Sucedió la noche de fin de año; mi mujer y yo, estábamos a punto de salir hacia una fiesta en un lujoso hotel de la ciudad; allí deberíamos encontrarnos con su primo Jóse y con Elena la mujer de èste.

Sorpresivamente la hermana de mi mujer,soltera y que vivía con su madre, se había marchado temprano por la mañana, a un pueblo cercano por unos problemas de tierras que alli poseían; debiendo estar de vuelta al atardecer; sin embargo eran las once y no llegaba, todos en la casa de mi suegra habían salido,y ella al estar sola y preocupada por su hija que no llegaba, llamó a mi mujer para comentarle lo sucedido

Inmediatamente nos dirigimos hacia donde mi suegra vivía,comprobando que mi cuñada seguía sin llegar; mi mujer dijo que se quedaría esperando hasta que la hermana llegase, e insistió en que yo me adelante hacia la fiesta.

Al llegar al hotel, encontré a Elena, quién me dijo que su marido Jóse, tampoco había llegado, del mismo pueblo que el de la hermana de mi mujer; hicimos averiguaciones por teléfono a la policía, quienes nos dijeron,que efectivamente se había producido un derrumbe en la carretera por la lluvias en la sierra,que había determinado,el corte de la vía hasta el día siguiente.

Llamé a mi mujer le comenté lo que pasaba, a lo que me dijo que se quedaría con su madre y que me divierta lo que pueda en la fiesta,total ya estaba pagada por adelantado; no la comenté nada sobre Elena y su primo.

Elena habló con su marido, y de igual forma no le comentó nada sobre mi y mi mujer; sin ponernos de acuerdo, habíamos coincidido en ello, pensando o no, en pasar la fiesta juntos.

Elena era una chica guapa,delgada y elegante en su vestir, según había oído su matrimonio no iba del todo bien, Jóse bebía mucho, andaba de trabajo en trabajo,y era bastante irresponsable,lo que los había llevado varias veces a estar al borde de la separación

Yo con mi mujer andábamos por lo mismo, por motivos distintos, ella había perdido el interés por el sexo al poco tiempo de casarnos, lo consideraba totalmente secundario y yo ya me estaba cansando de ello.

Las circunstancias hicieron que quedemos Elena y yo solos aquella noche; habíamos congeniado desde que nos conocimos, departiendo varias veces animadas charlas durante las reuniones
familiares, esa noche nuestras miradas se iban cruzando con algo de complicidad; ella a mí siempre me había gustado,aunque era obvio que no se lo habría dicho; y yo a ella sabía que le caía bien por las sonrisas que intercambiábamos al saludarnos.

Nos pusimos a bailar, y me gustó hasta la forma en que lo hacía; llevaba un vestido negro sin espalda y con un escote que dejaba imaginar sus hermosos pechos; en el cuello una gargantilla de piedras pequeñas a juego con los pendientes y la pulsera; de pronto llegaron las baladas, unimos nuestros cuerpos enlazando con nuestro brazos y empezamos a movernos lenta y cadenciosamente siguiendo el compás de la orquesta y la atracción que tenían nuestros cuerpos; una balada siguió a otras y ello hizo que nos pegásemos aún más, que nos acariciésemos cada vez más,hasta que mirándonos fíjamente nos dimos un beso en los labios, al que siguieron otros cada vez con más pasión; contribuía a ello la media luz que se había puesto en la sala de baile, lo romántico que estaba yo, y lo dispuesta que estaba ella a corresponder a mis halagos.

Llegados aun punto de máximo deseo y atracción entre los dos, le propuse pícaramente llevarla al séptimo cielo; a lo que ella con la misma intención me preguntó,osea que tendremos que elevarnos?,a lo que repliqué, por supuesto cariño,no ves que las habitaciones de éste hotel están hacia arriba,nos reimos ambos,y sin decir nada mas no tomaos de la mano y nos dirigimos hacia la recepción del hotel a pedir una habitación.

En la Planta catorce nos ubicaron, era un cinco estrellas,por lo que la habitación era enorme; habíamos pedido champán antes de subir, el cual llegó casi de inmediato; nada más trapasar la puerta ya estábamos besándonos apasionadamente, y tardamos pocos segundos en despojarnos de la ropa que llevábamos; abrimos la cama, y nos deslizamos sobre las sábanas, nos estábamos acariciando por todo el cuerpo, cubriendo con nuestros dedos, todos nuestros agujeros anatómicos existentes; la exitación estaba llegando a su máximo nivel, lo que aprovechamos para iniciar la penetración, ella gemía casi gritando, y yo tambien, poco nos importaba el ruido que hacíamos, seguíamos follando a todo tren, ella era una delicia en la cama y yo trataba de complacer sus requerimientos de fantasía sexual; acabamos extasiados,derramando el semen dentro de su vagina, y probando las mieles del placer.

Bebimos el champán y nos prometimos volver el próximo fin de año ya como pareja.

Enseguida volvimos a hacerlo nuevamente, ésta vez duramos much más, nos costó llegar a lo sublime y divino de la culminación eyaculatoria, y ésta vez derramé la leche sobre todo su cuerpo, disfrutado ambos de su calidez, quedamos extenuados,y dormidos nosé en qué momento.

Despertamos casi a medio día no sabíamos lo que nos esperaba fuera, bajamos a desayunar,y luego salimos y nos dirigimos hacia nuestros respectivos coches, previo un delicioso beso nos despedimos, quedando en llamarnos para conversar.

Han pasado cinco meses de ello, tanto ella como yo estamos ya separados de nuestras parejas; pronto nos iremos a vivir juntos; nuestras vidas han cambiado por completo, somos enormemente felices.