Con un pie pisando el umbral de la entrada de su casa a las ocho y cincuenta y cinco minutos con cincuenta y nueve segundo, la espera su querido esposo acompañado por su mejor amigo que es también compañero de trabajo en la misma universidad donde trabaja hoy día como asistente administrativa del decanato de derecho y ciencias políticas, dejando la cartera y los paquetes en el mostrador de la cocina se aproxima para saludar con un beso a su amigo, al sentarse al lado de su esposo quién lo abraza con mucha ternura y vistoza por estar llenar de tanta felicidad compartida actualmente por el amor que le emana y le profesa a su querido esposo; esta alistandose para entrar al turno nocturno a la aduana del aeropuerto que decide Yessenia acompañarlo al cruzar a la cera del frente que escucha la chiva aproximandose por la calle, espera su mejor amigo en la sala comedor de la casa de la pareja, a un rato cierra la puerta de hierro y la puerta principal. Sirviendole algo de cenar estando con falda puesta se le acerca por atras al tomarla prisionera entre sus dos manos que la tienen sumamente acariciada y frotandole el vientre exquisito, al levantarle y al pasarle la mano derecha por toda la cabellera de su mejor amigo teniendo su bramante momento de amorios, cenando se toman de las manos al no desviar en absoluto en el transcurrir sus brillantes como joviales miradas picaronas como exhaltadoras por la belleza sentimental hasta la simpatia que son fervientes creyentes aunque lo hagan secretamente a las espaldas del ingenuo esposo de Yessenia.
Viendo un película de sexo esta sentada en una de las piernas de su amigo al tenerlo abrazado del hombro y con la mano poseida igualmente dominada en todo sus esplendorosos como magnificados gluteos, besandola regiamente en su boca humeda por muchas pasiones anteriores y venideras por la magnitud en que se vuelca paso a paso el formidable amorio que reina y están comprometidos siendo una mujer casada, hecha, derecha y respetada a la luz y a los ojos de las demás personas que los conocen.
En fin esperando la chiva le conversa Yessenia buena cuartada presentastes y que se la creyo todita mi esposo cuando llegastes a visitarlo adelantandose dejando a Yessenia por la ciudad luego de que pasaron toda la tarde haciendo el amor y juntos en una habitación de un residencial que de paso antes pararon en una jugueteria para regalarle por su aniversario de amantes un peluche como lo que se ganan en una feria cualquiera. Entrando se cierra bien al quitarse la ropa de calle y ponerse pijama al meterse en la cama placidamente por un día muy negociado conjuntamente divertido hasta maravilloso por la cuartada planeada y ejecutada divinamente por su amante y Yessenia.