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Mi primogénito contaba con casi dos años cuando nos invitaron a una boda donde coincidimos con ALFONSO, el antiguo socio de mi marido. Gracias a que Mauricio no sabe beber, fui acompañada y finalmente fecundada por el tremendo falo de Alfonso. Perdí todo mi puritanismo y me arrastré a la lujuria.
Hola queridos lectores, como todos sabéis me llamo Lorena, tengo 30 años soy una mujer casada de muy buen ver de 1.69 de estatura de Guadalajara, ojos color miel, cabello negro, desde que era adolecente me desarrollé demasiado en la parte de adelante teniendo hoy en día un par de tetas cada vez más grandes, sobre todo después de mi primer parto. De igual manera tengo unos muslos y nalgas de buen tamaño y siempre admirados por los hombres, ya que hago mucha zumba, dada esa descripción está por demás decir que soy una mujer guapa que le gusta vestir a la moda y muy sensual siempre con ropa de marca… uñas largas decoradas, con el cabello muy arreglado y maquillada por supuesto, así soy aun cuando solo voy al súper. Soy una mujer tradicional de misa semanal los domingos por la mañana, pero que tenga fama de beata no me quita la calentura que mi cuerpo produce ante la presencia de un buen macho… Así que lo más destacable de mi forma de ser es lo caliente que soy, pues disfruto mucho haciendo el amor con mi esposo, especialmente tras mi primer hijo… ahora follamos simplemente por tener sexo como una forma más de relacionarnos… los orgasmos me sacan de quicio, por ellos muero.
A pesar de que me gusta ser muy sensual en todos los aspectos, siempre he sido muy recatada y fina, mi educación siempre fue muy apegada a la iglesia católica destacando entre las familias modelo de mi congregación… no me pierdo un día de fiesta religiosa que no esté ahí, procesiones o eventos navideños preparando belenes o regalos para los niños de familias necesitadas… entre otras muchas eventos. Mi familia es del Opus y somos de ese tipo de familias donde los niños son bienvenidos y cuantos más mejor…, en definitiva un ambiente cristiano en el que crecí con la idea de casarme, tener una familia y serle fiel a mi esposo por siempre, pues seguía los patrones de mi casa. Mi padre un gran hombre intachable, trabajador con buena posición económica y mi madre una bella dama y señora en toda la extensión de la palabra, sin contar también que estudie en escuelas religiosas, no fui muy noviera a pesar de que soy atractiva para los hombres pues solo tuve dos relaciones… una en la adolescencia donde salí virgen a pesar de las insistencias de mi novio, y mis casi 7 años con Mauricio con el que perdí mi virginidad unos días antes de la boda porque el macho no aguantaba un día más sin follarme… no lo entiendo tras dos años de largo noviazgo, vamos que le dejé follarme, por supuesto sin condón como bien manda la Santa Madre Iglesia, total sabía qué y a la postre terminaría casándome con él al cabo de unos días… No fue un polvo para ponerme los ojos en blanco pero no estuvo mal.
Tengo mi círculo de amigas con las que me voy al casino, al gym o tomar un café, no voy a los antros amenos que me acompañe mi esposo, solo voy a esos lugares de lenocinio con Mauricio aunque él no es mucho de eso tampoco. Como se darán cuenta mi vida es muy tranquila, recatada, formal y bella, por eso nadie pensaría que yo fuera capaz de pasarme por la cabeza la idea de engañar a mi esposo, hasta que llega el día que si no me cubre mi esposo busco un semental que lo sustituya… Ya ocurrió con Fernando dejándome preñada de mi primer hijo y pronto todo volvería a torcerse debido a mi calentura insatisfecha.
Esta segunda historia que le voy a contar pasó hace aproximadamente cinco años. Como les comentaba estoy casada desde hace 7 años con Mauricio el cual es un hombre que por entonces tenía 30 años… bueno, guapo y trabajador y que me tiene viviendo como reina, tenemos un niño de 2 años como ya sabéis (Josep) y nuestro matrimonio va perfecto, Mauricio es sub-gerente de marketing de “Aena” y además tiene una compraventa de vehículos semi-nuevos on-line donde trabaja por las tardes y noches principalmente, el cual le va bastante bien. Desde hace tiempo estaba en sociedad con Adolfo y su padre, entonces ellos eran los encargados de la parte visible del negocio. Adolfo al igual que Fernando es del grupo de amigos íntimos de mi marido desde el instituto, también sus familias se conocen desde que mi suegros eran solteros, hasta el día que disgregaron la sociedad sin romperla, aunque prácticamente se tuvieron entre ojos por varias ventas nada lícitas por parte de Adolfo asesorado por el padre de este que acabaron en mutuo acuerdo reparando las pérdidas, pero no así la amistad al 100% como era antes. Entonces le dieron otro giro al negocio, mi marido reformó el sistema de venta de vehículos a una plataforma on-line y Adolfo se quedaría con la física.
Con todo ello trabaja demasiado y no tiene mucho tiempo para mí ni su hijo. He de decirles que a mí en lo personal tanto Adolfo como su padre nunca me cayeron excesivamente bien como personas, más bien me parecían comisionistas a la caza de ingenuos en vez de ser empresarios serios, eso sin contar que cuando les das cierta confianza se convierten en personas mal educadas, arrogantes, ventajosas y presumidas. Desde el primer día que los traté he sentido la sensación que Adolfo le tenía mucha envidia a mi marido, pues Mauricio es mucho más exitoso en todos los aspectos, es guapo, alto, atlético, con dinero y por supuesto con una muy bella mujer de esposa. No es que no sean guapos Adolfo y su padre, este último pese a tener cerca de los 65 años se conserva muy bien sin barriga, ágil y de rostro seductor, con unos rasgos varoniles que te atrapa la vista… su hijo tenía la misma planta, con la ventaja de tener 30 años menos. Bueno para no hacer el cuento más largo la sociedad término hace como un año y desde entonces ellos no se podían ver ni en pintura, pero hace cuatro meses un amigo en común de ellos se casó y nos invitó a la fiesta, ese día me arreglé como nunca, me encontraba cachonda y me apetecía estar sexy para mi esposo y de paso para quien pudiera disfrutar de mi presencia… tal vez se debía a estar en mis días fértiles que es cuando más busco al macho que hay en Mauricio…
Ambos teníamos la idea de tener otro hijo y que mejor que una velada como esa, por lo que dejamos al niño con una de mis hermanas, me puse un vestido rojo sin tirantes muy ajustado… un palabra de honor, con faldita corta con algo de vuelo el cual hacia que mis pechos casi se salieran de su lugar, un conjunto de lencería y negra de encaje con sujetador transparente en los tirantes y en el área de los pezones y una tanguita de un solo hilo fino con tan solo el triangulito de encaje por delante, liguero, pantimedias, tacones de 10 cm y por supuesto mi área de bikini depilada con sumo cuidado y muy bien perfumada solo con una pequeña coleta estilo mohicana. Coincidimos con Adolfo y su padre. Adolfo es un hombre de 32 años divorciado desde hace dos años, un hombre resultón sin necesidad de grandes esfuerzos, vamos un tipo atractivo… ese tipo de canallas en las que la mayoría de las mujeres caen rendidas a sus pies en algún momento de su vida y se arrepienten el resto de haberlo conocido, casándose con otro más formal que sea un buen padre para sus hijos. Las cosas son así… a las mujeres nos follan los canallas y no llevan al altar los formales.
Su padre es Faustino, un hombre casado, aunque a su señora la trata como a una basura. Ese día, la fiesta transcurría sin ningún percance negativo Mauricio y yo nos divertíamos, hasta que a la mesa se acercó Adolfo a hablar con mi esposo para tratar de arreglar las diferencias que había entre los dos, conversaron amistosamente casi toda la noche, debieron hacer las paces porque al finalizar la fiesta mi marido andaba un tanto pasado de copas… fuera de sí Mauricio invitó a Adolfo a seguir la fiesta en casa como tantas otras veces cuando estaba casado y ambas parejas nos juntábamos en los buenos tiempos. Sin duda la seducción de Adolfo se hizo efectiva con mi esposo, y aunque a lo cual renegué pues implicaba dar al traste con nuestros planes…. Deseaba con toda el alma lograr quedar fecundada de mi esposo…, pero bueno que podía hacer, salimos del casino y le pedí las llaves a Mauricio para conducir yo, pues él ya estaba demasiado ebrio y yo solamente alegrona. Sin más nos fuimos a la casa pero Mauricio en el camino se quedó dormido en al asiento del acompañante, detrás iba Adolfo callado casi todo el tiempo… debía de ir también cargado, no obstante no era así porque al llegar a la casa Adolfo se ofreció a ayudarme con Mauricio y meterlo mientras llegaba su padre que dicho sea de paso fue a dejar a doña Eva a su casa para el seguir con la parranda. Adolfo dejo a Mauricio en el sofá de la sala profundamente dormido a todo lo largo que daba. A la vista del panorama, yo no tenía intención que se quedaran, él lo notó ipso facto y cuando trataba despedirse me dijo que si le invitaba a tomar un café para que no le pasara lo que a mi esposo de quedarse dormido a mitad de camino, obvio no me pude negar.
Cuando lo iba a preparar vio una botella de vodka que teníamos en el mini bar… -“Creo que antes mejor nos tomamos la última…”
Mientras se lo tomaba me sirvió uno a mí y me dijo que brindáramos porque él y mi marido habían arreglado sus diferencias, las cuentas estaban claras y todo el desaguisado era cosa del pasado… -“A Mauricio lo quiero como a un hermano y es cierto que abusé de su confianza, me siento muy arrepentido y lo mejor es que me ha perdonado y lo hemos arreglado amistosamente”.
No sé qué pasó, tal vez esa última copa rebasó mis límites para el entendimiento razonable, y junto con la amena conversación que Adolfo le estaba regalando a mis oídos se empezó a transformar a una conversación muy lasciva, donde haciendo alarde de su hombría me contaba historias de índole sexual en relación con su ex esposa. La verdad es que no me estaba cayendo tan mal aquel tema atrevido e impúdico, comenzaba a estar muy interesada por como fornicaban en sus años maritales, Yo solo lo había hecho con mi esposo (Y el amigo común de mi esposo y Adolfo… Fernando) con la poca experiencia que ello te da, y lejos de querer que se fuera quería que me contara más. De repente me empezó a decir que yo era una mujer muy bella e inteligente y que le daba gusto que fuera la esposa de su amigo… sonó su móvil, era su padre para decirle del retraso por culpa de un accidente de tráfico que bloqueaba la carretera. Adolfo le dijo que lo esperaba para irse juntos pues la fiesta había terminado, colgó se levantó del taburete de la barra…
-“Me marcho, voy a llamar a un taxi y me voy Lorena… cuídate mucho”.
Se acercó para despedirse de mí y me tomo por la cintura a fuerza para darme un beso en la boca el cual instintivamente rechacé haciéndole la cobra, pero la fuerza de él hacía que no me pudiera separar, no sé qué me paso, correspondí el beso abriendo un poco mi boca y sacando la punta de la lengua, fue cuestión de segundos el regreso a mí la cordura logrando separarme…, y al instante le reclamé por lo sucedido…
-“¡QUE TE PASA IDIOTA!” Él con una risa burlona en su rostro como sabiendo que falto poco para tenerme a su merced me dijo… -“Discúlpame Lorena pero me moría por hacerlo y por lo que se ve tú también”.
Estallé enojada por tan severa afirmación posicionándome entre esas mujeres busconas insatisfechas por sus maridos…, pues como lo comenté este tipo era un arrogante y conteste… -“¡Estás loco, lo mejor será que te vayas de mi casa si no quieres que despierte a Mauricio!”
-“No creo que despierte… si lo conozco como sé lo conozco está bien pedo”, me contesto Adolfo.
-“Pues no me importa, ¡Te me vas en este momento porque soy capaz de cualquier cosa!”
No había terminado de decir esas palabras cuando me volvió a tomar por la fuerza y me comenzó a besar nuevamente, me tomó de las muñecas arrinconándome contra el refrigerador, por supuesto que puse resistencia pero su fuerza era muy superior a la mía, a tal grado que me estaba lastimando las articulaciones. Como pude separé mi boca de la suya y grite…
-“¡¡Adolfo suéltame por favoooor!! Suéltame porque voy a gritar”.
Mientras forcejeamos me comenzó a besar el cuello, me pasaba su lengua por toda la mejilla hasta intentar besarme la oreja. Sentí su aliento alcohólico al momento que me ensalivaba todo el cuello, su barba de cinco días que tanto me atraen de los machos me raspaba y hacia cosquillas a la vez, no sé qué me paso nunca me había sentido de esa forma, pero aquel beso y aquella dominación de Adolfo hacia mí me movió el tapete. Desafortunadamente el alcohol y la calentura de mis hormonas desaforadas me traicionaron, me transformé en ese momento en otra persona, empecé a corresponderle los besos a Adolfo, nos fundimos en un beso muy apasionado donde nuestras lenguas se entrecruzaron y nuestros labios se mordían, Adolfo me soltó las manos y me pasó una a la cintura y la otra a mi trasero por encima del vestido. Yo no sabía qué hacer solo las dejé abajo unos instantes para después pasarlas por su cuello para abrazarme colgado de él.
En instantes me levantó la falda dejando mi culo de nalgas firmes al descubierto mientras yo le acariciaba su poca cabellera que le quedaba en la nuca, estaba perdida aun me llegaban pequeñas señales pensamientos de arrepentimiento, pues estaba a punto de dejar de ser la cristiana esposa fiel de misa semanal, la dama modelo de las nuevas generaciones de la congregación y buena chica del coro de misa…a la más grande de las putas. Mientras me masajeaba el culo dejé de abrazarlo y en instantes pensé en separarme pero nuevamente me traicionó la zorra que toda señora lleva camuflada y surge en estado de máxima fiebre… y lejos de alejarme le comencé a abrir la camisa. Descubrí que su pecho era adornado por un bello pelo fino y bien colocado en su pecho… parecía un adonis macho ibérico de los que aún no se depilan para convertirse en metrosexuales seudo afeminados y una pancita coqueta sin nada de tableta…
Vamos un hombre de talla normal que no necesita cuidarse para estar apetecible. Su olor era a sudor y a colonia masculina Don algodón, un aroma de buen gusto, después de haber estado bailado buena parte de la noche. Comencé a pasar mis manos por toda esa pelusera suavemente, con mis yemas lo exploraba, le enterraba suavemente mis uñas como haciéndole cosquillas, tenía los pezones muy morenos. Posteriormente fui bajando y puse una de mis manos en su entrepierna, la cual ya estaba algo dura ¡Oh sorpresa, el cipote de Adolfo se sentía muy grande y muy grueso! Lo froté por encima del pantalón, él entre tanto ya me había bajado el vestido y el sujetador a la cintura y me besaba los pezones, me los chupaba de forma brusca haciendo mucho ruido al lamerme y succionar queriéndose quedar con mis pezones ahora empitados de aureola inflamada. Mi respiración se había vuelto muy intensa, por un lado el aspiraba la frescura y pulcritud de mi cuerpo bañado en desodorantes y perfumes caros, mientras yo solo me embriagaba en respirar una desaseada sensación a macho. Adolfo continuo con su boca mamado de mis ubres como un becerro, dejándolos empapados en baba…, los mordía, chupaba, lamia toda su circunferencia sin dejar un solo centímetro sin ensalivar, su boca realizaba movimientos succionadores que casi me arrancaban el pezón. De pronto se separó y como eufórico me dijo…
-“¡Qué bonitas tetas tienes Lorena, están riquísimas y enormes!¡Qué aureola tan grande! ¡¡Nunca había probado unas tetas como estas, están exquisitas!!”
A pesar del tamaño de mis mamas, no los tenía nada caídos por el contrario mis pezones están parados mirando a los lados y hacia arriba como pidiendo guerra con un color rosita y mi aureola era muy amplia e hinchada como si fuera ojiva sobre mi teta. Me comenzó a meter la mano bajo mis bragas…, sus dedos gruesos se fueron abriendo paso por mi rajita, cuando me di cuenta ya los tenia dentro de mi vagina infiel. Yo estaba súper caliente, tan excitadísima ya se me salían gemidos de placer y mis pezones parecían explotar de tan duros que estaban. Nuevamente mi cabeza me mando una señal advirtiéndome que yo era una mujer casada y que eso era un grave error, pero el fuego que se encendía en todo mi cuerpo rápidamente se encargaba de desaparecer cualquier síntoma de arrepentimiento… el olor a macho en celo, mis defensas hormonales por los suelos, y el tremendo bastión que gastaba el semental entre sus piernas no me ayudaron en nada a deshacerme de aquel acoso…
-“¡Ohhh Adolfoo nooo, esto no está bien, vete por favor¡ Estoy casadaaa y amoooo a mi marido ¡¡¡Por favor vete!!!”
Todo eso mientras me meneaba al compás de sus dedadas, por supuesto no paraba de jadear hiperventilando como una perra ansiosa de ser montada. En ese momento él se separó quedando en shock, pues pensé que me había hecho caso y se detendría, aunque la verdad eso era lo que yo menos quería, cuando estaba a punto de perder toda dignidad y esta vez ser yo quien me ofreciera, él se desabrochó el pantalón para extraer una enorme verga…, Madre de Dios que badajo más grande ¡Qué gordo!, con dos tonos de piel, una parte rosada en los primero centímetros del glande despejado de sus prepucio y bajo este una polla morena hasta la raíz de donde colgaban unos flamantes testículos de tamaño descomunal semejante a una pelota de tenis. En ese momento no sé por qué me sentí aliviada, sabía lo que venía pero yo por instinto o por pudor, por querer seguir en mi papel de mujer fiel me tapé con mis manos las tetas, pero no hice más, no reaccione solo me quedé parada esperando a que Adolfo me invitara a bajar a probar su tiesa anaconda súper ancha de no menos de 8 cm y unos 17 cm de larga… debía tener un diámetro en su tronco parecido a un bote de bebida isotónica. Suavemente me tomó del hombro y me bajó al nivel de la gran tranca empaladora, sin decir una palabra y casi temblando me puse en cuclillas hasta colocarme frente a ese pedazo de carne, cuyo agujero uretral me miraba fijamente a los ojos… mirándolo me le acerqué, lo olí y fue la última vez que puse algo de resistencia. Levanté la cara y lo observé a los ojos con cara de niña traviesa a punto de comer un caramelo.
-“Adolfo NO por Dios Santo, ¡¡esto no está bien!! ¡Me vas a matar con esa polla…!”
-“Yo sé que quieres, estás bien cachonda. Es toda tuya Lorena… ¡Chúpamela porque es lo quieres hacer! ¡¿No es así?!” Sin contestar si o no, dije…
-“¡Pero soy una mujer casada y Mauricio está ahí dormido! ¡No puedo fallarle!”
Decía todo esto sin cambiar de posición… seguía hincada con la cara a la altura de su suculento pollón de gordo capullo, como quien no quiere irse. Pero por mi educación me resistía a tomar la iniciativa. Él se dio cuenta que yo quería tragármelo y utilizando la psicología inversa dijo…
-“¡Tienes razón Lorena, mejor me voy! ¡Creo que esto no está bien! Eres demasiado recatada para tener una aventura de este tipo…”
Cuando se separó por instinto yo lo atrapé de las piernas, como arrepintiéndome de lo que había dicho… –“¡¡No Adolfo, no te vayas!!” Qué había dicho, eso era la autorización a mi perdición.
Adolfo solo sonrió como pensando que había funcionado… -“¡Ya ves que tú también lo quieres Lorena, pero te haces la estrecha!”
Dicho eso ya no titubeo para nada sabía que me tenía en el bote… no había marcha tras, me asió de la cabeza metiendo sus dedos en mi cabello, al mismo tiempo que acercaba su tranca con rezume de líquido pre seminal en su grandioso capullo en forma de seta, me lo dejo unos instantes a escasos cinco centímetros de mis labios y nariz. Como buen pescador tenía el cebo echado esperando que el pececillo picara y se comiera la carnaza… tanto él como yo deseábamos que me atreviera. Entendí el mensaje, saqué mi lengua, la acerque a su cabezota morada como una ciruela madura que parecía explotar, la sentí en la punta de mi lengua y me separé…, un hilito del viscoso liquido era lo único que nos unía. Metí mi lengua a mi boca y comencé a degustar el gusto del semental, así dure unos instantes sin decir ni hacer nada, el me preguntó…
-“¡¿Te gusta preciosa?!”
No conteste nada solo saque de nuevo mi lengua y en movimientos circulares comencé a ensalivar su cabeza, luego me lo metí todo a la boca, lo saqué y con mi lengua le pase por todo el palo hasta llegar a sus huevos rasurados, su olor almizclado a macho en celo me sublimaban… ¡Joder cuando mi esposo huele así lo mando inmediatamente a que se dé una agua…!,Pero lejos de molestarme con Adolfo, ese olor me volvía loca, me fascinaba porque no era el rancio frustrante hedor que mi esposo desprende tras un día de trabajo, sino un aroma contundente que te llena la papilas gustativas de algo que debe estar muy sabroso. Se la mamé como dos minutos, chupándolo, besándolo, pajeándosela a una mano a dos…, odiaba chuparle el escroto a mi marido pues no me gusta la sensación de los pelos en mi boca y nariz…. Adolfo no me lo pidió, me lo ordenó y yo obediente le pase toda mi lengua por su voluminosa bolsa escrotal donde contenía un par de pelotas dignas de lamer… las sopesé una a una con mi lengua mientras tanto él me amasaba las tetas pellizcando los pezones hinchados. Yo estaba ya como poseída, en otro mundo en un mundo desconocido para mí, un mundo de perversión y salvajismo. En eso sonó su teléfono era su padre, mientras yo seguía sin inmutarme, el contestó diciéndole que no se preocupara… se iría en un taxi. Se separó no sabía qué hacer pues por una parte pensé que se fuera era lo mejor, pero por otra suspiraba por esa verga gorda haciéndome suya, se abrocho el pantalón y la camisa….
-“Espérame voy a decirle a mi padre que mañana quedamos en el negocio… que yo ya regreso por mi cuenta. No te muevas preciosa”.
Yo hincada con las tetas fuera, el culo al aire y la boca además de mi conejo hambriento muy húmedos, solo moví la cabeza como una perrita que le dice que si a su dueño. Adolfo se salió y yo estaba en shock no podía creer lo que pasaba, en ese momento en lo único que pensaba era en que el ex socio de mi marido regresara y me diera con todo lo suyo, me partiera en dos con su trabuco enloquecedor tan vasto como un “Cirio Pascual” ¡Madre mía… me podrá llegar hasta el estómago si me la mete haciendo tope en ese par de huevazos! Tardo cinco minutos, demasiado para mi mala conciencia… comenzaba a entrar en razón y también en desesperación. Abrió la puerta y mi cara de preocupación cambio por una expresión de agradecimiento y tranquilidad…
-“¡Ya he regresado Lorena, perdona la tardanza!” Con una sonrisa de nerviosismo y coquetería le conteste…
-“Un poquito más y me derrito sin ti…”
Le contesté sentada en el sillón de la sala a escasos metros de Mauricio mi esposo con el coño chorreando, se sentó al lado mío y me intentó besar nuevamente, la pausa me había dejado pensando en abortar la misión, sentía que aún estaba a tiempo…
-“¡Por favor Adolfo vete, no quiero traicionar a Mauricio! Es lo mejor créeme”.
-“¡Ay Lorenita si ya lo has traicionado mamándole la polla a otro Hombre… Ya no es engaño, has pecado cariño disfrutándolo tanto como yo”.
Esas palabras me dejaron descontrolada, él tenía razón ya había echado por la borda mi ideal de esposa perfecta, fiel y respetable cristiana, para transformarme en otra aventura del implacable seductor rompe corazones, o mejor decir, rompe coños del ex socio de mi marido. Adolfo era muy hábil con la mente, mientras me puso a pensar me siguió tocando y besando, yo me volví a encender con mayor intensidad creo. Me recostó en los cojines de la sala, me alzó el vestido a la cintura, me hizo la tanga de lado con la intensión de chuparme el coñito abriéndome de piernas, no sé cómo moví una de ellas que casi tiro un cenicero por lo que le dije a Adolfo que mejor nos fuéramos a mi cuarto, sí al cuarto donde pasaba las noches como esposa fiel, como señora respetable, a la cama donde dormía con Mauricio, pensé nuevamente en arrepentirme pero mi parte caliente me dijo que ya la había regado…
Le había mamado la polla a Adolfo y que en lugar de sentirme culpable lo disfrutara pues a final de cuentas ya me había portado mal pecando. Subimos al cuarto dándonos besos todo el camino cual si fuéramos adolecentes en pleno romance, Adolfo me quitó toda la ropa y yo a él, me tiró a la cama, me abrió las piernas dejándome despatarrada y me comenzó a succionar el clítoris con devoción y esmero, me pasaba su lengua mojada por toda mi vulva femenina anhelante de un macho que la tuviera en cuenta, mientras me decía…
-“¡Qué rico coñito tienes Lorena, eres una princesa, cuantas veces soñé con este día, cuantas veces me imaginé ver tu pepita para comérmela…, me imaginaba tu chocho depilado, rosita y perfumado pero esto supera cualquier fantasía”.
Yo solo gemía de placer, me encantaba lo que Adolfo me hacía y decía, nadie se tomó tanto interés en darme placer y mucho menos antes de haberlo conseguido el hombre –“¡Ummm!” Dejó de mamarme el coño rasurado solo para él, mi marido nunca lo hubiese disfrutado con tanto entusiasmo. Se acostó en la cama y me invito a que hiciéramos un 69… me acomodó las caderas de tal forma que mi vulva quedó en su cara y su mástil erguido y duro como el acero en mi boca. La verdad es que nunca lo había hecho pues a mi esposo le gustaba que se la mamara, pero a él a mí no le gustaba chuparme mi chochito caliente a pesar de que lo mantengo siempre muy bien depilado sin rastro de pelo en nada, para que se animara, sentía muy extraño estar encima de un hombre tan diferente a mi esposo, grande y velludo lo justo para darle ese toque varonil tan masculino que me vuelve loca… ¡Yo estaba en la luna! Los pelos de su barba me hacían cosquillitas en los muslos, yo mientras tanto me tragaba su bálano como una ciruela. En tanto me chupaba decía cosas soberbias que regalaba mis oídos como….
-“Lorena estas bien rica, eres una diosa, siempre había querido follarte. A veces me masturbaba pensando en ti. Siempre envidie a Mauricio por la esposa que tiene, pero nunca pensé que fueras así de caliente y entregada en el “amor”.
Luego sus cosas subieron de tono y comenzó a insultarme… -“¡¡Siempre supe que eras bien puta, pero nunca me imaginé que fueras así de zorra!!” Mientras no paraba de chuparme y pajearme. Yo como poseída no paraba de succionar su tranca… “¡Qué rico conejo tienes! ¡¿Te está gustando?! ¡¿Quieres que te meta ya la verga, cariño?!”
Yo que no había pronunciado palabra alguna, le respondí casi implorando… -“¡¡Oh síiii, si Adolfo me gusta y me gusta mucho, métemela!! ¡¡FÓLLAME!!”
-“Grita perra, ¡¡Pídeme la polla a gritos golfa!!” Me decía mientras me hacía a un lado y se levantaba para ponerme a cuatro patas en la cama y sacudirme en el culo ¡¡Zas, zas! Dos sonoras nalgadas se escucharon en el cuarto. Mientras me volvía a preguntar…
-“¡¡ ¿Ya quieres polla pedazo de zorra beata?!!”
-“¡Siiii A_dol_fo!!!” Dije con la voz entrecortada… “¡Ya cabrón… Métemela! ¡Fóllame, quiero ser tu puta, tu perra!”
-“No te escucho Lorena grítalo pídelo o no te la meto”
-“¡FÓLLAME POR FAVOR! METEMELA HASTA DENTRO DEL ÚTERO, QUIERO QUE ME LA METAS TAN ADENTRO QUE LA SIENTA GOLPEANDO EN EL VIENTRE, ¡POR FAVOR MI AMOR FÓLLAME CON ESE POLLÓN ENORME QUE ME PIENSA PARTIR ENDOS! ¡AYY YAAAAAA POR FAAAA!!!!”
En esos instante yo ya había perdido toda la dignidad, no me importaba nada, solo que en ese momento Adolfo hiciera de mí lo que quisiera. Acomodó su barra de carne en la entrada de mi rajita ceñida donde antes solo franqueó la picha de tamaño estándar de mi esposo y ahora tenía en las puertas un misil de dimensiones descomunales. Como jugando conmigo me la pasaba de arriba abajo y medio de mis labios vaginales con tan solo la cabeza metida… pulsaba y luego la sacaba, así unas cuantas veces, ya me tenía ansiosa, no me quedaba duda que Adolfo era un experto amante sabía cómo poner a mil su hembra y lograr que esta suplicara ser atravesada. Ahora me encaja muy bien lo que me contaba mi esposo de su socio cerrando tratos en bares y clubes nocturnos de alterne… entre putas vendía cualquier cosa… decía mi Mauricio. De repente y sin más ni más me la dejo ir de un solo golpe calando la parte rosada liberada del prepucio, sentí algo de dolor en un principio a pesar de que estaba súper lubricada pues estaba bien mojada, primero muy despacio, poco a poco fue subiendo la intensidad calando cada vez más centímetros de su extensa verga… me comenzó a montar como a una perra sintiéndome cada vez más empalada, hasta que de pronto me hallaba mucho más que llena de carne trémula de verga rígida expandiendo mis paredes y llegando a mi matriz, a lugares que aún mantenía vírgenes, al mismo tiempo que notaba como sus huevazos chocaban con mis nalgas.
De repente me vi en el espejo del armario de mi cuarto… la imagen era por demás caliente, la esposa fiel siendo follada por el que hasta hace algunas horas atrás era el despreciable y adverso ex socio de mi esposo, y no solo eso yo en posición de perra con mi culo blanco en todo su esplendor totalmente sumisa por un hombre que me causaba fastidio por su forma de ser y trato a las mujeres… pero que por el contra debía reconocer para mis adentros que tenía todo lo un macho debe tener para ser atractivo a una mujer sea la que sea, inclusive a las estiradas y remilgadas beatas como soy yo. ¡Y es que me follaba como nunca con su tranca morena!, el contraste de colores era muy evidente, eso me encantaba, los dos únicos novios que había tenido fueron pálidos de piel clara y rasgos finos, así tener encima de mi aun hombre moreno, hermoso y potente que además me caía mal por lo misógino que era, daba el toque de morbo que me mataba, sentía su aliento caliente en mi nuca, su barba raspándome mientras me lamía el cuello y algunas gotas de su sudor caían en mí suave piel, siempre hidratada por cremas caras. Cerré mis ojos para disfrutar del momento, sentí que me tocaba los pezones yo estaba a mil, no sabía que sucedía pues también me nalgueaba, ¡¡Abrí mis ojos y oh sorpresa!!! Se asía como a unas riendas de mis ubres colganderas en esa posición tan indecente para una dama como yo… no supe que hacer, ninguno detuvimos el vaivén, solo con mi voz entre cortada alcance a decir.
-“¡¡Adolfo me estás matando de gusto cabronazo…!!”
-“Déjame decirte que eres una Reina, una potranca muy fina una diosa follando”. Me la clavó hasta los mismos huevos con fiereza, tanta que me partió en dos el coño…
-“¡Noooocabróncon quién crees que estás follando…!”
-“¡¡¡Mírate en el espejo Lorena, eres una puta infiel, una zorra golfa!!!!”
Yo no dije nada, que podía decir estaba a merced de ese macho, era una perra en celo dispuesta a ser follada en ese momento por cuanto macho en brama estuviera en ese cuarto. Allí estaba yo siendo jodida por tamaña Aldana que no me pude contener de metérmela yo misma hasta las trancas aplastándole las pelotas contra mi coño una y otra vez con la pura ansia de que me preñara, sí me hiciera una panza aquel salvaje semental aunque no fuera mi esposo, ya que importaba de quien fuera el esperma que me fecundara. Estábamos follando al natural, yo no tomaba anticonceptivos y el hijo de puta no usaba condón, nos apareándonos a pelo y él tenía la intención de no sacarla hasta llenarme. Las posibilidades de preñarme eran muchas y yo le incitaba a que descargara toda su semilla en los más profundo de mi fértil útero…de pronto la extrajo de mi hucha…
-“Anda mamita, sé que quieres chupar mi verga, lo veo en tus ojos de puta”.
La acercó a mi boca nada más salir haciendo un “choz” de vacío en mi coño… comencé a mamársela como desesperada, ahora si todo estaba mal tenía la verga repleta de mis jugos hasta los gordos y sabrosos cojones mientras la calaba hasta el galillo con mi coño mojado en plena inundación…. Y yo solo gemía, gritaba de placer.
-“¡¡Quericooooo!!!! ¡¡Quiero tu verga gorda y dura!!! ¡Así más ohhhgggg!” Mi grito se atragantaba con la gran tranca que me enmudecía por momentos…
-“¡¿Te gusta putita, te gusta cómo te follo?! ¡¿Quién es ahora tu macho Lorena, respóndeme?!”
-“Tu mi amor tu ereees mi macho, ¡Fóllame bien duro! ¡¡Me encanta que me den bien fuerte en el coño!! Soy una perra y tu mi mejor macho entre los machos ¡Aaaahhhhhohhhhh!”
-“Eres mi puta dilo….”
-“Sí soy tu puta”.
Tuve un gran orgasmo, al instante que sentí que la verga de Adolfo palpitaba anunciando se venía, en ese instante no sé cómo me acorde que estaba en mis días fértiles y le grité… -“¡¡Sácamela que me puedes preñar! ¡Estoy ovulando…!” Por supuesto que no me hizo caso, es más arreció con todo metiéndomela con más brío y hondo espetándome…
-“¡Claro que sí nena…TE VOY A PREÑAR MAMITA! ¡Te voy a llenar tu coñito de lefa hasta las trancas…!”
-“No Adolfo, no ¡¡SÁCAMELA POR DIOS TE LO PIDO…!!¡¡¡No te corras dentro por favor NO ME LLENES…!!! Adolfo me gritó diciéndome que no, que me quería rellenar el útero con su leche, hacía mucho que no lo hacía dentro de una mujer y no iba a perder esta oportunidad que yo le había brindado. Yo, ya sin medir consecuencias de mis actos me dejé inseminar, bajé mi tensión opositora diciéndome para mí misma…
-“Sí, hombre así, préñame. Fóllame duro así de bien ¡Dame tu leche! Ya que la de mi esposo está dormida y no tiene intención de salir de sus pelotas…”
No sé si el semental abrumado por su inminente orgasmo escuchó lo que de mi boca salía a sottovoce, lo que sí sé es que en ese momento sentí como se endurecía su polla, se rigidizaba como nunca hasta ahora y sus venas hinchadas me frotaba con mayor profusión y entonces sí que percibí su leche caliente en mis entrañas, un primer chorro largo y recio seguidos de otros chorros de su semen me inundaron. Uno tras otro ese increíble falo eyaculaba sin parar su esperma en mi más profundo espacio vaginal. Debieron de ser seis o siete convulsiones acompañadas de sus correspondientes lechazos los que me descargó y manteniendo unos segundos más su bálano en mis entrañas la sacó con un sonido de vació peculiar por lo cerrado de mi coñito y la gran cantidad de fluidos contenidos en ella…, al salir el badajo comenzó a escurrirme por las piernas todo el néctar. Se colocó delante de mi cara con todo el pollón impregnado de fluidos vaginales mezclados con su semen para que se la chupara y limpiara como buena zorra hace con su semental. Descansamos un poco, me sentía atolondrada con un sentimiento de culpabilidad que se iba aumentado a medida que se disipaba mi sensación orgásmica. No debieron de pasar más de diez minutos cuando me puso a cuatro patas oteando mi culo…
CONTINÚA...
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