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Categoría: Lésbicos

Coqueteo sensual

Esta historia inicia cuando dos mujeres se ven por primera vez, y ambas quedan asombradas de la belleza de una de la otra. Anastasia mujer bajita 1.56, físico atlético medidas 92-66-104, pechos redondos, abdomen, marcado y cadera ancha y pompas levantadas. el color de piel es apiñonado, ojos grandes cafés, pestañas largas, boquita chiquita y Monserrat de 1.64 con medidas 76-60-92 pechos pequeños, abdomen plano, una espalda envidiable pompis levantadas, de piel blanca ojos rasgados, cejas marcadas labios carnosos con un lunar en el labio inferior de lado izquierdo. 



Un día Anastasia llego a una ciudad para realizar un evento, ella era encargada de realizar conferencias, mesas de debates etc. Estaba en el lugar del evento, un salón de hotel donde estaba todo listo, solo esperando a la gente que llegara para iniciar, llego una de las ponentes con la cual solo habían tenido contacto por correos, llamadas, etc. Entro una mujer de cabello oscuro arriba del cuello, de tez blanca llevaba puesto un traje sastre con una faldita a media pierna, donde se le podían notar las piernas trabajadas, tacones bajitos de 5 cm, blusa blanca pegadita a su figura, al caminar llamaba la atención de quien estuviera cerca.



Se acercó Anastasia que ya la había observado desde que entro, la saluda muy respetuosamente y le informa sobre el sitio que ocuparía, etc. Camina Anastasia que portaba un pantalón de vestir color gris, una blusa azul rey y unos zapatos altos de charol, tenía un cuerpo de reina, se le notaban sus nalguitas paraditas, caminaba como una diosa, Monserrat no le aparto la vista, se marcaba perfectamente su cintura. Continuo el evento, cruzaban miradas, se sonreían a lo lejos durante el evento, en ocasiones cruzaban una enfrente de la otra y generaban contacto.



La gente se va yendo del lugar, el evento se da por concluido y se quedan muy pocas personas para celebrar el éxito del evento, entre ellas esta Monserrat. Observa de frente a Anastasia y le dice, “me permitirás felicitarte con un abrazo”, Ana responde “por supuesto”, en el momento del abrazo, Monse le acerca todo su cuerpo, le arrima los pechos sobre los suyos y la toca arribita de las pompis. Ana siente como algo comienza a bajar por en medio de sus piernas, Monse le da un beso en la mejilla le acaricia la mano y se aleja. Otras personas siguen felicitando a Ana por su extraordinario trabajo, pero ella entre toda la gente solo está buscando a Ana.



Al final ve aquella minifalda y esos tacones que están tomando una copa de vino, Ana se acerca y le dice al oído a Monserrat, “tengo una habitación disponible en este hotel, me gustaría que me acompañases”, Monserrat asienta con la cabeza, la toma de la mano y la comienza a llevar el elevador, van con miradas y sonrisas picaronas, Ana no puede dejar de ver las piernas de Monserrat, al subir al elevador Monserrat comienza a acariciar las nalgas despacito por encima del pantalón, Ana solo hace cara de gusto, llegan a su piso y Monserrat va por enfrente al llegar al cuarto, la toma por la espalda Ana y sube su faldita solo se logra ver su tanguita blanca en medio de sus nalgas, Ana las comienza a frotar, despacio, sigue con unos besitos en las nalgas y piernas, la acomoda en la orillita de la cama boca abajo, le levanta la cadera y comienza a lamer entre sus nalgas de vez en cuando le da unas mordiditas, está disfrutando comer de su culo, llegar su lengua hasta su clítoris, solo se escuchan unos gemiditos de placer de Monserrat, la gira y comienza a besarla por los pies, después rodillas, muslos, caderas, abdomen, llega a sus pechos pequeños que comienza a besarlos al rededor sin tocar el pezón, después solo pasa su leguita por el pezón los cuales ya tiene duros, Monserrat intenta tomar el control desvistiéndola quitando esa blusa azul rey sin mangas dejándola en un brassier negro de media copa, le quita el pantalón y se ve sus calzoncitos cacheteros, con esas piernas y esas nalgas no podría usar ropa mas adecuada, comenzaron a juguetear entre ellas, besos, caricias.



Llego un momento en donde Ana giro a Monserrat en la cama la hizo levantar la cadera, y comenzó a chupar se culito de nueva cuenta, comenzaba a ver como se le dilataba, comenzó a meterle un dedo, después uno más... Monserrat comenzaba a gemir de placer, pedía más la puso de cucharita y así le comenzó a dar por su culito, una mano en el culo y la otra en las chichis frotándolas, pedía más... la puso en cuatro puntos pero con su cara bien pegadita a la cama, podía observar todo el culo abierto, se paró arriba de ella metió dos dedos y comenzó a darse de sentones en cuclillas detrás de ella, gemía como perrita, le gusta que le dieran por su colita, Ana la montaba y le daba nalgadas para escuchar sus gemidos eso la excitaba con la otra mano comenzó a tocarle el clítoris el cual ya lo tenía parado completamente listo para que se lo comieran, la giro de nueva cuenta y comenzó a chuparle el clítoris, y penetrarla por el culo se escuchaba el placer a los pasillos del hotel, llego el momento donde Monserrat no pudo más y exploto, termino gimiendo con perrita mientras Ana solo veía lo que había disfrutado tanto, Monserrat observo a Ana, y Ana contesto, “eso querías desde que me arrimaste tus pechos”... Dice Monserrat “como que te vas, falto yo de disfrutarte”, responde Ana, “no es el único evento en donde estaremos juntas”...



Continuará.


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