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Mi relación tanto con Elisa (relato: Primera vez en todo) como con Esther (relato: Una madura necesitada), siempre quedaran en mí, yo creía que era lo máximo, pero cuando “conocí” bien a Maite y su marido David, la definición de máximo cambio totalmente. Ahora entendía porque se les veía tan unido y compenetrado como pareja.
A los dos días estando en la piscina de la urbanización con amigos y amigas, apareció mi madre con dos amigas a darse un chapuzón, cuando me dijo mi madre que David había preguntado por mí. Fue decirme eso y apareció por la puerta la parejita con sus hijos. Venían riéndose, David me dijo que había que ganar fuera como fuera el último partido, toda la gente que había secundaban sus palabras, pero mis pensamientos eran… un tío tan grande, tan serio y hace dos días me estaba follando a su mujer y el me chupo la polla como…
Como los mayores se pusieron a hablar entre ellos, Maite se acercó y era como si me hubiera leído el pensamiento, porque me dijo… ya te dije que no pienses disfruta y déjate llevar. Riéndose a continuación y marchándose hacia donde estaban varias mujeres, entre ellas mi madre.
Me quede mirando el culo tan espectacular que tenía, se me caía la baba, solo de recordar y pensar cuando seria mi próxima oportunidad. Así que antes de que mis pensamientos se “fueran” hacia otro sitio, sin pensármelo me tire al agua. Al rato tenia a David a mi lado dentro del agua, se puso a hablar del partido y nos fuimos hacia el borde de la piscina, quedando uno al lado del otro apoyados en el borde.
Llevábamos uno diez minutos hablando del próximo partido cuando cambia bruscamente la conversación y mirando los dos hacia donde estaba la mujer, me dice que Maite está loca por repetir. No sabía que decir y entonces David ante mi ausencia de respuesta, se quedó como serio y me pregunto ¿es que no te gusto lo que paso?, me di cuenta de mi error al no decir nada y rápidamente conteste que no pensaba en otra cosa, que estaba loco por volver a repetir, él me dijo que eso tenía muy fácil solución.
Pero eso si Carlos, siempre tengo que estar yo, te lo digo para que no te lleves un corte, porque Maite también lo quiere así, es nuestra manera de actuar y al acabar decirme eso se salió del agua. Cuando salí yo del agua, no tenía una erección pero se me notaba mucho la polla con el bañador que llevaba. Mi madre me llamo y me dijo que prefería que bajara con un bañador grande. Por no escuchar más a mi madre decidí irme para mi casa, David se había ido a las pistas de tenis con sus hijos, donde también había un parquecito infantil y Maite seguía hablando con las demás mujeres.
Me despedí de todas al pasar. Cuando llegue a mi portal, oí a Maite decir no cierres, me sorprendí al verla, pero disimule porque había más gente por ahí. Entramos en el ascensor, me daban ganas de follármela ahí mismo, pero recordé lo que me acababa de decir David. Llegamos a su piso primero y me dijo ven un segundo que te quiero decir una cosa.
Fui detrás de ella, abrió su puerta, entramos, nada más cerrar la puerta se quitó el pareo y me dijo si no la sentaba bien el bañador, pase de todo y la abrace morreándola, metiéndola la lengua hasta la garganta. Ella me dijo que tranquilo, que la dejara respirar. La conté lo que me había dicho David sobre que él tenía que estar siempre presente y ella por única contestación fue agacharse bajarme el bañador y empezar una mamada fabulosa.
Se la notaba más descontrolada que el otro día, como con más ansias, en eso del capazo que llevaba sonó el teléfono, ella lo cogió y rápido entendí que era David, porque ella decía que estaba con escalofríos y no se quiso bañar, que se subió y de paso haría alguna cosa de la casa, el la debió de decir si seguro que estaba en casa, porque ella le dijo que si no donde iba a estar, se fue hacia la ventana y sin apartar la cortina, solo la abrió se asomó, le decía ya te quedas contento, porque desde la piscina y las pistas se veía perfectamente nuestro bloque.
Me agache y mientras hablaba con el marido, porque le debía de estar contando lo que hablamos, aparte el bañador y me puse a comerla desde atrás, ella con disimulo pasaba una mano hacia atrás para que yo me quitara. Pero yo era persistente, ya logre además meterle dos dedos en su coñito, que se mojaba cada vez más. Ya quito su mano y se apoyó bien en la ventana. Me costó pero aparte bien el bañador a un lado. Mientras la follaba con los dedos, me puse a comerla el culo.
Imagino que la pregunta que la pasa y ella sin dudar un segundo, dice que la ha puesto cachonda lo que le ha contado. Ella de pronto dice, estás loco, como me voy a hacer una paja así, ella se hace de rogar y dice bueno espera que me quite el bañador que así no podré bien. Se quita de la ventana, se pone un dedo en la boca y me dice que silencio, ella se quita el bañador y se pone una camisa de él, antes de que se abroche la camisa, me acerco para lamer esas fabulosas tetas, tetazas para ser más correcto.
Ella se pone otra vez en la ventana y dice que ya está dispuesta. Está colocada de tal manera que las cortinas caen sobre ella, ahora si esta mejor, puedo hacer lo que quiera. Pongo mi cabeza entre sus piernas y aunque la postura no es muy cómoda, me pongo a comerla toda, no hay lugar al que no llegue, ella abrió bien las piernas para darme facilidades, mi lengua y mis dedos recorren todo, ella dice si sigues así me correré, ya no sabía si lo que decía era para su marido o para mí. Yo seguía a lo mismo, parecía un río de cómo se iban mojando sus muslos.
Esta vez dice, ahora tal como estoy necesitaría un buen pollón que me la metiera hasta notar sus huevos tocándome. Me levante y se la coloque por su coño, pero sin metérsela, ella notaba la cabeza de la polla rozándola, lo que la ponía mucho, porque movía el culo en busca de que se la metiera. Se la meto un poquito nada más, se ve que está desesperada, mueve con más intensidad el culo, pero no logra nada, tampoco se puede mover demasiado, porque si se abren las cortinas se me puede ver a mí.
Al final decido que es el momento y se la meto de golpe, cierra los labios para evitar decir nada y dice algo como uuuhmmmmmmm… y rápidamente empieza a mover el culo en círculos, de un lado para otro, da culazos para atrás para sentirla más adentro. Le dice al marido que lo siente, pero que así es imposible, que la duele el codo de estar apoyada en él, para mantener el equilibrio y sujetar el teléfono, porque la otra mano la tiene donde él sabe.
Ahora ella se quita, sacando mi polla toda empapada y dice… Joder David… bueno pero no me pidas que hable, solo escucha. Pone el teléfono encima de la mesilla con la tapa abierta y me hace una señal para que vea que sigue conectado. No se tumba en la cama, me imagino para que no se oiga ruido, se apoya en el borde del colchón con el culo en pompa, pero se lo piensa mejor y se tumba a lo ancho en la cama, abre las piernas y me hace una seña con la lengua, entendiéndolo perfectamente, me agacho y empiezo a lamerlo, comerlo, mordisquear su clítoris con mis labios y dándole con mi lengua, cuando me aprieta la cabeza contra ella y se corre bien.
Coge el teléfono y le dice que ahora se ha quedado ella con más ganas, que eso no es… dice que se va a lavar y a hacer cosas, aprovechando que está sola. Nada más colgar me dice… ahora… ¡¡FOLLAME CABRONAZO!! Y date prisa que no tenemos mucho tiempo. Me agarra y me lleva al baño, se pone frente al gran espejo que tiene, se agacha y me la empiezo a follar, la cara de vicio que pone es total, la pellizco los pezones subiendo de intensidad, ella solo sabe decir, NO PARES, DAME MAS FUERTE, NO SEAS NENAZA, EMPUJA A TOPE… me provoca le gusta duro y la doy bien duro, la agarro del pelo tirando hacia atrás, gira la cabeza y nos comemos la boca.
Según la estoy comiendo la boca noto como se empieza a correr y como me muerde el labio de lo caliente que esta, da varios golpes hacia atrás con su culo y dice… AAAAAHHHHHHHHHHHHH… QUE CORRIDA.
Se quita se pone de cuclillas y me dice que me corra en su boca, metiéndose la polla bien metida en la boca. Que mamada tan buena me está haciendo, mejor que el otro día. La digo que se prepare que me corro, se la mete lo más que puede y me corro llenando su boca. Parece que me quiere dejar bien seco, chupa, relame una y otra vez.
Se levanta y me dice… GRAAAAACIAS, ufff que bien me he quedado, como lo necesitaba. Ahora te tienes que ir, antes de salir me da un beso y me ronronea que me debe una, lo que la pida, que lo piense. Digo que no tengo que pensar nada que ya sé que quiero. Y me voy.
En la tranquilidad de mi habitación, tumbado en mi cama, pienso que es difícil de entender, pero la vida a menudo se comporta de una manera extraña, una pequeña acción, un gesto, una cosa que nos parece no tiene ninguna importancia, resulta que después de unos años ha cambiado tu vida por completo o te la va a cambiar. Eso es lo que me paso a mí, cuando estaba pensando lo que acababa de ocurrir con Maite, me está deleitando con mis pensamientos, cuando mi madre me dicen que me llaman por teléfono. Atiendo la llamada y es Sofí, una chica que es mayor que yo por unos meses, una chica que la última vez que la vi (hace casi 4 años), era fea y desgarbada como ella sola, pero tenía algo que me hacía que fuera una de mis mejores amigas y mi mayor confidente. Y desde siempre todo el mundo decían que era una niña rara, una “marimacho” y que miraba mucho a las chicas. Cotilleos de barrio.
Había vuelto al barrio, el padre era militar y estuvo destinado fuera. Me lleve una gran alegría y quedamos para vernos por la tarde. Cuando la vi me quedé estupefacto, no había ni hay palabras para describirla, un bellezón total, ya no tenía la cara de tristeza de antes, menuda sonrisa. Cuando nos dimos dos besos al vernos, me quede sorprendido porque las chicas de mi edad no me hacían mucho tilín, pero ella era distinto.
A partir de ese momento estábamos todo el día juntos y un día en la piscina, tomando el sol, hablamos de lo que nos había pasado en este tiempo. Yo por no contar muchas intimidades la dije que todo normal, sin nada importante que destacar. Ella me dijo que ya no pensaba moverse más, si a su padre lo volvían a mandar fuera, ella se quedaría en Madrid estudiando. Pero me di cuenta que algo la pasaba y aunque me decía que no, luego de insistir me conto, que había dejado en la otra ciudad a una persona muy querida. Que también había tenido un par de novietes, pero nada serio.
Un día en la piscina estando juntos, aparecieron varias vecinas, entre ellas Maite, que rápido se acercó a saludar a Sofí, el abrazo fue de lo más gracioso porque las dos no estaban escasas de pecho. Se quedó un rato con nosotros hablando y cuando se fue, sonriendo nos dijo… no hagáis nada que yo no hiciera. Sofí comento, Maite siempre igual, pero no cambies.
Sofí nada más irse, me dijo menudo repaso te ha dado Maite y yo la dije o a ti, que nunca se sabe. Sofí dijo pues no está nada mal…
Estando yo tomando algo en la terraza de la cafetería, llego Maite y se sentó, como si nada. Metiendo la puyita de que solo estaba, que me habían abandonado… para preguntarme por lo que dije el día que me fui sobre que no tenía nada que pensar, que ya sabía lo que quería.
-Mucho has tardado en preguntar…
-Si, me quede con mucha curiosidad.
-Pues es fácil, el día de la piscina en el chalet de Carmen la vecina, oí como una amiga vuestra que estaba allí, te dijo queeste donde tú y yo sabemos triunfaría, por lo que deduzco que tenéis mucha confianza. Como recuerdo que estaba muy bien…
-Si somos muy buenas amigas ¿Y?
-Que me gustaría estar con las dos, nunca hice un trio con dos mujeres.
-La idea del trio no me parece mal, pero mi amiga lo tiene complicado, tendrías que elegir a otra.
Me quede pensativo y sin saber que decir, porque no se me ocurría nada, cuando Maite me saco de mis pensamientos diciéndome, ya te diré algo. Cuando se iba se dio la vuelta y me dijo… pronto.
Unos días después, Maite se pasó por mi casa a llevar una cosa a mi madre, mi madre la dijo que no la corría prisa… Maite mirándome dijo que no pasaba nada, aceptando un café que la acababa de ofrecerle mi madre, cuando nos quedamos solos, me dio un papel y yo me despedí de las dos porque iba a salir cuando llego Maite.
Nada más salir leí el papel, que decía… “Mañana a las diez, ni cinco minutos antes, ni cinco después, a las diez en punto”. Lo primero que pensé fue en que enigmática había sido. Lo segundo era que decir a Sofí, ya que habíamos quedado para ir a un sitio.
Esa tarde con Sofí, fue muy entretenida como otras, pero cuando creí que era más apropiado, me disculpe con ella porque no podría quedar al día siguiente como habíamos quedado, ella dio un suspiro diciéndome que a ella la ocurría igual y no sabía cómo decírmelo, nos reímos y dijimos que tontos que éramos.
Esa noche, me la pase pensando que ocurriría al día siguiente y con quien además de con Maite. Después de mucho pensar no se me ocurría a nadie conocida, así que imagine que sería alguna amiga de ella que yo no conocía. Lo único que esperaba es que estuviera bien.
No quise variar la rutina para que mi madre no se mosqueara. Me levante temprano como siempre fui a correr y al gimnasio, eso sí acorte un poco el tiempo, para llegar a casa con tiempo de asearme y prepararme
No pude ser más puntual, a las diez en punto tocaba el timbre de casa de Maite, ella abrió sin asomarse del todo, se quedó más bien protegida por la puerta, nada más cerrarla entendí el motivo, estaba con una batita corta de seda y como pude comprobar sin nada debajo, ya estaba húmeda. Yo mire para saber quién era la otra y al darse cuenta ella, me dijo que todavía no había llegado.
Maite me dijo que si queríamos tener éxito tenía que hacer lo que ella me dijera. Lo único que me dijo y recuerdo las palabras exactas fue que la otra mujer “una vez metida en faena, además de un terremoto ya no la paraba nadie”, pero había que meterla en faena y que de eso se encarga ella. Que yo me metiera en una habitación que me indicara ella, que ya me iría a buscar.
Mientras me decía todo eso yo no paraba de meter mis manos por todos los sitios, ella cada vez se iba calentando más. Nos cortó el rollo el sonido del portero automático, ella abrió y me llevo a la habitación advirtiéndome que no saliera antes de tiempo, dándome un buen morreo y cerrando la puerta de la habitación.
Oí el timbre, como abrían la puerta de la casa y cerraban, se oían murmullos y risas, pero poco más podía distinguir. Me pareció oír como un quejido, gemido o algo parecido. Me arriesgue y con mucho cuidado, abrí un poco la puerta, oyendo a Maite decir, que bien lo haces, con lo santa que pareces y eres más puta que yo, gemía mas alto. Se oye movimiento y Maite que la dice vamos a la cama, que te voy a dar lo tuyo. Cierro prácticamente toda la puerta y dejo una rendija nada más, cuando veo aparecer a Maite tirando de alguien por el brazo, mirando dos veces para ver que no estoy equivocado. Es CARMEN, la vecina dueña del chalet, la modosita, esa que decía muy digna lo de… “no es un hombre, es un muchacho, amigo de nuestra amiga…”, esa que siempre cuando hacían comentarios de sexo, se ponía roja y decía que barbaridades decían las demás. La que me decía siempre incluso en aquella época… Carlos o Carlitos no hagas esto, no hagas lo otro, que claro cuando me decía Carlitos mi enfado era monumental.
Maite ya iba totalmente desnuda, Carmen sin nada de cintura para arriba, esta rellenita pero estaba muy apetecible, no la pude ver cómo me hubiera gustado.
Se metieron en la habitación de Maite, no las podía ver desde donde estaba, pero las oía perfectamente, aunque al poner una música de ambiente costaba un poco. No sabía lo que estaban haciendo, pero a la que se oía ahora gemir bastante era a Carmen. Que como auto justificándose, le decía a Maite que era una zorra, que sabía que ella no quería, pero que al final hacia con ella lo que quería. Maite la decía que sí, que ya se daba cuenta que ella no quería, haciendo gemir a Carmen mucho más.
Carmen la dice que porque se ha parado, que a donde va. Maite la contesta que por cositas para hacer más entretenido el momento. Pienso que va a venir por mí y me empiezo a desnudar. Tengo una erección brutal. Estoy preparado para salir, cuando oigo a Carmen preguntar que iba a hacer, Maite la dice que atarla y ponerle un antifaz en los ojos, para que disfrute más.
Vas a disfrutar como la puta que eres, hoy te voy a dar todo lo que necesitas, ella solo musita un siiiiiiiiiiiiiiiii. Ya no las oigo hablar, solo a Carmen gimiendo, se nota que trata de no gritar, como tratando de comportarse.
Salgo de la habitación en la que estoy y me dirijo hacia donde están ellas, me asomo con cuidado y veo a Carmen tumbada boca arriba, con los brazos extendidos atados al cabecero de forja, con un antifaz grande y negro tapándola los ojos, unas tetas grandísimas gracias me imagino a sus kilitos de más, daban ganas de saltarse encima para comérselas, con las piernas abiertas y Maite entre sus piernas, comiéndola, lamiéndola e introduciendo por su ano, como una barrita como con unas bolas, que yo descubrí en su casa, sin saber para qué era en aquel momento.
Maite se giró un momento y me vio desnudo, con la erección brutal que llevaba. Me sonrió, saco la lengua y se la paso por el clítoris a Carmen, todo esto lo hacía mirándome a los ojos, se la notaba caliente. Maite siguió jugando con su ano, pero la dijo… aquí lo que hacía falta es el pollón de Carlos, Carmen no paraba de moverse, con voz entrecortada y excitada la decía, eres una zorra, te ha gustado y hasta que no lo metas en tu cama no te quedaras a gusto.
¿Quién te dice que no me lo folle ya? Riéndose. Seguro que el día de la piscina te fijaste también en el paquete. Si lo tuvieras ahora aquí te lo follarías, aaaahhhhhhhh no pares, Maite se paró para que la contestara, ella decía que siguiera que no se parara, te lo follarías o no, Carmen desesperada dijo SIIIIIIIIIIIIIIIIII, pero ahora continua.
Espera que voy por otra cosa, Maite se apartó y ahora se veía todo el coñito de Carmen encharcado, los pelos brillaban, no estaba depilada como Maite, pero eso era morboso también. Maite me hizo una seña sacando la lengua, para que se lo hiciera a Carmen. Con cuidado me acerque y empecé a lamerla, cada vez la comía mas, Carmen dijo que parecía que había crecido la lengua, que gusto la daba ahora, que parecía que entraba más la lengua, yo la metía y sacaba rápido. Mire hacia donde estaba Maite, que no perdía detalle y se tocaba mientras nos veía.
Veo a Maite que saca un condón, se acerca y me lo pone, aunque me queda pequeño, se aguanta la risa. Me indica que a una señal mía se la meta.
-Carmen tengo un nuevo consolador con arnés y lo vas a estrenar tú. Dijo Maite
-Carmen la contesto… ya estás perdiendo el tiempo, no sé a qué esperas.
En ese momento empecé a metérsela poco a poco, ella decía que estaba caliente, no como los otros que eran fríos al principio, calentísimo, este es bueno. Me costaba follarla, porque no quería agarrarla para que no se diera cuenta. En eso que Maite con una rapidez increíble, fue visto y no visto, empezó a besar a Carmen.
Al darse cuenta Carmen de que había una persona más, quería cortar el beso, Maite no la dejaba y yo esta vez si la agarre bien, metiéndosela hasta el fondo. La resistencia del momento fue cediendo, viendo como ahora se morreaban sin reparos. Sin dejar de besarse, Maite quito el antifaz y Carmen cuando me vio, no dijo nada solo cerro los ojos y se dejó hacer. La desato, me dijo a mí que me tumbara y a Carmen que me comiera la polla, que seguro que no había tenido otra igual, como una autómata se puso a comerme la polla.
La verdad que no se hizo mucho de rogar, se la comía cada vez con más desesperación. Mientras Maite la estaba preparando el culito, con un frasco de aceite específico para eso.
Ahora Maite me cambio el sitio, me unto bien la polla de aceite y me dijo que había un culito esperándome. Me puse detrás de Carmen y poco a poco la fui metiendo, costaba más de lo que pensé, pero yo la decía que si la dolía que lo dijese que paraba, pero ella no decía nada. Maite se colocó más cerca y no tuvo que decir nada más, Carmen se agacho y empezó a comerla.
Como me costaba y no quería hacerla daño iba más despacio aun. Carmen paro de lamer a Maite y girándose me dijo… Carlitos ¿te pasa algo, es que no puedes? Fue decir eso y no es el motivo, pero lo que quedaba por meter, se lo metí de un empujón. Ella solo dijo un AYYYY AAHHHHHHH, empecé a darla fuerte y cambio de una manera brutal.
Vamos rómpeme el culo y tu zorra cómeme el coño mientras, vamos, todo esto lo decía en alto y como con desesperación. Maite se puso con ella haciendo un 69, notando como la lengua de Maite de vez en cuando me lamia los huevos también. Carmen se puso a correrse diciéndonos NO PAREIS HIJOS DE PUTA, VAMOS, MAS FUERTE, SIIIIIIIII.
Maite se corrió también en ese momento. Carmen se quitó, nos tumbamos los tres, cuando Carmen dijo que iba por agua, poniéndose la ropa de abajo. Maite que estaba marchosa, se colocó encima de mí, que no me había corrido todavía y se montó. Moviéndose poco a poco, sin prisas. Cuando llega Carmen y dice que se va, que la está dando mucha vergüenza, Maite no trata de pararla, la dice que no se preocupe, que no pasa nada.
Se acerca a Maite la da un beso y se va a ir, cuando se lo piensa se acerca a mí y nos damos un buen beso, ese beso me indica o por lo menos lo siento así, que volveremos a “encontrarnos”.
Se fue, ninguno la acompaño a la puerta, nos quedamos follando tranquilamente y cuando oímos cerrar la puerta, Maite con cara lasciva dijo que seguro que otro día repetiremos, es tan puta o más que yo, así que repetirá seguro.
¿Estas segura? Riéndose me dijo, llevamos follando juntas unos quince años y la primera vez, alego que era por el alcohol y que no volvería a ocurrir. Desde entonces y hasta hoy no hemos parado.
A mitad de sexo me dijo, que tiene otra candidata, que será mucho mejor. Que es muy “peligrosa” pero que no quiere dejarla escapar. ¿La conozco yo? Me dijo que sí. Pero por más que preguntaba no me decía nada, así que me paraba de follarla, ella me decía que era muy malo, pero cuando nos estuviéramos corriendo me lo diría. Al ratito empezamos a corrernos los dos y dijo SOOOOOOFI.
Una vez que acabe de correrme, la dije ¿SOFI?, imposible. Ella sonriendo, me dijo que una “puta” conoce bien a otra “puta” y esa será muy buena chica, te gustara mucho pero para la edad que tiene es “putiiiiisima”. Yo me quede cortado, no sabía que decir.
Pero si me ayudas, te prometo que me la follare contigo y si no me la follare yo sola. Seguía sin decir nada, porque no veía yo en esa faceta a Sofí. No por nada en particular, que no lo veía.
Suena el teléfono y dice seguro que es mi marido para decir que llego al pueblo con los niños. En verano siempre los dejaban en el pueblo con los padres. Ella se estiro y cogió el teléfono, acto seguido decía que es que estaba en el servicio y casi no me da tiempo a cogerlo. Se quedó en silencio, que lo rompía solo para decir, si, si…
Como estaba de lado no perdí la ocasión y me fui acercando a su culito, poco a poco la fui metiendo la polla por ese soberbio culo, que costaba pero se adaptaba rápido, ella facilitaba la labor. Cuando oigo a Maite decir, de buena gana me lo follaba ahora que solo de pensar en su rabo me mojo. Pero sabes que si tu no estas, nada de nada, además es muy jovencito para desobedecer a su “capitán”, aunque seguro que te gusto chuparle un poquito ese rabo. Yo ya se la metía hasta el fondo. Me estoy poniendo muy cachonda, o le llamas para que esta noche cuando estés de vuelta venga a follarnos, o le llamo yo ahora nada más colgar. Como te quiero cornudito mío, pues ya sabes llámale sin falta y ahora te dejo que me tengo que preparar para estar bien esta noche.
Colgó se colocó boca abajo del todo y me dijo, todo tuyo, ábremelo bien para que esta noche sea más fácil. Mientras me la follaba duro, la decía que se preparar para esta noche, que por ser mala y mentirosa la pensaba azotar bien azotada, fue decirle eso y se corrió sin remedio.
Me fui a descansar y a reponerme. Pero había algo que me martilleaba en mi cabecita y era lo de Sofí, ¿sería verdad? Viniéndome a la cabeza el día de la piscina, cuando yo la dije que lo mismo a quien la dio el repaso visual fue a ella y no a mí, contestándome Sofí pues no está nada mal…, que yo en ese momento me lo tome a chufla.
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