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Categoría: Orgías

CUANDO EL ESPOSO ESTÁ DE VIAJE

Cuanto el esposo no se encuentra
Traducido por Marcos Urbina

Después que mi esposa Juana y yo tuvimos nuestro encuentro con Leonardo (un tipo que vivía en nuestro mismo conjunto de apartamentos) tomé mayor interés en los verdaderos sentimientos de ella y sus fantasías y que tenían que ver con todo lo que habíamos hecho en dichos encuentros.
Leonardo se había hecho nuestro mejor amigo en muy corto tiempo y nos gustaba que nuestro amigo nos acompañara y visitara. Yo siempre había tenido fantasías con Juana mi esposa, y cuando le pregunté si quería que hiciéramos un trío con Leonardo ella me contestó que sería muy divertido.

En el la primera orgía que formamos con Leonardo no se quedó con ella todo el tiempo porque supongo que a ellale daba vergüenza lo que yo pensara, a pesar de que le había asegurado y reasegurado que yo en verdad si deseaba verla haciendo el amor con otro. Cuando nos casamos yo era un tipo demasiado celoso, y ahora creo que tengo la suerte de que ella no tenga miedo para tener relaciones sexuales con otra persona. Esto que les voy a escribir es sobre la primera orgía con tres en una ocasión en que tuvimos la oportunidad, y la historia que les voy a contar realmente me deja bien excitado y me da bastante nota.

Un día mientras Juana se encontraba trabajando, Leonardo y yo estábamos sentados alrededor de la piscina del conjunto de apartamentos. El tema de la conversación era sobre la próxima orgía que planeábamos tener. Le decía que estaría muy complacido en mirar como le hacía el amor a mi esposa pero sin que ella lo supiera porque yo estaría escondido observando todo. Dijo que le parecía muy bueno porque quería cojerse a la mujer de otro y hacerle de todo, y preguntó como arreglaríamos todo el encuentro.

Yo trabajaba todo el tiempo conduciendo un camión dentro de la ciudad en el sur de California. En muchas ocasiones llevaba carga hasta el estado de Utah, porque el dueño de la aduanera me pedía el favor. Así que pensé que sería muy fácil engañarla y decirle que estaba viajando. Ella creería que me encontraba fuera de la ciudad y se podía hacer bien el juego. Tuvimos entonces luz verde para que hiciera lo que deseara con el tipo, creyendo que yo no estaba enterado.

El modelo del apartamento era exactamente igual al nuestro, exactamente el mismo piso, con un enorme closet para la ropa dentro del cual se podía caminar o entrar, a solo cinco metros de la cama. Le dije a Leonardo que lo invitaría al apartamento y yo me escondería en este closet y para mirar todo desde este escondite.

Planeamos esta maldad para mi mujer muy emocionados y nos pusimos a preparar hasta el último detalle. Cuando Juana llegó del trabajo esa noche le dije que el despachador de carga me había pedido que llevara una carga hasta Utah ese fin de semana y ella estuvo de acuerdo. Siempre se desanimaba cuando no estaba los fines de semana y dijo: - Crei que teníamos planes con Leonardo este fin de semana - Le dije que yo lo había llamado para decirle que no iba a estar y que sugirió que nos encontráramos para cenar el sábado por la noche. Le aseguré una y otra vez que no había problemas en que él la visitara porque no me gustaba la idea de que pasara el fin de semana sola. Se puso a pensar un rato y dijo:

- Ok, me parece buena idea –
Luego le dije: - Si quieres hacer cositas con él después de la cena, no te preocupes, estoy de acuerdo.

Se me quedó mirando durante un minuto y dijo: - La única razón por la que queríamos hacer un trío con él era porque tú fuiste el de la idea y era lo que querías, y que yo estuviera con ustedes. Acepté porque querías verme con él.

- Es que parece que te excitas cuando lo estás haciendo - le dije, sonriéndole.
- Si, si lo estoy, pero solamente porque estás mirando y te gusta, solo por eso. Solamente quería saber si no te importaba. Luego me dio un beso muy sexy y dijo: - Eres un morboso.

Llegó el sábado y por la mañana, me fui al estacionamiento en donde trabajo y estacione el carro. Leonardo me recogió y me trajo de nuevo a su apartamento.Estaba haciendo un día muy bonito en esa parte del sur de California y entramos a muchos lugares. Nos tomamos unas cervezas y nos pusimos a ver los detalles respecto a lo que le iba a hacer a Juana si ella se dejaba. Sonó el teléfono como a la una de la tarde y era Juana: Leonardo acercó el teléfono para que yo oyera la conversación.

- Estaba pensando en salir y sentarnos al lado de la piscina si quieres- dijo ella con una voz muy inocente. Leonardo me miró y yo le dije que si moviendo la cabeza.

- Claro, me parece bien. Llego como en diez minutos- dijo, y colgó el teléfono.

Entramos a su habitación y él se puso a buscar sus pantalones cortos y me dijo que iba a ver si podía hacer la cena para ella allí mismo. Luego salió para dirigirse a la piscina y encontrarse con Juana. Me senté al borde de la cama para ver a mi amigo Leonardo caminar hacia la piscina.
Tenía una buena vista del área esta y también podía controlar lo que Juana y Leonardo hacían. Yo estaba bien cachondo solo con verlos sentados hablando porque estaba intrigado y me preguntaba sobre qué serían sus conversaciones. También me preguntaba si Juana estaba analizando todo lo que le propuse. Quería estar mas aliviado y descansar, pero no pude esperando a ver que sucedía mas adelante.

Se anocheció mas temprano y por fin Leonardo regresó al apartamento. Quería saber todos los detalles sobre la conversación. Me dijo que deseaban subir al apartamento para cenar y luego ver una película. Entonces llamé a Juana por teléfono y le informé que había llegado a UTA y que ahora iba a descansar un poco del viaje. También le pregunté qué iba a hacer en la noche y dijo que todavía no sabía. Sonreí cuando lo dijo y le informé que debería ir a visitar a Leonardo. Contestó que lo iba a pensar y luego le dije a Leonardo lo que ella me había dicho por teléfono y todo lo que pudimos hablar fue que no quería que me pusiera celoso.

Como una hora después se puso oscuro afuera por lo que Juana se fue al apartamento de Leonardo y tocó la puerta. El la invitó a pasar. Yo miraba por la pequeña rendija en la puerta del del closet, en donde estaba escondido. Lucía muy atractiva con su cabello largo y rubio recogido y su minifalda rosada que tenía junto con su pequeña blusa también rosada sin sostén. Sus pezones bien parados presionaban contra el tejido de este como si estuvieran rogarando que los chuparan. Pude sentir como el huevo se me paraba contra los pantalones cortos.

Vi cuando ella abrazó a mi amigo Leonardo y dijo:
- Gracias por invitarme a tu apartamento.
Leonardo se quedó parado mirándola y contestó: - Qué sexy estás hoy. ¿Estás segura que podemos salir juntos al centro y que la gente nos vea juntos?

Ella le contestó: - Creo que aquí nos podemos divertir mas en vez de salir.
El corazón me comenzó a latir en el pecho y lo podía sentír en mis oídos. Estaba tan emocionado que todo mi cuerpo temblaba al mismo tiempo. Claro que me sentía celoso y nervioso porque iba a ser traicionado por mi esposa. También estaba frió y tembloroso y hasta mareado. Me di cuenta que eran todas estas emociones las que hicieron que el huevo se me parara como nunca antes en mi vida.

Terminaron con una cena muy ligera y se fueron al sofá que estaba en la sala. Estaban sentados frente a la televisión; el cuarto se encontraba detrás. La luz proveniente de la pantalla del televisor los iluminaba y sabía que no me podrían ver porque estaba demasiado oscuro.

- ¿Cuál película quieres ver? - oi que él le preguntó. – No importa, la que quieras – dijo ella recostándose en el sofá.

– Tengo una porno triple equis en el cuarto y puedo ir a traerla - le dijo él, mas en forma de pregunta que afirmando.

– Bueno, si es esa la que quieres ver...

Leonardo entró a la sala y agarró un video en el vestidor clasificado como xxx porno. Me guiñó el ojo y yo le hice señas con los pulgares hacia arriba en señal de aprobación. Colocó la película en el VCR y la inició. Hacían pequeños comentarios sobre los actores porno se reían en algunas partes de la película. Luego guardaron silencio y pude sentir que había tensión entre ellos. Por fin Leonardo le preguntó si quería entrar a cuarto y ella aceptó. Me cambié al closet y dejé una pequeña rendija en la puerta. Leonardo puso a funcionar el estereo en su cuarto a un volumen muy bajo. Juana se acostó boca abajo reposando sobre su estómago, en la cama. Mi amigo se sentó a su lado y comenzó a tocarle la espalda y los hombros, refregándoselos. Ella gemía de placer y dijo: - Se siente delicioso - El dijo: - Como me gustaría masajearte todo el cuerpo.

- ¿Cuánto cobras? - preguntó ella juguetonamente.

- Te lo digo cuando terminemos.

- Me parece lo mas correcto – dijo ella acostándose de nuevo, pero boca arriba.

Le comenzó a desabotonar la blusa lentamente y Juana solo se quedó acostada mirándolo a los ojos mientras le sonreía. Le abrió la blusa y las tetas de Juana, como si fueran hechas de crema, quedaron vista. Los pezones estaban duros y bien parados. El se inclinó para meterse el pezón izquierdo en la boca y comenzó a chupárselo. Juana se quejaba con griticos y levantó la cabeza de la cama para poder ver a su amante. Se cambió a la otra teta y la chupó igualito. Su lengua recorrió desde el pezón hasta el cuello y luego hacia su boca que parecía esperar. Juana comenzó a chupar su lengua y también le pasaba las manos por el cabello a Leonardo. El la hizo acostar de lado y le desabotonó y bajó el cierre de la minifalda. Luego ella, acostada boca arriba, levantó las caderas de la cama para permitirle quitarle la falda. Leonardo se quedó al lado de la cama y lentamente le quitó la minifalda, jalándosela hacia abajo, hasta que cayó al piso. No se a quien trataba de complacer mas, si a Juana o a mi. Ella se sentó y despojó la blusa para tirarla también al piso. Luego la hizo ponerse boca arriba para obligarla a colocar un pie en el closet en donde yo estaba escondido. Parecía que se le veía una mancha mojada de la cuca a través de las pantaletas pero no estaba seguro: tal vez era una sombra. Extendió el brazo hasta la mesita de noche y agarró una loción que tenía allí. Luego llenó su mano con esta y la dejó que se calentara un poco antes de ponérsela en la espalda. Le comenzó a dar masajes hasta que se quejaba del placer diciéndole que lo sentia bien delicioso. Antes de agregar mas loción, agarró las pantaletas por la banda de goma. Ella levantó la cintura para que él pudiera quitársela suavemente. Luego terminó de quitársela y se dio vueltas para lanzarlas exactamente frente a la puerta del closet desde donde yo miraba. Abrí la puerta y las retiré. Eran unas pantaletas bikini satinadas y se veían que estaban mojadas con la babita de Juana. Me la llevé hasta los labios y probé el sabor cremoso de las pantaletas.

Miré hacia fuera hacia donde estaba Leonardo y Juana: él le daba masajes con la loción en las piernas y le tenía las piernas abiertas para que yo pudiera verle la cuca claramente. Parecía mas excitada que la noche cuando hicimos el trio o la orgía. Juana, todavía acostada de espaldas, agarró los shorts de Leonardo para jalárselos y quitárselos. El se puso de pie y se los terminó de quitar mientras ella se sentó y agarró su huevo para metérselo en la boca y chupárselo sacándolo y metiéndolo al mismo tiempo. Leonardo empujó las caderas hacia fuera para facilitarle un mejor acceso y que le entrara completamente en la boca mientras ella desplazó la lengua a lo largo del palo hasta llegar a las bolas.

Ella se metió una de las bolas en la boca y se la comenzó a chupar suavemente mientras le hacía la paja. Yo podía ver a Leonardo por encima del hombro cuando ya comenzaba a acabar. Después que terminó de lamerle las bolas recorrió con su lengua de nuevo el duro palo y se metió el duro huevo dentro de la boca. Leonardo gemía de gusto en voz alta cuando ella lo hacía. Ella lo hizo acostar de nuevo en la cama y ellade espaldas sobre él le chupaba el huevo como una experta y entonces pude acordarme cuando una vez me lo había mamado a mi igualito que como lo hacía ahora con Leonardo. El dijo: - voy a acabar si sigues haciendo eso - Juana hizo un sonido como Ummmmmmm!! que salía de los alrededores del huevo de Leonardo en su boca. Cuando acabó el semen era tanto que ella no se lo pudo tragar todo y por lo que le quedó bastante rodándole por la barbilla. Yo estaba haciéndome la paja como un loco y disparé toda la carga de semen sobre las pantaletas mojadas. El huevo no se me ablandó ni un poquito, ni siquiera después de ese poderoso orgasmo. Me llevó un minuto recuperar la compostura para luego seguir mirando por la rendija de la puerta y sabe que era lo siguiente que harían.

Leonardo ahora le doblaba las rodillas de ella contra el pecho de ella, creo que mas que todo porque quería que yo le viera mejor la cuca. Le salía tanto semen de la cuca que en la cama ya había una mancha redonda, como algo mojado. Luego le pasó la lengua desde el culo al clítoris y comenzó a chupárselo y Juana se quejaba de placer en voz alta mientras continuaba haciendo lo suyo en el clítoris con los labios y lengua. Siempre pasaba la lengua desde el clítoris hasta la abertura de la cuca y le se la metía lo mas hondo que podía.

Luego, usando el pulgar y el índice quitó la piel que cubría dicho clítoris para dejarlo al descubierto, sin su capucha, para chupárselo directamente y ella acabó en ese momento. Vi y oi cuando explotó en su orgasmo como nunca antes había tenido alguno. La cuca, que yo le veía de frente, y escondido en mi closet, le convulsionaba mientras ella abría las piernas mas todavía y dejaba caer las rodilla en la cama. Ella soltó un grito de éctasis el cual me conmovió, porque no lo creía: nunca antes había gritado de esa manera cuando tenía un orgasmo.

Leonardo colocó la boca sobre toda la cuca y se la mamó y chupó cuando ella terminó de acabar. Luego se retiró y mantuvo la boca como a dos pulgadas de la de Juana. Abrió la boca y toda la eyaculación de ella y toda la babita que le había chupado le chorreaban por los labios a mi amigo. Juana sacó la lengua y para lamer todo eso que él tenía en los labios y luego comenzó a lamerle los labios y la barbilla. A ella siempre le había gustado el sabor de la eyaculación de su propia cuca. Después ambos se quedaron tranquilos por un rato y pensé que habían terminado hasta que vi a mi esposa agarrarle el huevo y masajeárselo bien duro de nuevo. La acostó otra vez en la cama y le restregó la punta del huevo en círculos sobre los hinchados labios vaginales. Todavía puedo oir el extraño ruido producido por los jugos de su cuca al rozar contra la cabeza del huevo de Leonardo. Yo sentía como me latía el corazón cuando vi a mi esposa meterse todo ese largo pene completamente. Ella se quejaba de placer en voz alta cuando le llegó hasta el fondo y las bolas le comenzaron a golpear contra el culo.

No podía creer que fuera capas de metérselo todo hasta adentro, por lo largo que era. Luego se comenzó a sacudir hacia delante ya hacia atrás con el huevo metido con un movimiento largo y seductor. En todos mi años de casado nunca la había visto menearse como ahora. Leonardo extendió la mano y comenzó a masajearle el clítoris mientras ella se metía y sacaba el pene con sus movimientos. Cuando se levantaba el culo se le flexionaba haciendo que la cuca se apretara contra el pene. Ella comenzó a moverse hacia adelante ya hacia atrás. En realidad lo que estaba haciendo con estos movimientos era terminándole de sacár toda la leche que le quedaba con la misma cuca.

Al mirar la cara de Leonardo me di cuenta que estaba gozando bastante el momento. Ella volvió a recuperar el ritmo y comenzó a gritar en voz alta; cada vez mas alto. Leonardo le daba como caballo salvaje y yo me masturbaba fijando todo en mi mente para tener esas imágenes vivas que todavía recuerdo hasta hoy día. Ambos acabaron al mismo tiempo. Vi como sus bolas se apretaban y dejaba escapar un grito cuando le soltó toda la carga de semen bien adentro de la cuca deseosa de mi esposa. Le miré la cuca, como se contraía alrededor del huevo, y ella también dejó escapar su propio gritico. Ella cayó sobre su pecho totalmente sin aliento. Vi cuando ambos terminaron de tener el clímax y luego la cuca se le comenzó a contraer; al huevo le ocurría lo mismo: se encogió. Una cantidad enorme de sus jugos se mezclaron le salían por la cuca, por el huevo hasta llegar a las bolas. Pasé un momento difícil porque no podía hacer ruido haciéndome la paja y en ese momento mi segunda carga de semen se disparó sobre las pantaletas de mi esposa. Recuerden que yo había agarrado las pantaletas cuando Leonardo las tiró cerca de la puerta del closet. Me recosté contra la pared para recuperar el aliento y pensé que me sentiría triste al ver que aquello era solo un sueño. Creo que me quedé dormido por uno o dos segundos cuando me sorprendió el ruido de la voz de mi esposa parada justo a la entrada del closet. No me atrevía a moverme temeroso de ser descubierto. Ella dijo:

- ¿Las tiraste aquí? - Miré hacia abajo en el semen que mojaba las pantaletas, todavía envolviendo mi pene y me di cuenta de qué era lo que ella buscaba.

- ¡No! - oi cuando Leonardo gritó alarmado. – las tiré al otro lado del cuarto, creo - Ella caminó y se alejó del closet, hacia el otro lado y Leonardo se acercó a la puerta: yo introducí las pantaletas por la rendija. Las recogió y puso una cara graciosa cuando sintió lo mojado por mi semen. Yo aguaté la risa a ver esto. Ni siquiera pensé en esto cuando me estaba haciendo la paja. Leonardo dijo:

- Aquí están!! - con ellas en la mano. Ella caminó hacia él para recogerlas y luego él las sostuvo en la espalda y le dio un beso a mi esposa en los labios. – ¿Las puedo guardar de recuerdo? – dijo, besándola otra vez. - ¿Qué vas a hacer con un par de pantaletas? – preguntó ella sonriéndole. – Es que me traen muchos recuerdos y soy muy sentimental. – Está bien, si significan tanto para ti, bueno. - dijo riendo.

Juana terminó de vestirse y Leonardo salió del apartamento. Luego fui al baño porque tenía unas ganas desesperadas de orinar, me senté en la cama de Leonardo pensando en lo que había visto. Había manchas de semen en todas partes y también vi algunos de los largos y rubios cabellos de mi mujer. Estuvieron afuera durante dos horas cuando el amigo llegó y me despertó para decirme que se iban a nuestro apartamento a seguir haciendo el amor en nuestra cama. No le pregunté sobre muchos detalles o qué irían o qué harían porque supongo que mi esposa lo había dejado bien desgastado!!.

Juana nunca me contó sobre esa aventura con Leonardo de ese fin de semana a pesar de que yo la había interrogado brevemente. Todo lo que decía era: - Nunca te lo contaré.

El siguiente fin de semana Leonardo vino y tuvimos nuestra segunda orgía o trio, como lo llamábamos, pero eso se lo contaré después.

FIN

TRADUCIDO POR MARCOS URBINA
Traduttore_traidore

CUENTO ORIGINAL EN INGLÉS:

While The Husband Is Away
Submitted By Marcos Urbina

After My wife Joanna and I had our first threesome with Larry (a guy that lived in our apartment complex) I was increasingly interested about her true feelings and fantasies about what had happened. Larry had become a close friend in a short amount of time and we both enjoyed his company. I had always fantasized about Joanna with another man and when I asked Joanna if she wanted to have a threesome with Larry she said it would be fun!

The first threesome with Larry she hadn’t gone all the way with him because, I think she was worried about what I might think about it. Even though I had assured her and reassured her that I wanted to watch her make love to another guy. (When we first got married I had been such a jealous jerk, I’m lucky she ever agreed to a threesome in the first place). I will write about the first threesome at another time but the story I’m about to tell was an extreme turn-on to me.

One day while Joanna was working and Larry and I were sitting out at the apartment complex swimming pool. We were talking about the threesome we had and how much fun it was and talking about the next time. I told Larry I would really love to watch him make love to her without her knowing that I was watching. He said that sounded fun to him because he wanted to screw he in the worst way but, how could we arrange it.

I was a local truck driver here in Southern California at the time. On many occasions I would take a load up to Utah as a favor to my dispatcher, so I thought that could be my story to Joanna. If she thought I was out of town would she play? After all now she had the green light.

Larry’s apartment had the exact floor plan as ours with a big walk-in closet about 5 feet from the bed. I told Larry he could invite her over and I could hide in the closet and watch them from there. We were both turned on by plotting this evil deed and we worked it out to the last detail.

When Joanna got home from work that night I told her that my dispatcher had asked me to take a load up to Utah on the weekend and I had agreed. She as always seemed disappointed that I would be gone for the weekend. She said, “I thought we had plans with Larry this weekend.” I told her that I had called Larry and told him I was going to be gone and he had suggested that they get together for dinner on Saturday night. I reassured her that I thought she should go because I didn’t like her spending the whole weekend alone.

She thought about it for a moment and said, “Ok, that sounds good.” I said, “If you want to fool around with him after dinner I won’t mind.” She stood looking at me for a minute then said, “The only reason I had our first threesome with him was because you wanted me to. I just did it because you wanted to watch.” “You seemed pretty excited about it while we were doing it,” I said, smiling at her. “I was but, that is because I know you were enjoying it.” “Ok, I just wanted you to know I don’t mind.” She gave me a real sexy kiss and said, “You’re a pervert.”

Saturday morning came and I went to the yard where my work was and parked my car. Larry picked me up and brought me back to his apartment. It was a beautiful southern California day and we were inside of all places. We drank a few beers and went over some details about what he was going to do to Joanna should she let him. The phone rang at about 1PM and it was Joanna. Larry tilted the phone so I could listen to the conversation.

“I was thinking of going out and sitting by the pool and wondered if you wanted to,” she said, in her innocent voice. Larry looked at me and I nodded my head. “Sure that sounds good. I will be out in about 10 minutes,” he said, hanging up the phone.

We walked into his bedroom and he got on his trunks and told me he was going to see if he could cook her dinner here. He left to go to the pool to meet Joanna and I sat on the end of his bed and watched him walk to the pool. I had a great view of the pool area and Joanna and Larry. I got so horny just watching them sitting and talking and wondering what they were talking about. I wondered if Joanna was thinking about what I said. I wanted to relieve myself but I didn’t, wanting to wait for later.

The early evening finally got there and Larry returned to his apartment. I wanted every detail of what they had talked about. He said she wants to come over and have dinner and watch a movie. I called Joanna on the phone and let her know I was in Utah and going to get some sleep. I asked her what she was going to do for the evening and she said she hadn’t decided yet. I smiled and told her she should go visit Larry. She said she would think about it. I told Larry what she had said on the phone and all we could come up with was she didn’t want me to get jealous.

About an hour later after it was dark outside Joanna knocked on Larry’s door and he let her in. I was peeking through a small crack in the bedroom door. She looked absolutely stunning with her long blond hair puffed up and her little pink mini skirt on with a short sleeve pink blouse with no bra. Her erect nipples were pushing against the material begging to be sucked. I could feel my cock getting hard against my short pants.

She gave Larry a hug and said, “Thanks for inviting me over.” He stood there looking at her and said, “You look so sexy. Are you sure I can’t take you out on the town and show you off?” She blushed and said, “I think we can have a lot more fun here.” My heart started pounding in my chest and ears. I felt so many emotions running through my body at one time. I felt jealous and anxious and somewhat betrayed. I was cold and shaking and even dizzy. I realized it was all these emotions that was giving me one of the hardest erections I had ever had in my life.

They finished a light dinner and moved to the sofa in the living room. They were facing the TV and his bedroom was behind it. The light from the TV lit them up and I knew they couldn’t see me because it was dark. “What movie do you want to see,” I heard him ask her. “It doesn’t matter to me. What ever you want,” she said, settling back on the sofa. “I have a sexy one in my room I can go get?” he said in more of a question than a statement. “If that’s what you want to watch.”

Larry came to the room and grabbed an X-rated video from his dresser. He winked at me and I gave him the thumbs up. He put the video in the VCR and it started to play. They were making little comments about the acting and laughing at some parts. Then they both got silent and I could feel the tension between them. Finally Larry asked her if she wanted to go in the bedroom and she agreed.

I moved to the closet and left the door cracked. Larry tuned on the stereo in his bedroom to a light volume. I was glad he did because I felt like the whole room could hear my heart pounding. Joanna laid on her stomach on his bed. Larry sat down next to her and started rubbing her back and shoulders. She moaned and said, “That feels so good.” “How would you like a whole body massage,” he asked her. “How much do you charge?” she asked playfully. “I will have to tell you when I’m done.” “That sounds fair to me,” she said, rolling on her back.

Larry started slowly unbuttoning her blouse. Joanna just laid there looking into his eyes smiling at him. Larry opened the blouse and exposed Joanna’s cream puff tits. Her nipples were hard and standing strait up. Larry slowly started massaging her tits. He leaned over and took her left nipple in his mouth and began sucking on it. Joanna moaned and raised her head off the bed so she could watch him. He moved to the other side and gave it equal attention. He ran his tongue from her nipple up her neck and into he waiting mouth.

Joanna started sucking on his tongue and running her hands through his hair. Larry rolled her onto her side and unbuttoned and unzipped her mini skirt. She rolled onto her back and raised her hips off the bed to allow him to remove her skirt. Larry stood next to the bed and slowly slid her skirt off. I don’t know who he was teasing the worst Joanna or me. Joanna sat up and took her blouse off and threw it on the floor. Larry had her roll over on her stomach, with her feet toward the closet I was in. I thought I could see a wet spot in the crotch of her panties but I couldn’t tell if it was just a shadow.

He reached on the night stand and grabbed some lotion he had there. He filled his had and let it warm before he put it on her back. He started massaging the lotion into her back and she moaned and told him how good it felt. Before he got more lotion he took hold of her panties by the waist band. She raised up so he could remove them easily. He slid them off and turned around and tossed them right in front of the closet door where I was looking out. I opened the door a little more and retrieved the panties. They were a pair of pink satin bikini panties. They were soaked clear through with Joanna’s pussy cum. I raised them to my lips and tasted the creamy treat.

I looked back out at Larry and Joanna and he was massaging her legs with lotion. He had her legs spread and I could see her pussy clearly. She seemed to be more swollen and wet than she was the night of our threesome. Joanna rolled onto her back and took hold of Larry’s shorts and pulled them down. Larry was standing up and took them the rest of the way off. Joanna sat up and took Larry’s cock in to her mouth and started sliding it in and out of her mouth. Larry pushed his hips out to give her full access. She slid her tongue down his shaft toward his balls.

She took one of his balls into her mouth and was sucking gently on it while jacking him off. I could see Larry’s pre-cum dripping on her shoulder. After she finished licking his balls she ran her tongue back up his shaft and slid his stiff cock in her mouth. Larry moaned loud when she did that. She pulled him on the bed onto his back. She sucked his cock like an expert. I couldn’t remember a time when she had sucked me like she was sucking Larry. Larry said, “I’m going to cum if you keep that up.” Joanna made a mmmmm sound from around Larry’s cock.

Larry started tensing up as his orgasm built. Joanna cupped his balls in her hand and squeezed them softly as he started cuming in her mouth. He was moaning loudly as he released his first load of the night into her mouth. He came so much Joanna couldn’t swallow it all and some was running down her chin. I was jacking off like a mad man and shot my load all over Joanna’s already soaked panties. My cock didn’t soften one bit, even after that powerful orgasm. It took me a minute to get my composer so I could look back out at what they were going to do next.

Larry had Joanna pull her knees back to her chest, I think more for my view than anything else. She had so much pussy cum running out of her there was a wet spot on his bed. Larry ran his tongue up from her ass to her clit and started sucking on it. Joanna started moaning loud as he worked on her clit with his lips and tongue. He would slid his tongue from her clit to her pussy opening and ram it in as far as it would go. Then using his thumb and fore finger he pulled the skin back from her clit. He sucked on her clit directly and she came undone when he did that. I saw and heard her explode in a orgasm like never before. Her pussy was convulsing and she spread her legs even wider and let her knees fall to the bed. Joanna let out a scream of ecstasy which startled me. I couldn’t believe it, she had never screamed like that with an orgasm before. Larry put his mouth over her entire pussy and sucked as she finished cuming.

Larry moved up and held his mouth about two inches above Joanna’s. He opened his mouth and the pussy cum he had sucked out of her started dripping on her lips. Joanna stuck her tongue out and licked it off her lips then raised to his and started sucking and licking his lips and chin. She has always loved the taste of her own pussy cum. They both settled for a moment and I thought it might be over until I saw Joanna take hold of Larry’s cock and massage it until it was hard again. She pushed him onto his back and straddled him. She rubbed the tip of his cock around in circles on her swollen wet pussy lips. I can still hear the awesome sound of her stirring her juices with his cock. I felt my heart pounding as I watched my wife slid down the entire length of Larry’s long cock.

She moaned loud when she hit bottom and his balls were against her ass. I couldn’t believe she was able to get him all the way in being as long as he is. She started rocking back and forth on his cock in a slow seductive movement. In all our years of marriage I hadn’t ever seen her move like she was now. Larry reached up and started massaging her tits while she rode his cock. When she would rise up, her ass would flex making her pussy squeeze his cock. She was actually milking his cock with her pussy! By the look on Larry’s face he was really enjoying this.

She picked up her rhythm and started moaning louder and louder. Larry was bucking her like a wild horse. I was jacking off and taking it all in making vivid mental images that I cherish to this day. Larry and Joanna came at about the same time. I saw his balls tighten up and he let out a loud grunt as he released his load deep inside my wife’s willing pussy. I watched as her pussy contracted around his cock and she let out her own little grunt. She collapsed onto his chest totally out of breath.

I watched as both of their climaxes simmered down. Her pussy would contract, then his cock would do the same. A huge amount of their juices mixed was running out of her pussy, down his shaft to his balls. I had a hard time not making noise as I shot my second load all over her panties. I leaned against the wall to catch my breath. I thought I was going to wake up at anytime and be disappointed that I was only dreaming.

I might have dozed off for a second or two and was startled by the sound of Joanna’s voice just outside the closet door. I didn’t dare move for fear of being discovered. She said, “Did you throw them over here?” I looked down at the cum soaked panties that were still around my cock and realized that was what she was looking for. “NO,’ I heard Larry say almost sounding alarmed. “I tossed them over on the other side of the room I think.” She walked away from the closet to the other side of the room. Larry came over by the door and I slid the panties through the crack.

He picked them up and pulled the funniest face when he felt how wet they were with my cum. I had to stifle a laugh because of that look. I hadn’t really thought about that when I was blowing my wad into them. He said, “here they are,” holding them up. She walked toward him to retrieve them. When she got to him he held them behind his back and kissed her on the lips. “Can I keep these for a souvenir?” he said, kissing her again. “What are you going to do with a pair of my panties?” Joanna asked, smiling at him. “I’m just sentimental I guess,” he explained. “Ok, if it means that much to you,” she said, laughing.

Joanna finished getting dressed and Larry walked her to our apartment. After taking a desperately needed piss I sat on Larry’s bed with my thoughts of what I had witnessed. There were spots of cum all over his bed and a few of her long blond hairs I saw. I laid back and feel a sleep until Larry woke me up. He had been gone two hours when he woke me up. He told me when they got to my apartment she wanted to make love one more time on her bed. I didn’t ask Larry to go into too much detail because she had worn him out so bad.

She never did tell me about her adventure with Larry that weekend even though I had quizzed her. All she would say about it is “I’ll never tell.” The following weekend Larry came over and we had our second threesome with him. But that’s another story…..

Thank you,

Marcos Urbina
Datos del Relato
  • Categoría: Orgías
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