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Categoría: Maduras

Con mi tia, seduciendo a madura muy conservadora.

Después de la noche con Lili, estuve deseando que se dieran las circunstancias para vernos, pero entre unas cosas y otras fue imposible. Por motivos de estudios otra vez que estuve bastantes días en dique seco y como me solía pasar cuando esto sucedía, estaba que me subía por las paredes. Ni tan siquiera las vecinas, que madre e hija llevaban prácticamente un mes sin dar señales de vida. Era martes y el próximo fin de semana era el último para disfrutar bien, ya que luego me marchaba a Madrid para pasar las navidades, eso sí en principio tenía intención de pasar el año nuevo aquí.



Hable con Eva y trataríamos de quedar el sábado, pero no era seguro, ya que lo mismo le venía familia. Estando en la universidad, me encontré con mi tía, que me dijo que era importante que habláramos. Por lo que quedamos en ir a comer juntos, cerca de la universidad, no me quiso adelantar que quería hablar.



Una vez en el restaurante, me dijo que bajo ninguna circunstancia revelara a mi madre que era yo el famoso amigo de ella. Que si lo quería hacer, teníamos que decirlo los dos juntos. Me pareció bien y así se lo hice saber. Por ese lado se quedó tranquila. Pero luego me dijo que me quería pedir un favor, un poco delicado, pero que seguro que no me disgustaría.



-Ya lo has conseguido, me has picado la curiosidad, cuéntame.



-Jajaja, quiero que me ayudes con un plan “diabólico”. Te cuento. Tengo una amiga que se llama Bea, tiene 48 años, es… muy pija, muy moralista, de mucho golpe en el pecho, clasista, de misa casi diaria y muchas cosas más.



-Toda simpatía, vaya joya de amiga.



-Antes no era así, se le ha pegado todo del imbécil del marido. Que no lo aguanto, se cree por encima del bien y del mal.



-¿Y qué quieres que haga yo?



-Tu tío se va a primerísima hora del sábado y estará fuera varios días. Mi amiga Bea que está sola, se vendrá a mi casa. Quiero que la seduzcamos y no la llevemos a la cama.



-Ya está, así de fácil. Después de todo lo que me has dicho no la podrás llevar al pub de intercambios. Salvo que se te quedara algo por contar.



-No, tendría que ser en mi casa.



-No quiero ser pesimista pero tengo varias preguntas… en un solo día la cosa será difícil, no digo que imposible, tu que la conoces más, ¿Ella es caliente? ¿Ha sido infiel? ¿Qué pasa con Natalia?, porque estará pululando por ahí. Y aprovechando ¿Ya te lo hiciste con Natalia?



-Con Natalia la cosa se enfrió, pero llegara y si estas tu antes. Pero Natalia no es problema, se ha ido a pasar la navidad con su familia y volverá el 27. Que yo sepa Bea no ha sido infiel, entre otras cosas, porque el marido no la pierde de vista, por eso la ha dejado venir conmigo, porque el estará fuera por trabajo y no la puede controlar. Pero ya verás como la llama varias veces aquí, no al móvil. ¿Qué más me preguntaste?



-Si era caliente.



-Mira, ella de jovencita lo era y mucho, pero la virginidad la perdió con el idiota que tiene por marido, se quedó embarazada, tuvo gemelos y ahí se acabó todo. Se casaron y hasta hoy. La hizo un lavado de cerebro y se volvió “tonta”. Él era de muy buena familia, guapo no, guapísimo. Hasta que se quedó embarazada, Bea nos contaba a tu madre, a otra amiga y a mí, que la tenía muy normalita, que duraba poco, eso es lo único que se dé su intimidad, porque cuando se quedó embarazada dejo de contar cosas y se casó, yo creo que por resignación, si no seguro que lo hubiera dejado.



-Cada vez más complicado tía. Y luego está que me guste, porque si no me gusta paso de tratar de hacer nada.



-Fíjate si creo conocer tus gustos, que si no es tu tipo, te regalo lo que quieras.



-Ok. ¿Pero cómo es?



-Sorpresa.



-Solo contéstame a una pregunta, a ti… ¿te apetece follártela?



-Muchísimo.



Acabamos de comer y nos fuimos. Cuando iba para mi casa fui pensando en el galimatías de mi tía. Que “perversa” y “mala” que era, luego decía de mí, sería la genética. El gustarme las mujeres maduras entre otras cosas es, porque son un gran desafío, un desafío óptimo, pero un desafío. Las mujeres mayores son un reto. Son más desinhibidas, más seguras de sí mismas, se aceptan tal como son, no hacen gran drama porque no tienen un cuerpo con medidas perfectas, disfrutan más porque no están pendientes de otra cosa que no sea el placer. También como todo en la vida hay excepciones.



Tienen expectativas más realistas, saben cómo lidiar con pequeñas tonterías que para las más jóvenes son todo un desafío. Son excelentes para relaciones a largo plazo y también para las ocasionales, simplemente saben a qué atenerse en cada una, suelen ser son claras con lo que desean y con lo que pueden ofrecer.



Seguro que Bea, aunque mi tía lo ha pintado muy negro, tiene un punto débil, todo está en encontrarlo y a ser posible rápido. Pero una cosa estaba clara, sería el mayor reto mío hasta el momento. Si estaba bien y era simpática, lo intentaría, el NO ya lo tenía.



El jueves me llamo Eva y me dijo que ya hasta después de navidad, le sería imposible del todo. Yo me hice el apenado. Ella para consolarme me dijo que me compensaría con una sorpresa.



El sábado por la mañana a las diez en punto llegue al chalet de mis tíos. Me abrió el portón mi tía. Deje el coche en la misma entrada, pero dentro del chalet. Cuando baje del coche mi tía me dio dos besos, diciéndome que ya estaba.



Cuando íbamos caminando hacia la terraza, que estaban fuera, porque estaban fumando. Cuando la vi, la mire de arriba abajo, lo que vi me gustó muchísimo, tenía razón mi tía.



Bea mediría 1.70-1.75, morena, un bonito bronceado, por lo que pensé que tomaba rayos UVA, con unos kilitos de más, que lejos de sentarla mal, la hacían deseable, la sensualidad que emanaba y  sus curvas de infarto, hacían  brillar una generosa voluptuosidad y mucha sensualidad. Su figura estoy convencido de que donde estuviera, atraería poderosamente las miradas y la admiración, tanto de hombres como de mujeres, ahora entendía a mi tía.



Poseía un buen cuerpo, poseedora de unas caderas dignas agarrarlas con firmeza, unas piernas y unos muslos como para perderse entre ellos, para explorarlos. Un culo grandecito y muy respingón, que pedía ser comido entre otras cosas. Unos pechos de buen tamaño, como mínimo una 120, de esos que cuesta sostener y piden a gritos ser liberados. Su cara era casi perfecta, unos ojos entre grisáceos y azulados, con una mirada penetrante, su boca con unos labios grandes y carnosos, pero se notaban naturales, nada de silicona en ellos. El pelo recordaba a las imágenes del cine, cuando representan a Cleopatra. Y lo que me rindió del todo, fue la sonrisa cuando nos presentó mi tía y lo bien que olía cuando nos dimos los dos besos.



En mi interior se produjeron distintas sensaciones y todas buenas. Dije que ya que estaba allí aprovecharía para darme un baño en la piscina cubierta. Mi tía rápidamente me dijo que me sacaba mis bañadores que los tenía guardados. Fui para la habitación que usaba siempre y apareció mi tía, con un bañador de los pequeños tipo bóxer, me dijo que ese en concreto era el mejor. Me pregunto si me tenía que hacer el regalo o no. Contestándola que si salía bien, tendría que hacérselo yo a ella. Y riéndose me dijo que me aplicara bien y se fue.



Cuando fui en dirección a la piscina, ni vi a mi tía ni a Bea. Y en la piscina no había nadie tampoco. Me metí en el agua y cuando llevaba un rato nadando, aparecieron las dos, venían en bikini, el de mi tía más bien pequeño y el de ella discreto, pero que hacían resaltar más su voluptuosidad. Todo mi cuerpo al verla así empezó a alegrar, sobre todo mi entrepierna.



Mi tía me hizo una seña, para que saliera en ese momento del agua y la hice caso. Ella se quedó mirando, pero yo creía que apartaría la vista o algo parecido, pero no, hablaba con mi tía y miraba como quien no quiera la cosa. Las deje allí y me fui a la sauna, dejando la puerta un poco abierta para poder escuchar.



-¿De verdad solo tiene 18 años?



-Si.



-Pues traerá a las chicas locas, con alto y fuerte que esta, madre mía.



-Ha llegado a mis oídos, que no le van las jovencitas, me parece que va con mujeres mayores que él.



-Hay mucha loba. Degeneradas.



-Mujer siendo mayores de edad…



Mi tía siguió sonsacándola, picándola. Ella no rehuía ningún tema, pero me daba la sensación, que no estaba consiguiendo lo que quería. También la menciono, mintiéndola, que yo hacía masajes en un gimnasio, que a mi tío y a ella, se los hacía, que tenía unas manos divinas. Por lo que se ve ella se había quejado de la cintura y una pierna antes de llegar yo. Mi tía muy gentilmente le ofreció mis servicios, ella no dijo ni si, ni no. Añadiendo que se iba a dar un baño, que lo mismo el tirón que tenia se le quitaba en el agua y se fueron las dos al agua.



Hice yo lo mismo y allí estuvimos nadando, de vez en cuando parábamos y hablábamos. Yo no la veía tan pija como dijo mi tía, un poco reservada sí, pero se notaba que era simpática. Fuimos a salir de la piscina, cuando iba a salir Bea, se quedó en la escalera, que no era capaz ni de subir ni de bajar, la debió de dar un tirón. Yo me apoye en el borde de la piscina y de un impulso sali y fui a ayudarla. Era incapaz de salir, yo dije a mi tía que desde su posición la ayudara empujándola un poco, que ya el resto lo hacía yo. Mi tía no perdió la oportunidad de tocar ese culo y así lo hicimos.



Una vez fuera y con claras evidencias de dolor, mientras mi tía la sacaba para ayudarla, ella quería ir a urgencias a que la pusieran algo. Yo la dije que me dejara un momento a mí, que eso pasaba mucho haciendo deporte y yo sabía varias técnicas para solucionarlo. Mi tía la decía que no fuera tonta, que no perdía nada, por probar.



La dije que se fuera tumbando en la mesa de masajes que había, que mientras iría por las cosas para el masaje. Cuando llegaba oía como Bea le decía a mi tía, que la daba mucho corte. Mi tía le decía que no fuese tonta, que yo no la iba a comer y que ella estaría allí. La respuesta de Bea fue, Lucia por favor, no te vayas. Mi tía haciéndose la enfadad le dijo, joder Bea es mi sobrino. Perdona Lucia, tienes razón.



Llegue, con suavidad fui tocando hasta ver donde le dolía. Era un simple tirón. Pero yo dije que costaría un poco, pero que lo lograría. Al principio se quejaba un poco, sobre todo cuando mis dedos tocaban por el sitio del dolor. Pero poco a poco se fue quejando menos. Mi tía me hacía señas para que fuera más lanzado, con la cabeza la indique que tranquila.



Bea no sé si por que el dolor cesaba o por que le gustaba, se relajó. Ahora el masaje ya se lo daba con mucha discreción, pero para tratar de excitarla, el muslo “afectado” ahora lo acariciaba. No podía saber si la excitaba porque la braguita del bikini estaba mojada por el agua. Pero de vez en cuando se le erizaba la piel, eso era muy buena señal.



No quise pasarme para no asustarla, así que dije que había acabado, que se pusiera de pie, cuando lo hizo se le ilumino la cara, ya no la dolía. Pero en lo que yo me fije fue en cómo se marcaban sus pezones, que visión más deliciosa. Pero para dejar una puerta abierta y ver qué pasaba, la dije que lo mejor sería darla más tarde otro masaje, pero que si no la dolía, pues nada. Ella decía a mi tía que era verdad, que tenía unas manos divinas.



Me fui a cambiarme y la verdad que iba súper caliente, que cuerpo, que piel. Me dejo totalmente encendido. No quería lanzar las campanas al vuelo, pero el primer contacto había sido bueno.



Luego estuvimos juntos charlando de todo y riéndonos mucho. En poco tiempo, por lo menos esa fue mi sensación, teníamos complicidad, sobre todo a la hora de meternos con mi tía. Lo que aprovecho mi tía para meterse conmigo y decirme que me las tenía que buscar de mi edad. Yo la dije que eso era una tontería. Se lo puse en bandeja, porque al momento ella dijo que su amiga Bea decía que eso era porque había mucha degenerada y mucha loba.



BEA-Lucia, así suena muy mal. Yo me refería a que vivir en pareja con mucha diferencia de edad, tiene que ser muy complicado.



YO-¿Quién ha dicho de vivir en pareja? Para tener una relación esporádica, no es necesario vivir en pareja. Es una amistad llamémosla “especial”.



LUCIA-O sea, ¿Que te daría igual que estuviera casada? (Se hacia la sorprendida)



YO-Pues claro que me daría igual. ¿En qué mundo vives?



BEA-Hombre es que puedes ser culpable de una infidelidad.



YO-Error, si una persona fuera culpable, sería la que tiene pareja. Pero que yo no diría que es culpable en absoluto. Porque nadie es dueño de nadie. Y el tener sexo puntual con una persona distinta a tu pareja, no quiere decir que no le quieras, es simplemente sexo.



LUCIA-Me cuesta entenderte. (Dijo con toda la cara del mundo)



YO-Yo seré sincero para que me entendáis. Todo el mundo tiene fantasías sexuales. Yo por lo menos. Quien diga que no, miente. Vosotras seguro que habéis tenido fantasías, el desear a otra persona u otras personas, es un tipo de infidelidad. Yo soy de los que digo que cuando eso pasa y más en una pareja, es porque el subconsciente traiciona y pide algo más.



BEA-Es más complicado que todo eso. Además del blanco y el negro, existe una tonalidad de grises muy importantes, que es como hay que ver la vida.



LUCIA-Estoy de acuerdo contigo Bea.



YO-Ya veo, vosotras estáis instaladas en esa gama de grises, así veis la vida. Yo procuro estar en la gama de los colores. Que es como a mí me gusta ver la vida.



LUCIA-No te equivoques, nuestra vida no es gris.



BEA-No se Lucia, pero lo mismo algo de razón tiene.



Mi tía me miro y sonrió, se le ilumino la cara. Bea dijo que se iba a cambiar, a lo que mi tía dijo que ella iría ahora. Una vez que nos quedamos solos, mi tía me decía que muy bien, que fuera más incisivo, más directo… la dije que no me presionara, que fuéramos con tranquilidad. Me quede solo, analice lo sucedido hasta el momento y lo cierto es que todo iba mejor de lo que pensé. Pero eso no quería decir que Bea quisiese algo. Me metí dentro de la casa, porque aunque hacia buen tiempo, la humedad calaba hasta los huesos.



Nada más entrar, me dije a mi mismo, que mi tía se había pasado, había puesto la calefacción a tope. Me empecé a quitar el jersey que llevaba, cuando vi bajar a Bea, la estaba mirando embelesado, cuando sonó el teléfono de la casa, cogí yo la llamada, preguntaban por Beatriz, lógicamente pregunte de parte de quien, diciéndome SU MARIDO, le dije un momento, me pregunto quién era yo, diciéndole que el sobrino de Lucia, se notó en su voz que se quedó más tranquilo.



Hice una seña a Lucia que era para ella y la cara le cambio automáticamente. Por lo que oía, era una conversación de lo más tonta, estaba claro que mi tía tenía la razón, que manera de controlarla. Como estaba yo sentado cerca, ella se cortaba a la hora de contestar, hasta que no le quedó más remedio. Le decía que no había ningún hombre allí, que el sobrino de Lucia era un chiquillo de 18 años, que había pasado un momento por aquí y que ya me iba.



Al oír esto me gire y la mire con total descaro, como diciéndola que era una mentirosa, sonrió y continuo con frases típicas de alguien que contesta por compromiso, diciendo las cosas que sabe que la otra parte quiere oír. Finalizo la conversación pidiéndole de por favor, que si llamaba por la noche muy tarde, que lo hiciera al móvil para no despertar a Lucia. Acabo la conversación y se acercó donde yo estaba, diciéndome que le hacía falta fumarse un cigarrillo, por lo que cogí mi jersey me lo puse y la acompañe. Ella se puso una rebeca que llevaba en la mano.



-¿Que piensa un joven de lo que acaba de oír? (Encendiéndose el cigarro con ansiedad)



-Déjalo lo mismo no te gustaría.



-Soy yo la que he preguntado, si no me gusta peor para mí.



-Pues que los celos son muy malos. Que tienes un marido por lo que he podido oír muy celoso. Que hagas lo que hagas, para tu marido todos los días te estas tirando a alguno. Complicado.



-Es una enfermedad y si, es muy complicado.



-Si tú dices que es una enfermedad, pues lo será.



-No estás de acuerdo conmigo.



-Pues no, pero es una simple opinión.



-Entonces para ti… ¿Qué es?



-Para mí, que por culpa de la persona celosa, sufre la otra parte de la pareja. Además como diría una amiga mía, los celosos son egoístas por naturaleza y eso les hace ser muy malos amantes, lo que lleva a que se vuelvan más celosos, la pesadilla que se muerde la cola.



-Me has dejado sin palabras.



-Si da igual, seguro que estaré equivocado. Pero como sé que estoy equivocado, seguiré equivocándome y diré, que es una pena que una mujer como tú, tan, tan… exageradamente atractiva, por ser fino, pase por algo así.



-Gracias por tu finura, jajaja.



-No sabía cómo expresarme sin ser… muy directo. (Miraba fijamente a sus ojos)



-Tío, no me mires así, yo no estoy acostumbrada a esto. (Dice sonrojándose)



-Lo único que te faltaba, ser timidilla. (Dije picándola)



-Soy súper tímida y no te imaginas cuánto.



-Yo antes también era muy tímido.



-Jajaja, anda ya, si tú de tímido no tienes nada, no me engañes, no te quedes conmigo.



-No te engaño, yo era muy tímido. Pero por mi timidez me lleve muchos disgustos y pase de ser súper tímido, a ser más decidido y no callarme nada. Eso no quiere decir que me haga más perfecto, pero por lo menos no me pasó el día arrepintiéndome por algo que no hice y por lo menos tendría que haberlo intentado.



-Lo que tú quieras, pero tu mirada no es precisamente… de timidez.



-¿Y de qué es?



-Una mirada peligrosa.



-Lo mismo soy un psicópata y no lo sabía.



-Tú me has entendido.



-Te aseguro que no. (Pero su mirada era especial)



Llego mi tía y pregunto de qué hablábamos. Yo dije que de la timidez, de como yo era tímido hasta que me solté. Mi tía me dio la razón, diciendo que nunca vio a una persona tan vergonzosa y tímida, como era yo. Y tan acomplejada.



Bea me miro y me dijo acomplejada de que, si más de uno quisiera estar como yo. Sonrojándose después de decir eso. Yo dije que siempre me persiguieron dos complejos físicos, que ya los supere. Volvió a insistir en cuales fueron esos complejos. Uno el ser grande, cuando mis compañeros de clase eran bajitos. Un poco torpe, pero con el baile, el deporte y el ejercicio se arregló.



Ella extrañada pregunto por lo del baile. El baile hace huesos fuertes y articulaciones lubricadas. Gastas calorías. Dependiendo del tipo de baile, también se hace ejercicio mental mientras se recuerdan los pasos y estamos concentrados para no meter la pata de mala manera. Equilibrio y coordinación, bueno y muchas cosas más. Como por ejemplo que se hace si vas a salir a bailar, arreglarse, ponerse uno guapo o en vuestro caso guapas…



Bea me pregunto que me gustaba bailar, diciéndola que todo tipo de baile, desde rock y salsa, a música disco, pasando por un tango o un pasodoble. Todo lo que sea bailar me gusta. Mi tía añadió que desde muy crio empecé a bailar. Que gane algún concurso. Todo era verdad y Bea dijo que sería cuestión de apuntarse a bailar, diciéndole mi tía, que su marido la iba a dejar mañana, diciéndolo con total ironía.



Llego la hora de comer y mi tía ya había preparado todo el día anterior, solo era cuestión de calentarlo. Mi tía me dijo que fuera preparando la mesa y me puse a hacerlo en la misma cocina, protestando y diciéndome que lo hiciera en el salón. Yo que sabía porque lo quería hacer ahí, insistí, así no teníamos que andar llevando todo y lo tendríamos todo a mano, Bea dijo que tenía razón, que había confianza. Yo sabía que eso no le hacía gracia a mi tía, pero al final… en la cocina.



La mesa era muy pequeñas para tres, el contacto estaba asegurado. Quería ver la respuesta de Bea. Una vez sentados, nos pusimos a comer y a charlar. Se nos veía muy cómodo a los tres, parecía que a Bea la conocía de toda la vida. Era el momento de actuar, como si fuera accidental hice que mi pierna derecha contactara con su pierna izquierda, fue como si tuviera un resorte en su pierna, la quito a una velocidad increíble.



No le debió de dar mucha importancia, porque seguía hablando con toda normalidad, me levante a coger un poco de pan, de tal manera que cuando me volví a sentar, moví mi silla lo justo, el movimiento fue imperceptible, pero lo suficiente para una vez sentado, tener mi pierna más cercana a la suya. Por lo que solo le quedaba, acercarse más a mi tía, dejar el contacto o pedirme que me moviera un poco.



Otra vez mi pierna se acercó a la suya, esta vez se quedó quieta. Moví un poco mi pierna para rozar la suya bien y la aparte, espere por si ella me seguía el juego, pero vi que no. Volví a acercar mi pierna, justo en el momento que mi tía y ella se reían, por un comentario que hizo mi tía de tiempos pasados, que solo entendieron ellas.



Bea sin perder la risa y la compostura, bajo su mano izquierda, me agarro el muslo tranquilamente y aparto mi pierna de la suya. Ni pestañeo, eso me dejo cortado, porque no estaba en las opciones que pensé.



Me dejo un poco tocado, tenía que replegar velas y estudiar mejor la situación, como ellas se iban a fumar, yo dije que tenía que mirar si me habían llegado unos e-mail que estaba esperando. Mi tía me miro con intriga, no le debió de gustar mucho mi mirada.



Me fui a la salita y abrí un poco el ventanal, lo suficiente para saber de qué hablaban y poder valorar mejor la situación. La conversación la inicio Bea.



-Carlos me da mucha envidia.



-¿Y eso?



-Por todo en general. Por su juventud, por lo libre que se le ve, por las ideas que tiene tan claras, aunque no le di la razón tiene mucha razón en algunas cosas de las que dijo.



-¿Cómo en qué?



-Eso da igual, pero en todo, en general.



-Que te ha caído bien. Si no fuese mi sobrino… jajaja.



-Qué mala que eres. Y sí, me ha caído bien, aunque es un poco lanzadillo.



-¿Por qué dices eso?



-Por nada, cosas mías. Pero miro hacia atrás y todo lo que nos hemos perdido, uufff. Cuantas cosas.



-Yo poco me pierdo, o trato de perderme poco.



-Una vez que te casas no es lo mismo.



-Eso lo dirás tú.



Mientras bebían y fumaban seguían hablando de sus vidas. Insinuándose cosas sobre sus vidas, pero sin atreverse a preguntarse claramente. De todo lo que hasta el momento pude deducir, era que Bea se había acostumbrado a una forma de vivir, que era cómoda, pero estaba claro que no la satisfacía. Eso era bueno para poder entrarla. Mi tía la dio a entender que ella había tenido sus “rollos” fuera del matrimonio, estaba claro que Bea lo entendió, pero no quiso o no se atrevió a preguntar.



Aparecí donde estaban ellas y cambiaron de conversación. Yo las dije que me iba a dar otro chapuzón dejándolas allí. Después de estar nadando un buen rato, me salí para meterme en la sauna un poco. Estando allí aparecieron las dos, para decirme que a Bea le había vuelto un poco de dolor en el muslo. Las dije que ya salía.



Bea me dijo que se cambiaba y venia, diciéndola yo, que como llevaba falda no hacía falta. Como todo lo que necesitaba estaba allí, la indique se tumbara. Mientras yo me secaba bien, pensé que era todo cuento, pero lo descarte rápidamente, cuando me vino a la cabeza la forma de quitar mi pierna.



Pero una vez me puse, me di cuenta que no era ni parecido, como estaba su muslo en ese momento y como estaba por la mañana. Ahora sí que me entraron serias dudas, para salir de ellas, toque con mis dedos en sitios distintos a los de la mañana y ella me decía que sí que ahí dolía.



Si tenía alguna duda, se disiparon con esa contestación. El masaje que empecé a hacer ya no era nada muscular, era para excitar y ver hasta donde llegaba. Para que ella tuviera una disculpa, la solté un rollo, que todo era porque forzó con la otra pierna y por eso se vio más forzada esa, que también le daría en el otro muslo y ella no dijo nada.



Cada vez mis manos llegaban más arriba, la falda la tenía más subida. Se le veían perfectamente unas braguitas de color azul clarito. Ahora ya tenía mis manos ocupadas, una en cada muslo, las subía prácticamente hasta el borde de sus braguitas, a milímetros de sus labios vaginales.



Mi tía miraba, sin ver todo, se estaba dando cuenta, la notaba a ella caliente. Me miraba y me guiñaba un ojo, indicándome que a por todas. Yo seguía a lo mío, sin prisa. Por fin empecé a ver la señal que esperaba, las braguitas se estaban humedeciendo, para mi señal inequívoca de que la cosa estaba a punto de caramelo.



Hice un último movimiento con mis manos, subiéndolas de tal manera que mis dedos pulgares, pasaron perfectamente por sus labios vaginales, con total descaro. Para acto seguido decir que ya estaba. Las dos se quedaron desconcertadas, se lo podía ver en su cara. Mi tía por no continuar y Bea por haberla dejado así. La pregunte que seguro que ahora estaba mejor que por la mañana, ella dijo que si y yo la indique que si persistía, por la noche la daría uno más detallado, mirándola a los ojos, que ella no aguanto y se sonrojo.



Me acorde del día con Susana, así que las deje para cambiarme y para preparar el salón de música adecuadamente, para bailar y tener un ambiente más íntimo, seguro que mi tía recordaría como lo hicimos con Susana y no haría falta que la dijera que se hiciera la borrachilla como la otra vez. Una vez todo preparado, solo a espera de encender la velas y poner la música, me baje con ellas.



Sabiendo que tendría un NO rotundo, las dije que podíamos salir cenar por ahí, para más tarde irnos a bailar. La repuesta fue rápida por partes de las dos, diciendo que mejor se quedaban en casa. Yo sabía que era por el marido de Bea. Dije que algo pensaría… quedándose las dos mirándome, tratando de averiguar que quería decir.



Sonó el teléfono de la casa, me levante para cogerlo y se oyó un ¡NO! Altísimo, por parte de Bea, Cogiéndolo mi tía y después de hablar un momentito se lo paso a Bea diciéndole que era su marido. Mi tía se fue a preparar cosas a la cocina, haciéndome una seña de que fuera con ella. Pero no la hice caso.



Me quede mirando a Bea, que se la veía nerviosa. En un momento de la conversación, ella mintiendo dijo, que el sobrino no se quedó ni a comer. La mire y moviendo la cabeza la dije que no se mentía. Ella con la mano me decía que me fuera. Me fije en el salón que había un jarrón de cristal transparente que tenía unos juncos, piedrecitas y como unas plumas de ave.



Cogí una de ellas y se la pasaba por el cuello a Bea, que me miraba agitaba la cabeza como si estuviera enfadada, pero se notaba que no. Seguía hablando con el marido y ahora se la pasaba por los brazos, luego por las piernas, se lo hacía como un juego, pero era todo menos eso.



Luego fui más atrevido y aunque la blusa la llevaba muy cerrada, se la metí por arriba, ella con la mano me decía que me iba a dar como un azote. Volví a sus piernas y fui lo más descarado que pude, metiendo la pluma entre sus muslos, pude observar cómo se le erizo la piel. Mi tía me llamo desde la cocina, pero antes le pase un dedo por sus labios y ella me lo mordió de una forma no muy fuerte, pero lo suficiente para poder hacer que me dolió mucho, marchándome a la cocina.



Donde mi tía me pregunto cómo lo veía todo, porque ella creía que su tuviéramos un par de días o incluso tres, caía seguro. Yo la dije que lo veía bastante bien, que ella solo tenía que seguir mi rollo.



Cuando oí que venía Bea me mordí mi dedo para dejarme una marca y me hice el encontradizo con ella, que me paro y me pregunto si me había hecho daño, enseñándola el dedo que estaba marcado, me pidió disculpas que no sabía que hacer… la mire y la dije que ya se me ocurriría que tendría que hacer.



Cenamos pronto por petición mía y las metí prisa en acabar, que las tenía una sorpresa. El caso que cuando acabaron las dije que si no podíamos ir a bailar a ningún sitio, el sitio lo traeríamos aquí. Bea, que el vino la había dado una chispa graciosa, riéndose le dijo a mi tía que me había vuelto “tonto”. Las dije que se vistieran de una forma especial, que había preparado todo para una noche de baile. Las hice subir conmigo…



Cuando abrí la puerta de ese salón, estaba todo con velas encendidas, luces tenues y una música de fondo suave. ¿Qué creías que estaba haciendo antes? Pues esto, para vosotras que sois muy muermos. Las dos riéndose me dijeron que me enteraría, por llamarlas muermos. Bea de pronto dijo que ella no tenía nada especial para ponerse, a lo que mi tía la dijo que algo encontrarían. En la mirada de mi tía y esa sonrisa maliciosa, detecte rápidamente que le vino a la cabeza la noche con Susana.



Ya estaba cansado de esperar había pasado una hora. Cuando aparecieron las dos, con dos vestidos muy parecidos, del mismo estilo, por encima de las rodillas y con mucho escote. Bea no se la notaba muy a gusto, no sé si porque una o dos tallas, la habrían venido mejor o por verse con ese escote, porque todo el día las blusas las llevaba muy cerradas.



Las llenes rápidamente de piropos y sobre todo a Bea. Aunque no lo quería aparentar eso le gusto. Estuvimos bebiendo y hablando hasta que puse música disco. Las anime a las dos y nos pusimos a bailar, viéndolas lo único que pensaba era, a cuál de las se le saldría un pecho antes. Mi tía sin yo decirla nada empezó a hacer el numerito de que había bebido más de la cuenta, lo estaba clavando como el día de Susana.



Luego pusimos música lenta y baile primero con mi tía, que con disimulo la metía mano y notaba como ella buscaba pegarse lo más posible a mí, pero yo no la dejaba. Después de bailar varias canciones, invite a Bea, que se vio que no estaba muy decidida a bailar, por lo que la dije, que no se preocupara que yo no se lo contaría a su marido, que además como ella dijo, yo no estaba allí, que bailaría con un fantasma.



Se sonrió y se levantó. Al principio, baila con los codos puestos de tal manera que era imposible acercarse a ella. Tenía que romper esa barrera, lo que se me ocurrió fue ponerle el dedo cerca de la boca, me pregunto qué a que venía eso, diciéndola que era menos doloroso el mordisco, que clavarme los codos como lo estaba haciendo. Me dijo que perdonara y se agarró al cuello.



Ahora mis manos estaban en el borde de su cintura y su culo. Nuestros cuerpos fueron contactando poco a poco, hasta estar ya bien pegados. La notaba relajada muy tranquila. Cuando una de las veces me dice, una de dos o Lucia se ha dormido o esta piripi total. Mire hacia mi tía y la dije yo creo que las dos, nos reímos. Al ratito ya le hice la señal a mi tía, que se levantó y dijo que siguiéramos, que ella se iba a la cama que la sentó muy mal algo y se fue.



Nos reímos por lo del “algo” y seguimos bailando. Bea dijo si no sería mejor irnos a dormir ya que Lucia se había ido, yo la dije mirándola a los ojos si eso era lo que quería que se fuese, que yo de todas maneras me quedaría allí, que era muy pronto para irse a dormir. Yo sabía que ella llevaba un rato notando como mi polla crecía, pero se hacia la tonta.



Para que se sintiera cómoda la dije de sentarnos e iniciamos una conversación. Una conversación que se hizo mucho más abierta y casi al momento ella me dijo que quería contarme algo que no se había atrevido a confiarle a nadie. Me dijo que su marido tenía una relación con otra mujer como mínimo. Yo la corte diciéndola que como lo sabía, como le pillo. A lo que ella me conto que no le había pillado, pero que se notaba, ya que últimamente había incrementado sus viajes fuera de la ciudad, luego de los cuales llegaba desganado y solo pensaba en dormir, contrario a lo que ocurría antes, cuando al llegar de sus viajes no la dejaba dormir la primera noche, de tantas veces que le hacía el amor.



Yo la dije, que si no era una indiscreción cuanto llevaban sin tener relaciones y ella me dijo, exactamente desde primeros de marzo. Yo exclame, joder un embarazo. Sí que lo notaras, tanto tiempo sin… Para como lo hacíamos no es para echar de menos, me dijo ella. La dije que eso era lo que no entendía en una pareja, que a eso me refería en parte, esta tarde. Que lo hablara claramente con su marido.



Con un poco de burla, la pregunte que si no le parecía un periodo muy largo sin tener sexo, a lo que me respondió que al principio de casarse si, pero que según fue pasando el tiempo, el cuerpo se acostumbra y se adapta. Como le paso a ella.



Yo la dije que no la creía, que estaba mintiendo como lo hizo esta tarde con su marido. Que a mí no tenía que mentirme, simplemente con no contestar, valía. Ella tratando de justificarse y con un poco de indignación me dijo que no sabía porque decía que mentía, a lo que la respondí…



-No creo que quisieras oírlo.



-Adelante, tú di y te prometo que te diré si te equivocas.



-Primero, porque esta mañana cuando te di el masaje, te excitaste. Segundo, cuando te lo di por la tarde, no te dolía nada. Y las braguitas, por cierto muy bonitas, al rato se te empaparon y cuando acabe, que te toque todo tu coñito, no protestantes, tercero y último, si metieras la mano ahora entre tus piernas seguro que estarías más mojada que esta tarde.



-Si tú lo dices (Dijo nerviosa)



-Has dicho que me dirías si me equivocaba.



-Lo ves muy sencillo, pero somos de generaciones distintas y no es lo mismo. Pero te diré que has acertado en las dos primeras, yo también tengo debilidades, pero se luchar contra ellas y el matrimonio es sagrado.



Fui a replicar lo que había dicho, cuando dijo mordiéndose los labios instintivamente, que era mejor irnos a dormir, para precisamente evitar las tentaciones.



No sabía si era una invitación y en caso de serlo, si fue de una manera consciente o inconsciente. Pero no quise esperar y cuando me levante para irnos, extendí mi mano para ayudarla a levantarse y cuando lo hizo, la atraje hacia mí, besándola tiernamente en los labios, hasta fundirnos en un beso caliente y prolongado.



Como la música seguía, nos pusimos a bailar, sin dejar de besarnos. Cuando ella me confeso que lo llevaba deseando todo el día. Que estaba loca porque diera el primer paso, porque ella no lo hubiera dado. Yo quería llevarla a mi habitación y ella se negó con rotundidad, por estar pegada a la habitación de mi tía. No quise forzar y seguimos allí.



Al rato yo estaba sin camisa y ella me lamia mis pezones. Se la notaba como desentrenada, pero que sabía lo que se hacía. La desabroche el vestido y con su ayuda lo dejamos caer, quedándose en braguitas nada más. Respiro con alivio, decía que el vestido la estaba dejando sin respirar. La luz tenue hacia que se la viera más morbosa. Las tetas algo caídas unos pezones rosados, grandes y hermosos.



Lo que más me llamo la atención era el culo tan parado y tan duro que tenía. Mientras yo la metía mano, ella casi inexpertamente, me desabrochaba mi cinturón y mi pantalón, que le costó un poco. Dejándolos caer y luego metió mano por dentro de mi bóxer, después de tanto tiempo… ole con lo que me he encontrado. Comentario que me hizo gracia.



Sé que mañana me arrepentiré, me culpare, me… La corte y la dije que disfrutáramos, simplemente eso, que no pensáramos nada más que en pasarlo bien. Ella me beso como contestación. Nos fuimos pare el sillón y ella dijo que habría que poner algo para no mancharlo, yo no había caído en eso. Ahora mismo vengo dije y salí. Avise a mi tía de donde estábamos y la cogí una sábana.



La dije que no se preocupara que era la de mi cama. La colocamos y ya nos pusimos como locos. La quite las braguitas y la dije que la iba a devorar, su cara fue de placer total, no la quise hacer esperar y la mordisque los muslos, la lamí las rodillas, el ombligo, la tripa, luego los labios vaginales, ella no hacía más que moverse, hasta que llegue a su clítoris, que se le escapo un gritito de placer.



La metía los dedos dentro de su coñito, que para ser madre se la notaba estrecha. Pero ella solo gemía como desesperada, como si tuviera un ataque de asma, era lo más parecido. Se notaba que quería decir algo, pero se contenía, todavía no estaba suelta del todo. Pare de lamerla y la dije que no se contuviera que se soltara, ella mirándome y yo creo que más porque siguiera me dijo, que tienes una lengua única, que sigas y no pares, ¿Te has quedado ya a gusto?



Continúe y cuando la note cerquita del orgasmo ella me aviso de que llegaba, por si no quería que lo hiciera en mi boca. Mi respuesta fue meter mi boca y mi lengua bien, lo que hizo que ella se corriera y como dije antes sus gritos y gemidos eran como un ataque de asma.



Luego ella cuando se recuperó me hizo sentarme y empezó a comerme la polla. Lo hacía muy bien, aunque le costaba metérsela, en un momento dado me hizo un poco de daño y di un respingo, ella mirándome y con una sonrisa, me dijo, que ella estaba acostumbrada a un tamaño normalito, tirando a básico.



Recordé que no tenía los condones allí, estaban en mi habitación. Se lo dije, ella me dijo que no me preocupase y se sentó sobre mi polla, metiéndosela poco a poco, que se notaba apretadito. Mirándome me dijo que por lo menos hoy amortizaría la píldora que toma baba todos los días.



Cuando note que mi polla estaba metida del todo, ella solo dijo, que bárbaro y que gusto. Empezó con un movimiento muy suave y moviéndose en círculo, un auténtico gustazo, prácticamente ni subía ni bajaba, era algo raro pero extraordinario. En eso vi a Lucia totalmente desnuda, si soy sincero no me hubiera importado que mi tía no estuviera, pero ya que lo estaba aprovecharía.



Bea estaba totalmente entregada, sus pezones estaban grandísimos, lamerlos era un placer, mordisquearlos un gusto, mientras lo hacia ella seguía con su movimiento particular y me acariciaba la cabeza, apretándola de vez en cuando contra su teta, mordisqueando más fuerte su pezón, eso le gustaba.



De pronto note que se paró en seco, era que mi tía el toco el pelo y ella al notarlo, se quedó parada. Solo sabía pedir perdón, que no sabía que la paso, que no dijera nada, que no volvería a ocurrir, intentando levantarse, pero yo la agarre las caderas y no la deje. Ella me miro con ojos “diabólicos” y yo me limite a mover la cabeza afirmativamente. Ella con voz ingenua, pregunto qué íbamos a hacer con ella. Mi respuesta fue moverme para que notara mi polla hasta el fondo y mi tía la mordisqueo el cuello.



No dijo nada más, se giró un poco besándola mi tía, al principio un poco reticente, pero luego el beso era de total furor. Se había rendido. Mi tía aprovechaba para tocarla las tetas. Entonces decidimos ir a la cama de mi tía, haciéndolo con toda la rapidez del mundo. Una vez que llegamos allí me tumbe yo en la cama y a ella la hice sentarse en mi polla dándome la espalda, no entendía muy bien porque, pero rápidamente lo averiguo, cuando mi tía se agacho y mientras me la follaba, ella la comía el clítoris.



Lo único que decía Bea, era… LUCIA ME MATAS, LUCIA ME MATAS, NO PARES… Estaba totalmente desesperada por correrse, pero me pare, la saque y la hice ponerse a cuatro patas. No le gustó mucho porque mi tía paro, pero cuando vio que se colocó debajo de ella para seguir comiéndola, se colocó rápidamente.



Mis embestidas eran suaves pero hasta el fondo. La medio obligue, se resistió un poco, pero al final ella también empezó a comerse el coño de mi tía. Ahora estaban en un perfecto 69. La corrida fue escalonada, Bea, mi tía y luego yo. Mi tía relamió bien el coño de Bea y se animó e hicieron otro 69. Pudiendo observar mejor el culazo de Bea. Me chupe bien un dedo y empecé a jugar con el ano de Bea, al principio no dijo nada, pero cuando quise adentrarme más, con una mano quiso quitar mi mano. Me agache y la comí el culito, que ella me pregunto sorprendida que hacía. Ni me moleste en contestarla y seguí a lo mío. En la segunda intentona dejo avanzar más mi dedo. Como si fuera inevitable. Era súper estrecho lo que hacía que me pusiera más cachondo.



Se volvieron a correr, mi tía se puso a comerme la polla, estaba totalmente salida. Yo seguía con mi dedo en el culo de Bea, que estaba tumbada boca abajo. Resoplaba y decía que por ahí no era natural. Mi tía paro y la dijo, este cuando se encapricha de un culo, no lo deja hasta que no se lo folla y el tuyo le ha gustado, date por follada. Ella no dijo nada, solo que era antinatural y que lo que yo tenía era imposible que entrara por ahí.



Eso fue como un reto para mi tía. Mira y aprende, se puso en posición y se la metí hasta el fondo, la cara de Bea era de alucine. Mi tía no se hizo esperar y la dijo que mientras la comiera el coño que eso era lo mejor. Bea obedeció y así lo hizo, cuando mi tía dio varios culazos, que eso era que se iba a correr ya y así lo hizo.



Seguimos como una hora más y nos quedamos dormidos los tres en la cama. No sabía el tiempo que había pasado, me medio desperté y vi que estaba solo en la cama, volviéndome a dormir. Cuando algo me despierta y es la erección que tengo, porque alguien me está comiendo la polla. Era Bea, cuando vio que me desperté me dijo que Lucia le había dicho que subiera a despertarme y que si quería desayunar bien que me sacara la leche. Así lo hizo hasta que no me pude aguantar más y me corrí en su boca. Se atraganto y me dijo que yo no era “normal” en nada y se fue riendo.



Una vez en la cocina desayunando, Bea nos dijo que era para estar ofendida, pero que había sido muy placentero y de quien había sido la idea. Mi tía dijo que de ella. Que siempre la había atraído y que como sabía que estaba “necesitada”… GRACIAS dijo Bea.



Ella se iba a las tres a recoger a su marido a la estación. Por lo que comimos pronto. Llevábamos una hora de charla, cuando Bea dijo si la podía dar el último masaje que ayer con tanta postura, noto como se le cargaba el muslo. Lo que dijo era factible, por lo que la dije que fuera para la zona de la piscina, que yo iría por las cosas. Mi tía dijo, ahora ya no hará falta que este yo, por lo que terminare de recoger la cocina.



Cuando llegue allí estaba tumbada y nada más acercarme pude ver que la muy zorrita, no llevaba bragas, No hice ningún comentario, abrí el frasco del aceite, levantándole bien la falda y dejando el culo al aire. Deje caer un buen chorretón entre las nalgas y con mi mano se lo extendí bien por el coñito y por el culo. Que ahora abriendo sus nalgas el chorretón de aceite lo deje caer justo en su ano, ayudándome con mis dedos a meterlo bien.



Cuando tenía el dedo más largo dentro, la pregunte si ahí era donde tenía el tirón, contestándome ella un SIIIIIIIIIIII, que era toda una invitación. Me desnude en un momento y baje la mesa de masajes a la altura ideal. Logre meter dos dedos y ella protesto un poco pero como no la hice caso, no dijo nada más.



La dije que ahora me hiciera caso en todo, ella me dijo que sí. Me estaba untando bien la polla con el aceite y la dije que se fuera tocando ella sola, diciéndome que le daba vergüenza, la di un azotito en el culo y acto seguido vi como metía su mano derecha por debajo de ella.



Ahora me acerque, había aceite por todos los lados. Me acerque a su culito, teniendo que agarra mi polla para que no resbalase. Ella estaba en tensión, se notaba que apretaba el ano. La di un azote fuerte, que la sorprendió, lo que aproveche y metí parte de la punta. La mentí diciéndola que ya había metido una buena parte, cuando me estaba contestando la metí un poco más, ella me dijo… PARA. Lo hice y una vez que se tranquilizó, me dijo mejor sácala, la dije que esperase un momento que si la sacaba ahora de golpe la dolería más,



No pares de tocarte, yo notaba que no había parado, era para distraerla. La decía lo cachondo que me ponía, lo bien que me lo pase anoche, ella cada vez estaba más relajada y metí un poco más, pero esta vez en vez de decirme, que parara, me dijo que era un MALDITO CABRON.



La dije que lenguaje era ese, en una señora como ella. Y se la metí ya hasta el fondo, diciéndome ella que no taba como un quemazón. En eso apareció mi tía y nos dijo que no teníamos perdón, que no la habíamos avisado. Se acercó vio que la tenía dentro ya y se fue hacia Bea, la beso y la dijo que tranquila que ahora venía lo bueno. La quito su mano y metió la suya. Entre los dos la hicimos correrse brutalmente.



Una vez que se la saque, lo único que dijo fue, que no se podría sentar en una semana y que tendría que buscar alguna excusa. A lo que mi tía dijo, maja simplemente di hemorroides. Nos reímos los tres.



Cuando te lo “entrene” Carlos, ya no tendrás más hemorroides. Riéndose. Sonó el teléfono y esta vez era mi tío. Nos quedamos solos Bea y yo.



-Te diré una cosa, me gustaría por lo menos un día, verte a solas, en mi casa por ejemplo.



-No te quiero mentir, aunque sé que la tentación será muy grande, pero no sé.



La di mi teléfono, ella no quería apuntárselo, porque el marido la revisaba el móvil. La explique cómo hacerlo sin necesidad de que fuera en la agenda de contactos y se quedó sorprendida. La dije que después de navidad estaría aquí, porque pasaba el año nuevo aquí. Ella mirándome me dijo que no me prometía nada. Yo la dije que para ella a cualquier hora estaría disponible, me sonrió….


Datos del Relato
  • Categoría: Maduras
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