Fuimos cogidas de la mano y nos sentamos en la cama besándonos y tocándonos, explorando nuestros cuerpos.
-Rosa, he visto en videos hacer la tijera ¿lo hacemos?
Nos colocamos y aunque primeriza, mi pubis rozaba el suyo y el suyo el mío; primero siendo los movimientos lentos para acoplarnos. A medida que la excitación subía el ritmo aumentaba.
Estaba ardiendo de placer, nuestros gemidos eran continuos.
Paula, túmbate, ahora.
Hice lo que Rosa me dijo y separándome las piernas se puso estirada sobre mi y moviéndose su pubis rozaba el mío mientras me besaba los senos y mis labios.
Trataba yo de mordisquearla sus senos, pero me era difícil.
Mis manos se acoplaron en sus glúteos y acompasaban los movimientos.
¡¡¡me sentía follada!!! ¡¡¡por otra mujer!!!
Estaba mojadísima, lo sentía y mi mano fue a su pubis y ella estaba lo mismo y empecé a penetrarla al abrirse un poco de piernas.
Rosa gemía una y otra vez.
Sus labios se posaron sobre mi cuello, sobre mi hombro, rota de placer.
-Si, si, si, sigue Paula te compensaré me dijo.
-No te pares Paula, sigue, si, si, por fi.
-A duras penas fui capaz de decir a Rosa que me gustaría que me lo comiera como compensación.
No creí que me hubiera oído entre los gemidos y entonces la metí dos dedos penetrándola intensamente.
Enseguida su boca se pegó a mi seno derecho y su chillido del orgasmo quedó amortiguado y luego nos besamos en la boca apasionadamente.
- Tranquila, Paula, cariño, ahora me toca a mi darte lo que me has dado.
Fue bajando besándome todo el cuerpo, senos, vientre, monte de Venus.
- Paula, no se lo he hecho nunca a ninguna mujer lo que te voy a hacer, pero te lo voy a devorar.
Me separó los muslos poniendo las manos por debajo y su lengua empezó a hacer su trabajo.
¡¡¡cómo movía la lengua!!!
La sentía en todo el recorrido, introduciéndose en mi vagina, buscándome el clítoris.
Yo no sabía dónde mirar; no la veía, su cabeza estaba entre mis muslos… ¡me lo estaban comiendo por primera vez!
Gemía de placer pues estaba muy caliente.
Entonces Rosa me introdujo un dedo mientras que su lengua una y otra vez jugaba con mi clítoris.
-Cariño, sigue así, uf, si, si, que placer, no te pares, joder, sigue, dámelo.
-Rosa, tú puedes, quiero correrme, zorra....
-Sigue un poco más, joder que me corro.
Entonces no sé qué hizo Rosa, Sólo sentí como si alguien enganchara mi clítoris al mismo tiempo que intensamente era penetrada.
Rápidamente cogí la almohada y la puse encima de mi boca para atenuar mi chillido mientras mi mano presionaba la cabeza de Rosa y mi cuerpo se arqueaba convulsionándome.
- Si, siiiiiiiiiii, siiiiiiiiiiiiiii, ahhhhhhhhhh, siiiiiiiiiiiiiiiii
No sé lo que eché, pero sé que Rosa estuvo un ratillo más lamiéndome.
Entonces una vez acabado el cunnilingus y relajadas, Rosa y yo nos pusimos de lado en la cama, besándonos satisfechas y penetrándonos y tocándonos calmadamente hasta que nos quedamos dormidas.