Privacidad para el uso del Web. Tu Ip es : 18.119.158.110

1 comentarios. Página 1 de 1
invitado
invitado-invitado 07-02-2014 22:14:24

excelente relato muuy bueno

Tu cuenta
Boletin
Estadísticas
»Total Relatos: 38.525
»Autores Activos: 2.283
»Total Comentarios: 11.907
»Total Votos: 512.106
»Total Envios 21.927
»Total Lecturas 106.079.833