Soy un hombre maduro y con un lindo hogar confomado por mi linda esposa y mis hijos, dos fabulosos regalos que la naturaleza me ha brindado para llenar de alegría mi vida, todo transcurría normal por no decir monótono, siempre era los mismo, madrugar a laborar y por las noches tener uno, màxime dos relacione sexuales con la reina del hogar, pero el destino que por cierto es indescifrable cambiaría las cosas de un momento a otro aún sin que tal situación se me hubiera pasado por la mente siquiera en mis alocadas fantasías sexuales. Transcurría el mes de noviembre cuando una llamada telefònica interrumpiò el silencio reinante en mi casa, era mi prima Margarita a quien hacìa varios años no veía por inconvenientes de índole familiar que se habìan presentado dìas atràs, sinembargo ese día su voz al otro lado del auricular se escuchò melodiosa, sin vacilar me dijo " primo el viernes es mi fiesta de 15 años y estàs cordialmente invitado", esa fue toda la conversación, al momento sonò el pito que indicaba que habìan colgado el auricular.
El dìa pronto llegò, por la mñana fui en compañìa de mi esposa a comprar un detalle, optando por una pulsera en oro quie fue empacada cuidadosamente por una linda vendedora que me dejaba ver sus hermosos senos desde el otro lado de la vitrina, llegada la noche le dije a mi esposa que se vistiera para asistir a la reuniòn a lo que ella respondiò inmediatamente que no se sentìa bien y que ademàs no conocìa a nadie de mi familia y que conociendo los antecdentes familiares preferìa quedarse en casa, de todos modos ve tù me dijo, es tu familia, asentì con la cabeza, me vestì para la ocasiòn y me dirigì sin saberlo a vivir la experiencia sexual màs inolvidable de mi vida.
Lleguè hasta la puerta, arreglè mi vestido y arrojadamente dì el primer paso hacia el interior de la residencia, cual serìa mi sorpresa cuando delante mìo apareciò como desde la nada una linda joven, con una cara angelical, un cabello dorado por el sol, un cuerpo que reñìa entre la hermosura y la perfecciòn, vestìa un traje corto, azùl claro que se ceñìa a esa figura hermosa, envidiada por el creador y tras de este vestidito se dejaba ver la marca de una diminuta tanga hilo dental que pareciera que cada vez màs procuraba por penetrar màs en ese redondo culito, nada que ver esta niña con esa figura desgarbada y fràgil que tenìa en mi memoria de la epoca de niñèz de mi prima.
Cuando me observò corriò hacia mi y con la naturalidad de las jovenes de su edad estampò un beso casi en mi boca y me dijo estàs hermoso, te ha sentado el matrimonio, no sabes las ganas que tenìa de verte, de ahì en adelante no se me desprendiò un solo instante, bailamos hasta màs no poder y en cada una de las canciones sentìa como se arrimaba cada vez màs, cosa que para nada me disgustaba y yo por mi lado siguiendo el juego sentìa como casi me perforaba con esas teticas puntiagudas como alfileres, su cuerpo tenìa un aroma de juventud que me atraìa cada vez màs, mi mano que inicialemente rosaba su espalda ya se encontraba apretando su cintura, tocando por encima de ese vestidito esa prenda diminuta que cubrìa su culito y su chochita jamàs tocada por mano alguno tal como lo comprobarìa posteriormente.
Habìamos ingerido varias copas, eran ya casi las 3 de la mañana, sus padres se encontraban ebrios y cansados motivo por el cual luego de despedirse de la concurrencia se fueron a dormir, quedando sòlo familiares y amigos que a esas horas sòlo pensaban en seguir navegando en las olas del licor y el baile, esta situaciòn fue aprovechada por mi inmediatamente y le dije a mi prima que estaba cansado y querìa descansar un rato en un lugar alejado del bullicio y los invitados, sin mediar palabra me tomò de la mano y me llevò a su recamara dicièndome que ella estaba igualmente exhausta, me recostè en la cama y ella hizo lo propio a mi lado, me sorprendì cuando en medio del silencio y la oscuridad me preguntò que como hacìa el amor con mi esposa, que como habìa sido mi primera vez y que cuantas relaciones tenìa por semana, dentro de otros interrogantes, tal conversaciòn me puso muy caliente, sin embargo opte por contestar sus preguntas con un toque de morbo y malicia, observaba como de un momento a otro ella se arrimò màs, montò su pierna por encima de la mìa y al oìdo me dijo ensèñame primo, yo que no podìa en ese momento de la emociòn no dije nada, sòlo empesè a acariciar su linda cara, su cabello, empecè a besar su cuello y a acariciar sus senos, ella empezò a gemir y eso me hacìa exitar màs y màs, bajè mi mano y la puse debajo de su vestido, ahì estaba esa conchita con un vello pùbico incipiente, sequita y ese culito redondito y rosadito debajo de esa tanguita color blanco que era la ùnica barrera para llegar a la gloria, sin pensarlo me deslicè hasta sus piernas, subì su vestido del todo y sin quitar la tanga puse mi lengua sobre ese coñito y empecè a mamàrselo al principio suave y posteriormente casi que con furia, ella mientràs tanto se retorcìa, gemìa, pedìa màs y yo allì chupando las mieles de la feminidad, degustando gota a agota el almibar de su sexo, de un momento a otro Margarita me dijo, primo quiero que me hagas mujer, penètrame, no aguanto màs, esa propuesta me hizo recapacitar, era mi prima quien estaba allì, yo era un hombre casado, no podìa hacerlo, me arreglè el vestido y salì corriendo de la habitaciòn y de la fiesta sin despedirme.