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Delicias rurales 3

Milagros, igual que el resto de su familia, comenzó una nueva de desorden sexual continuo. Cada día imaginaba nuevas perversiones que su familia acompañaba con mucho gusto.    La cantidad de espeso y caliente semen que bebían madre e hija era sorprendente. Semen que aportaban muy felices su marido, su hijo. el semental y el perro Pastor.

El perro se acostumbró a que su nudo de semen estuviera siempre activo, ya que la conchas de la familia estaban siempre sedientas de ese líquido caliente, espeso y sabroso.

Linda, la hermosa hija se entregó de cuerpo y alma al semental que se movía inquieto cada vez que una de las mujeres se acercaba. La concha de joven se abría celnturienta cada vez que se acercaba al establo.

Pero, nada alcanzaba a Milagros, encontró que Ramón, un peon de confianza de la finca había comprendido el vuelco de la familia a esa nueva situación y comenzó a mirar con descaro a Milagros y a sonreirle con una mueca que mostraba toda su lujuria.

Qué podía hacer la mujer ante esa situación? Invitó al peon a su cocina y cuando éste entró levantó su falda y se recostó en la sobremesada mostrando todo su culo en esplendor. 

Ramón no titubeó y sacando su verga la enterró en ese ofrecido culo. Milagros comenzó a moverse como si estuviera histérica, sus movimientos eran casi convulsivos, mientras de su boca salía una catarata de ofertas y pedidos realmente escandalosos y soeces.

Ramón no tardó mucho en acabar dentro de esa hirviente concha, el orgasmo de Milagros fue increíble. La mujer, mostrando su grado de calentura y lo puta que era, se puso de rodillas y comenzó a mamar la verga del peon.

Linda entró en ese momento y preñada como estaba, lanzó un grito y exigió ser sometida en  forma sodomita por el peon. Ramón, por su edad y su vida sana tenía potencia, a pesar de terminar de eyacular. Linda se inclinó todo lo que pudo y con ambas manos se abrió las nalgas, dejando a la luz el orificio de su culo. Ramón colocó su punta bien en el orificio y sin ninguna piedad lo enterró haste el fondo en ese culo ya varias veces roto.

Milagros, también preñada y todavía de rodillas comenzó a lamer el clítoris de su puta hija. Esa mañana el almuerzo tardó en cocerse porque las mujeres de la casa estaban con su nuevo amante.

Datos del Relato
  • Autor: Osito28
  • Código: 45660
  • Fecha: 17-09-2017
  • Categoría: Hetero
  • Media: 7
  • Votos: 2
  • Envios: 0
  • Lecturas: 3480
  • Valoración:
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