Esto sucedió durante unas vacaciones en la finca de un amigo de mi papá. Siempre había querido pasar unas vacaciones allí por lo fresco de lugar y me gustaba el clima, el ambiente, todo estaba bien y fue hace un par de años cuando yo tenía 15.
Ese amigo de mi papá tenía 2 hijas, una de mi misma edad y la otra de 12 años y ellas estaban allí junto con su madre pues el papá de ellas tenía otros asuntos que atender en la ciudad. Ambas eras muy lindas, pero claro que la que más me interesaba a mí era Alexandra, la de 15. Su hermana Aura también se veía bastante bien pero por solo tener 12 no tenía yo mucho interés. Al principio, todo estuvo normal, nos fuimos conociendo y todo eso y parecía que había cierta atracción. Y sin más preámbulos....
Las cosas se pusieron interesantes un día que yo salí a caminar de noche porque el cielo estaba despejado, al rato me senté apoyado en la pared fuera de la casa, casi al instante escuché el sonido de una regadera. Estaba sentado justo debajo de la ventana de uno de los baños. En ese momento la malicia empezó a rondar mi mente y pensé en asomarme con cuidado por la ventana y de paso ver algo interesante; este deseo pudo más que yo y me disponía a buscar algo para alcanzar la ventana y vaya suerte la mía que solo a unos pasos de donde estaba había una escalera, la que cuidadosamente coloqué en la ventana para poder asomarme. Estaba un poco nervioso a medida que subía pensando en si me descubrirían, pero este temor desapareció con lo que vieron mis ojos.
Era Alexandra…..al principio solo pude verla de espaldas pero tenía una lindas formas, unas nalguitas bien redondeadas y formada y se le veía una piel tersa y también unas excelentes piernas, luego se volteó y mis ojos se pudieron deleitar mirando sus bien formados pechos que invitaban a ser disfrutados. Me encantó su vagina, verla apenas cubierta por un delicado vello negro, todo en ella invitaba al deseo y la pasión.
Me excité mucho más cuando se empezó a enjabonar. Empezó primero con sus senos, los cuales acariciaba con suma delicadeza, bajando luego por su vientre; cuando se enjabonaba su vagina, yo estaba a punto de estallar y tenía el pulso muy acelerado, luego abrió sus piernas un poco para enjuagarla y quería ser yo su mano para poder acariciarla. Se enjuagó todo su cuerpo bello y luego se secó. En eso yo estaba que no aguantaba y entré en la casa y me puse a un lado de la puerta del baño. Esperé pacientemente y cuando Alexandra salió me le acerqué y como que se asustó de verme así sorpresivamente, pero simplemente sonrió. Yo la miraba de arriba abajo con cara de deseo y me dio una sonrisa pícara. Ella me dijo: “te gusto verdad?”. Yo solo me limité a responder que con ese cuerpo a quien no y así sin más se dejó caer la toalla y descubrió su hermosa figura delante de mí.
Lo primero que atiné a hacer fue besarla en su boca y meter mi lengua en ella; ella me respondió de la misma manera y entonces la tomé por su cintura y la pegué contra mi cuerpo y pude sentir como mi bulto tocaba su cuerpo, empecé a besar su cuello y ese olor agradable que tenía me hacía no dejar de parar; seguí bajando y le besé sus senos y también a chuparlos, eso me encantaba y claro que a ella también. Me encantaba sentir su dureza con la punta de mi lengua. Me arrodillé y allí en la oscuridad del pasillo empecé a descender y besar su abdomen, ella empujaba mi cabeza hacia abajo y me dirigí directo a su vagina, la que empecé a lamer y a chupar de gusto y ella como que no soportó mucho eso y se tiró en el suelo y abrió más sus piernas. Le metí entonces mi dedo, no muy profundo pero sí lo suficiente como para que lo disfrutara mientras mi boca volvía a deleitarse con sus senos. Decidimos meternos en el baño y cerramos la puerta. Yo un poco apresurado me desvestí y empezamos a besarnos y acariciarnos mutuamente. Ella con su mano tomo mi pene y lo acarició hasta que se puso más duro de lo que ya estaba, al punto que pensé que iba a explotar. Yo hice lo mismo en su vagina mientras nos besábamos. En eso, ella quitó mi mano de su vagina y empezó a frotar mi pene en ella, colocó una pierna sobre una pequeña mesa que había allí y me haló por la cintura para que la penetrara, así lo hice pero muy despacio y suavemente; pude sentir como su himen reventaba a la vez que ella dio un leve gemido de dolor y placer a la vez. Nos acostamos y yo la seguía penetrando suavemente y despacio para no hacerle daño, entonces me dijo que me acostara yo ya sí lo hice. Empezó a recorrer mi cuerpo con su lengua y a besarlo, con lo que yo me sentía en la gloria; poco a poco fue descendiendo y como que se detuvo un par de segundos a pensar si seguía o no, pero lo hizo y metió mi pene en su boca muy despacio y yo le dije que imaginara que era un helado que se hacía de la misma forma al comerse uno, ella sonrió pero no dejaba de hacérmelo. Duró allí buen rato, mientas que yo no sabía ya como aguantarme, entonces se detuvo y me dijo que la volviera a penetrar, en lo que entonces abrió sus piernas y volví otra vez a la carga. Esta vez mi pene penetró en ella más fácilmente y seguí mentiéndosela una y otra vez hasta que dio varios gemidos dándome e entender que había alcanzado varios orgasmos, mientras yo ya estaba a punto de venirme y le dije que lo haría afuera de ella pero sorpresivamente me miró fijamente a los ojos y me dijo que ni se me ocurriera. Yo seguía y seguía, hasta que ya no pude y así mirándonos a los ojos tuve un orgasmo y me vine dentro de ella a lo que me respondió con una sonrisa y un beso largo. Nos besamos y acariciamos un rato más y entonces yo me volvía a vestir, ella se dio otro baño pero esta vez no tuve que mirarla desde la ventana porque ella me dejó verla en mientras lo hacía. Me dijo que se iba a repetir, pero ya no en el baño sino en su cuarto pero esa es otra historia, pero sí les puedo adelantar que me llevé la sorpresa de mi vida, en realidad fue para ambos pero ya sabrán por qué.