Hola, tengo 28 años y me casé con una mujer muy guapa y con cuerpo muy sexy de 33 años. Ella era madre soltera cuando la conocí y era muy perseguida por muchos hombres, todos la invitaban a salir y cosas así, sin embargo, ella trató de darse siempre su lugar por respeto a sus hijos. Aunque ya luego me confesó algunas aventuras que tuvo con algunos hombres poco antes de conocerme a mí.
Yo la conquisté a la buena y pude disfrutar de forma ilimitada de esa escultural mujer.
Sin duda, sus caderas son lo más atractivo que tiene, sus pantalones, licras y pants que usa, le dibujan de forma perfecta las líneas de sus nalgas, pero lo mejor de todo es que sabe mucho de sexo. Me confesó que su primera vez la tuvo a sus 14 años y a partir de ahí lo hizo con varios hombres hasta que se casó a los 19, luego se divorció a los 26 y comenzó a tener muchas propuestas por varios hombres. Ella solo tomó algunas y, por lo que me ha contado, sin duda lo disfrutaba.
Hace poco, haciendo el amor ella y yo después de una fiesta, de la que regresamos ebrios y calientes, comenzamos a hablar sobre cómo la miraban otros hombres, le dije que me gustaba que le vieran su trasero. Los comentarios fueron subiendo de tono y estábamos cada vez más calientes, hasta que se me salió decirle que ella podía tener al hombre que quisiera, que si no le gustaría tener dos vergas a la vez. No me respondió nada pero con sus movimientos de caderas era obvio que sí.
En realidad yo tengo una pija pequeña y casi no la hago gemir, ella se viene porque sabe controlar su cuerpo y sabe cómo provocarse esos orgasmos.
Luego de esa ocasión, días más tarde se lo seguí propusiendo, incluso dándole opciones de con quién hacerlo. Verla coger con otro hombre se convirtió en una fantasía excitante y obsesiva para mí. Hasta que un día ella me dijo que tenía todo listo, que se había estado mensajeando con un conocido de nosotros, alguien que la deseaba mucho y que ya tenía fecha para ese encuentro, que me amaba mucho y que estaba dispuesta a cumplir todas mis fantasías.
El día se llegó, él sabía que yo estaría presente y que era una fantasía mía. Todo estuvo un poco tenso al principio por la adrenalina que sentíamos, pero mi esposa, con un provocativo baby doll, le bajó el pantalón a ese hombre y se dejó ver una verga enorme, casi el doble de tamaño de la mía. Le dije a ella que lo disfrutara, que hiciera de cuenta que yo no estaba y así fue, los dos se cogieron de una forma tan rica, fue tan excitante para mí verla cabalgar esa enorme verga, escuchar sus gemidos que yo no le provocaba, verlos hacer todas nuestras posiciones favoritas, verla cómo se miraba su carita chupando esa verga, escucharlos gemir al mismo tiempo cuando él se venía dentro de ella y ver cómo escurría el semen de su vagina palpitante. Todo eso fue de lo mejor, jamás me había excitado tanto.
Le dimos las gracias a ese amigo y le dijimos que sólo sería por esta ocasión, pero que por favor guardara el secreto.
Cuando él se fue, le pregunté a mi esposa que si lo había disfrutado, apenada me dijo que sí; le dije que lo hiciéramos otra vez, pero ahora con alguien diferente, ella sólo me sonrió.
En abril de 2019 empezamos a hacer eso, a partir de entonces, cada semana contactamos a alguien diferente para que, cada sábado, a las 11 de la noche, se cojan a mi esposa, quien, sin duda, lo disfruta cada vez más.
Le dije que mi sueño es que se coja a mil hombres, ella me dijo que por mí se podía coger diez mil más.
Sin duda, es una puta que disfruta del sexo y yo adoro verla así. Le he dicho que no era justo que sólo yo disfrutara de ese rico cuerpo, que ese rico culo merece ser cogido por muchos hombres. Y ella, cada que termina con el corneador, me da inmensas gracias.
Ella tiene una fijación enorme por los jovencitos, dice que su fantasía es enseñarlos a coger. Ya le echó el ojo a uno de 18 años, sé que nos va a encantar tenerlo en nuestra cama, en nuestra habitación, gozando el delicioso cuerpo de mi mujer.
