CONTINUACÓN DE "INFIDELIDAD".
Karina me invitó a pasar. Todavía vestía la misma bata de dormir (baby doll). Me condujo hasta la sala y me invitó a sentarme a su lado en el sofá. Extendío su brazo para apretarme el huevo a traves del blue jean.
- Antes de seguir conversando, ¿por qué no te aflojas la bata de nuevo y me dejas ver un poquito?
Ella contestó:
- Te puedo enseñar mas que eso.
Se paró frente al sofá y de espaldas a mi para dejar caer la bata al suelo. Karina tenía una figura como hecha en vidrio en arte murano. Una cintura delgadita pero bastante carne en sus huesos, arriba y abajo. Esta era la primera vez que veía su culo sin que nada estuviera estorbando: era uno de los mas bonitos que alguna vez haya visto. Se volteó lentamente y pude ver de nuevo sus pechos perfectos. Con las manos se tapaba la cuca y las dejó allí hasta que se sentó a mi lado en el sofá: - No puedo mostrar todo, no? Lo dejaremos para después.
- Karina, eres estupenda. La tome en mis brazos y la besé. Nos quedamos así un rato, explorando nuestras bocas y luego me retiró suavemente. Me paré y me desabotoné el blue jean. Karina no necesitaba que la animaran mucho. Ya estaba de rodillas frente a mi. Ya yo lo tenía parado y duro como una piedra y miraba como cerraba sus labios alrededor de mi palo. Yo sentía que iba a explotar: lamía y chupaba con mucho ánimo mientras yo le metía el dedo. Fue la primera vez que le vi la cuca. No tardé mucho en acabarle en la boca; primero un chorro, después otro. Como no lo podía contener todo empezó a escupir y algo de eso le escurría por la barbilla.
La ayudé a pararse para tomarla en mis brazo y besarla. El sabor inconfundible del semen invadió nuestras bocas cuando la besé.
- Si no regreso al trabajo Luis me va a fregar.
- Dile que se te pinchó un caucho.
Le deslizé el dedo por los labios de su cuca la cual estaba muy mojada.
- No me parece justo que te vayas sin darte nada- dijo ella.
- Seguro que sabes muy deliciosa- le contesté.
- Claro que tengo un sabor delicioso.
Se metió un dedo para sacarlo mojado. Lo sostuvo frente a mi durante un segundo, para llevarselo a la boca y lamerlo hasta que quedó bien limpio.
Ya yo no aguantaba mas. Me resbalé hasta el piso y le abrí las piernas penetrándola. Lo hacía bien bueno. Minutos después colocó las piernas y muslos apretados a mi alrededor de mi cabeza y comenzó a gritar cuando acabó.
En solo minutos me vestí y regresé al trabajo.