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Conseguí que mi mujer me ponga los cuernos

Quería llevar cuernos y vaya si lo consiguió y no solo eso, sino que además consiguió que le entregara a su amante, lo que a él le había negado siempre, o sea su culo.

Hace aproximadamente hace un año que intento por todos los medios que mi mujer me ponga los cuernos. Ya lo he conseguido dos veces y cada vez me “pone” más. Mi mujer es alta, buen cuerpo, muy sensual y simpática y cuando se le tocan las teclas adecuadas es toda una fiera. Tiene un culo que vuelve loco a cualquiera y yo la verdad es que ando cachondo desde que la conocí. Un día follando le dije que quería hacer un trío. Isabel me dijo que, si con otra tía y yo le respondí que no, que con otro tío.

No sé qué le pasó, pero se volvió como loca, empezando hacer cosas que nunca antes había hecho. Me metió un dedo en el culo y me decía al oído. -Umm cariño sígueme follando, hoy no quiero que pares, sigue fallándome.

Ese día me permitió casi de todo, pero decía que por el culo no, que eso nunca lo haría conmigo. Desde ese día siempre que follábamos ella sacaba el tema, diciéndome al oído que, si de verdad me gustaría ver a mi mujer follada por otro a lo que yo le respondía que sí, que me gustaría que disfrutase al máximo. Ella siempre usaba su consolador y simulaba que era su amante.

Con el paso de los días, yo me ponía a cien pensando en muchas fantasías y como prepararlo para llevarlas a cabo. Isabel que en estos momentos no trabaja, se conectaba todas las mañanas a internet para pasar el tiempo. Yo sabía en donde se metía así que empecé con un plan. Me hice pasar por un jovencito y como sabía lo que le gustaba, pues sabía lo que le tenía que decir para ir llevándola a mi terreno.

Durante semanas estuvimos chateando, pero ella parecía que esquivaba ir a más (por supuesto que eso me enorgullecía porque siempre decía que estaba enamorada de mí, para eludir cualquier paso hacia delante).

Un día me dijo que le dolía mucho la espalda (y yo sabía que era verdad). Entonces le decía que yo era un excelente masajista, y que si quería le podía ayudar. Isabel entonces me sorprendió diciendo que aceptaría encantada un masajito para rebajar sus dolores, pero siempre poniendo claro que no iba a pasar de allí. Yo le decía que no iba a pasar nada que ella no quisiera.

Quedamos para el lunes siguiente, con lo que no tenía mucho tiempo para encontrar a un tío joven que llevase a cabo mi plan, pero por suerte no me fue muy difícil encontrarlo. Era un tío de 28 años, guapo alto fuerte y con buen cuerpo era vigilante de seguridad. Decía que le volvían loco los masajes eróticos y que muchas veces un masaje terapéutico terminaba en una follada. Eso precisamente es lo que buscaba yo.

Isabel no me dijo nada del masaje del lunes, pero yo la veía como un poco nerviosa. Me pasé toda la semana, calentándola al máximo, pero sin follarla. Incluso el mismo lunes por la mañana antes de ir a trabajar, le acariciaba por todo el cuerpo susurrándole al oído que me encantaba y que tenía un cuerpo delicioso. Ella estaba súper mojada y cachonda y me fui a trabajar. A las diez vendría Héctor a darle el masaje. A partir de aquí era Héctor el que me contó el resto de la historia.

Llegó puntual a mi casa, mi mujer le dejó entrar. Tomaron un café y él le dio un Pen drive de música para que lo pusiese mientras duraba la sesión, él Pen se lo grabé yo con música que le gusta a ella, y especialmente la última canción, que le gusta escucharla cuando follábamos.

Fueron a la habitación de matrimonio y Héctor preparó la camilla y le dijo a Isabel que se quitara la ropa y se tumbara boca abajo en la camilla. Mientras estaba en la camilla, Héctor también se desnudó y se puso una bata blanca sin nada debajo, (lo curioso era según me dijo él, mi mujer lo vio todo a través de un espejo.

El masaje se concentró en un primer momento en la zona afectada y mientras él le decía que se relajase y disfrutara del momento, Isabel se empezó a excitar. Siguió con el masaje por todo el cuerpo y mi mujer empezaba a emitir pequeñísimos gemidos sobre todo cuando se acercaba a sus zonas íntimas. La conversación también se fue calentando un poco más hasta que Héctor le preguntó a Isabel que le contase alguna fantasía de ella. Isabel se quedó callada por un momento y después le dijo. Mejor cuéntame tú a mí una fantasía tuya. Héctor empezó a describirle una fantasía suya:

Me gustaría hacerlo por detrás con una mujer, momento en el cual ya masajeaba su culo e interior de los muslos cada vez con más descaro y sensualidad. Le preguntó:

¿Te lo han hecho alguna vez?

Mi mujer respondió que sí, que dos veces, pero hace mucho tiempo y que fue con un antiguo novio. Le comentó que, a mí, no me lo había permitido nunca.

Él seguía con su masaje y le dijo que le gustaría follarla por el culo. Isabel se quedó nuevamente callada. De pronto dijo:

¿Y cómo me lo harías?

Primero te comería por delante y jugaría con mis dedos en tu culo con crema y también con tu consolador y hasta que no me suplicases que te la metiese no intentaría nada dijo Héctor.

Se incorporó, empezó a morrearlo y a los pocos minutos se la estaba chupando. El tío tenía una buena polla reconozco que aún que yo estoy dotado, la de Héctor era más larga y más gorda.

La muy zorra le dijo que era lo que quería, que la primera corrida seria para su boca, la segunda en el chocho y la tercera, en el culo. En cuanto escuchó estas palabras, se corrió abundantemente.

Estuvieron follando un rato hasta que llegó el momento esperado. Había lubricado su ojete con los dedos y con el consolador, por lo que no tuvo ningún problema para metérsela hasta el fondo.

Isabel estaba descontrolada, había perdido la cuenta de las corridas y le decía a Héctor que desde ese día su culo era solo para él.

Héctor tuvo grabando un video con su móvil, cuando estaba con mi mujer a cuatro patas, y le estaba metiendo ese pedazo de pollón por el culo, le brillaba el nabo como el charol, empezaba a metérsela suave y luego le daba fuerte y se paraba ella le decía Joderrrrrrrrrrrrrr, me pones caliente como una perra. ahhhhhhhh !! Diossss, ¡cómo lo estás disfrutando zorra !!, era esto lo que soñabas, ¿verdad Isabelita,tengo el coño lleno de leche y ahora quiero el culo, ¡Fóllame ya por favor! Joder, ¡cómo me pones !!!… ¡Me estoy rompiendo la polla!

Héctor empezó a decir ahhhhhhhhhhhhhhh, siii!!, me corrooooooooooooo!! diossss, ¡yome corro también dijo mi mujer!, Ummmm, nunca me había follado una zorra como tú. ¿estás segura que tu marido no se enterará con tanta leche que tienes dentro?  ¿tú qué crees?, jajajajajaja,él está detrás de todo esto o creéis que soy tonta.

Creo que has disimulado muy bien, pero me debes otra. La próxima vez haz lo que quieras, pero quiero esa polla dentro de mí, tres veces por semana.

Vale, tomo nota, y tú me debes 50 euros del servicio de masaje a domicilio.  A los extras estás invitada, eso que te lo pague el cabron de mi marido, y que te de 100€ por haberme follado el coño y el culo.

Esa noche cuando llegué a casa mi mujer se me tiró encima y me empezó a comer diciendo que aquella mañana la había dejado muy caliente y que gracias por el masajista. Estuvimos el masajista y yo follando dos horas me ha llenado el coño y el culo de leche vaya pedazo de polla que tiene Héctor, le he dicho que venga dos veces por semana.

El colmo fue que cuando quise metérsela yo por el culo, me dijo que no, que ya me había dicho que no quería que se la metiera por detrás ese agujero

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