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Categoría: Infidelidad

Con Mi Suegra

Me llamo Carlos y actualmente estoy casado con Mabel, pero con anterioridad estuve casado con Teresa bastantes años. Los padres de mi esposa eran relativamente jóvenes ya que Luisa, mi suegra me llevaba solo 8 años. Ya sabeís que siempre he sido un calentorro, si veo una hembra con buen tetamen y buen culito y se me van los ojos de tras de ella. Un fin de semana decidimos salir los cuatro por la noche. Cenamos y luego fuimos a bailar una discoteca romántica. Hubo un momento que mi suegro quiso bailar con Teresa así que yo salí a bailar con Luisa. Mi suegra tenía por aquel entonces 47 años pero su cuerpo era tan espectacular como el de una buena hembra de 30 años. Sus pechos eran grandes (talla 100) y estaban tan duros que desafiaban la ley de la gravedad; tenía un culito espectacular y una boca de labios de mamona que solo con verla entreabrir su boca deseas meterle la polla para que te la mame. En fin todo era tan delicioso que aún no entiendo ahora como tardé tanto en convertirla en mi fantasía sexual favorita. Seguramente nunca me había fijado en ella porqué mi esposa estaba superbuena y la conocía desde los 17 años cuando yo tenía 27. Pero volviendo a mi suegra, al cabo de un rato de bailoteo, noté como frotaba su culo contra mi polla. Fue entonces cuando me fijé en la mujer que bailaba conmigo. Se me cruzó un ramalazo por mi cabeza pero me puse un poco colorado. Elena se dio cuenta y se disculpó “ joopee, Carlos, perdona, pensé que estaba con tu suegro , luego pensé que había sido producto de las copas y no decidí no darle mas vueltas.
Paso una semana de aquel día yo estaba solo en casa ya que Teresa se había ido de compras con sus amigas quise hacerme un bocata y me faltaba queso entonces fui a casa de mi suegra ellos vivían relativamente cerca en la misma calle. Llame al timbre y me extrañó porqué tardo bastante en abrirme cuando abrió la puerta Luisa se disculpó porqué estaba en la ducha y no había nadie más en casa. Me hizo pasar y ella regresó de nuevo al baño. Le comenté lo que quería y me dijo que me sirviera yo mismo. Cuando ya me marchaba salio del baño y no pude remediar el mirarla descaradamente ya que llevaba una bata que transparentaba todo su cuerpo. Pude ver unos pechos bien formados, unas caderas bien torneadas y un culo respingón y bien formado y lo que mas me excito su vello púbico muy bien arregladito. Entonces me espetó “¿ que te pasa no has visto nunca a tu suegra así?..., pues como si vieras a mi hija. Carlitos je je je “ Me marche escopeteado y al llegar a mi casa me di cuenta que de pensar en ella mi polla estaba tan dura que se me salía de los pantalones, me senté en el sillón y empecé a masturbarme pensando en mi suegra hasta que me corrí como nunca lo había hecho con una paja. La leche salió disparado lo menos a tres metros y mientras me pajeaba, mi cara reflejaba la lujuria que sentía pensando en Luisa. Pasaron los días y no conseguía quitarme de la cabeza a mi suegra. Seguramente por que pensaba que aquella fantasía de follarme a Luisa nunca se haría realidad me estaba pajeándome mas de lo normal.
Pero un buen día en que hacia un calor bastante asfixiante y yo estaba solo en casa ya que Teresa había salido de compras y tardaría en volver, llegó a nuestra casa mi suegra que venía del supermercado y traía bastantes bolsas por lo que, como le pesaban bastante, decidió dejarlas en mi casa y que si se las podía llevar mas tarde a su casa ya que tenia que ir a otro sitio y no quería regresar otra vez hacia su casa. Al cabo de una hora decidí llevar las bolsas, así que busqué una llave que mi esposa tenia de casa de sus padres y cuando llegué entre y deposité las bolsas en el piso de la cocina. Entonces oí la voz de mi suegra ¿Eres tu Carlos ¿, ¡ Estoy en la ducha ahora salgo! ; me senté y al cabo de unos 10 minutos salio con aquella bata transparente que tanto me había excitado unos meses antes. Se encaminó a la cocina para vaciar las bolsas y al agacharse para agarrar la primera, su bata se abrió y quedó ante mi todo su cuerpo desnudo. Sentí como todo mi cuerpo se ruborizaba y la polla se me salía del pantalón. Quiso taparse con rapidez pero al verme tan excitado sonrío pícaramente mientras me preguntaba “¿ que, parece que te gusto?” no me salía ni una palabra así que Luisa insistió “ oye si quieres me voy a vestir y aquí no ha pasado nada ¿eh?. Reaccioné y casi sin saliva en la garganta le dije “ no por favor no te vayas que estas absolutamente impresionante”. Entonces Luisa, como si mi asentimiento fuera una señal para ella, se acercó a mi y empezó a desabrocharme la camisa y a pegarme pequeños bocaditos en el pecho yo me agarré a sus fenomenales tetas que tanto había soñado mientras ella me quitaba la camisa y luego el pantalón dejándome solo con el boxer. Estábamos los dos de pie y nos abrazamos. Luisa me metió su lengua que enlacé con la mía mientras que con una mano le amasaba sus hermosas tetas y con la otra le acariciaba su coñito que ya estaba súper húmedo. Hizo que me sentara en una silla y me agarró la polla con sus manos acercándosela a la boca y empezó a mamarme la verga metiéndosela toda en la boca. Me chupaba arriba y abajo y yo sentía que no podía mas ya que era un deseo tan fuerte que tenía por follarme a mi suegra que en aquel momento era la mujer que mas había deseado en mi vida sexualmente hablando, que no podía aguantarme mucho más. Le advertí que me iba a correr pero ella no me hizo caso y siguió hasta tragárselo todo. Me lamió a conciencia dejándome el pene totalmente limpio. Cuando yo me estaba relajando me preguntó “¿ no me dejaras así verdad?”, le contesté que intentaría complacerla así que Luisa se sentó encima de mis piernas besuqueándome por todo el cuerpo entonces no pude resistirlo mas la sujeté por las nalgas y sentándola sobre la mesa le abrí las piernas y empecé a comerme aquel lindo coñito. Le frote mi lengua por todo su coño y le metía mi lengua adentro y afuera mientras ella se retorcía de placer. Tuvo dos orgasmos pero los fluidos de su coñito me gustaban cada vez mas y yo no deseaba parar de comérselo. Luisa protestó y me pidió que se la metiera “¡¡ métemela ya por favor…no seas cabrón, porfaaa, métemela!!”. No me hice de rogar, me puse de pie y lentamente le fui metiendo mi polla absolutamente congestionada. Tenía unas dimensiones desconocidas para mi, estaba enorme así que, a mi suegra, se le escapó un pequeño gritito pero yo apreté mas me moví con fuerza ya que parecía gustarle así y sujetándola con los brazos la fui penetrando arriba y abajo mientras la besaba. Su lengua era una maquina moviéndose dentro de mi boca. Me pidió que esperara “ quieto Carlos, suéltame un momento” y se puso en pompa invitándome a que me corriera en su culo. Primero le metí un dedo para relajarle el esfínter anal pero enseguida vi que cedía fácilmente así que le coloqué la polla en la entrada de su culito y empuje lentamente entro a la primera y comencé a follarla tan fuerte que sus nalgas rebotaban a mis empujes. Me volvía loco su culito y al rato entonces noté que me corría se me había ido a olla en ese momento me giraban los ojos en las órbitas y grite de placer y cuando se la saque vi como de su culo salía un torrente de semen. Me dijo que acababa de disfrutar el mejor polvo de su vida así que, me advirtió, de ahora en adelante tendrás dos chicas para follar, yo asentí complacido y hasta el momento en que me separé de Teresa estuve disfrutando del sexo con las dos y hoy en día es lo que más echo de menos.

Carlos Traste
Datos del Relato
  • Autor: Siol Anep
  • Código: 9151
  • Fecha: 21-05-2004
  • Categoría: Infidelidad
  • Media: 6.31
  • Votos: 117
  • Envios: 9
  • Lecturas: 7736
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