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Categoría: Hetero

Con su juguete

~~Yo sabía por nuestras conversaciones previas que X tenía y le gustaba usar un juguete sexual, entonces le pedí que para nuestro próximo encuentro lo trajera con ella, lo que le produjo bastante contento porque se mostró entusiasmada.
Entonces cuando nos encontramos y estábamos en plena acción erótica recordé lo del consolador y le pregunté si lo tenía y me dijo que sí.  Lo que demostraba que deseaba usarlo pero estaba esperando mi iniciativa, por lo que le pedí que lo sacara, y noté que era muy cuidosa con su juguete, bien envuelto en su estuche y con su lubricante.
Era un pene rojo transparente, de buena calidad y también de buen tamaño e hice que lo comenzara a chupar mientras yo le masajeaba su clítoris con un dedo dentro de su vagina húmeda y caliente. Me excita mucho observar a mi pareja disfrutar de una fantasía, que logre poco a poco desinhibirse y comenzar a disfrutar. Noté que le sorprendía y calentaba mi curiosidad. Le pedí su juguete y la acomodé para introducírselo yo mismo en su rica vagina, con mí cara muy cerca, lo que me permitió apoderarme de su clítoris y toda esa zona con mis fauces hambrientas de ella.
Se sorprendió de mi audacia y se entregó de inmediato al placer que le entregaba la penetración y la chupada que le estaba haciendo. Sus quejidos y espasmos me lo confirmaban, entonces mantuve un buen ritmo metiendo y sacando su herramienta aliada y con mi boca voraz disfrutaba todos sus jugos deliciosos. Me agarró con sus manos el pelo como intentando detenerme o quizás alentarme, no lo sé, pero no me interesaba, quería darle una buena dosis de doble estimulación y sus gritos y palabras perdidas de sentido me decían que lo estaba disfrutando mucho.
Me encanta encontrar esos instantes en que X accede a mis instintos lujuriosos y parece disfrutar mis ideas como si lo hubiese deseado siempre, pero no se había encontrado con quien le diera el gusto. Me gusta imaginar eso y me calienta demasiado desatando mi atrevimiento y fantasías.

Después de un rato me acomodé de tal forma que pudiera alcanzar mi verga que ya necesitaba ser atendida, apretada y lamida. Ella comprendió de inmediato y se abalanzó hacia su presa haciendo un trabajo magnífico, impulsada por su evidente calentura del momento. Se la tragaba toda con fruición y cuidado. Me encanta que haga eso. Me incorporé de rodillas a su lado para que pudiera hacerlo mejor sin dejar de penetrarla profunda y constantemente con su consolador ahora convertido en mi cómplice.

Se relamía con mi pico duro y deseoso, le pasaba su lengua por todo su largo y me chupaba hasta bien abajo buscando mis bolas mientras apretaba y masturbaba mi falo agradecido. Me gusta observarla en esa labor, entregada al placer de darme un disfrute máximo, me mira a intervalos provocándome imágenes lascivas que se graban en mi mente y que seguramente reflejan mi rostro quizás desencajado de placer y acompañado de mis quejidos y expresiones que ni siquiera soy consciente.

En un momento dado sentí la urgencia de penetrarla a mi gusto y al ponerme de pie junto a la cama le pedí que se acomodara como una perrita, cosa que hizo rápidamente ofreciéndome una de las poses que más me gusta.

La agarré de su delgada cintura recorriendo con mis manos hasta sus caderas y se lo introduje todo de un aventón provocándole un suspiro lascivo y excitante. No pude controlarme y comencé de inmediato a bombearla con fuerza y energía en unos instantes deliciosos. Me percaté que su juguete había quedado olvidado a un lado y le pedí que lo tomara y lo chupara, cosa que hizo raudamente intentando girar su cabeza para que la observara, comprendiendo acertadamente mi deseo.
Y obtuve esa visión de X entregada al placer, convertida en una femenina mujer apetitosa y golosa, que no puedo borrar de mi mente.
La calentura del momento me hacía acariciarla por todos lados, agarrarla de sus hombros y clavarla profundamente, tomarla de sus cabellos negros y frondosos, golpear sus nalgas con sendos cachetazos arrancándole unos grititos contenidos, que lo único que hacen es darme más energía para seguir dándole todo el placer posible.

Evidentemente todo esto me provoca también a mí un goce tremendo, sentir a X totalmente sudada, ya desentendida de su consolador, para soltarme frases obscenas y alentándome a lograr mi eyaculación orgásmica que ya no podía contener y recibí con profundo placer y agradecimiento por una amante de tal categoría.
En esos instantes me gusta buscar la calma, inclinarme lentamente y besar su espalda sudorosa. Más bien lamer su espalda y sentir su sabor y quedarme ahí unos instantes disfrutando la calidez de su cueva ardiente y deliciosa.

Datos del Relato
  • Autor: luisquinto
  • Código: 44337
  • Fecha: 23-06-2017
  • Categoría: Hetero
  • Media: 1
  • Votos: 1
  • Envios: 0
  • Lecturas: 1480
  • Valoración:
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