Después de transcurridas dos horas desde que retiraron las esclavas ocultas habiendo avisado de la compra de la mercancía llegaron casi al mismo tiempo ambos lotes tanto el de esclavas como el de esclavos. Ratona se encargó de recibir ambos paquetes para después firmar el correspondiente comprobante de haber recibido toda la mercancía. Los esclavos fueron llevados al salón principal del reino, justamente donde su Majestad siempre reparte las ordenes a cumplir, ya sea a sus esclavas locales o a las ocultas. El lote completo de esclavos esperaban calladamente y arrodillados con la cabeza agachada mientras que su Majestad decidía cuanto tiempo los tendría esperando en esa postura.

Pasados 10 minutos teniendo en esa postura a los 100 esclavos y 100 esclavas, el Ama se presentó con un porte de ser toda un Ama poderosa ante su nueva mercancía, decidida y sobre todo muy dominante con los esclavos. El lote completo al ver a su Majestad supo que era el momento de adoptar la postura de adoración y rendirse a los pies de tan bella Diosa. Su Majestad al tener a su lote completo adorándole empezó como se dice “a leerles la cartilla”, dejarles en claro como su vida a partir de ese momento ya no sería la misma, ahora deberían y tendrían que estar todo el tiempo arrodillados y a todas horas servir a los pies de su Majestad.

Lo primero que se les dijo de manera muy clara es que son mercancía barata que se puede intercambiar o subastar en cualquier momento si es que no llegaran a dar el máximo rendimiento que un esclavo debe dar estando rendido a sus pies. Para poder estar a los pies de su Majestad los límites no existen, estos los decide su Majestad y como ella siempre exije el máximo desempeño será mejor que ni piensen en tener límites o de lo contrario serían devueltos al bazar del cual fueron comprados. Se les puntualizó que de ser así serían entregados a un Amo de mayor crueldad y exigencia.

El lote de esclavos en completo conocimiento de cómo era la vida en el mentado bazar sumiso no tuvieron otra opción más que agachar la cabeza y resignarse a su nuevo estilo de vida rendidos a los pies de su nueva Dueña. Serán esclavos hoteleros dijo su Majestad y su única obligación era estar al servicio incondicional de todos los huéspedes que contrataran sus servicios al momento de hacer la reservación. Y dependiendo del nivel de satisfacción del huésped, ellos podrían solicitar al esclavo como servicio doméstico obviamente en calidad de renta mensual.

Su Majestad hizo presentarse a su ratona para ordenarle que empezara a entrenar a la nueva camada de esclavos y así pronto ya poderlos poner a producir ganancias a manos llenas. Ratona enseguida acató la orden recibida de su Ama poniendo manos a la obra en la educación y entrenamiento de los perros en cuestión. Lo primero que se les enseño fue a estar siempre de rodillas, una vez aprendido esa básica postura y muestra de respeto se les entrenó para besar los pies para saludar o en su defecto cada vez que se les ordenara hacerlo. También se les enseño que un esclavo nunca tiene el privilegio de usar ropa, ya que por ser inferiores su único privilegio es obedecer y servir al Amo o Ama según corresponda el caso. Se les impuso un horario regular de 16 horas como mínimo pero en caso de que su dueño o dueña necesitara a su esclavo más tiempo, el horario de 16 horas iba a ser ajustado según lo requerido por el cliente.

Los esclavos se dieron cuenta que desde ese momento que estaban perdidos, ni pensar en escapar ya que su destino terminaría siendo peor de lo que en ese instante ya era a los pies de su Majestad. El adiestramiento que recibieron los esclavos fue intensivo para ponerlos a generar ganancias lo antes posible. Aprendieron todo tipo de oficios domésticos, desde fregar pisos hasta tender camas pasando por aprender a cocinar, planchar y lavar sin dejar atrás masaje de pies.

Su entrenamiento al ser intensivo era más rudo, pero por ser esclavos, un Amo no les va a preguntar si quieren trabajar o no, simplemente se les da la orden a cumplir, misma que el esclavo debe obedecer y llevar a cabo en el menor tiempo si es que no desea hacerse ganador de un generoso castigo por parte del Ama o Amo. Al nuevo lote le quedó bastante claro que si no daban el ancho exigido regresarían al bazar para ser colgados como reces en matadero a la espera de ser rentados o comprados, y como tenían temor de regresar a ese tortuoso lugar, no tuvieron más opción que entregar su vida para servir a los pies de su nueva propietaria.

Por su condición de vida, al esclavo se le debe explotar al máximo su rendimiento antes de que su vida útil llegue a su fin y deban ser reemplazados, razón por la cual su Majestad los usaba a marchas forzadas con muy poco tiempo para poder comer y beber, mismo que su Majestad decidió juntarlo con el tiempo de ir a dormir para recargar fuerzas para el día siguiente. Usando ese método, el esclavo prácticamente trabajaba todo el día sin derecho a tener ni cinco minutos libres hasta llegar su hora de regresar a su jaula para dormir. Pasaron algunos días y el nuevo lote de esclavos habían aprendido prácticamente todas las tareas incluso a estar de rodillas o cuatro patas y no hablar sin previo permiso.

El hotel continuaba su crecimiento y por ende su reputación y las reservaciones aumentaban al mismo ritmo, ese hotel era una mina de oro por los servicios prestados, los acabados del mismo hotel que era de mucho lujo, pero lo que más sobresalía era el servicio de los esclavos que se desempeñaban ahí bajo previa contratación. Llegó el momento en que los mismos huéspedes se presentaba ante su Majestad para contratar la entrega de los esclavos en calidad de servicio doméstico pagando su renta mensual y firmando el convenio de arrendamiento, los esclavos habían sido la mejor inversión de su Majestad generándole mucho dinero.

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