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Categoría: Infidelidad

Con mi concuño y mi suegro

El año pasado pues ya saben, me despedí de Don Carlos, actualmente no se ya nada de él pues se fue a estados unidos, con mi primo pues cogimos de nuevo pero se portó muy grosero esta vez así que lo mande a la chingada y ni al caso de contarles, el doctor pues dejo de trabajar en consultorio cerca de mi casa y pues ahora solo estoy en contacto con él a través del celular, pensé que hasta ahí había terminado mi etapa de infiel, pero bueno cual es mi sorpresa y pues paso algo que yo nunca imaginaria. A mediados del año pasado nos fuimos a vivir a casa de mi esposo, ya que su mamá se complicó de sus enfermedades, yo pues ya se imaginan iba más de chacha que a otra cosa, afortunadamente mi esposo no fue tan cabron que los fines de semana que el descansaba se ocupaba de su mamá y de los quehaceres de la casa y a mí me daba tiempo de ir a visitar a mi mamá.



Al principio todo estaba bien, normal diría yo, hacíamos la limpieza mi cuñada y yo, la comida y así, esperábamos prácticamente a que llegaran mi suegro, el esposo de mi cuñada y mi esposo de trabajar para atenderlos, ya después de llegados ellos mi esposo y mi suegro atendían lo que hacía falta, pero que hablar del huevon de mi cuñada que nunca hacia nada. La familia de mi esposo no tiene mucho, yo lo sabía muy bien desde el día uno que empecé a andar con él, por eso es que vivíamos en casa de mi mamá, la casa era solo de una planta con 3 recamaras y los demás espacios correspondientes, mi cuñada y su esposo ya tenían 2 niños, mi bebe apenas iba para el año y meses, se tuvo que aclimatar lo que era la recamara de mi esposo y sacar a los hijos de mi cuñada, sabíamos que era solo temporal así que no hubo mucho problema.



Un día común en el que estábamos haciendo las labores mi cuñada se puso muy platicadora y me empezó a contar todas sus aventuras que ya había tenido, yo me reserve ya que corría el peligro de que fuera con el chisme o que me chantajeara o algo así, solo me puse a pensar que todos tenemos secretos.



Transcurrieron los días, y todo normal, el sexo con mi esposo era igual y rutinario, sentía que ya me estaba acostumbrando y viviendo solo de los recuerdos, con el doctor solo era de que algún día nos escaparíamos pero nada. Un día de haber terminado de coger con mi esposo en la madrugada para antes de acomodarme a acostar fui al baño, el cual quedaba cruzando las recamaras, tratando de no hacer ruido me dirigí al baño y escuche gemidos que venían del cuarto de mi cuñada, había escuchado a mi mamá cuando cogía con mi papá pero no era para nada excitante, pero en aquella ocasión me quede afuera de su cuarto a escucharla, como gemía y le pedía más, y como su esposo le decía "toma puta, toma" se escuchaba tan rico, yo solo cerré mis ojos y me imaginaba como se lo estaba cogiendo mientras tocaba mi vagina y mis pechos, empezaba a mojarme y a sentir como me corría, tenía un orgasmo, ahí, apoyada a la pared, solo sentí como mis jugos se resbalaban sobre mis piernas y trataba de controlar mi respiración, en eso...



- Buenas noches.



Abrí mis ojos y era mi suegro que iba dirección a su cuarto, me quede pasmada, no supe que hacer, cuanto tiempo estuvo ahí, como fui tan tonta en no fijarme, estaba que quería que me tragara la tierra, era mi suegro, no sabía qué hacer. Ya no fui al baño y me dirigí al cuarto, mi esposo ya estaba dormido y mi bebe estaba bien dormido, me quede la noche despierta y pensando en cómo actuar al rato. Amaneció y ese día era viernes, esperaba con ansias acabar el quehacer y salir a casa de mi mamá y dejar que ese fin borrara la escena de mi suegro de mí la cabeza. Mi cuñada estaba de muy buen humor ese día, pues no era para más, habíamos compartido un rico orgasmo aquella noche, ella con la verga de su esposo dentro y yo afuera con la escena para mi suegro. Acabe rápido y me fui a casa de mi mama, ya le había avisado a mi esposo que me iría antes. El fin de semana pasó muy rápido, no como quisiera que pasara yo, ya no quería regresar a casa de mis suegros pero no quedaba de otra, así que me aguante y a ver qué pasaba. Ese lunes transcurrió normal, ya cuando llegaron los hombres los atendimos y en cuanto pude me fui al cuarto tratando de no hacer contacto con mi suegro, aunque era evidente que el trataba de encontrarme con su mirada.



Ya llegada la noche, preferí cenar en el cuarto viendo la tele, todos se fueron a acostar y me quede ahí, en la cama despierta, se escuchaba un silencio en toda la casa, al parecer los niños se habían dormido, mi bebe nunca hacia escándalo y cuando se iba a dormir dormía literal como bebe, y de la nada empezaron a escucharse esos sonidos de cuando estás bien mojada y te la están metiendo, aquellos de nuevo cogiendo, pero me aguante y no hice nada, trate de dormir pero no podía, así que decidí pararme y hacerme un te después de que ya no se escuchaba ningún ruido, al checar el reloj eran las 2 de la mañana y yo aún no podía pegar los ojos, ya en la cocina escuche "Tan tarde y despierta, de nuevo?" salte del susto y era mi suegro.



-No lo había visto, como es que no hace ruido?



Soltó una risa y continuo -Como la otra noche?



Le pedí una disculpa y le dije que no volvía a pasar, que me sentía muy apenada y que fue por puro impulso.



-Mi hijo si te tiene complacida? Si te llena? - me pregunto con susurro.



-Esas son preguntas que no se hacen y es algo que no tengo porque responderle.



Solo sonrió y se sirvió también del agua caliente que ya estaba, se preparó un café, tomo de él y se me quedo mirando -No hay necesidad de preguntar, tienes razón, con lo que vi, solo confirmo lo que vi en ti desde el día uno que te conocí, eres una putita - y nuevamente sonrió. Pero que le pasaba a este pendejo, pensé, soy la mujer de su hijo, tiene una hija, no se pone a pensar en eso? yo solo sonreí y tome mi taza de té para irme al cuarto, en eso me tomo del brazo.



-No te enojes feriecilla, o ahora me vas a decir que no es cierto- me trate de zafar de el pero me agarro muy fuerte y no quería hacer ruido para que se despertaran los demás, "creo que se está equivocando señor" le dije con desagrado, en realidad no me llamaba para nada la atención el papá de mi esposo, no era Don Carlos, quien era un señor guapo y deportivo, mi suegro es alto, con un poco de panza, moreno, si se notaba que tenía mucha fuerza pues siempre se ha dedicado a la construcción pero pues eso que, no?



Me pego a él casi haciendo que la taza de té la tirara en él, no me había percatado bien que el solo traía su playera y su bóxer, yo acostumbro en dormir en calzones pero aquella vez me puse una pijama para salir por él te, en cuanto me pego a el sentí que ya lo tenía bien parado, parecía un fierro pues no se dobló para nada, sentí un poco de asco y miedo al principio, pero sé que soy débil ante la presencia de vergas duras (si soy una puta, no estaba tan equivocado mi suegro) y que puedan darme una cogida rica, lo que hice fue solo quedarme muda y quieta, siempre a la expectativa de que iba a pasar.



-Se te nota que eres bien puta Meli, y que te encanta la varga, crees que no los he espiado como cogen tú y mi hijo, desde que eran novios e inclusive ahorita que están en casa, y me lo confirmaste aquella noche que estuviste tocando con solo escuchar cuando se cogen a mi hija, sé que eres toda una puta y que te encanta.



Empezó a tocarme las nalgas y a sobarme su verga bien parada en mi panocha, no sabía qué hacer, si gritar, aventarle él te encima, darle una patada, no sabía, me quede paralizada, poco tiempo después solo sentí como mi vagina se ponía caliente y húmeda. Solo me quede ahí, sin decir nada mientras mi suegro se daba gusto con mi cuerpo, agarrándome de mis nalgas, me apretaba mis pechos, de un momento a otro me di cuenta que ya no tenía la taza en mis manos y ya me sentía abrazándolo y disfrutando del faje que nos estábamos dando, porque ya respondía los besos y lo dejaba que me tocara toda, por debajo de la ropa.



-Traes tanga hija de tu pinche madre, aaaa eres toda un puta, que rico se sienten tus nalgas mamacita, toca mi verga, tócala.



Le seguía las ordenes que me daba y se lo saque del bóxer, era una verga dura, gorda y venosa, tenía unos huevos como los que me gustan, grandes, casi como el de su hijo, sin que me dijera ya me veía enfrente de su verga, le empecé a lamer los huevos y a masturbarlo, en eso me metí su cabeza en mi boca y empecé a mamársela con tal desdén que solo vi cómo se apoyó en la mesa.



-Ah la mamas muy rico, no cabe duda que eres toda una puta. Eso me prendía mas, me prende que me hablen así, me olvide por completo que estaba en la casa de mis suegros, que en los cuartos estaban mi suegra en cama, mi cuñada y su familia y mi esposo y bebe en el otro. Pero me importo madres y continúe mamándole la verga a mi suegro. En eso me levanto y yo ya sabía a qué iba, me puse de espaldas y me baje mi pijama dejándome la tanga, solo escuche su voz de admiración y me dio una nalgada que sonó en el silencio de la casa "shhh no invente nos van a escuchar" volteándome le dije, no me hizo caso y me puso de nuevo de espaldas haciéndome de lado la tanga y en eso me la dejo ir toda, yo ya estaba tan mojada que no aguante y solté uno que otro gemido, se escuchaba como chocaban sus huevos en mi panocha mojada y el sonido de chaqueteo de su verga adentro de mí, yo estaba en el éxtasis completo, le había tomado la mano con señales de que me dedeara.



-Quieres que te masturbe perra? quieres correrte puta? quien es tu macho puta?



Yo seguía apoyada en la barra de la cocina, gozando, estábamos primero con la luz tenue, después cuando abrí los ojos de nuevo ya estaban las luces apagadas, los volví a cerrar y solo sentía como me daba duro, rápido, mientras me tocaba, yo ya estaba a punto de llegar cuando se escuchó una voz "les puedo acompañar?" abrí los ojos y salte del susto, tapándome la boca para que no saliera aquel grito de susto. Era el esposo de mi cuñada, parado a lado de nosotros.



-Pinche Ernesto, avisa antes cabron. - le dijo mi suegro susurrando. Yo estaba con el susto al mil y toda tiesa de no saber qué hacer voltee a ver a mi suegro él se había apoyado en la mesa tratando de recuperar el aire. -Pues no se Meli, vuélvele a preguntar a la putita esta- Ernesto se dirigió a mí que quizás tenía un aspecto enfermizo por la sorpresa que solo me dijo "tranquila no pasa nada, mi suegro y yo sabemos que pedo aquí, quieres o no? En eso saco de su bóxer tremenda verga, bien parada, gruesa, cabezona, negra, no sabía qué hacer, solo sabía que estaba metida en un pedo enorme, que hacia?



Me puse de rodillas y con cada mano agarre ambas vergas y empecé a mamarlas, obviamente la verga de Ernesto era un paquetote. Ellos solo se quedaron callados y veía su silueta de como disfrutaban, me tome el tiempo de pensar en que hacer mientras se las mamaba, así que me levante y dije



-Esto no puede ser así -los mire a los dos- si ya está hecho esto quiero que me cojan pero no aquí, no así, que pinche chiste tiene.



-Ves? te dije que era toda una puta, tarde pero aquí está esta cabrona -le dijo a Ernesto, este respondiendo con una sonrisa-



Nunca lo había echo con dos a la vez, y si esta ves iba a ser la primera y ya estaba metida en este pedo pues que mejor que aprovecharlo al máximo, de todas maneras en unos meses me regresaba a mi casa y era muy raro que visitemos a la familia de mi esposo. Lo puta me ganaba.



-Que propones? -me pregunto Ernesto-



-Pues al menos quien quiere azul celeste que le cueste, no aquí, en otro lado, los 3, solos.



Sonrieron y asintieron. No sin antes agarrarme mi suegro y ponerme de espaldas y me la dejo ir así de sopetón empezando a bombearme mientras mi concuño me ponía su tronco en mi boca, era una sensación riquísima, me salí de mi suegro y le pedí a Ernesto que me cargara, sin problemas me cargo y me ensarte ese palote, riquísimo, deje escapar un ligero gemido y empezó a darme rico en eso sentí como me metían un dedo en el ano, voltee y era mi suegro mientras se masturbaba viendo la escena me metía su dedo en mi ano. Mi concuño saco su verga, me elevo, me mamo mis pechos, y me dejo caer de nuevo sobre su verga, haciéndome gemir.



-Ya, ya, ya, está bien, ya quedamos, ustedes me dicen.- me acomode mi pijama, me fui al baño y me limpie bien, me acomode el cabello, al salir del baño los vi ahí sentados en la sala platicando. Me dirigí rápido a mi cuarto, mi esposo estaba perdido en su sueño al igual que mi bebe, me acomodé y me empecé a tocar pensando en las escenas que habían pasado, pensando en esos dos palos que iba a tener en mis dos lados, hasta que me corrí sabroso, solo así pude dormir bien...


Datos del Relato
  • Categoría: Infidelidad
  • Media: 10
  • Votos: 1
  • Envios: 0
  • Lecturas: 2706
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