Antes que empecéis a leer , avisar que no es un relato propiamente de sexo , así que aquel que busque solo sexo con un poco de trasfondo, se dirija a otro relato lo siento …



Levantarse por la mañana, desayuno, afeitado, el periódico, muertes mas muertes, política, mas política, mentiras mas mentiras... y la ducha pre jornada laboral, bienvenido a un nuevo día, pensaba mientras pugnaba por hacerse la paja mañanera en la ducha, como alguien muy bien había dicho, masturbarse en la ducha por la mañana era lo mejor del día, a partir de ahí todo iba a peor. Por cierto, ¿quien lo había dicho? sería de alguna película, dudaba haberlo leído... Nada que hacer, así no había manera de concentrarse, si es que por mucho que la polla quiera, si la cabeza no está en sintonía no hay nada que hacer.
Así pues, dejando por imposible el único consuelo del día, olvidó su paja matutina y se preparó para salir a la jungla... Al pasar por la cocina se fijó en un detalle, el periódico estaba abierto y con un rotulador azul había remarcado un anuncio por palabras, curiosamente de la sección de contactos.
“MAREOS, VOMITOS”
- ¿Y esto? - se preguntó extrañado, pues no recordaba haber subrayado nada, se fijó en el anuncio, " Cortinas Rojas " el nuevo local de moda en tu ciudad, ¿Quieres pasarlo bien? atrévete, nunca mas vas a poder disfrutar de otra experiencia similar.
Se fijó en la dirección, curioso, queda cerca de la oficina, cerró el periódico , salió por la puerta absorto en la lista de tareas que le esperaban al llegar a su querido cubículo, y al llegar al ascensor por supuesto se dio cuenta que había olvidado el móvil. Nada, a volver a por él.
Entró de nuevo en casa, fue a la habitación, recogió su móvil, fue a la cocina, bebió un poco de agua y se volvió a fijar en el anuncio enmarcado. "cortinas rojas" pensó... quizás esa noche se daría un pequeño lujo a fin de cuentas había que compensar la no-paja mañanera... por cierto, ¿no había cerrado yo el periódico antes de irme?...
“OTRO RODAMIENTO DE CABEZA”
El resto del día pasó sin más... Oficina, currar, currar , currar, jefe incordiando, el único detalle gracioso fue el tropiezo que tuvo la chica de recursos humanos en medio de uno de los pasillos, le volaron todos los expedientes de las manos, pobre muchacha, estaba roja como un tomate, y el resto de "esclavos" riéndonos como energúmenos, además a la chica se la veía afligida.
"EL CONDUCTOR DISCUTIA CON SU MUJER POR EL MOVIL"
Ya después de la dura jornada, salió para coger el metro dirección su hogar, querido hogar... "EL COCHE NO VIÓ AL TRANSEUNTE QUE ABSORTO EN SUS PENSAMIENTOS CRUZABA SIN MIRAR LA CALLE"
cuando le vino en mente una frase,
"¿Quieres pasarlo bien?”, joder claro que lo "quería pasar bien”, todo dios después de su jodida jornada laboral debería exigir "querer pasárselo bien “.
"IRREMEDIABLEMENTE ATROPELLÓ AL HOMBRE DEL TRAJE GRIS"
Con este pensamiento se fue en dirección contraria al metro, en busca del Púb.
Pasó por diferentes callejones, encendieron las luces de las calles, la ciudad seguía su habitual círculo envolvente de ruidos, humos, voceríos, se adentró en un callejón, el nombre rezaba calle de las delicias,
“SONIDOS DE SIRENAS”
"vamos por buen camino" pensó, la verdad es que la calle dejaba mucho que desear, de delicias no tenia mucho, basura, humos, y apestosos olores de restos de comida de los pubs. Pasó entre una pareja que sin duda estaban saboreando otro tipos de delicias, el hombre tenia a la chica contra la pared, parecía que la chica no lo pasaba demasiado bien, tenían los dos los pantalones bajados, y el tipo tenia el chisme metido entre las piernas de ella.
Justo al pasar por su lado oyó a la chica como estaba rezando un padre nuestro, se paró a contemplar por unos segundos la escena, ella estaba llorando, él parecía inmutable y solo se preocupaba de empujar, de pronto la chica empezó a reír a carcajadas, desorientado, siguió hacia delante, saliendo del callejón a una plaza cerrada, la pareja le había dejado turbado, se sentía inquieto, pero eso no le evitó una media sonrisa cuando vio con letras de neon "Cortinas Rojas".
“TODO OSCURECIÓ “
Entró por la puerta de cristal, con mangos de terciopelo azul, abrió la puerta, y enseguida un olor a incienso mentolado mezclado con una canción de jazz le condujo hasta el interior.
El Púb. tenia una luz tenue azulada, no había demasiada gente, una barra de bar a la derecha y un pequeño escenario vacío. En medio diferentes butacones forrados también de terciopelo con sus mesas bajas y redondas. Se sentó en un butacón solitario cerca del escenario, vino el camarero, y le trajo una copa también azulada rellena de un licor, ¿absenta quizás? la cogió y sorbió un poco, si, absenta, definitivamente, rebajada con agua y un poco de azúcar, como a él le gustaba. Dejó la copa encima la mesa. En ese preciso instante, unas luces rojas iluminaron el escenario, y una música lenta y cautivadora, empezó a sonar, curiosamente parecía sonar en su cabeza.
Una bella mujer apareció en escena, iba completamente desnuda a excepción de un antifaz que le escondía los ojos. Ella empezó a moverse a deslizarse con la música por en medio del escenario, contoneaba sus caderas perfectas, sus pechos se movían arriba y abajo, hacia los lados, parecían hipnotizarle, los seguía allí donde fueran, ella empezó a pasar sus dedos por sus piernas, recorriendo su contorno de abajo arriba, sus muslos, caderas, vientre, acariciándose los pechos y cociéndose los pezones, subió las manos hasta su cara y introdujo dos de sus dedos en la boca, llevaba los labios purpúreos, empezó a chuparse los dedos. En esos momentos él ya la tenía dura a más no poder.
Ella sacó sus dedos de la boca pringados de saliva y fue repasando de nuevo su cuerpo hacia abajo, hasta llegar a su coño, totalmente depilado, no dejaba nada a la imaginación, curiosamente él hasta ese momento no se había fijado en su entrepierna, estaba demasiado absorto en sus movimientos, poco a poco acercó su mano a su polla y la empezó a acariciar por encima del pantalón.
Ella siguió su baile, acariciándose su entrepierna, separó bien las piernas y empezó a masajearse su clítoris... Desde el butacón se veía como empezaba a brillar el coño de la stripper, increíble se estaba mojando, él ya desató su pantalón y sacándosela empezó a masturbarse.
“YA NO HABIA NADA QUE SE PUDIERA HACER”
La mujer bajó poco a poco del escenario y se dirigía a él, de pronto ya nada había en ese bar, mas que la mujer dirigiéndose a él, no importaba que hubiera gente antes, todos habían desaparecido , incluso la música y el incienso ya no se notaban en el ambiente, solo ella, y el terciopelo debajo suyo, poco a poco la mesa fue desapareciendo, su copa también, para dejarle paso a ella, que ya a su lado, se arrodilló delante de él, le cogió el pene con una mano, y con una sonrisa de esos labios purpúreos fue sacando la lengua larga y rosada, enseñando unos dientes blancos. Él la tenía dura ya a mas no poder, pero se relajó para disfrutar de lo que ella iba a empezar...
Acercó la lengua al glande, y empezó a lamérsela, el contacto con esa lengua fue electrizante, un escalofrío de placer le recorrió el cuerpo, mejor que un subidon de esas anfetaminas que de joven había tomado, una gustera, como hacia tiempo que no sentía...
Ella siguió lamiéndosela, poco a poco, sacando una lengua exagerada rezumante de saliva, le iba impregnando toda la polla, recorriéndola de su punta hasta la base, él se recostó, pues los butacones también habían desaparecido ya, y ella se lo introdujo en la boca poco a poco, era increíble como le succionaba, que humedad, que calor, sentía los dientes de ella rozándole el prepucio, y estaba ya a punto de correrse.
Ella pareció notarlo, porque dejó de chuparsela, se levantó y poco a poco empezó a situarse encima de él. Introdujendose su polla con movimientos maestros, hasta el fondo, ella lanzó un suspiro, era el primer sonido que ella emitía.
El empezó a sentir aquel roce, sentía como ella le succionaba con el coño, como le iba llevando poco a poco al momento del clímax. Se empezó a fijar en el vaivén de las caderas, como se movía su vientre, y esos pechos grandes, equilibrados, perfectos, alargó un brazo y con los dedos consiguió rozar uno de los pezones duros de ella, siguió mirando su cuello, luego su boca, esos labios y la lengua relamiéndose, y ese antifaz negro, estaba gozando, ¿pero porque llevaba un antifaz? ah, estaba siendo un polvo perfecto, pero porque un antifaz? que ojos se escondían debajo ? empezó a sentir que necesitaba ver esos ojos, pero se veía incapaz de pronunciar ninguna palabra, cuando lo intentaba, solo salían jadeos de su boca, sin embargo, cada vez crecía mas la ansiedad de ver esos ojos, dejó de pellizcar esos pezones duros, y dirigió esos dedos hacia el antifaz, pero no llegaba, tenia que incorporarse, pero le parecía un esfuerzo imposible de realizar. Flaqueaba, sus fuerzas le iban abandonado, pero ya no le importaba nada mas que conseguir ver esos ojos, sabia ya que no podría culminar ese polvo sino le quitaba el antifaz, con un sobreesfuerzo se incorporó y pudo alcanzar el antifaz, ella parecía no darse cuenta de todo lo que le estaba pasando a él, seguía moviendo sus caderas y jadeando cada vez mas fuerte.
Estiró poco a poco el antifaz de la mujer mientras sentía como llegaba el orgasmo de ambos, con un éxtasis de placer cayó el antifaz al suelo, y fue en el momento de mirar a sus ojos cuando palideciendo de terror lo comprendió todo.
-¿Porqué? - logró balbucear él.
Ella se inclinó en ese momento sobre él, y en su oído le susurró...
Él relajó su cuerpo, y empezó a reír poco a poco, pasó de una sonrisa a una carcajada, y no paró de reír hasta que los coágulos de sangre se le acumularon en la boca y le impidió continuar...

“SEÑORES DESCONENCTEN LAS MÁQUINAS”