Me apunté a un curso gratis de ayuda en inglés (que por cierto nunca me ha gustado), también se apuntaron un par de amigas del instituto, al principio era un aburrimiento, pero el inglés me entró en la cabeza y pude aprobar, al final del curso acabamos haciéndonos amigos los alumnos y los profesores (que nos llevábamos poca diferencia de edad), y decidimos que para terminar celebrar que todos habíamos aprobado lo mejor sería organizar una acampada, nos dijeron que como ellos los responsables directos no podíamos llevar nada de alcohol, nos fuimos en medio del monte a un albergue todos juntos.
El primer día fue más aburrido, la tarde la pasamos haciendo el indio por en medio del monte, Noelia se subió a una piedra enorme y se cayó contra el suelo, sólo se hizo un esguince en el cuello, yo y Tania nos metimos bajo una cascada y salimos sin la parte de arriba del bikini, todos hicimos tonterías, demasiadas tonterías. Tania comenzó a tontear con uno de los profesores, Carlos, uno de los más jóvenes que además estaba cañón, ella no tenía mucha idea y me preguntaba cada dos por tres, yo la decía que se lanzara, pero ella no se decidía, así pasó toda la tarde detrás de él preguntándole estupideces tales como ¿de dónde eres?¿qué te gusta? .... ni que quisiera casarse con él. Yo que soy más lanzada en un descuido de ella me acerqué a él y le dije:
- Carlos, sabes una cosa, le gustas a Tania, no se lo pongas difícil porque no se va a lanzar nunca, es muy tímida.
- Me he dado cuenta - me dijo - pero a mí la que me gusta otra.
- ¿Tienes novia? - le pregunté.
- De momento no, pero espero que ella quiera - con eso me bastó para saber que Tania lo tenía muy crudo, aún así la dije que no desistiera.
La noche fue lo mejor, el alcohol apareció no se sabe de donde, cogimos nuestras botellas y buscamos un llano allí en medio del monte resguardado del frío viento, allí preparamos calimocho y más, porque Dani, un compañero había llevado un par de botellas de whisky escondidas en la mochila.
Yo debí beber en exceso porque sin querer me acurruqué en el hombro de uno de los profesores Carlos, él no dijo nada, se dejó llevar, supongo que también había bebido bastante, Tania tampoco dijo nada aunque después noté que me miraba un tanto raro, estaría enfadada supongo, sería lo más normal, yo también me habría enfadado, pero con el pedo que llevaba encima me daba igual. El caso es que acurruqué en su hombre dejando caer mi mano entre sus piernas, pero sin llegar a tocarle, él se dejaba hacer, ..., se acercó y me dijo al oído:
- Tania se va a enfadar mucho contigo, lleva toda la tarde detrás de mi como un corderito.
- ¿Porqué se va a enfadar? yo no estoy haciendo nada - le dije - además ¿qué pasa?¿os habéis casado ya? - me reí y él me miró extrañado pensando en lo liberal que era.
- ¿Quieres que nos vayamos un poco más lejos? - me preguntó clavando sus ojos en los míos, mientras me cogía de la mano.
- ¿Es una proposición? - le pregunté soltándome de golpe, no dijo nada se dio la vuelta y no me habló durante horas, mientras yo seguía bebiendo, Tania se acercó y me dijo:
- ¿Qué te ha dicho? ¿le gusto? - "pobrecita" pensé para mis adentros.
- No, no me ha dicho nada de eso - le dije simplemente.
- ¿Pero algo te habrá dicho? - insistió - te he visto hablando con él.
- ¿Qué pasa ahora no puedo hablar con nadie o qué? - me enfadé y ella al darse cuenta se fue con otro grupo que andaba un poco más sobrio. Me levanté como pude y le dije a Rosana que me iba a dar una vuelta para ver si se me pasaba la borrachera, ella dijo que sola no podía ir y me acopló a Carlos. Nos alejamos del grupo hasta llegar a otro llano.
- Laura ¿porqué eres así? - me preguntó.
- ¿Cómo? - le dije haciéndome la tonta - no se a qué te refieres.
- ¿Y lo de antes qué?
- Lo de antes nada - dije - ¿qué pasa? ¿ninguna se te resiste o qué? - me miró y se echó a reír.
- Ya veo que hay una que sí se me resiste, pero a lo mejor podemos hacer algo para evitar que se resista - dijo meloso.
- Lo dudo - le respondí cortándole totalmente.
Nos sentamos en una roca plana que había en el llano, me daba vueltas todo y me tumbé, él se tumbó a mi lado y miramos el cielo durante unos minutos, después se acercó un poco más a mí y comenzó a besarme el cuello.
-"Joder, ha encontrado mi punto débil" - pensé - ¿qué estás haciendo? - le pregunté.
- Nada - dijo y siguió aferrado a mi cuello.
Me estaba empezando a gustar el juego tonto que nos habíamos montado, me giré, le agarré por la espalda y también me puse a juguetear con su cuello, él se puso más nervioso y se subió encima de mi, clavándome la polla en el abdomen, eso me excitaba, no sabía que podía tener aun tío de esa manera.
- Mira como me tienes - dijo llevando mi mano a su entrepierna - ¿lo notas? - asentí incorporándome para besarle la boca, él no se resistió, se dejó llevar, mientras yo tenía la mano en su polla, bajé la cremallera del pantalón, se la saqué y me puse a chupársela, él comenzó a gemir demasiado alto:
- Como no bajes el volumen paro - le amenacé, que cara que puso, me dijo que se intentaría callar y seguimos, tenía una polla perfecta, más bien un tanto grande y gruesa, apenas me cabía en la boca entera, pero me encantaba como le sabía, estuve casi una hora saboreándole, mientras él tendido hacia atrás gemía lo más bajito que podía. Entonces me cogió, me apartó y me colocó sobre la roca tumbada y boca arriba, me subió la falda lentamente mientras me besaba las piernas, me hacia cosquillas, comenzó a subir más y más, los muslos, la ingle, el monte de venus, ... hasta que se metió de lleno en medio de mis piernas, hundió la cabeza y sentí como lamía cada rincón de mi mojado sexo, subió y de golpe me abrió la blusa, los corchetes saltaron solos y él abrió los ojos como platos al ver mis pechos, no llevaba sujetador y mis pezones estaban tan duros que podría haberle sacado un ojo a alguien con ellos, se puso a lamerle los pechos, los cogió con las dos manos, los junto y chupó los dos pezones a la vez -"que ansioso"-pensé, pero le dejé que me hiciera lo que quisiera, además en ese momento no estaba para hablar , sólo podía gemir y gemir como una loca, teniendo miedo por si alguien me oía, pero de pronto el miedo pasó y tuve un orgasmo increíble, no me lo creía era la primera vez que me pasaba, no me había tocado absolutamente nada, sólo con lamerme de aquel modo los pezones había conseguido que disfrutara más que cualquier manera, se puso de pie y dijo:
- Ven - me cogió del brazo - vamos mejor a la hierba que esta piedra está muy dura y no quiero que te hagas daño.
Le seguí hasta donde la hierba se hacia alta y amortiguaba los golpes, nos tumbamos tranquilamente y comenzamos a besarnos para no perder el hilo, él se puso encima de mi, me separó las piernas y empezó a follarme de una manera descontrolada, tuve que sujetarme a él para que no me lanzase lejos, estaba fuera de sí y me follaba como jamás nadie lo había hecho antes, no recuerdo cuantas veces me corrí, pero acabé cansadísima, él tardó bastante más que yo, el chico duraba y era bueno, -"lo que se ha perdido Tania" - pensé, mientras él seguía sin poder parar, sin frenar, rápidamente haciéndome gritar de placer, me tapó la boca para que no nos oyeran, me dijo que me diera la vuelta, me puso a cuatro patas, agachó la cabeza y se puso a comerme el coño que chorreaba de manera brutal, se puso detrás y me empujó aún más fuertemente, me agarré bien al suelo, ..., él comenzó a gemir más deprisa y me dijo que se iba a correr, me preguntó donde quería que se corriera, le dije que en mi boca, se levantó, me puso la boca en la polla y se la chupé hasta que se corrió, después me besó y le pasé su leche, se la tragó y me dijo que estaba rica, me dio más morbo aún del que ya me daba antes.
Tranquilamente nos fuimos hacia el albergue para dormir un poco, el resto ya estaba durmiendo, Tania había separado mi saco y lo había echado al suelo, -"sí que se había enfadado"- pensé, lo recogí y me fui a la zona de los profesores, me acerqué a Carlos y le dije que me habían quitado el sitio que si podía dormir allí, me dijo que sí y extendí mi saco al lado del suyo, me di la vuelta para dormir cuando de pronto sentí su mano en mi pecho por encima del saco intentando introducirla por dentro, se la cogí y le guié, me apretó el frío pecho y gemí, bajó un poco más la mano y se puso a masturbarme, no podía contener mis gemidos por más que lo intentaba, me dijo que quería saborear mi coño, abrí la cremallera lateral del sacó y él se hundió entre mis piernas otra vez hasta que acabé en su boca, después me beso y me dijo que lo mío sabía mejor que lo suyo. Nos dormimos plácidamente.
A la mañana siguiente, Tania no me habló (la verdad es que poco me importaba), pero ni siquiera me miró una sola vez, pasé el resto de la tarde con Carlos, nos perdimos en el monte, y a eso de las nueve volvimos para coger de nuevo el tren que nos llevaría de vuelta a casa, en el tren no pudimos sentarnos juntos, pero a pesar de los baños eran pequeños, los utilizamos, fue muy divertido, pero no pudimos hacer mucho porque la gente no hacia más que llamar a la puerta para entrar, cuando salimos despeinados nos miraron de un modo extraño y nosotros nos mirábamos y reíamos cómplices de lo que sabíamos habíamos hecho dentro.
Una vez en casa intercambiamos los teléfonos y a día de hoy seguimos juntos, eso sí de Tania no he vuelto a saber nada.
ok como relato esta bien, parecé tan real...disculpas si te ofendio.saludos