~~Como no hay mal que por
bien no venga, he recuperado la sana costumbre de hacerme un homenaje
a tu salud algunos días después de comer. Ya se que últimamente
estoy muy vaga y no te escribo, lo intento, no te creas, los pocos ratos
en que estoy sola, pero tiene una tantas cosas en la cabeza que me cuesta
concentrarme, además, ahora te doy la lata casi todos los días,
así que en realidad no hay gran cosa que contar. Pero para que
veas que no soy tan desastre como maruja , te contaré
lo que me pasó un verano que invite a mi amiga al apartamento
de la playa. Empezamos a hacer limpieza, como buenas chicas, pero parecía
que no bastaba. Así que llamamos a un pintor que nos habían
recomendado en una tertulia en la piscina. Estaba muy bueno, quizá
un poco rellenito, pero nada serio. La verdad es que curraba mucho,
enseguida empezó a sudar y se quitó la camiseta. Mi amiga
y yo andábamos por allí ligeras de ropa, claro, para eso
estábamos en nuestra casa, él no nos quitaba ojo desde
lo alto de la escalera. La verdad es que verle las tetas y los pelos
de sobaco pegados a la piel por el sudor, nos hizo ponernos muy cachondas,
hasta que mi amiga me agarró por detrás y mientras me
tocaba el culo me dijo: Desnúdate, vamos a hacernos un
homenaje a la salud de este macizo . Ya sabes que es muy mandona,
así que le hice caso, ella hizo lo mismo, y cuando estuvimos
las dos en pelotas, me tiró encima del sofá que estaba
tapado con una sábana, claro, se tumbó encima de mi y
empezó a pasarme sus tetas por la cara. Me gustan mucho sus tetas,
así que le agarré uno de los pezones con la boca, ella
se sujetó el pecho con la mano mientras le chupaba la punta.
¡Chupa más!. ¡Así, así. ! .
Me dice mientras empuja la teta dentro de mi boca llenándomela
de carne, lamo y chupo su pezón que es gordito y moreno al revés
que los míos, tirando de él con los labios, mordisqueándolo
con los dientes, hasta que me canso y lo repito con el otro, mientras
ella se mete la mano entre los muslos y empieza a hurgar en su coño.
De repente, parece pensarlo mejor, se levanta y se sienta sobre mis
tetas y se mueve hacia delante enseñándome el coño.
¡Vamos, hazlo!. ¡Quiero que me lo hagas! .
La verdad es que preferiría que fuera un tío y que me
metiera en la boca una buena polla, pero una amiga es una amiga. Mientras
pienso todo esto, ella parece impacientarse: ¿Qué
pasa?. ¿No lo quieres? . Se mueve hacia delante, acercándose
tanto que sólo tengo que sacar la lengua para lamer la raja entre
sus labios. Chupo arriba y abajo, mezclando las babas de mi boca con
las de su coño. Parece contenta, se estira agarrándose
las tetas. Se adelanta un poco más y mete hasta mi nariz dentro
de su coño. ¡Quiero algo más que una lamida,
cariño! . Así que con ese coño inundado encima
de la cara, empiezo a moverme de un lado a otro, mordiéndola
los labios y el clítoris, restregando mi boca y mi nariz contra
ella, hasta que se corre gritando y pegando botes encima de mi. Se retira
poco a poco, se mete las manos en el coño y me embadurna las
tetas y la tripa con sus babas. Me separa las piernas y acerca una de
sus tetas a mi coño, haciéndome cosquillas con el pezón.
Levanto el culo buscándolo, pero se ríe y se aparta, es
más mala que yo, ya lo creo, de repente, mientras intento agarrarla,
oímos una especie de jadeos y nos volvimos a mirar al pintor.
Nos habíamos olvidado de él. O eso parecía. El
pobre tenía los pantalones bajados y se la meneaba como loco,
nos quedamos mirando su capullo a punto de reventar hasta que los chorros
de su corrida empezaron a caer desde lo alto de la escalera. Cuando
nos recuperamos de la sorpresa, mi amiga pareció cabrearse. Con
malos modos, le mandó bajar, el pobre casi se cae con los pantalones
enredados en las piernas. Creo que ver a mi amiga chillarle en pelotas,
le ponía todavía más cachondo que vernos comernos
todo. No sabía lo que se le venía encima. ¿Quién
te ha dado permiso para correrte?. ¡Cerdo! . Dijo mientras
le hacía ponerse de rodillas. ¡Ahora mismo vas a
quitar tu asquerosa corrida de mis suelos! . Le agarró
por los pelos y le hizo bajar la cabeza hasta ponerle la cara sobre
las manchas. ¡Vamos, saca la lengua, cabrón! .
Así que empezó a lamer y a lamer, imagino que habría
lamido cosas más agradables, al principio lo hacía despacio,
hasta que mi amiga cogió una de sus zapatillas y la descargó
sobre su culo. Sobre su cacha quedó una marca roja, soltó
un chillido y empezó a lamer más de prisa. Cuando el suelo
quedó bien limpio, mi amiga volvió a agarrarle por los
pelos, le hizo doblarse cogió un rollo de precinto y le sujetó
las manos a la escalera, después le amordazó, se puso
detrás de él y terminó de quitarle los pantalones,
cuando estuvo en pelotas, empezó a sobarle las piernas, subiendo
las manos por sus muslos, haciendo que las separara. Cuando estuvo totalmente
espatarrado, le ató una a la mesa y otra al sofá. Desde
atrás la vista era espectacular. Un culo soberbio y la polla
y los huevos colgando entre las cachas. Empezamos a morder y a lamer,
primero por atrás, cada una por un lado, alrededor del agujero
de su culo, hasta que estuvo empapado. Bajamos hasta sus huevos, pasando
la punta de la lengua a su alrededor, él movía el culo
y separaba más las piernas, su polla se había levantado
hasta su tripa sin que la tocáramos siquiera . Nos apartamos
un momento para disfrutar de los ruídos que salían a través
de la mordaza. Sudaba, temblaba y se retorcía. Me acerqué
a él, y le metí la cara dentro del sobaco, restregándola
contra sus pelillos sudados, mi amiga se rió e hizo lo mismo
por el otro lado, volvimos a chupar, hasta que nuestras bocas llegaron
a sus tetas, cuando sus pezones estuvieron bien duros, mi amiga tiró
del suyo con los dientes, le soltó y antes de que se encogiera,
le agarró con una pinza de tender la ropa. Él volvío
a gruñir y a retorcerse mientras mi amiga me indicaba que hiciera
lo mismo, me parecía un poco duro, pero como en el fondo me acojona,
pues la hice caso. Cuando paró de gruñir y de resoplar,
volvimos a lamer su polla, cada una por un lado, peleándonos
por su capullo. Cuando estuvo bien duro, mi amiga tiró de él
con los dientes y sobre la piel estirada le colocó otra pinza.
Por fin, agarró los huevos, tiró de ellos y se los decoró
también. Los bufidos que salían de la mordaza, metían
auténtico miedo, pero ella todavía no había terminado,
se puso detrás de él, separó sus cachas y después
de meterse la mano en el coño, se la pasó por el agujero
embadurnándoselo. Metió un dedo, se aseguró de
que entraba bien y lo sacó, miro a su alrededor, cogió
una de las brochas y apoyó el mango contra el culo del pintor,
empujó y empujó hasta que consiguió metérsela,
por suerte no era demasiado grande. Se entretuvo un rato follándole
con ella y por fin se la dejó metida en el culo. Le deja así
y se vuelve hacia mi. Se agarra las tetas y empieza a restregarlas contra
las mías. Las frota moviéndolas de un lado a otro mientras
yo miro las puntas tiesas. ¡Tócame! . Me dice.
Mete los dedos dentro de mi coño y follame Se pone
de rodillas y yo la obedezco. Meto la mano entre sus muslos hurgado
entre sus labios hasta que encuentro el agujero. Meto dos dedos en su
coño que está húmedo y caliente. Los meto y los
saco sin dejar de mirar a nuestro chico que sigue gruñendo mientras
su polla crece más y más y su capullo se pone morado entre
la pinza que le aprisiona. ¡Por el culo, metemé
algo por el culo! . Me grita mi amiga mientras se retuerce a cuatro
patas, haciendo bailar sus tetas. Agarro una vela y se la meto poco
a poco mientras sigo follándola con los dedos. Con los dos agujeros
llenos, chilla como una posesa, hasta que se derrumba sobre el sofá
mientras se corre. !Muy bien, ahora follatele a él! .
Me dice medio sofocada mientras se pone cómoda para mirar. Así
que me acerco a nuestro amigo sin saber muy bien por donde empezar.
Le quito la brocha del culo, está sucia y no sólo de pintura,
el agujero le ha quedado grande y rojo, espero que no sea grave, le
doy una palmadita en el culo para animarle. Le quito una de las pinzas
de las tetas, vuelve a gruñir, claro, imagino que le picará
mucho, agarro el pezón con la boca y chupo y chupo hasta que
los gruñidos cambian de tono. Luego lo repito con la otra, es
un poco incómodo chuparlas desde abajo, pero esas tetas son un
auténtico festín, mucho mejor que las de mi amiga. La
miro, por si acaso, parece satisfecha, así que me agacho y le
suelto los pies, los junta intentando estirarse, pero se hace daño
con las pinzas de los huevos y con un quejido las vuelve a separar.
Se las quito y los agarro. Están duros y suaves entre los pelos
que los rodean, los acaricio y los estrujo hasta que parece que se le
pasa el dolor. Me meto entre sus brazos, me apoyo en la escalera y le
quito la mordaza. ¿Quieres follarme? . Le digo mientras
le suelto las manos. Si no la jefa se enfadará .
Antes de que tenga tiempo de contestar, agarro su polla y le quito de
un tirón la pinza del capullo. Tiro de ella mientras se endereza
pegando un último chillido. Me subo al primer peldaño
de la escalera mientras me la mete de golpe. Empuja como loco, como
si quisiera quitarse en mi coño el dolor del capullo. Te
pica el rabo. ¿Eh, cerdito? . Le digo mientras me agarro
a la escalera para soportar sus empujones. ¡Siiiiiiii.
malditas zorras, os vaís a enterar! . Y sigue moviendo
el culo más y más, tan fuerte que me levanta, así
que me agarro a su cuello y subo las piernas apretándole con
ellas mientras me folla. ¡Me voy a correr!. Cerdito, me
voy a correeeeeeer . Le digo apretándome contra sus tetas.
Vamos, correté, zorra, que aún tengo que follarme
a la otra . Así que empiezo a chillar y me corro pegando
botes colgada de su cuello. ¡Así, muy bien!. ¡Así,
puta!. ¡Eres una puta barata! . Me dice antes de levantarme
con cuidado y dejarme en un sillón. A regañadientes, le
solté. Se volvió hacia mi amiga. Ahora fue él quien
le agarró por los pelos. La tiró boca abajo en el sofá
y con dos azotes le hizo levantar el culo. ¿Así
que te gustan que te metan cosas por el culo?. Tienes un culo de puta
madre. Te voy a encular. ¡Zorra! . Mi amiga jamás
había oído esa palabra, pero adivinó enseguida
su significado. Ni tan siquiera se movió. Sintió como
sus fuertes manos separaban sus cachas abriéndola. Notó
como escupía en su entrada, luego la punta de su miembro en su
segundo agujero. Decididamente su polla fue entrando en ella. Sin embargo
no pareció dolerle tanto como ella esperaba. Volvió a
metérsela tan fuerte como había hecho antes conmigo. Sujetándole
por las caderas impedía que sus movimientos la empujaran y se
escapara de sus embestidas. Se la metía hasta hacer chocar los
huevos contra su coño. Ella se retorcía y yo me moría
de envidia. Creo que las dos supimos que se iba a correr. Yo aun tenía
la sensación de que su polla estaba dentro de mí y de
vez en cuando pequeñas convulsiones de placer agitaban mi cuerpo.
Me parecía que yo también la notaba avanzar gruesa y tremendamente
dura. Ella chilló al sentir su líquido caliente en el
interior de su culo. Cuando se quedó satisfecho se retiró
bruscamente de ella y se quedó allí tirado entre nosotras.
No se si por hoy le quedarán fuerzas para seguir pintando. .
Parece que te gustan los masajes, me alegro, a mi me gusta tocarte.
No, no es que me guste, es que tocarte es una fiesta. Y que me toques. .
Bueno, eso ya ni te cuento, a pesar de mi avanzada edad. Que pena que
tú me toques tan poco, sólo para follar y casi siempre
tengo que provocarte, no es que no me guste follar contigo, claro. Creo
que eso está fuera de toda duda, pero a veces echo de menos que
me agarres por detrás como hacías antes. Hace tanto, antes
de que estuviéramos. ¿Liados?. La verdad es que no se
muy bien como definir esto, y tu no me ayudas mucho, pero creo que si,
que esa es la palabra. Imagino que no te acordarás, pero me agarrabas
por los hombros y me apretabas muy fuerte. Y yo sentía un cosquilleo
en el coño y como si se me doblaran las piernas. Andábamos
unos pasos así y yo pensaba que me iba a caer. Sobre todo porque
parecía que a ti también te gustaba. Algunas veces, sentí
en el culo el roce de tu polla, no podía imaginar entonces que
algún día iba a sentirla en vivo y en directo. Después
seguiste haciéndolo algunas veces, entraba por las mañanas
cuando estábamos solos e iba por el pasillo delante de ti, pensando
si habría suerte, era como el Cuponazo, la ilusión de
todos los días. Y a veces tocaba, me agarrabas y me restregabas
la polla contra el culo y me tocabas las tetas y el coño.. y
me dabas la vuelta para morrearme. ¡Uf!. Me estoy poniendo mala
de pensarlo. Bueno, mala no, que tontería. La verdad es que no
eres nada fácil. ¡Que pena que no podamos fugarnos!. Pero
nos llevamos bien, y eso es muy importante. Creo que hay que tener mucha
confianza con alguien para contarle que te has quitado los pelos del
culo porque la tira del tanga se te enredaba con ellos y te hacía
polvo. Eso fue gracioso. ¿Verdad?. En fin, que me gustaría,
ya lo sabes, tener un ratito tranquilo para estar contigo. Un ratito
largo, claro, para sobarte a gusto y que me folles por donde quieras,
por el culo como me dijiste esta mañana. Ya sabes que es tuyo,
no es gran cosa. La verdad es que está un poco caído y
blanducho, ya lo se, pero que le vamos a hacer. El que da lo que tiene
no está obligado a dar más. Bueno, me tengo que ir a clase,
seguiría hablando contigo, de hecho, tengo alguna otra carta
a medias. Espero volver a las buenas costumbres y no tenerte tan abandonado.
¿Crees que si me compro una webcam podremos vernos la cara y
lo que no es la cara?. A veces me dan tentaciones de hacerlo, pero tengo
miedo de llevarme una desilusión. Como creo que has adivinado,
me enchufé a Internet con la sana esperanza de hablar contigo,
pero no hay muchas ocasiones. Y temo que con esto nos pasará
lo mismo. Ya se que no es culpa tuya, en un par de ocasiones, he visto
por tu cámara que la pasma no te quita ojo. Pero
lo pensaré, total, no son caras, y si algún día
estás sólo, pues dímelo, para tener una conversación
mas. . ¿Íntima?. Si, íntima y personal. Un beso.