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Categoría: Maduras

Cuando yo tenía 18 años

A mi desde hace mucho tiempo me vienen atrayendo las mujeres entradas en edad. Me parecen como unas profesoras de sexo, por su experiencia. Cuando tenía 18 años recién cumplidos iba al instituto y había profesoras que me llamaban la atención como por ejemplo la jefa de estudios, de unos 50 años o mas, pero tenía unas tetas bastante buenas con algunas zonas de celulitis, pero no me importaba.

Un día en verano fue con un una camiseta de tirantes blanca y se le veía un sostén rojo que hacía juego con la tanga que se le vio al agacharse para recoger una tiza que se le cayó. Yo me quedé loco por ella desde ese momento por lo que siempre me quedaba viendo sus tetas embobado hasta que un día se dio cuenta y me citó a su despacho.

Yo fui muy asustado por lo que pasara. Toqué a la puerta y entré. Estaba reunida con otra profesora que era una que desde que entré en el instituto también me tenía loco, rubia, ojos azules, siempre con collares de perlas. A mí se me pasaron montones de cosas por la cabeza hasta que se fue esta última y me quedé solo con mi jefa de estudio.

Yo soy alto 1.83, moreno, con el pelo corto. Voy al gimnasio a hacer pesas y a boxeo, así que tengo unos buenos abdominales y también soy bastante guapo porque tengo a todas las de mi instituto locas por mí.

Empezamos a hablar de mis problemas con su asignatura hasta que me soltó que llevaba días que se daba cuenta que me fijaba en su cuerpo, me preguntó que porqué. Yo muy asustado no sabía que responderle y le dije que era muy atractiva. Ella se quedó boquiabierta entonces me dijo que fuera esa tarde al colegio como una especie de castigo ese día y el próximo.

Me fui a mi casa y por la tarde entré en el colegio. No había nadie ya que no se dan clases por la tarde. Fui directamente a su despacho y allí estaba ella con una blusa roja muy ceñida, una minifalda roja también muy ceñida y en ese momento me puse todo cachondo.

Me senté en la silla y se levantó y me empezó a reclamar por lo que le había dicho esa mañana, pero de repente se agachó, me quitó el cinturón y me bajó los pantalones y vio mi huevo: me dijo que era más grande que los que ella acostumbraba a manejar. Entonces me la empezó a masajear con la boca y con las manos. Fue entonces cuando le acabé en la cara. Esto hizo que se arrechara diciéndome que la próxima vez le avisara. Entonces me limpió bien con la boca y me levantó de la silla.

La empecé a desnudar quitándola la camisa y allí estaban esas dos grandes tetas sujetas por un brasiere rojo que se lo quité yo mismo de inmediato. Le empecé a chupar y morder los pezones. Me agaché y le di la vuelta para bajarle la cremallera de la minifalda y se la bajé hasta los tobillos, para descubrir debajo estaba una tanga roja que le quedaba bastante bien para su edad. También le bajé la pantaleta tipo tanga y ahí estaba aquella cuca bien peluda que a mí me daba igual si estaba depilada o no. Me tumbó encima de su mesa después de quitar los exámenes que esa mañana habíamos hecho y yo había suspendido; ella me dijo que dependiendo de cómo me portara, sacaría mejor o peor nota en el examen. Yo le dije que era virgo, aunque no era verdad. Contestó que no pasaría nada, que no tuviera miedo porque me iba a ayudar: se subió a la mesa de pie y se puso de cuclillas, cogió la punta del huevo y lo apuntó hacia su cuca, para metérselo hasta dentro, lo cual me produjo un gusto del bueno. Luego se lo metió de golpe y soltó un gemido que se debió escuchar en todo el colegio, pero como estábamos solos o eso creíamos, empezó a moverse despacito hasta que empezó un poquito más rápido y le dije que cambiáramos de posición.

La tumbé al filo de la mesa y le levanté las piernas apoyándolas en mi cuello y empecé a metérsela despacito hasta que aumenté el ritmo. Luego me dijo que parara porque si seguía así la iba a reventar. Me llevó a un sofá que tiene a un lado, se apoyó en él de rodillas y a lo perrito seguimos. Cambiamos varias veces de posición, después me tumbó en el suelo, se posó de rodillas mirándome a mí. Le empecé a apretar los senos.

Se dio la vuelta, me puso de pie y me enseñó su ano: que por ahí lo hiciera, pero muy despacito. Al principio me lubriqué para que se deslizara bien y empezamos despacito hasta que aumenté el ritmo y empezó a gemir de una manera que de repente se abrió la puerta, nos asustamos, y paramos. Era la profesora de la mañana que al ver el panorama se unió a la fiesta.

Cuando cerró la puerta le preguntamos si había alguien más en el colegio a lo que contestó que no. Iba vestida con un top blanco y unos pantalones blancos ajustados. Se lo quité; llevaba puestas unas medias, sujeta medias, tipo película porno y sin sujetador. Del susto el huevo bajó de volumen y tamaño.

Mientras me besaba con mi profesora, mi jefa de estudios trataba de animarme otra vez el huevo. La agarré apretadamente, la levanté y ella se agarró con sus piernas a mi cuerpo. Mi jefa de estudios apuntó el machete a la cuca.

Empecé muy rápido, porque tenía la cuca un poco más abierta que la otra mujer. Después de un rato la tumbé en la mesa y empecé a cogérmela de pie mientras tocaba las tetas y besaba a mi jefa de estudios. Se lo saqué para cambiar de posición y la jefa de estudio la empezó a mamar huevo como una campeona. Después de un rato paramos, ellas sacaron un cigarro y se empezaron a fumar me y ofrecieron y yo acepté aunque no fumo. Nos fumamos dos cigarrillos cada uno. Puse a mi jefa de estudios a cuatro patas, le agarré el pelo tirando para a mí y empecé a penetrarla duramente mientras la otra se lubricaba el ano. Después la profesora se puso a cuatro patas para que la penetrara por el culo.

Aumenté el ritmo desde el principio ya que el ano era más ensanchado ya según comentó, siempre que tiene sexo con su marido lo hacen por los dos lados, mientras que la otra según me dijo era virgen por el ano, nunca lo había probado con su marido fallecido hacía cinco años y era por eso que tenía tantas ganas de sexo.

Mientras que la penetraba por el culo las dos se besaban, terminamos y bajamos a los vestuarios del gimnasio a ducharnos, mientras nos dábamos el lote. A las 7:00 de la noche me fui a mi casa y la jefa de estudio me invitó a cenar. Le dije a mi madre que me iba a casa de un amigo a dormir.

Nos fuimos a cenar a un restaurante bastante bueno,; la gente nos miraba ya que hacíamos buena pareja, nos besábamos constantemente, cenamos y cuando me dijo que a que hora tenía que estar en mi casa le dije que no tenía que ir a mi casa y que la invitaba a un hotel. Contestó que no hacía falta, vivía sola porque su hija se había casado y ya tenía tres hijos.

Fuimos a su casa, a la 1:00 llegamos y estuvimos tirando hasta las 5:00 de la madrugada. Al día siguiente no había clases porque era sábado; nos levantamos a las 3:00 de la tarde echamos otro, nos duchamos y me hizo la comida.

Aunque me casé, iba a verla alguna tarde, era una relación muy buena hasta que consiguió novio. Aunque después de echarse novio una vez al mes nos veíamos en un hotel en las afueras de Los Teques, el motel Orquídea.

FIN
Datos del Relato
  • Categoría: Maduras
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