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Fue un día de septiembre, frío como era propio en aquella ciudad. Andrés con sus 15 años era un chico muy reservado, no tenía demasiados amigos, en realidad, solo un par de amigas con las que hablaba únicamente en el cole, pero que eran verdaderamente incondicionales, muchos se preguntaban si alguna de ellas era novia de él, pero en realidad no pasaba nada. Con 1,73, de ojos azules, de cabello rubio, de piel blanca tenia un cuerpo bien formado, sin embargo a su edad nunca se había ocupado mucho por su imagen, le bastaba ser sencillo y poco vanidoso, aunque entre las otras chicas siempre llamaba la atención porque su rostro y cuerpo eran de admirar: daba un aspecto muy masculino que contrastaba a la vez con su cara de niño. En la piscina del instituto cuando se impartían las clases de deporte se notaba como tenía marcados abdominales y un trasero definido y bien formado, su cuerpo en general no tenía abundantes vellos y sus pequeños y rosados pezones dispuestos en sus pectorales completaban un cuerpo escultural, así entre las chicas sin que él supiera era comparado con la escultura del David de Miguel Ángel.
Por otra parte, Juan que tenía 17 años, un poco mas alto, tenía un cabello negro pero siempre lo llevaba corto, su piel morena estaba bronceada por el sol porque acostumbraba trotar sin camisa en las tardes después de salir del cole, parecía que poco los estudios le importaban, sus bíceps si que estaban desarrollados igual que las nalgas empinadas y duras; un rostro, con profundos ojos negros era de bellos ángulos que hacían de el un verdadero macho, cuando se quitaba la camisilla de deporte se podía observar como su pecho tenia los pelines que a su edad empezaban a salir y como en su abdomen se perdía una línea que al llegar a su ombligo supondrían ocultar una verga grande que se apreciaba bajo el elástico del pantalón de nado.
La relación entre Andrés y Juan era casi nula, se limitaba al instituto y a algunos encuentros casuales. El primero siempre había sido silencioso y se sabía más bien poco de la vida que llevaba, su voz por otra parte era juvenil, pero profundamente masculina para su edad. Juan por otra parte era bastante vago, poco estudiaba, constantemente estaba rodeado por las guarras del instituto por lo que del estudio nada le interesaba, ello había hecho que se retrasara un par de años.
Ambos eran solo conocidos… sin embargo aquella mañana sus vidas se cruzarían, la profe de matemáticas había decidido que los alumnos de su curso debían hacer sus labores en parejas, y para acabar de completar ella misma las había dispuesto pensando que juntando los más vagos con aquellos responsables lograría que los primeros sentaran juicio. Como era de esperarse pronto asigno los deberes y esa tarde debían empezar a hacerlos. -¿Oye, quedamos después de clases y hacemos lo de las matemáticas?- pregunto Andrés a Juan con algo de timidez. Sin mucha emoción. Juan respondió: -Me parece bien… los exámenes finales están cerca y aún voy muy mal, a ver si contigo me pongo al día.
En ese momento sonó el timbre de salida, y ambos tomaron el mismo rumbo. Juan había ofrecido su casa para el trabajo, ya que sabía que estaba solo pues sus padres estarían en sus trabajos hasta casi la noche. Tan pronto llegaron Juan le ofreció una soda al chico rubio, que acepto sin mayor problema pues ese día habían tenido clase de deporte.
Se sentaron en el escritorio de la habitación de Juan, y Andrés empezó a tratar de explicarle a Juan, pero nada, el chico moreno parecía no entender. -Joder, tío, si es que seguro que podías haber estudiado más. Bueno ya no se puede sino tratar de que entiendas lo que más puedas- ¿tu crees? –dijo con sarcasmo el otro.
Pasaron unos minutos y Juan le preguntó a Andrés -¿No tienes sueño? -La verdad es que Juan de repente se empezó a sentir mareado. No sabía porque y unos minutos después le pidió a Juan que le prestase el baño para echarse agua en el rostro pensando que así se despertaría, sin embargo tan pronto entro al baño el mareo aumentó y tratando de sostenerse le dijo a Juan que lo había acompañado hasta la puerta del baño -No se que me pasa… siento que me voy a caer… me puedes prestar tu cama por unos minutos mientras llamo a mi mama para que venga a recogerme?… Juan con una maliciosa sonrisa le dijo, -Si claro nene te puedes recostar cuanto quieras…
De pronto Andrés sintió un golpe en su rostro, abrió los ojos y no pudo ver nada, sintió entonces que se encontraba vendado, trato de mover sus brazos, no sabía que pasaba, los sacudió y le era imposible, estaba atado, trató de levantarse y nuevamente sintió que sus piernas se encontraban amarradas. Estaba atado totalmente, no sabia que sucedía no podía moverse, algo había pasado pero no lo recordaba. Trato entonces de hablar, de preguntar… pero su boca estaba amordazada. Sin saber que hacía Juan, Andrés comenzó a moverse, se retorció totalmente asustado. Estaba completamente confundido. Le quitaron la mordaza pero inmediatamente sintió un fuerte golpe en su cachete y escucho la voz de Juan ordenándole que abriera la boca, al no hacerlo sintió otra cachetada, esta vez si que le dolió. Vino otra aun mas fuerte, entonces la abrió sin saber porque. -Mira nene- dijo Juan, -estoy bastante caliente y hace rato que no me follo a una tía, por eso hoy me vas a mamar la verga y ten mucho cuidado con mordérmela o algo parecido, y si lo haces mal te voy a dar tantos golpes que mañana no vas a poder pararte de la cama… desde hoy me la vas a mamar cuando quiera… te la voy a meter hasta que me canse, de acuerdo?…- Andrés que no podía ni hablar con muchísimo miedo y aun mareado movió su cabeza negándose… -Te he puesto un somnífero en la soda que te di hace rato, y no trates de luchar porque no vas a poder pararte…- Mientras que Juan decía esto se descalzó y se desabrochó la hebilla del cinturón, la verga le quedó colgando, pero pronto con sus manos se la casco hasta que se puso muy dura.
… Andrés nuevamente con la boca tapada, sintió como Juan en segundos se ponía sobre él, lo sintió desnudo dejando una pija enorme que le tocaba la cara, Andrés movió la cabeza para un lado y otro para quitársela de sus labios… Juan le quitó la mordaza…-No por favor!- Exclamó inmediatamente Andrés. Pero al abrir la boca para pedir auxilio, de inmediato sintió como esa verga se metió en su boca, -Vas a ser obediente ¿verdad? No quiero hacerte daño. Sólo quiero que me des placer a mí…- y diciendo esto de un solo empujón el instrumento bien tieso le llegó a Andrés hasta la garganta. -Me la vas a mamar cabrón puto, te he dicho!-. Como era de suponerse Andrés nunca había mamado una verga pero esta vez tendría que hacerlo. Juan la saco y entonces Andrés alcanzo a decir, -¡Soltadme, joder!-… zarandeó nuevamente los brazos pero Juan le apretó la garganta con una de sus manos.
-Ingenuo…Vas a mamar bien- dijo Juan, y de hoy en adelante vas a querer tragarte mi polla, aquí la tienes!-. Andrés comenzó a retorcerse tratando de evitar que siguiera pero sus extremidades atadas lo impedían. Comprendió lo que quería Juan, ante aquel muchacho que era más fuerte, y por la posición en que estaba se dio por vencido quedando indefenso se dejo meter la pija un poco.
Juan le quitó la venda y los ojos de Andrés se abrieron aterrorizados y de lo más profundo de su garganta, nació una increíble arcada. Prontamente volteó su cabeza lo que le permitió sacarla de la boca y comenzó a toser, algo completamente comprensible, ese instrumento superaba los 20 cms. Juan comenzó a frotarle el capullo por los labios, Andrés estaba babeando y el glande húmedo le impregnaba líquido en sus mejillas, Juan tomo del pelo la cabeza de Andrés y la puso nuevamente en posición, no sin antes, avisarle que si se le ocurría gritar, o sacarla de su boca sin su permiso, seria castigado. Andrés sintió varios golpes muy fuertes en sus abdominales, tan fuertes que le dolieron como nunca… -No, por favor, no, no diré nada, lo prometo, pero déjame respirar, por favor- suplicaba el pobre- No te resistas porque no puedes hacer nada le dijo Juan – Chupa puta, chúpamela le decía,
Andrés siguió agitado lleno de pánico… … Juan lo cogió del pelo y se la metió hasta la campanilla… lo hizo rápido, a lo bestia y sin retroceder, la verga estaba cada vez más adentro, no paró hasta que ésta estuvo metida en toda su longitud, comenzando a follarle la boca metiéndola hasta los huevos, Andrés intentaba controlar las arcadas, era una polla que costaba tragar por su longitud. Juan le follaba, cada vez con mayor ritmo, demasiado rápido. -Toda, métela toda, quiero ver como te ahogas, como mi polla te llega hasta el fondo de tu puta garganta-, dijo. Las arcadas siguieron, apenas dándole tiempo a Andrés para respirar. Después de unos minutos, que para Andrés resultaba eternos, Juan le sacó la pija y la puso sobre sus labios… -Comienza a lamerla!- Andrés sabía lo que le esperaría si no lo hacia, pero solo saco su lengua y no la quiso mover… Juan esta vez no lo obligó, y fue él quien empezó a pasarla por encima de la boca del otro chico.
-Ahora chúpala toda perrita!!!- Dijo Juan y le empujo la cabeza a Andrés para que se la tragara pero siendo tan grande Juan tuvo que seguir empujando… lo forzó sin dejarla de hundir, pero no había ni llegado a la mitad, cuando a Andrés le dio una náusea profunda Juan se la sacó de la boca y quedó un hilillo de babas entre su pollón y los labios de Andrés. Andrés la comenzó a chupar mientras que Juan se movía restregándole el glande por toda su cara… se cansó de ello y nuevamente haciendo aun mas esfuerzo la verga se metió hasta dentro.
Juan le dijo con una voz autoritaria que le gustaba como lo hacia, que tenia una buena boca mientras la seguía metiendo toda. -Nooo… mmm… no por fa… para…- gimoteaba Andrés cuando podía… -Chupa, y no pares hasta que te lo diga, le respondió Juan… Eso es… sabía que eras un buen mamón… te gusta verdad? Andrés supo que tenia que decirle que si aunque no era así… Fue cuando Juan paso de su capullo a sus pelotas, le ordenó a Andrés que utilizara su lengua para lamerlas mientras tenía su miembro encima de su cara restregando sus líquidos seminales por toda su frente -Juan, por favor- hablaba entrecortadamente, con un tono tembloroso y jadeante -d-dddd-dejame- eres un tío de mierda!-
Esto no hizo más que provocar a Juan quien puso su capullo sobre los labios de Andrés ordenándole abrir hasta más no poder su boca…le metió la verga y le ordenó succionarla otra vez, no hacía más que ahogarlo, soltar arcadas y tratarlo como a una puta por primera vez. En un momento la saco, y le colocó una almohada dejando la cabeza de Andrés descolgada hacia atrás. Juan comenzó a pajearse violentamente mientras restregaba sus huevos sobre el rostro del muchacho, nuevamente metió su polla en la garganta que ahora se ahogaba, por su posición, -¡Allí va entera zorra! le dijo Andrés a Juan -Si…así…trágatela…¿te gusta mi pollón?, ¿verdad?- y le follaba la boca convulsivamente. Cuando la sacó, al ver el rostro rojo de Andrés a punto de ahogarse totalmente, le dejo tomar aire pero segundos más tarde le ordeno succionar su prepucio… pero la pausa duró poco y nuevamente el pobre Andrés que casi no podía moverse, sintió como la verga de Juan lo perforaba con una violencia increíble, le obligó tragar más, hasta que nuevamente las arcadas salían de la garganta del pobre chico.
Juan que reprimía sus gemidos le dijo a Andrés que no le interesaba venirse tan pronto…- di que quieres más… dilo- ordenó Juan. Eso era lo que faltaba, que lo obligara a mentir… Andrés pensando que si mentía, el otro terminaría más pronto y la tortura llegaría a su fin, asintió entonces con la cabeza, pero eso no hizo más que excitar a Juan que siguió metiendo su polla hasta el fondo, le agarro del cuello metiendo su herramienta lo mas que se podía, era tanta que no podía tragarse y varias veces se salía por los labios del chico rubio… El tiempo parecía prolongarse hasta el infinito… Andrés no entendía cómo Juan podía aguantar tanto sin acabar. La mandíbula le dolía horrores y la boca invadida aquel enorme pollón parecía solo un hoyo…
Los pollazos de Juan iban aumentando en intensidad y así pasaron unos minutos más, pues él no estaba dispuesto a que eso terminara en una rápida mamada… al fín Juan usando sus dedos pulgar e índice cerró la nariz de Andrés, impidiéndole respirar. Su víctima le miraba con terror y ansiedad… llegó el momento, Juan no aguantó más, y en el instante en que Andrés abrió la boca buscando aire, descargó grandes chorros de semen, de leche caliente y espesa sobre su víctima atada. El primer chorro casi ahoga a Andrés, intentó no tragarlo, pero nuevamente tapando la nariz de su víctima Juan lo obligó a abrir la boca y así cuando respiró no tuvo más opción que tragar 4 o 5 trallazos, que llegaron al fondo de su garganta… -Enséñame mi leche, maricón…- dijo Juan… Andrés con su boca abierta tratando de respirar solo pudo sacar su lengua y enseñándole la lengua le mostro los restos de su gran corrida. -saboréalo y disfrútalo- le dijo Juan a Andrés cuando le soltó la nariz… pero aun manteniéndole la garganta apretada le dijo -¿Te gustó mi leche, verdad?- decía esto mientras que con la polla recogía el semen que se había esparcido por la cara de Andrés y se la llevaba a la boca para que le limpiara del todo el capullo. Juan se había corrido en una boca hasta ahora inocente… miró con una amplia sonrisa sarcástica y le dijo -me acabo de correr en la boquita de un angelito… y ahora ya conoces a que sabe la leche de macho jajaja-
-¿Es era lo que querías cuando me trajiste acá?- Dijo llorando Andrés casi en un susurro…-
Al fin Juan se quitó de encima, limpió un poco sus manos sobre el torso del niño al que le había obligado a mamar su polla… le dio otra cachetada a Andrés y espero un rato… Andrés entonces llorando le suplicó -ya hiciste lo que querías, ahora suéltame…- Finalmente así lo hizo Juan… Andrés corrió al baño dejando la puerta sin cerrar del todo en medio de su afán y temblando se empezó a lavar, cogió un cepillo de dientes que encontró y sin atreverse a mirar su propio rostro avergonzado sintió como Juan se acercó por su espalda y sobre su oreja le dijo: -Lo que ocurrió hoy aquí, se queda aquí!, me haz entendido! mañana todo volverá a ser igual, seremos solo compañeros de clase, tu por tu lado y yo por el mío… si llegas a decir algo, no solo tus papás y todo el colegio se va a enterar de la zorra que eres, sino que te voy a moler a golpes… ahora lárgate de mi casa!-
Juan asustado más que nunca termino como pudo de medio arreglarse, y llorando salió corriendo de ese infierno…
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