Una Mañana de mediado de mes que ando pagando unas cuentas básicas; paseando un poco estoy en el segundo nivel de una plaza comercial exactamente en la misma área a donde voy a pagar las cuentas siempre, pasando frente a una galería de pinturas de un distinguido como conocido empresario panameño de la localidad, llamándome la atención decido curiosear un poquito no me vendría nada mal un poco de arte como cultura pictórica.
Me abre y soy atendido por una joven que está sola hablándome de los cuadros que están exponiéndose le prestó más atención a la obra de arte de la joven que no está nada de mal se ve buenísima como preciosa hasta deleitosa andando en falda con suéter de manga corta con botas, doblándose un poco para leerme el rotulo no me aguanto ni siquiera me comporto decente ni respetuosamente con ella; al tomarla de la cintura al pegarla contra una pared alejado de la entrada de la misma galería.
Subiéndole la falda al cogérmela jadeándome como gimiéndome ardiente y consentida en que también me la toco como la agarro en firme de sus senos levantándoselo igualmente manoseárselo como apretárselo con una saciedad del mismo carajo que me cargo en ese momentito, follandola como hurgándole en su vagina fresquecita y apetitosa a manos llenas en vivo y a todo color; me vengo con ella al agacharse de rodilla como erguida me masturba la pinga para terminar con broche de oro de botar y disparar los tiros de paja y polvo.
Al limpiármelo con mucha amabilidad igualmente el respeto que me merezco, me viste y yo la visto como muestra de aprecio al secarnos ambos nuestras frentes como rostros también cuello y alisándonos y acomodándonos los mismos pliegues de nuestras ropas despidiéndome de ella que me abre la puerta de salida de la galería.