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Esto aconteció hace poco, más precisamente a comienzos de Febrero, es una de las experiencias más calientes que me han pasado, por ello no puedo dejar de relatarla. Mi novia me invito a pasar unos días de vacaciones con su familia, todos ellos ya venían invitándome hace tiempo, mucho no me llamaba la atención de ir, pero de tantas insistencias terminé aceptando. El destino era la provincia de Misiones, acá en Argentina. Alquilaríamos una cabaña para abaratar costos, ya que pagar algún hotel sería exorbitante en el precio para todos los que seríamos.
Y bien, llegó el día de salir de viaje, en el auto de los padres de mi novia íbamos todos, medio apretados pero entramos, mi novia, una de sus hermanas, su prima Julieta, y yo. Siempre hay buena onda entre nosotros, así que durante todo el viaje fuimos charlando entre todos y se hizo más amena la distancia. Llegamos a destino casi entrada la noche, bastante cansados ya que el viaje se había alargado un poco más de la cuenta por el tránsito en la ruta y la lluvia que se había largado que nos acompañó desde la mitad del viaje aproximadamente e incluso llovía en Posadas, la capital de Misiones.
Compramos algunas cosas en un supermercado, para hacer alguna cena en la cabaña, y fuimos a la misma a descansar. Ni bien nos acomodamos, las chicas empezaron a entrar de a una a bañarse. Cuando salían iban al living a sentarse en los sofás que teníamos allí, con ropas más cómodas ya, tenía un desfile frente a mis ojos, mi novia, su hermana que esta buena también y más aún Julieta, la prima. Tiene 20 añitos. Cabello castaño, tirando a rubio. Es flaca y bajita. Pero con senos de tamaño medio. Su cola no es grande, pero su cintura es increíble, que hace que todo parezca más grande.
Sus labios son hermosos, carnosos y rojos, y el detalle que más me gusta, un piercing en la nariz, que le deja un toque de sensualidad que me encanta. No podía dejar de mirarla cuando podía, creo que del baño salió aún más linda. Se puso un short corto blanco, y una remera corta, que dejaba ver su abdomen plano y marcaba sus senos. Mi novia y su hermana también estaban muy sexys, pero yo ya estaba loco por la primita. Creo que no tome conciencia hasta ese momento como haría para aguantar los 6 días de viaje con tremenda tentación, en la misma cabaña, paseándose frente a mis ojos.
Fui el último en entrar a ducharme, cuando terminé de secarme me dí cuenta que solo había llevado un bóxer, dejando el short que iba a ponerme sobre mi bolso que estaba en el living. Abrí la puerta del baño para llamar a mi novia y que me lo trajera, puesto que no podía salir así hasta el living. Al abrir la puerta, Julieta se acercaba con su celular en la mano por el pasillo que conectaba al baño y a las habitaciones. Me miró atónita y dejo caer su celular. Recorrió mi cuerpo con sus ojos en unas milésimas de segundo. Le fue imposible disimularlo. Hace más de 5 años hago gimnasio y eh desarrollado un buen físico, gracias al esfuerzo que le eh puesto al entrenamiento y al buen comer.
Me reí de la situación y le hice señas con el dedo que no diga nada, me agaché y recogí su teléfono, Julieta tímidamente empezó a reír. Debía hacer que sienta que podía confiar en mí y que podíamos mantener un secreto, por más tonto y accidental que fuera. Yo estaba a su asecho. Aunque las probabilidades que pudiera pasar algo sean una en un millón.
-¿Podes traerme el short que deje sobre mi bolso prima?- Le dije amablemente. Como si nada hubiese pasado.
-¡Bueno primo!- Me dijo. Y se dirigió al living mientas yo esperaba.
Mientras se iba, por fin pude verle la cola sin disimulo. Nadie me veía. Toda la situación me había puesto aún más loco. Julieta tardo un poco en poder traer lo que le pedí.
-¡Perdón, pero tuve que esperar que nadie me viera!-. -¿Qué van a decir si saben que le traigo la ropa al novio de mi prima?-. Me dijo.
-¡Gracias prima!- Le dije.
Me metí al baño y termine de prepararme para salir e ir a sentarme con todos.
Fui al living y tome una musculosa de mi bolso, me puse antitranspirante y me senté. Mientras preparaban la cena, organizamos más o menos lo que haríamos al otro día. Rogábamos que la lluvia parara, así podríamos salir a disfrutar. Cenamos unas pizzas y charlamos un rato en la mesa. Esperaba que Julieta contara algo o le dijera algo a mi novia de lo que había sucedido, pero no pasó nada. Antes de levantarnos e ir a la habitación, tenía que buscar alguna mirada cómplice. Y no hubo una, sino varias. La suerte me estaba acompañando. Pero de ahí, a que pase algo, había muy poca probabilidad. Mi novia estaba encima de mí todo el tiempo.
Llegó el momento de repartir las cama, los padres de mi novia durmieron en una cama matrimonial y en la misma habitación había otra más pequeña donde dormiría la hermana de mi novia. En la otra habitación, 3 camas de una plaza, donde dormiríamos mi novia, Julieta y yo. Se lo estarán imaginando, todos los pensamientos que pasaron mi mente. Los morbos. Debía controlarme, sino cometería una locura. Llevamos todos nuestros bolsos a las habitaciones, y nos empezamos a acomodar para dormir.
El aire acondicionado de nuestra habitación no enfriaba muy bien, ya nos lo había advertido la dueña de la cabaña, por lo que debimos encender un ventilador de pie que estaba allí. Tuvimos que acercar las 3 camas, una pegada a la otra para que más o menos nos sople a los 3. Yo, en un golpe de suerte, quedé en medio de mi novia y Julieta. Me quité la musculosa y me metí en la cama, tapándome con las sabanas. Apagaron la luz y ellas también se acostaron. La puerta de la habitación quedo un poco abierta, por lo que un rayo de luz del pasillo ingresaba, no dejando totalmente a oscuras todo.
Hablamos entre los 3, hasta que mi novia se durmió, giré para el lado de Julieta y seguimos hablando bajo, casi susurrando. Mis ojos se distraían con sus labios, quería comérmelos, disimuladamente ella se acercaba cada vez más. Sus ojos me miraban con ternura y seducción, la adrenalina me subía de a poco. No sabía si besarla o no. Estaba claro que ella no daría el primer paso.
-¡Mira!-. Me dijo. Mostrándome un video gracioso en el teléfono.
Me acerque más a ella, nuestras cabezas se tocaron, nos reíamos en silencio para no despertar a mi novia. Mientras yo seguía mirando sentí que ella giro su cabeza había mi. La sensación de ahogo nos inundó. No aguanté más y giré mi cabeza, nuestros labios quedaron enfrentados. Julieta ya no quitaba la vista de mis labios. Apoye apenas los míos en los suyos, como probando, sus respiración estaba agitada, más que la mía. Apoyé mi mano en su cara mientras nos besamos con más intensidad, sin hacer ruido, mi novia dormía plácidamente detrás de mí.
Julieta puso su mano en mis pectorales, me los acarició con suavidad, yo baje mi mano hasta sus senos, los acaricie lentamente. Su respiración era tan intensa que se escuchaba mucho, tuve que pedirle que bajara un poco. Nos reímos con complicidad mientras nos seguíamos tocando bajo las sabanas. Pase mi mano por su abdomen, desprendí el botón de su shortcito para poder llegar hasta su vagina. Cuando toque ahí, pude sentir la humedad, Julieta estaba mojadita.
Eso me calentó aún más, mi pene empezó a crecer rápidamente. Ella bajo su mano y desprendió el botón de mi short, metió la mano y saco mi pene afuera comenzando a masturbarme. Mientras, yo seguía haciendo lo mío en su vagina. Ella tenía los ojos cerrados y yo la miraba, disfrutando del momento, ya no había vuelta atrás.
-¡Veni acá!- Le dije, susurrando. Indicándole que nos cambiemos de cama.
Julieta se cruzó pasando por arriba mío, extendimos las dos sabanas, de modo que nos tapaba a los dos, quede detrás acostado de lado, ella delante mío, en la misma posición, apoyo su cola en por mi pene duro, frente a ella, mi novia durmiendo, por suerte quedo dormida mirando para el lado contrario. La situación era tremenda. El miedo combinado con la calentura nos invadía. Le baje más el shorcito, le corrí la tanga a un lado y apoye la cabeza de mi pene en la entrada de su vagina.
Ella se movía para que la penetrara de una vez, de a poco mi pene caliente y duro ingreso en su vagina, no podíamos emitir ningún sonido, por lo que Julieta hundió su cabeza en la almohada. Lentamente me movía dentro de ella, no podía acelerar más mis movimientos. Nos besábamos intensamente, toda nuestra tensión sexual se plasmaba en nuestras caricias. Frené mis movimientos y ella empezó a hacer el trabajo, su cola golpeaba despacio por mi pelvis, cada vez más rápido. Su vagina apretó mi pene, su cara se tensó de golpe y sentí un flujo salir y mojar más aun mi pene. Julieta mordió la almohada y gimió. Que hermoso orgasmo tuvo. Me puso a mi su cata, yo no aguantaba más, estaba demasiado excitado.
-¡Tengo que acabar prima!-.- ¡No aguanto más!- Le dije susurrando.
-¡Terminame adentro primo!-.- ¡Me cuido con las pastillas!- Me dijo.
El miedo de depositar mi semen dentro de ella desapareció. (Confío en esas pastillas, mi novia los toma y en 4 años de relación jamás nos falló).
La tome de la cinturita y me movía lentamente, su vagina estaba muy mojada.
-¡Dame la lechita adentro primo!-.- ¡No tardes!- Me dijo susurrando.
Me comí sus labios una y otra vez, mientras seguía empujando mi pene dentro de ella. Debía terminar rápido antes que pueda llegar a despertar de golpe mi novia y descubrirnos así, pero tampoco quería sacar mi pene de la vagina de Julieta.
-¡No me hagas esperar más!-. -¡Por favor!- Me dijo Julieta, mordiéndose los labios.
-¡Te voy a dar toda la lechita, hermosa!- Le dije.
-¡Si, si! - ¡Ay, dale hermoso!- Me susurro.
Sentí el cosquilleo llegar, mi semen comenzó a salir, podía sentir los borbotones de esperma llenar la vagina de Julieta. Ella estaba extasiada, le gustaba sentir como acababa dentro de su estrecha vagina. Con cada espasmo sentía como mis tensiones se iban. Ella no se quitó hasta que mi pene empezaba a ponerse flácido.
-¡Quedaté ahí!- Le dije. Sabía que si se movía, todo el semen caería por la cama. No debía quedar pruebas de nada. Ella me obedeció, Me deslice hacia el otro lado de la cama, donde estaba mi bolso. Tome una de las toallas de mano que había llevado, por suerte eran varias. Se la pase para que se limpiara un poco. Bajo las sabanas aun, Julieta se limpió con la toalla. Me la pasó e hice lo mismo con mi pene y tire la toalla sobre mi bolso. Ella se acomodó la tanga, subió su short y fue al baño. Yo metí mi pene y me vestí, esperando mi turno para ir al baño a limpiarme.
Cuando regresó fue mi turno, mientras me limpiaba, miré el reloj que había en el baño, eran casi las 3 de la madrugada, y el video lo vimos a las 1:45, lo recuerdo bien, no parecía haber pasado tanto tiempo. Volví a la cama y me metí rápidamente, estaba más exhausto aun, por la tremenda acabada que había tenido. Julieta estaba esperándome. Nos besamos un largo rato más, esos labios tenían algo hechizante, hablamos un rato más, todo mientras mi novia seguía dormida. No se había movido nada en todo ese tiempo.
Despacio, nos cruzamos de cama nuevamente, y nos dimos un largo beso de buenas noches, ella me dio la espalda y se durmió. Yo quedé despierto un rato más, alucinando de lo que había sucedido. ¡Me había cogido a la prima de mi novia, con mi novia durmiendo en la misma habitación, al lado nuestro! Y así. Caí dormido por fin.
Eso, era solo el comienzo de las vacaciones...
Continúa...
-Alexander 0022-
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