Después de haber ampliado la flotilla de limusinas al comprobar el éxito tan grande que estaban teniendo, el Ama se percató que la demanda más grande para contratar el servicio de limusinas era precisamente en los hoteles de más afluencia turística por lo que pensó en poner su propio hotel y que fuera el más exclusivo de todo Madrid.

El hotel además de que iba a ser el que tuviera todos los servicios dentro del mismo inmueble, a los que solicitaran un servicio personalizado se les iba a proporcionar ya que el hotel contaría con servicio de sumisas que duraría el tiempo contratado por el huésped. El hotel estaba planeado para tener restaurante de alta cocina, spa dividido para hombres y mujeres, dos albercas de muy buen tamaño, bar, una disco para las personas que desearan divertirse sin tener que salir del hotel y por supuesto el tan aclamado servicio de limusinas.

Su Majestad ordenó que se presentara su sumisa arquitecta para que buscará un terreno bastante grande que cumpliera con lo requerido en la construcción del hotel. su Majestad expuso a su arquitecta todo lo que debía contener el proyecto y así ser el mejor y con la condición de que en un futuro se pudiera construir otra ala del hotel en base del éxito turístico que tuviera. La sumisa besó los pies y acató la orden de su Ama para después dirigirse a la búsqueda del terreno.

La búsqueda del terreno llevaba ya dos semanas hasta que por fin la sumisa encontró el terreno ideal para construir el hotel con las dimensiones que su Majestad exigía para el proyecto. La sumisa se presentó ante su Majestad para darle la noticia de haber encontrado el terreno para el hotel y lo mejor era que se encontraba en una de las zonas más exclusivas de Madrid lo que ayudaría a que fuera visitado por gente muy adinerada, el Ama ordenó empezar el proyecto de inmediato.

El hotel era un proyecto muy ambicioso que iba a tener turistas muy selectos y sería conocido internacionalmente como lo mejor de lo mejor en hoteles. Su Majestad ordenó a su sumisa que utilizara a su cuadrilla completa de albañiles y de ser necesario reclutara a las familias también para poder acelerar la construcción trabajando las 24 horas, ya que mientras más pronto se terminara, más rápido recuperaría la inversión y los turistas empezarían con la ocupación.

La sumisa una vez más acató y obedeció la orden recibida y enseguida ordenó a toda su acuadrilla de albañiles reclutar a sus familias y que trabajaran para el levantamiento del hotel a la mayor brevedad. Las perras albañiles tardaron más en escuchar la orden de lo que tardaron en regresar con toda la familia lista para estar al servicio de su Majestad. Una a una cada miembro de las familias de las albañiles fueron presentándose y poniéndose a los pies de su Majestad para lo que se ofreciera sin importar la hora que debían servir a su nueva Dueña.

Una vez con el proyecto ya terminado del hotel, se dividió el grupo de albañiles en dos cuadrillas, cada cuadrilla trabajaría turno y medio para cubrir las 24 horas continuas y así lograr terminar el hotel a la brevedad posible. Las jornadas eran pesadas pero para las perras valía la pena el esfuerzo con tal de agradar a su Majestad ya que para ellas era el mayor logro de su vida “servir a sus pies” y que por el momento no tenían planeado dejar de estarlo, así que se dieron a la ardua tarea de levantar lo más pronto el hotel.

La construcción arrancó con paso firme, esto generó que el avance fuera constante y de una manera acelerada, mucho trabajo y poca distracción, justo el tipo de calidad que el Ama exige a sus perras le den. Las perras demostraban mucho aguante y jamás se quejaban, demostraban tener la calidad exigida.

Cerca del mes y medio ya el hotel empezaba a mostrar un considerable avance, la arquitecta sumisa calculaba que de seguir así, la obra tardaría unos dos meses más para ya tener puesto hasta el último ladrillo. El Ama creó una página web para promocionar a nivel internacional el hotel que estaba próximo a abrir las puertas al público. Una vez más el Ama convocó a sus esclavas ocultas para que se presentaran a sus pies. Esta vez las esclavas ocultas no pusieron ninguna objeción ya que pensaron que sería otra noticia para levantarles el ego de los millonarios.

Ya las esclavas ocultas ni preguntaron la hora en que debían presentarse, pero esta vez también llevaron a sus amigas las otras ricachonas que les habían apoyado en la promoción de las limusinas. Al día siguiente muy puntuales en su horario ya acostumbrado llamaron a la puerta y al abrirles ingresaron al reino a cuatro patas y las condujeron al salón donde se recibían las órdenes. Sus amigas que habían escuchado de su Alteza pero aun no tenían el honor de conocerla se postraron a cuatro patas para imitar todos y cada uno de los movimientos de sus amigas experimentadas. Una vez más se hizo presente su Majestad y todas a cuatro patas caminaron hasta su Majestad para saludarla besándole los pies como ya era su costumbre. Las demás amigas imitaron el comportamiento de sus amigas por lo que se postraron y besaron también los pies para posteriormente apoyar sus nalgas en sus talones, mirada al piso y manos detrás. Una vez terminado el ritual del saludo su Majestad dijo:

Mis leales y obedientes vasallas una vez más las convoco para que promuevan uno más de mis negocios, esta vez es un hotel que esta pronto a abrir las puertas y al que ustedes y sus amigos pueden ir a conocer y alojarse el tiempo que gusten claro está pagando la tarifa. Una vez más las taradas aceptaron la orden y agradecieron el honor de estar sin saberlo a los pies de su ahora Dueña.