Como he relatado en los títulos "Mi prima Gladys, 1 y 2, con ella somos primos hermanos, nuestras madres son gemelas y ella me lleva 5 años de edad, ella de 14 y yo de 9, la penetré analmente, claro mi pene no era del tamaño del ahora, pero era grande de unas tres o cuatro pulgadas, y regularmentre grueso, suficiente para romperle su culito. posteriormente cuando cumplí los 18 me dió su virginidad, posteriormente la hice madre de dos gemelos, y las madres de ambos lo saben y toda la historia para que este embarazo se diera. Soy casado y padre de tres niños de matrimonio, pero la única mujer que amo es ella, Gladys, y ella me ama, pero por la relación de primos nunca nos atrevimos a casarnos o ponernos a vivir juntos, cosa que hubieramos hecho desde el inicio, porque de todos modos ella casada y yo también nacieron estos niños. El asunto en sí es que no aguantaba la necesidad de verla, telefónicamente nos comunicamos y un día partí hacia la finca de la Tía Carolina, pero ella me esperó cerca de la casa, en el río donde empezó nuestra historia. al llegar estaba más linda que nunca, esbelta y deliciosamente caliente. Me bajé del vehículo, y ella se sentó en el asiento del copiloto, me bajo el pantalón y empezó a mamarme la polla, y me decía como he extrañado este garrote hermoso, que me rompió por todos lados, fué una mamada estupenda y tragó hasta la última gota de semen, posteriormente se recostó abierta de piernas, su pupusa estaba depilada y empezé a hacerla gozar a mi manera, su clítoris hermoso y rojito, palpitaba en cada orgasmo de los dos continuos que tuvo en mi boca. El momento de la penetración era para ambos sublime, despacito, bien lubricsdos, entraban tres pulgadas y la sacaba, luego cuatro y la sacaba y así hasta llegar a meterla las 8`pulgadas, momento en que nos fundíamos en un beso apasionado, llenos de amor, lujuria y deseo, teníamos una sincronización ,maravillosa, tan maravillosa que después de un sexo de 25 minutos, nos corríamos juntos, esa vez sin sacarselo nos corrimos tres veces. en la finca nos controlaban mucho, a pesar de saber todo no querían nuestras relaciones sexuales, buscabamos cualquier lugar para hacerlo, parados en la cocina, atrás de un puerta, razón por la cual quedamos de vernos en el río, acto consumado y de regreso a la ciudad y ella a la finca, pero que sucedió, no lo van a creer, la volví a preñar. Pero tuvo sus ventajas, ya nuestras madres llegaron a entender que no podían pararnos, y mi madre dijo: Es más fácil parar una yegua corriendo a ésta mujer queriendo. Ella tiene ahora 59 años, yo 54 y tenemos 4 hijos, y todos han nacido sanos, y no enfermos que era lo que ellas temían.