Una tarde que tengo clase de maestria en la universidad paso a la ventanilla de registro para hacer entrega personalmente de mi hoja de vida que me hacia falta para completar mi expediente de estudiante. En que soy atendido por nada menos que Jay que es la oficial de registro con quién he tenido el gusto de trabajar antes de mi liquidación de la universidad luego de siete años; con su uniforme de administrativa siendo algo gruesa de cuerpo mientras me lo actualiza no puedo evitarlo, negarlo, controlarlo, contenerlo, disimularlo, resistirlo, cautivarlo, seducirlo, provocarlo, emocionarlo, zacearlo, fascinarlo, deleitarlo, desearlo, imaginarlo, asimismo incitarlo, y por supuesto gozarlo, hasta lujuriarlo, inclusive probarlo, hasta exhibirlo, y finalmente hechizarlo con sus senos con todo apretado, apresado, atrapado, saliendo, visualizado, hasta contenido con la misma blusa entallada, ajustada, ceñida y amoldada a su perfil que lleva Jay. Agradeciendolo y despidiendome de ella sin que supiera ni se diera cuenta de mis miradas eróticas, calientes, apasionadas, excitadas, etcétera en el momentito que me detengo en la ventanilla de registro haciendo entrega en persona cómo en vivo y a todo color de mi hoja de vida para actualizar hasta completar mi expediente de estudiante universitaria y mucho más.