Caminando de aquí para allá la asistente de profesores, mientras habla a su casa que avisa que llegara tarde cerrando el móvil, sentándose al breve entra el mecánico dándole unas revistas como unos diarios para que se mantenga ocupada y entretenida que no se aburra; sonriéndole le recibe la asistente de profesores, preguntándole es grave lo que tiene mi automóvil. En eso el mecánico le contesta no es tan grave pero por suerte que se le paro y se lo descompuso frente a nuestro taller, para arreglárselo antes de dos horas y media.
Hojeando las páginas por parte de la asistente de profesores que con un brazo apoyando su cara, poniendo una cara de algo desesperada como abrumada en que le dice al mismo mecánico. Tenía planeado hacer unos mandados como unas diligencias importantes, que las iba a realizar después de salir de trabajar, ahora se me cruza y me topo con este inconveniente inesperado que mala vaina.
Sentándose al lado de la asistente de profesores pegado al abrazarla y confortarla con el mero propósito de que no se angustie ni se preocupe que todo tiene solución menos la muerte. Al sonreírle mirando a la asistente de profesores frente a frente a sus ojos, en que le comenta me caes bien desde la primera impresión que me produjiste atendiéndome y ayudándome a empujar mi auto, al taller examinando lo que paso al mismo motor mecánicamente; besándolo sin mayor resistencia, ni forcejeando, ni tampoco evitándolo sino dándose instantáneamente entre un hombre y una mujer que se atraen igualmente se desean también se deleitan finalmente se fascinan.
Acariciándose notable y plenamente por parte de la asistente de profesores en el pecho del mecánico, siguiéndole el mismo mecánico descubriéndole sus senos con el brasier desabrochado junto con la blusa, atesorándola con sublimes especialmente atinantes probadas tan evidentes encima de sus tetas; recorriéndoselas con sus besos de sus labios reafirmantes ondulatoriamente justamente en los pezones enrojecidos con tal naturalidad ilustrativas en la asistente de profesores. Abrazándose con la cara apoyan te en el hombro derecho besándolo directamente en el cuello del mecánico; jadeando igual gimiendo sonoramente al follarla con las dos manos puestas emblemáticamente y apretándoselas en las nalgas, con la falda levantada en la mera cintura donde apasionadamente confirma al rozarle las uñas del dedo índice del mecánico en todo el área del rabo de la excitadísima Blanc.
Penetrándola a profundidad delicada, suave, aventurada, deseada, deleitada, colosal, poderosa, ágil, diestra, hábil, fija como francamente. Con el pené exhibiendo gallardía como apetitosa también traviesa hasta juguetona y conquistadoramente del propio mecánico; en todo el culo glamoroso y esplendoroso adicional espectacular finalmente divino hasta glorifican te en esencia pura de la misma asistente de profesores, apoyada firme y fuertemente con las dos palmas de sus manos en todo el brazo del sillón de la oficina del mismo mecánico.
Mamándole tierna y cariñosa como dulce hasta consentidoramente los senos. Recostada y regada específicamente en todo el sillón con las manos de la asistente de profesores despeinando por doquier el peinado del mecánico, que la tiene sujeta con sus dos manos en los muslos y en las nalgas que le hurga su vientre acentuándose con los dedos que saca y mete sensualmente en la vagina; palpándose las palpitaciones emitidas por la traspiración sudorosa de la epidermis recorriendo desde la misma cabeza. Bajando por la cara continuando por el cuello siguiendo por el cuerpo, alcanzando la cintura y desembocando en el vientre nalgas, muslos por las entrepiernas terminando con las botas puestas.
Viniéndose con una erección, reaccionante en que tiene parado como gigantesco con mucha eyaculación efectivamente grandote y duro el pené del mecánico; que se agacha estando sentado en el suelo frio de la oficina el mecánico. Que doblada de rodillas la asistente de profesores mete su cara en las entrepiernas del mismo mecánico, para mamárselo como chupárselo hasta limpiárselo también tragárselo toda la leche caliente y sabrosa como espesa en grandes cantidades industrializadas; por la venida estelarizan te que tuvo con ella.
Avisándole por teléfono que está listo y reparado el autol. El mecánico le informa y le dice te cobrare solamente unos cincuenta y cinco dólares con setenta y cinco centavos; sacándoselo feliz y emocionada como satisfecha la asistente de profesores, de su cartera la cantidad acordada por la reparación y el servicio al auto, entregándoselo en las mismas manos del mecánico que este le entrega su factura de comprobante y reclamación posterior.