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Con mi profesora

~~Me encontraba
 en el supermercado, cuando me coloco a pagar en una caja, cuando la
 mujer que estaba delante de mi, se da vuelta y me queda mirando
 Señor Konig !!!
 Hola , como le va ¡¡¡¡¡¡ ( era
 mi antigua profesora de castellano, del colegio donde estudié
 ) Conversamos
 sobre mi vida, mientras esperábamos que la fila avanzara. Al
 fin le dije que tenía mi propia empresa, que tenía ya
 31 años , que aun estaba soltero, ella me pregunto por otros
 de mis compañeros en fin todo lo que se puede esperar de una
 conversación entre un ex alumno y su ex profesora. Ella
 me dijo que aun seguía haciendo clases en un instituto o algo
 a si y me preguntó si era factible recibir a alguna alumna
 en práctica en mi empresa. No me pude negar, y le entregue
 mi tarjeta, para que me llamara y coordináramos cualquier cosa.
 Esa
 vieja había sido mi inspiración, para muchas pajas en
 mis tiempos de estudiante. No era una mujer muy atractiva, pero era
 una de las pocas profesoras que hacían clase en mi colegio,
 por lo que no había mucho donde elegir. Sin embargo dentro
 del lote era la que mejores piernas tenía. Ahora ya estaba
 demasiado vieja, calculo unos 60 o 65 años. Estaba flaca, con
 sus tetas caídas, pero seguía teniendo un bonito par
 de piernas. El
 lunes me encontraba en mi oficina cuando mi secretaría me pasa
 el llamado de mi ex profesora Nuevamente
 me saludó y me felicitó por mi empresa y toco el tema
 de la alumna en práctica. Como no me molestaba tener una, le
 dije que no había ningún problema y cuento corto el
 lunes siguiente, se presentó esta niña en mi oficina.
 La
 puse a cargo de una de mis secretarias y resulto ser bastante inteligente
 y aprendió el trabajo con gran facilidad. Aparte que para sus
 17 años estaba bastante buena y terminada su práctica,
 de un mes, tenía otros planes para ella. El
 caso es que a las tres semanas, apareció en mi oficina mi ex
 profesora, hacer una evaluación sobre el desempeño de
 esta estudiante. La hice pasar a mi oficina y luego de una breve conversación,
 me preguntó por el desempeño de esta muchacha a lo que
 respondí con mis mejores halagos. Mientras
 lo hacia, mi profe completaba una especie de cuestionario sentada
 delante de mi escritorio. Me fijé en sus piernas y me di cuenta
 que el paso de los años no habían afectado a esa parte
 de su cuerpo, y mirando y mirando, empecé a recordar la cantidad
 de veces que había tratado de mirar bajo su falda o los pequeños
 roces que le había dado en su culo, mientras entregaba una
 prueba y con mis compañeros la rodeábamos. El
 caso es que me provoco cierta excitación, y como ya hablábamos
 de igual a igual, y en mis años de experiencia mas de alguna
 mujer madura, ya había pasado por mis manos, me encontraba
 muy capacitado para enfrentar ese nuevo reto. Luego
 de terminar su visita, ya eran casi cerca de la 13:00 hrs , la invité
 a almorzar. A ella le sorprendió mi invitación, pero
 sin dudarlo mucho, me dijo que si. Nos
 fuimos a un restorán que quedaba cerca de mi oficina, pedimos
 unos aperitivos y ordenamos. Mientras esperábamos conversábamos
 de muchas cosas, sin embargo una pregunta mía marcó
 un gran acierto.

 ¿ Y su marido?
 Mi marido falleció hace 4 años ya
 ¡ No le puedo creer !
 Me
 comento todo respecto a la muerte de su marido , etc etc etc , mientras
 yo ponía cara de estar prestándole atención,
 se me pasaba por la mente que esta mujer viuda debe estar muy necesitada
 de sexo. A todo esto, me comentó que vivía sola, ya
 que sus hijas se habían casado e ido de la ciudad. El
 caso es que seguimos conversando y yo siempre tratando de desviar
 la conversación a otros temas, pero ella volvía a preguntarme
 por gente que no veía hace tiempo. En eso, nuevamente una pregunta
 salvadora. Me
 pregunto por un ex compañero de curso, que yo sabía
 que se había ido a trabajar al norte. Le comente, dentro de
 varios argumentos que el se encontraba viviendo con una mujer mucho
 mayor que el. Comenzamos a hablar e ese tema, como los jóvenes
 de hoy, le tienen miedo al matrimonio, evaden los compromisos, de
 cómo se relacionaban las parejas con bastante diferencias de
 edad etc., hasta que inevitablemente llegamos al tema del sexo. Ella
 no entendía como un joven podía a llegar a excitarse
 con una mujer tan mayor, y dentro de mis argumentos, le confesé
 que cuando éramos estudiante, muchas veces hablamos con mis
 compañeros sobre ella, en relación a ese mismo tema,
 viéndola a ella como un objeto sexual inalcanzable. A
 ella le causo mucha gracia mi confesión, y me entendió
 perfectamente, pero argumentó que en ese tiempo, si bien es
 cierto había una gran diferencia de edad, ella aun era joven
 y podía llamar la atención de jóvenes, pero que
 ahora, a sus 65 años, solo le quedaban los viejos. Yo
 ya a esa altura la trataba de tu , habíamos terminado
 de almorzar y estabamos tomándonos un bajativo. Le
 pregunte si ella realmente tenía esos complejos respecto a
 la diferencia de edad. Ella me dijo que no, me burlé de ella
 diciéndole que eso lo decía de la boca para afuera,
 pero que llegado el momento, apuesto que su reacción sería
 otra. Ella me dijo que era verdad. Ok, le dije, vamos hacer una prueba
 ahora mismo. Que vas hacer. Me voy a sentar a tu lado, y te voy a
 tomar la mano como si fuéramos enamorados. Al hacerlo, ella
 se ruborizo completamente y me soltó la mano. Nos reímos.
 Terminamos
 de almorzar, me dio las gracias. Le pregunté hacia donde vivía
 y cuando me lo dijo justamente yo iba para ese sector ( mentira ).
 Llegábamos
 a su casa y aun no había avanzado nada en mis planes. Era un
 desafío personal que me había creado yo mismo. Tenía
 que llevar a cabo mis fantasías de la época de estudiante,
 ya casi llegábamos y otra oportunidad como esta, no se presentaría.
 Eran las casi las tres de la tarde, se estaba poniendo a llover, sin
 embargo no hacía frío. Poco antes de llegar, hice el
 comentario que debería haber pedido un café en vez del
 trago. Ella me dijo que si no estaba apurado, podía pasar a
 tomarme uno a su casa, como señal de agradecimiento. Acepté.
 Su
 casa era muy grande, muy ordenada, con muebles muy antiguos, pero
 muy elegantes. Me hizo sentarme en el living, mientras entró
 a la cocina a calentar el agua. Yo
 pensaba en mi siguiente movimiento, pero nada se me ocurría.
 Llegó con dos cafes que duraron casi nada. Mientras nos tomábamos
 el café, me dijo que estaba muy agradecida conmigo, que había
 pasado un tarde muy bonita. Yo también le comenté que
 había pasado una tarde muy agradable. Le comenté lo
 hermosa que era su casa y me invitó a conocerla. Aun con su
 sueldo de maestra, su casa era impresionante, se notaba que su marido
 era, perdón había sido un hombre muy acaudalado. El
 patio de su casa era enorme, con grandes arboles. Recorrimos su casa
 hasta que llegamos a su habitación. Desde ahí un enorme
 ventanal daba al patio de su casa, quedando un poco en altura. Su
 cama era grande y también muy antigua. Salí al balcón
 de su dormitorio, a admirar el paisaje, le ofrecí uno de mis
 cigarros al lo que me respondió que no. Me
 disculpé y estaba guardando los cigarros, pero ella me dijo
 que no le molestaba que fumara, que al contrario le gustaba sentir
 el olor del tabaco. Me
 tomo del brazo mientras mirábamos el patio de su casa. Me dijo
 que le daba mucho gusto haberme encontrado en el supermercado. También
 me preguntó que si no tenía que volver a trabajar, a
 lo que respondí que no. Podía
 sentir su perfume, algo fuerte para mi gusto, sin embargo la miraba
 hacia abajo, ya que ella era mas baja que yo y veía sus pechos
 ya algo caídos pero no así despreciables, apoyados contra
 mi brazo, bajo su suéter negro Aun
 no tenía una señal por parte de ella, ya que aunque
 estaba tomada de mi brazo, era una muestra de cariños y nada
 mas. Sin embargo decidí no esperar mas, e irme con todo en
 su contra. Me
 agache un poco y traté de besarla. Ella hizo la sorprendida
 y trato de alejarme, aunque me di cuenta que era solo una pantalla,
 un teatro. Me dijo que ella era una mujer sería y que yo era
 un loco al tratar de hacer eso. Le
 pedí disculpas y me excusé con que siempre la había
 deseado en el colegio y como ahora ya era un hombre, me atrevía
 hacer eso, pero que le rogaba que me disculpara. Ella
 no entendía como podía atraerme un mujer de su edad
 y le respondí que había algo en ella que me había
 echo perder la cabeza y que me sentía muy avergonzado. Ella
 se había separado de mi, con una cara un poco molesta. Me empecé
 a sentir incomodo y le dije nuevamente que me disculpara, y que mejor,
 me marcharía. Al
 entrar nuevamente a su habitación, ella tras de mi, cerrando
 el ventanal, me dijo que me esperara. Se
 sentía muy halagada que un joven tan buen mozo como yo, la
 hubiese tratado como una mujer deseable nuevamente, aunque aun no
 entendía el porque. Pero que ella era una mujer con principios
 y que eso estaba mal. Que la disculpara si ella había hecho
 o dicho algo para que yo hubiese hecho lo que trate de hacer.

 No, por favor, discúlpame tu, solo son fantasías mías,
 y me siento muy avergonzado por lo que hice. Debe haber sido las conversaciones
 que tuvimos lo que me llevó a ponerme. .. como decirlo. ..
 un poco candente
 Un poco candente? Conmigo? , no me hagas reír. De verdad,
 no me explico que te pudo atraer de mi. Tengo 65 años y dudo
 que mucho que pueda hacer feliz a un hombre nuevamente
 Lo dices en broma ( alabándola)
 No , es lo que pienso
 Estas muy equivocada. Permíteme que te lo diga, no lo vayas
 a tomar a mal, pero tus piernas siguen tan hermosas como en tus mejores
 años y estoy seguro que en tus tiempos traías locos
 a los hombres, y ahora, con tu elegancia eres como un vino reservado
 por muchos años que se me ocurre debe ser exquisito.

 Muchas gracias, hace mucho tiempo que alguien no me elevaba tanto
 el ego.
 Digo
 la verdad
 No te creo
 ¿Quieres que te lo pruebe?
 ¿ Como?
 A si
 La
 tomé de la cintura y trate de besarla. Ella ponía resistencia,
 pero a su edad su fuerza era casi nula y sin muchos esfuerzos logre
 besarla. Ella puso resistencia por un largo rato, hasta que por fin
 se entregó a mis besos. Mi verga estaba muy dura y a través
 de mis delgados pantalones sabía muy bien que ella la estaba
 sintiendo.
 Comencé
 a besar su cuello y ella trataba de separarme, pero sus esfuerzos
 a nada conducían. Ella poco a poco comenzó a dejar de
 empujarme y se dejó llevar por su sexualidad reprimida por
 años. Siento como busca mi boca y dándonos un fogoso
 beso, mis manos bajan de su cintura, y comienzo a acariciar suavemente
 su trasero por sobre su falda. Ella al principio se anduvo escandalizando,
 pero luego de unos pequeños forcejeo dejo de subir mis manos
 y volvió a abrazarme.
 Ahí
 me encontraba yo, en la pieza de mi ex profesora, besándola
 y acariciando su culo. Sabía que con ella no podía ser
 muy brusco, y que todos mis movimientos debían ser muy calculados.
 Traté
 de que nos recostáramos en su cama, pero ella se opuso terminantemente.
 Incluso se anduvo molestando un poco. Continué besándola
 y haciéndole sentir mi verga por sobre su falda, con un ya
 no tan disimulado movimiento de pelvis.
 Ella
 aun no daba muestras de excitación, solo jugaba conmigo. Mi
 siguiente movimiento fue desabrochar su falda, la que cayó
 al piso. Ella se escandalizó y trató de sepárame
 con bastante fuerza. Mis manos acariciaban su culo por sobre su enagua
 sintiendo los pliegues de su calzón, mientras forcejeábamos.
 Con
 los forcejeos logre que cayéramos a la cama y me puse sobre
 ella tomándola fuertemente de sus manos por sobre su cabeza.
 Logre
 tomar ambas manos con solo una de las mias, y quedando libre con esta
 comencé a tocarla, primero en sus pechos y luego subiendo su
 enagua, sus piernas cubiertas con panties.
 Ella
 me rogaba que la soltara, pero yo no hacía caso, trataba de
 desnudarla, pero por las características de su ropa me resultaba
 bastante difícil, es más, la estaba dañando un
 poco.
 Estaba
 a punto de desistir, cuando ella sorpresivamente, me dice que la dejara
 a ella, ya que no le gustaban las cosas fuertes. Le solté sus
 manos y me moví un poco para dejarla sacarse su sueter.
 Nuevamente
 la besé y mientras lo hacía , comencé a desabrochar
 su lusa en busca de sus pechos.
 Ante
 mis ojos quedó su piel expuesta, con sus pechos cubiertos,
 por un brasier que a pesar de su gran tamaño, aunque sus pechos
 no eran tan grandes, era bastante sensual. Le bese los pechos por
 sobre el brasier y en un movimiento se lo corrí, dejando expuesto
 un pezón rosado, de un tamaño bastante considerable,
 el que fue atrapado inmediatamente por mis labios.
 Sus
 pechos, no eran muy grandes, pero tampoco pequeños, sin embargo
 el paso de los años, los había ablandados y separados,
 pero de todas formas me excitaron y les dí un tratamiento que
 la hizo gemir de placer.
 Colocándome
 a su lado y sin dejar de besar sus pechos, comencé a desnudar
 su parte de abajo. Cuando trate de sacarle sus calzones, me dijo que
 yo me desnudara también. Mientras lo hacía, ella se
 cubrió los ojos con una clara señal de la vergüenza
 que sentía de verse casi completamente desnuda en su cama,
 con unos de sus alumnos.
 Me
 desnude completamente, recostándome a su lado, sin dejar de
 ver cada detalle del cuerpo desnudo de mi maestra de colegio y lentamente
 procedí a sacarle sus calzones. Su concha tenía muy
 pocos vellos púvicos pero no por ello poco atractiva, traté
 de besársela ella me detuvo y me dijo que no le gustaba eso.
 Trate de que me chupara la verga y me dijo que tampoco le gustaba.
 Que ella era mas tradicional.
 A
 si que solo me subí sobre ella y abriendo sus piernas comencé
 a penetrarla lentamente. Me sentía como todo un hombre, ya
 que ella me decía que el tamaño de mi pene era muy grande
 y que le dolí al entrar.
 No
 es que mi tamaño sea tan grande, lo que pasa es que ella estaba
 muy cerrada.
 Lentamente
 fui penetrándola, poco a poco, en su muy estrecha vagina, hasta
 que llegó el momento que mi verga entró en su totalidad,
 lo que fue acompañado de un gemido, no de placer, si no mas
 de dolor.
 Me
 mantube un rato en esta posición a la espera que su vagina
 se acostumbrara a mi verga, mientras le chupaba sus pechos suavemente.
 Fue
 ella la que lentamente comenzó a moverse y ya después
 de un rato, noté como su vagina se había dilatado y
 ya entraba sin ninguna dificultad. Estuvimos dándonos un rato,
 ella se quejaba muy fuerte, en cada arremetida que yo le entregaba.
 Con mis manos aferradas a su culo, cada véz que trataba de
 tocar la entrada de su culo, ella se detuve y me pedía que
 no lo hiciera. Ella
 acabó en dos oportunidades y luego de la última me pidió
 que parará. Yo aun no había acabado, pero me dí
 cuenta que la viejita ya no daba mas. Nos empezó a dar algo
 de frio por lo que nos metimos bajos las ropas de cama. Ella
 me dio la espalda y la abracé por detrás, colocándole
 mi verga entre sus nalgas mientras le acariciaba sus pechos. Ella
 me pedía que la dejara descansar un poco pero mi calentura
 no disminuía por lo que comencé a penetrarla por detrás
 en esa posición. Ella ya solo aguantaba mis penetraciones,
 y yo dándome cuenta que la sesión de sexo terminaría
 ahí, me preocupe de mi mismo y comencé a acabar, para
 no quedarme con mi semen adentro. La
 verdad no puedo definirla como una sesión apasionada, solo
 el morbo de estar con mi ex maestra hacía de esa relación
 algo especial, el resto, bastante mediocre, ya que ella ni siquiera
 me tocó la verga con su mano. Me
 fume un cigarro, ya sin pedirle permiso. Ella se levantó con
 mucha vergüenza, tapándose su pechos, a buscar un cenicero.
 Yo
 quería irme, ya mi objetivo se había cumplido, no como
 yo lo esperaba, pero en fín, tenía que considerar que
 ella ya tenía 65 años. Ella me noto un poco molesto
 y me pidió perdón por no ser tan sensual como yo quería.
 Yo le dije que no se preocupara. Ella me dijo que si yo quería,
 ella me podría masturbar para que me fuera contento. Le dije
 que bueno. Muy
 tímidamente me comenzó a tocar, dando un suspiro cuando
 por primera vez sus dedos se encontraban con mi verga, que aún
 se mantenía con un considerable tamaño. Sentir
 sus arrugada mano sobre mi verga, me comenzó a calentar un
 poco, por lo que comencé a disfrutar de la pajita .
 Ella
 me preguntaba a cada rato si me gustaba lo que me hacía, y
 aunque para mi gusto era demasiado suave, le decía que si para
 incentivarla un poco mas. Le
 dije que me gustaría acabar entre sus pechos, lo dudo un poco,
 pero se me montó sobre mi , dejando mi verga entre sus blandas
 tetas. Comenzó a moverse lentamente, presionando con sus manos
 sus tetas para dar un poco mas de roce. Yo veía como de repente
 bajaba su vista para ver mi herramienta. Comencé
 a quejarme para darle mas motivación a ella. Le dije que me
 haría el hombre mas feliz de la tierra, si la colocaba en su
 boca. Me
 dijo que no una y otra vez hasta que después de mucho insistir
 que lo hiciera, conseguí que lo hiciera. Al
 final, mi profe bajando la cabeza, puso sus labios sobre mi verga,
 muy suavemente. Yo gemí un poco mas fuerte para mostrarle lo
 mucho que me gustaba. Luego avanzó un poco mas y abriendo su
 boca se metió solo la punta, sacándola casi inmediatamente.
 Poco a poco se fue acostumbrando a sentir mi erecto miembro dentro
 de su boca, dándome una mamada, bastante buena. Cuando sentí
 que no podría aguantar mas, le dije que acabaría , para
 no sorprenderla con el chorro, si embargo ella nuevamente lo llevó
 a sus pechos y en ellos me descargué. Luego
 de un rato, me fijé en la hora y me excusé que era muy
 tarde. Se despidió de mi con un beso en la boca, cosa que ya
 no me gusto mucho, pero que de todas formas correspondí.

Datos del Relato
  • Categoría: Varios
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