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CRUCE DE CAMINOS

Nos conocimos por una casualidad ¿de la vida? ¿del destino? no lo sé, pero nos conocimos.

Durante un debate de filosofía en la universidad, nos pusimos a hablar y me contó quién era él y a lo que se dedicaba, era Amo de varias sumisas y quería ampliar su pléyade, no me importó, me dio mucho morbo más que cualquier otra cosa que hubiese probado, le dije que aceptaría que me domase, que lo haría lo mejor que pudiera y partir de ahí comenzamos a compartir nuestra vida ...

Reconozco que aunque no soy todo lo sumisa que debiera, y aunque mi Amo tenga todas las razones del mundo para dejarme a otro más severo, sé que le gusta tal y como soy. Él sabe que puede hacer conmigo todo lo que le plazca y que puede usarme como desee, cuando desee y como desee aunque de vez en cuando ponga muchas objeciones a sus deseos, yo soy la primera dispuesta a hacer de todo. Durante mi doma, sufrí y aguanté todas las cosas a las que fui sometida sin ningún tipo de queja, aunque mi orgullo siempre ha podido conmigo.

Él se iba a ir lejos por asuntos que no me atreví a preguntar y Él no me contó, e incluso ese último día que estuve con Él volví a defraudarle, reconozco que a veces me aprovecho de lo bueno que es conmigo y mi orgullo me delata, lo que hace que se enfade tremendamente.

Hace 5 días que no sé nada de Él, vivo cerca de su casa, le observó en la oscuridad de mi piso, le persigo en sueños, le amo y sueño que Él también me ama a mí, estoy sentada en el sillón esperando una llamada que me avise de que necesita de mi, sea para lo que sea.

Me llama y me ordena que me presente ante Él lo antes posible, quiere verme antes de partir y yo voy salgo volando del piso, también ardo en deseos de verle.

Me presentó en su casa, me abre la puerta Bris, otra sumisa, me lleva hasta su habitación y aquí estoy, en sus dominios, de pié observándole, cosa que no le gusta, sentado en su trono termina de leer, es tan bueno, es todo lo que he deseado siempre, tener un Amo que me trate como lo que me merezco,... por fin termina y mirándome a los ojos me dice:

- Pero bueno, ... ¿todavía estás así?, ¿cuántas veces tengo que decirte que en mi presencia debes estar completamente desnuda y arrodillada? Siempre igual ....

Contemplándole me había quedado absorta a en mis pensamientos, olvidando mis obligaciones.

- Ruego me disculpe, mi Amo -respondo nerviosa.

- Desde luego está claro que contigo no se puedo ser bueno, ... mira que sabes que no me gusta castigarte, pero no aprendes tengo que hacer algo contigo – dijo pensativo - ... hoy vamos a hacer algo muy interesante, ya que es mi último día aquí quiero que lo recuerdes, quiero que lo grabes en tu memoria a fuego lento.

Una vez completamente desnuda me acerco a Él y me arrodillo para que me imponga el collar de perra al cuello que lleva mi nombre y el arnés que aprieta mi pechos y mi clítoris, desde ese momento ya no tengo escapatoria, ya no puedo hacer nada, mis ideas de rebeldía dejan de existir y me convierto en su juguete, soy simplemente algo de su absoluta propiedad, es Dueño de mi cuerpo, alma, mente y espíritu, soy de su posesión y no puedo hacer nada, su superioridad y mi debilidad son infinitos. Tira de la correa que lleva haciéndome caer de bruces al suelo ....

- ¡Qué! te gusta ¡eh! perra, ¿ahora no me criticas? – dice altivo desde su superioridad - Lo ves puedo hacer contigo lo que quiera ¿ahora no dices nada, eh?

- Mi Amo suplico perdón, soy suya puede hacer conmigo todo lo que desee – dije desde el suelo - seré mucho mejor esclava... se lo aseguro, mi Amo.

- Ya no puedo creer tu palabra, cada vez vale menos – dice entristecido – siempre vas con muy buenas intenciones, pero de ahí no pasan, ....

- Lo sé mi Amo, pero esta vez es diferente.

Pronto se sienta en una silla de color rojo y eso quiere decir que debo tumbarme en el suelo boca arriba al lado suyo como una perra para que Él me pise y me use como suya mientras le contemplo desde esa perspectiva y no puedo evitar excitarme pensando en que como alguien tan perfecto puede estar perdiendo su valioso tiempo con alguien que es tan poca cosa, mientras me pisa los pechos haciéndome gemir de placer y tira de la correa para que me calle, no le gusta que disfrute mientras me hace algo, pero yo no puedo evitarlo.

Cuando se cansa de juguetear conmigo se levanta y tirando de la correa que lleva Él en su mano me hace ponerme a cuatro patas, me obliga a andar así por la habitación ridiculizada ante las atónitas miradas de las demás sumisas y tirando más me arrastra hasta un potro de madera atando cada una de mis extremidades a sus patas.

- Mira que intento ser dulce contigo, pero no hay manera...-me decía. – mira que no quiero ser severo, pero ... ya me lo advirtieron, pero no hice caso y ahora tengo que domarte día sí y día también.

- Lo siento mi Amo, cambiaré seré más dócil, se lo prometo.

- Ya... eso me lo has dicho demasiadas veces, ya no puedo creerte., me has decepcionado, pensé que tal vez serías mejor perra, pero ... me equivoqué ....

- Se lo aseguro, soy una esclava nueva – le dije mirándole a los ojos - haré lo que quiera mi Señor, todo lo que desee.

- Eso tenlo seguro. Y ahora calla puta esclava. - Mientras me ordena que calle coge el látigo y empieza a fustigar diferentes zonas de mi cuerpo, piernas, espalda, brazos, pechos,... mientras dice "esta por desobedecerme, esta por rechazarme, esta por abandonarme, esta por tocarme, esta por excitarte sin mi permiso, esta por criticarme, esta por contradecirme, esta por correrte sin mi permiso, esta por dudar de mi superioridad,... esta porque me apetece...".

Con cada uno de sus latigazos no puedo evitar disfrutar de esos momentos de placer y dolor me excito aún más, eso le enfurece y me azota más fuerte.

Después mi Señor me deja sola durante unos instantes, cuando vuelve y sin decir palabra empieza a ponerme vaselina en el culo, - Dios, no mi Amo –digo sin no poder reprimirme, me acuerdo que siempre estaba gritando durante los primeros días de mi doma, mi Señor ante el temor que yo tenía a ser penetrada por detrás me había dado el privilegio de no ser sodomizada, y aceptó no hacerlo si no era estrictamente necesario, ante las demás me sentía una esclava especial porque mi Amo no me lo hiciese, pero debía de haberle enfadado mucho cuando ahora lo iba a hacer y tenía miedo.

- Ya sabes lo que voy a hacer ¿verdad? No tengas miedo y no quiero oír no ni un gemido.

- Mi Amo no por favor, eso no, se lo suplico seré mucho más sumisa se lo prometo, pero eso no, no me lo haga por lo que más quiera – digo con lágrimas en los ojos.

- Tus súplicas no te servirán de nada, te mereces un buen castigo, perra, y ahora lo vas a tener.

- Mi Señor como desee, pero no es necesario llegar a esto para que sea una mejor sierva, ¡por favor no me sodomice! – dice nerviosa.

- Cállate, no quiero oír tus lamentos, ni siquiera un sólo ruido tuyo mientras te penetro o recibirás un castigo aún mayor, te lo aseguro.

- Perdone mi Amo, no diré nada más.

- ¡A CALLAR! – gritó enfurecido, lo vi en sus ojos, y lo hace, una vez finalizó de aplicarme la vaselina, se pone delante mía y me enseña el consolador que me iba a penetrar, me parece inmenso, realmente no sabía por donde iba a meterlo con un culito tan pequeño como el mío, estoy asustada y callada, con tal de que pase lo más rápidamente posible.

Lanza la vaselina por los aires, me coge del culo, separa bruscamente mis nalgas y pasa por su contorno el consolador, eso me gusta, pero rápidamente lo saca y lo mete una y otra vez, cada vez más fuerte, más adentro y más deprisa, llega hasta el fondo, , no puedo evitar gritar de dolor, empiezo a sangrar, la veo correr entre mis muslos, cayendo al suelo, por momentos pienso que me va a atravesar, que me va a romper por la mitad, ahora si que puedo decir que ha aniquilado toda resistencia, su control sobre mi es absoluto... Me conoce demasiado, en el fondo me está gustando aunque he de reconocer que duele, pero si me lo hace Él me parece maravilloso, cada vez que lo saca y lo mete me excito más, estoy empezando a gozar de aquello, siento como mi coño babea ante la situación, mi Amo pasa su mano por mi entrepierna y después me la mete en la boca – Saboréate – dije.

Cuando termina me deja sola, pensando en que al menos a valido la pena si he satisfecho a mi Señor, aunque sangre. Cuando vuelve se pone delante de mí con el consolador en la mano en señal de victoria y yo con el poco orgullo que me queda levanto la mirada para contemplarle, Él sabe que en el fondo me había gustado, ver que había complacido a mi Señor y más ahora que le estoy contemplando, está increíble.

- Todavía no he acabado contigo -me dijo, desata y tirando de la correa me lleva entre arrastras y a cuatro patas hasta su habitación,
- esto ha sido sólo el principio, perra.

Yo ya no me atrevo a decir nada, ya me puedo esperar cualquier cosa, una vez en su dormitorio me ata las piernas y las manos a la espalda, me hace sentarme en una silla, esta vez si que ha atado bien, no hay forma de mover un músculo, estoy completamente inmovilizada, posteriormente me amordaza y me venda los ojos. Ya no sé que pensar, no quiero ni imaginarme lo que me podría pasar.

Pero pronto lo iba a notar, eran los pellizcos de unas pinzas en mis pezones, cada calambre de dolor en mi mente sólo aparecía su imagen, estaba tan excitada que Él se dio cuenta:

- ¿Deseas correrte? -me pregunta dulcemente acercando su boca a mi oído yo sin poder decir palabra sólo muevo la cabeza en señal de afirmación, mientras Él continúa manejando las pinzas a su antojo- ¿de verdad que lo deseas? ¿lo deseas mucho verdad? ¿quieres que yo lo vea? Que vea como te corres para mi ¿verdad? - mientras muevo la cabeza cada vez más rápido, diciendo que sí, que lo deseo, me tiene en sus manos pero es un placer indescriptible lo que siento, comienzo a sentir como me mojo cada vez más, mi cuerpo se convulsiona, suspiro más rápido y profundo , estaba apunto iba a tener un orgasmo monumental y cuando lo siento venir y aún amordazada se me oye gemir .... mi Amo vierte sobre mi húmedo coñito la cera de una vela caliente, suspiro de placer y dolor.

- ¿Ves lo fácil que es controlarse? -me decía desde al oscuridad de mis ojos vendados, desde el silencio de la mordaza, desde la inmovilidad de mis ligaduras, no puedo dejar de tener su imagen presente,... sólo tengo algo en mi cerebro, su figura, la operación la repite una y otra vez, llegando a límites insospechados y sin permitirme llegar nunca al orgasmo, torturándome sin piedad, mientras seguramente vería en mi cara la expresión de deseo.

- A partir de ahora seguro que empiezas a pedirme permiso antes de tocarte y seguro que no te corres si no te lo he permitido yo.

Desde luego tiene razón, coge una fusta de 7 colas y la pasa por mis pechos, la siento, la conozco aún con los ojos vendados, sé que instrumento es, la ha utilizado mil veces conmigo durante mi doma, primero la pasa suavemente por mis pechos, mi vientre, mis muslos y de repente, siento el chasquido de mi piel bajo la fusta, una y otra vez puedo oler el aroma de la carne chamuscaba, de mi carne ardiente, cae sobre mi una y otra vez, sólo puedo hacer amagos de moverme, no puedo gritar, pero el dolor está ahí, ... cuando se cansa me desata y me quita la venda, la mordaza así como el collar, y se dirige a mi con voz indiferente.

- Sabes perra, creo que lo mejor es que te deje en libertad y busques a otro amo; me canso de tener que estar siempre detrás tuya para que cumplas mis deseos ... de tener que obligarte a hacer lo que quiero sin recibir una negativa por tu parte, estoy cansado de tener que empezar de cero contigo, llevas mucho tiempo aquí para seguir así, ... no sé de donde he sacado tanta paciencia.

- NO, -reaccioné-, se lo suplico mi Señor no me abandone, imploro clemencia, no me deje es el mejor Amo, no me deje a mi suerte, se lo suplico.- mientras intento que mi Dueño entre en razón y me permita ser una más de sus muchas sumisas que forman parte de su pléyade, no puedo creer que mi Amo decida dejarme, ya no sé que hacer así que me aferro a sus perfectas piernas como único motivo de mi existencia y empiezo a besarle los pies como forma de mi culpa e intentando recompensárselo, sólo quiero complacerle para que entre en razón y me permita seguir con Él.

Pero me rechaza apartándome de un empujón.

- Muy bien esclava si quieres ser una de mis sumisas, ya sabes lo que tienes que hacer así que espero que lo hagas bien o sino ya sabes las consecuencias, no voy a esperar a que aprendas ....

Sin mi Amo no soy nada, así que intento satisfacerle... si mi Amo me da la oportunidad no puedo desaprovecharla y a cuatro patas subo hasta los dominios de su lecho, allí él en la cama y pienso que por fin me va a poseer completamente cosa que hasta el momento no había hecho y que yo deseaba por encima de todo, poco a poco lentamente me acerco a Él y empiezo a tocar su cuerpo todavía medio vestido, quitándole despacio la poca ropa que le queda, recorriendo con mis manos su cara, su cuello que mordisqueo cual perra ansiosa, aspiro el olor viril que desprende y mordisqueo lentamente sus pezones, sé que eso le gusta, me acerco rozando levemente mis labios con los suyos, acariciando su torso desnudo - Es tan perfecto, mi Amo... -no puedo reprimirme a decírselo, me pongo a sus pies para acariciarlos, lamerlos,... dedo a dedo, para ir lentamente subiendo por sus musculosas piernas disfrutando de ese espectáculo que es estar con alguien tan deseable y aferrándome a sus prietas nalgas...- es único, dios como le deseo - digo sin darme cuentas, loca de deseo, pero no dice nada, le gusta saber que estoy loca por él y hacerme sufrir, recorro cada centímetro de su cuerpo con lentos y largos lametazos, introduzco mi lengua en su ombligo para girarla dentro,... desplazo mi atención a su entrepierna para recorrerla con besos pequeños y cariñosos, acariciándole, lamiéndole, manoseándole suavemente, adorándole... paso mis dedos por sus axilas y las beso y contemplo su precioso rostro apartándo delicadamente sus negros cabellos, para mirarle a los ojos, que aunque no está permitido, él me deja hacerlo.

- Que cuerpo mas perfecto, mi Amo – le digo restregándo mi rostro en su torso. Le abro de piernas y acaricio los muslos, arrodillada ante monumento tan grandioso, no puedo hacer otra cosa que derretirme ... mi lujuria recorre todo mi ser mientras él empieza a estremecerse y no deja de pedirme que siga y no lo deje, está gozando, lo noto, está muy empalmado, la tiene enorme, roja a punto de reventar, pero Él sí sabe controlarse y para mi es un honor que me deje hacérselo todo... me coloco arrodillada debajo de su polla, mientras Él me tiene en su poder pasando sus uñas por todo mi cuerpo y tocándome los pechos fuertemente hasta hacerme gritar, mi lengua mojada recorre todos los alrededores de su miembro.

- Mi amo, como le deseo –le digo mientras me muevo al compás que mi Dueño marca, me coge del culo abriéndomelo fuertemente mientras gimo de placer, me acerco a su polla y se la chupo, se la acaricio, se la lamo,... todo lo rápido que puedo, de arriba a abajo, ... mientras él empieza a tocarme el coño y yo me muero de placer , sólo me repite una y otra vez que continúe, que no lo deje "sigue, sigue, sigue, así no pares..." siento como mías cada una de sus sensaciones, lo hago una y otra vez, sigo tal y como mi Señor desea, mientras introduce un dedo en mi húmedo coñito, se tumba para que se la chupe mejor y me acerco demasiado a su cuerpo - ¿pero qué haces? – dice – Siento decirte que aunque te has portado muy bien hoy no serás recompensaba de ese modo, sigue chupándomela, perra, ... – me quedo desilusionada, pero sigo haciendo aquello que más le gusta, y al poco rato - mmmmm... que bien - dice derramando toda su leche en mi, me siento querida en aquel momento, porque es el primero y el último que puedo complacerle – chúpala y déjala bien limpia – me dice, y yo loca de deseo aprovecho y se la chupo todo lo que puedo hasta que no queda nada.

- Le agradezco mi Señor que me permita de mostrarle lo buena que soy ... – digo mientras mi Amo me acaricia suavemente el pelo mientras quedo echada a su lado como una buena perra. - Hoy no te voy a permitir que te corras, aunque te has portado bien, debes volver a aprender a controlarte,... pero es posible que vuelva a llamarte para complacerme.

- Si mi Señor, lo sé, como siempre tiene razón – le digo mientras me muero de ganas de que me haga el amor. - Gracias mi amo por su comprensión, gracias mi amo. Su esclava intentará no volver a defraudarle.

En ese momento cae una lágrima por mi mejilla, yo sé en mi interior que ya nada será como antes , Él se marchará y no le volveré a ver seguramente ...
Datos del Relato
  • Autor: LORELAY
  • Código: 9463
  • Fecha: 10-06-2004
  • Categoría: Dominación
  • Media: 4.53
  • Votos: 40
  • Envios: 4
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Comentarios


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1 comentarios. Página 1 de 1
john
invitado-john 02-10-2008 00:00:00

no creo que una chica como tu le aga caso a un tarado como el que dices que es tu amo. Pero talves si ayan mujeres como tu, i si las ay espero encontrar una. Pero para cojermela todo un dia....

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