Yessenia toda una señora de mi corazón así fue apodada como llamada de una forma cariñosa por su atento, galante, caballeroso, cortes y varonil como fascinante hasta queridisimo amante. Bueno cuando deseaba cogersela no le pedia permiso para nada al estrecharla con sus dos manos en toda la cintura al subirle la falda del uniforme de trabajo al bajarle de un solo tiro y con toda la maestría las pantimedias junto con el panti, al meterle el bastión del pené gigantesco, duro, parado, firme y eyaculante con todos los pantalones y los calzoncillos a los tobillo se la cogia y culeaba hasta la saciedad todo un hambriento de sexo.
Encima de la espalda toda doblada Yessenia se le sube la blusa al besarla rotundamente en toda la espalda liberandola completamente de la atadura del mismo brasier, le lamia y besaba todos los pezones de sus senos voluminosos y muy puntiagudos muy parecidos a unos fructiferos como jugosos melones, se los mamaba con toda la euforia que le veia en sus ojos haballazadores inclusive, arrolladores haciendole un coito encima de su clitoris poderoso y colosal como cargado hasta la misma guacha que se venia en grandes cantidades industrializadas de semen que la dejaban muy embarrada que se la comia con la misma lengua por todo el extenso y ancho de su cuerpo de estatura pequeña acostada en el escritorio, algunas ocasiones en la cama de residenciales, en el asiento trasero de los automoviles en fin en todo los lugares que venian al a´z de la propia Yessenia.