Estando de visita en la casa de la prospera, venerada, estupenda finalmente atractiva Yessenia; una vez dentro del baño mire a la sexta de la ropa sucia mirando un panti, me entra la curiosidad como es el olor lo levanto y lo pongo en mi nariz, pareciendome muy excitante sobre todo hediondo levemente.

En otra ocasión que me deja solo porque va atender a su padrastro, me escurro en su recamara comienzo a escudrillarme en el gabetero palpando y oliendo cada uno de los pantis de la misma Yessenia; además al tener la ropa recién lavada como doblada, tomo el atrevimiento de oler a profundidad una falda ajustada entallada azul oscura viendo que era muy pequeña me preguntaba increíblemente como tapa laspartes prohíbidas de la misma Yessenia.

Un día por pura casualidad accidentalmente miro hacia la recamara al observar silenciosamente sin que no me descubriera en ropa interior al vestirse con el monumental cuerpo de talla pequeña escenificada hoy día por la fascinación de hembra especialmente el culantron que se carga muy espectacular, poniente acompañado de sus voluminosos senos puntiagudos muy parecidos a unos fructiferos como jugosos melones que se ven gigantes con el brasier puesto finalmente haciendose agua a mi boca las figuras modeladoras, ceñidas hasta extraordinarias lineamientos sobresalientes de su muslos como gluteos y que decir, del mangar de su vientre al tener unas cuantas llantitas de gordura.

Pillando por la ventana del baño encaramado en un banquito observando desnudos a su esposo y a ella abrazados con las acaricias divinas con el chorro del agua de la misma regadera al besarlo de una manera que no lo hace a la luz pública, dejandose tocar, sobarse, frotarse, manosearse, deleítarse, apasionarse, apretarse sus apetitosos senos en plena bañera los dos juntos.

Una vez, nunca se entero para nada Yessenia, me quede en el baño de a lado entrando al escucharla como orinaba fuertemente con tal afluencia y caudalosa al verla des arriba la mota del monte venus de Yessenia negro como la misma brea de techo.